Vacaciones de fin de año con Diego (Continuacion)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JosephE.
Hola, primero que nada quiero pedir disculpas por no haber subido las historias que les dije, es que la verdad estoy algo estresado ya que con la presión de la universidad, exámenes finales, mi empleo, etc. No he podido subirlas pero aquí sigue la continuación de mi anterior relato: Feliz cumpleaños Diego.
Después de esa experiencia con Diego, estando sudados los dos en medio de los casilleros, los dos nos levantamos, tomamos una toalla y nos secamos, nos vestimos y salimos, esos 20 minutos fueron en total silencio hasta que salimos al coche y Diego me dijo:
D: ¿Te pido un favor? Por favor a nadie le digas esto ¿sí? La verdad es que soy gay pero no me atrevo a decirlo y esto que sucedió es porque siento mucho amor hacia ti y prometo que nunca volverá a pasar.
Yo: Esta bien, la verdad es que no había follado en siete meses y la verdad me dejo llevar el momento.
Encendió el coche y volvimos a casa, esos 58 minutos de regreso fueron en total silencio parecía como si solo estuviera yo en el coche. Al llegar él fue a dejarme a mi casa y yo le pregunte:
Yo: ¿Qué no vas a quedarte a dormir conmigo?
D: No, mi familia me va a hacer una fiestita y tengo que ir.
Arranco el coche y se fue sin si quiera decir adiós.
Entre a mi casa, me duche ya que cuando cogí con Diego sude como un animal. Al ducharme recordé lo que apenas hacia una hora y media había sucedido. Me conecte en MSN él estaba conectado le mande un “Hola”, nunca me contesto. Acabaron las vacaciones, nunca supe nada de él, le marcaba, le mandaba textos e incluso iba a su casa y nunca estaba. Entramos de nuevo a la universidad al verlo después de casi 30 días corrí y le grite:
Yo: ¡Eh! ¡Diego! ¡Hermano! ¿Qué onda?
D: Hola ¿Si Verdad?
Su contestación me pareció muy cortante parecía que no le interesaba. Pasaron los días, semanas y parecía que de ser los mejores amigos del mundo pasamos a ser completos desconocidos. Lo veía trababa de decirle “Hola” pero él se hacia el disimulado. No podía creer que por un momento de “Joteria Caliente” había perdido a mi mejor amigo.
Se llegaron las vacaciones de navidad, siempre con mi familia y Diego, nos íbamos a una casa que teníamos en otra ciudad, al parecer esta navidad y año nuevo lo iba a pasar sin Diego. Entonces ese día que era sábado, al día siguiente iríamos a las vacaciones cuando suena mi celular, “Llamada Entrante Diego” se leía en mi celular, sin dudar conteste y él dijo:
D: ¿Qué? ¿Listo para las vacaciones?
Yo: ¿¡Enserio vas a venir con nosotros!?
D: Claro, no voy a dejar ir a mi Lalito solo ¿O Sí?
Parecía que mi ánimo subía de un 0% a un 100%, empezamos a hablar como si nada hubiera pasado nada pasmos horas y horas hasta que el reloj marco las 4:30 de la mañana. Le dije que a las 10:00 pasaría por él. Colgamos el celular y dormimos pero yo más feliz que nunca ya que al parecer había recuperado a Diego.
En fin a la mañana siguiente pasamos por él y nos fuimos a la casa. El viaje siempre es largo, como de tres horas cuarenta minutos. Llegamos, bajamos el equipaje y lo fuimos a dejar a nuestra habitual recamara de 4m x 4m. La pared azul celeste, el piso de imitación de madera, dos camas individuales que tenían 365 días sin usarse con colchas blancas, una televisión de plasma mediana recién comprada el año pasado, un escritorio para poner nuestras laptops, y un pequeño closet para poner nuestra ropa. Cansados por el viaje como era habitual cada año, nos quitábamos las camisas, bajábamos por una cerveza a la nevera sin que nadie nos viera y nos recostábamos en las camas a ver algo en la T.V. Sin embargo esta vez se sentía diferente, ya que al ver de nuevo su cuerpo semidesnudo recordé aquella vez en el parque pero lo ignore.
También como era costumbre todas las tardes salíamos al centro comercial que está a unas siete cuadras de mi casa. Y así fue hasta ese 26 de diciembre por la noche.
Como todas las noches toda mi familia, yo y Diego nos duchábamos ya que en aquella ciudad hace mucho calor. Ese día mi mama entro a nuestra habitación y nos dijo
M: ¡Lalo! Creo que se acabó el agua y me temo que tendrás que bañarte con Diego. ¿No te importa bañarte con Lalo, o si Diego?
D: No claro que no – note que parecía nervioso y paso un trago de saliva.
Mi mama salió y le dije a Diego:
Yo: Entonces… No te importa bañarte… conmigo…
D: No claro que no. Anda vamos para dormir pronto
Los dos salimos y nos dirigimos al baño, el baño era de 3m X 2m, mosaico blanco con un tono de azul muy bajo, baldosa de igual color que la pared, un retrete blanco, un lavamanos blanco, una regadera color plata y la típica ventanita que todos los baños tienen.
Entramos nos desvestimos, mientras en mi mente recordaba ese día en el parque, se bajó su bóxer y volví a ver esa verga larga de 18 cm. el abrió la regadera y me metió enseguida lo seguí yo. Los dos nos turnábamos para enjuagarnos era muy incómodo sentir a Diego en la espalda en una de esas sentía que semejante verga me daba una enculada por atrás en mi virginal ano.
Pero fue tranquilo acabamos de bañarnos sin duda los 15 minutos más incomodos de mi vida.
Volvimos a la habitación, ese día hacia muchísimo calor así que dormimos en bóxer, el en un bóxer color blanco con rayas amarillas pegadito dejando ver su tremendo paquete y yo con un bóxer a cuadros azules flojo sin des tender las camas dormimos encima de las colchas. Como les dije, hacía mucho calor y como mi cuerpo se acostumbró a hacer ejercicio siempre que sudaba dejaba oliendo sucio su mis playeras y mis calcetines. Al paso de tres horas un ruido me despertó. Un ruido como si alguien estuviera aplaudiendo pero no tan fuerte pero tampoco tan bajo, como si los testículos es tuvieran golpeando la parte entre los testículos y el ano sin confundir el sonido parecía que alguien se estuviera ¡MASTUBANDO! No hice nada me quede oyendo y a la vez que se oía que alguien se masturbaba se oía que también olían o más bien aspiraban algo, algo con desesperación como si fuese un drogadicto aspirando cocaína. Cuando una voz hablo:
D: ¡Oh sí! ¡Ese olor a sudor me mata! ¡Oh sí!
Yo me levante quede sentado en la cama y encendí la luz y estaba Diego masturbándose y a la vez oliendo mis calcetines hediondos, Diego quedo impactado, soltó mis calcetines y se guardó su verga en su bóxer que hacía verse gigante en aquel bóxer apretado.
D: Yo… yo… no… la verdad… perdón si es que me excita el olor a sudor y tu olor es increíble que tengo ganas de hacer esto
Aun hincado se acercó a mis pies y los empezó a lamer, lamia las plantas de mis pies, su lengua la pasaba por en medio de mis dedos a la vez que lamia y olía mis pies me excitaba, su lengua hacia un ligero cosquillo pero excitante, cada segundo que pasaba hacia que mi verga se pusiera full cada vez lamia mis pies con más desesperación, después con sus manos me recostó, se puso a mi derecha alzo mi brazo derecho y comenzó a lamer mi axila derecha al igual que con mis pies también los olía con desesperación, ahora esta vez mientras lamia mi axila con su mano derecha apretaba mi tetilla derecha velludita, sin duda hacia que me excitara como nunca aún más que aquella vez en el parque, al paso de unos 12 minutos se acercó a mí y comenzamos a besarnos salvajemente sin dudarlo baje mi bóxer y él se sentó en mi abdomen, escupí a mi verga y la acerque a su culo.
Poco a poco metí mi verga a su culo, su culo se sentía como lo recordaba, primero lo hacía lento y poco a poco aumentaba la velocidad, ya no importaba si nos atrapaban cogiendo, mientras le daba las tremendas enculadas el gemía de placer, yo le apretaba su tetilla derecha, en ese momento sentí una gran necesidad de chuparle la verga así que deje de darle las tremendas enculadas.
Yo: Ponte de pie
Él se puso de pie en la cama, yo me hinque y le empecé a chupar la verga, le chupaba hasta las pelotas, hacia un movimiento de atrás hacia adelante mientras aquella verga se ponía más caliente. Diego alzo sus brazos y los puso sobre el techo, mientras yo le chupaba sus tremendos 18 centímetros de verga de nuevo apreté con mi mano izquierda su tetilla izquierda.
D: ¡Oh si! ¡A si! ¡Sigue! ¡No pares! ¡Trágatela! ¡Ohhhh! (Gemía Diego)
De nuevo le chupaba la verga a Diego, había olvidado esos 18 centímetros deliciosos de verga con tres venas a la izquierda, cada chupada sentía como la sangre bombeaba esa deliciosa verga, mi lengua lamia todo, el glande, el tronco hasta las pelotas, las pelotas las tenía con algo de vello se dejó crecer el vello desde la última vez que cogimos.
Después de unos 8 o 9 minutos, le dije lo inimaginable… Le deje de chupar la verga, me puse de pie y al oído le dije en tono de susurro y con una leve agitación:
Yo: Cógeme
Volteo su cara hacia la mía, nos volvimos a besar, me empujó hacia la pared, me volteo quedando mi culo hacia su verga, recorrió su mano derecha por mi espalda hasta bajar a mi culo, su dedo índice se metió entre mi culo hasta que llego a mi hoyo poco a poco ese dedo se metió, en mí solo sentía placer, su dedo se sentía en todos los sentidos de mi hoyo, arriba, abajo, a la izquierda y a la derecha lo hacía con movimientos suaves y excitantes mientras que con sus labios mordía mi oreja izquierda, sentía como todo su sudor quedaba en mi espalda, en mi mente volvían ese olor a sudor aquella vez en el parque.
Entonces saco su dedo y me dijo:
D: ¿Listo?
Yo asentí con mi cabeza, el tomo tu verga con la mano derecha la acerco poco a poco a mi hoyo ya dilatado sentí su glande en la puerta de mi hoyo estaba muy caliente, apenas su glande entro, sentí un dolor inmenso, tan grande que quería gritar pero recordé que alguien podría entrar a la habitación y vernos coger así que como “macho” que estaba dejando ser me aguante. Pero entre más entraba la verga de Diego en mi hoyo más insoportable era el dolor así que con un tono de voz baja le dije:
Yo: ¡Ah! ¡Diego! Me vas a partir en dos mi culo
D: Tranquilo, sé que duele pero luego se te pasara
Poco a poco esos 18 centímetros se fueron introduciendo en mí, sentía que su verga me salía por el estómago, pasaron los minutos cada vez su verga se introducía con más facilidad en mi hoyo, pero aun el dolor era inaguantable, pero paso poco tiempo hasta que el dolor fue cediendo cada enculada se volvía mas excitante y más rápida, después de tiempo ya no sentía dolor alguno.
Alcé mis brazos y los puse en la pared, Diego como un animal salvaje cada vez me daba enculadas más placenteras, sus pelotas golpeaban la parte baja de mis nalgas y hacían ruido como cuando se estaba masturbando con mis calcetines. Yo cada vez más gemía de placer, sentía su verga cada vez más caliente.
Diego se recostó sobre mi espalda sudada acomodando su cabeza sobre la mía, pero sin dejar de darme aquellas tremendas enculadas, después de como 15 minutos me dijo a mi oreja izquierda en tono de susurro
D: Me vengo ¡Te voy a dejar todo mi ser! ¡Ahhhhhhhh!
Su verga dejo de moverse en mi culo y se hincho y dejaba los chorros cargados de semen en mi hoyo, era una sensación incomparable, sentir los chorros de semen llenando mi culo, mientras se venía en mí no se despegó de mi espalda y con la respiración agitada. Dejo pasar unos segundos y sentí su mano derecha agarrar su verga y sacarla de mi culo ya no virgen, el momento en que la saco un vacío sentí, como si mi hoyo estuviera hueco más de lo normal, por la pierna derecha sentí como escurría el semen de Diego aun calientito, entonces se hinco detrás de mí, si comenzó a lamer su propio semen que estaba en mi culo, cada vez metía más la lengua en mi hoyo y yo cada vez sentía más placer.
Así que el estando en esa posición, me pare lo acosté frente a mí, me senté en su abdomen, tome mi verga y comencé a masturbarme, el alzo sus brazos y los cruzo por detrás de su cabeza dejando ver sus axilas escurriendo en sudor. Cada vez me pajeaba más rápido hasta que deje salir un pequeño suspiro y deje salir mis chorros de semen, los tres primeros chorros le cayeron en la cara mientras el con su lengua lo lamia, los demás chorros de semen le cayeron en su pecho y abdomen. Quedando yo sentado en el ahí los dos completamente sudados llenos de semen me acosté sobre él le di un beso en la boca el me abrazo con su mano izquierda, de su axila me llegaba el olor a sudor. Como hacía calor, y mis calcetines y playeras hediondas, el semen y el sudor de nosotros; la habitación quedo con un olor a sexo mesclado con semen. Si alguien podía ver la imagen de nosotros, era la de dos hombres desnudos sudados y llenos de semen.
Como a las 7:30 de la mañana me desperté todo sudoroso abrazado por Diego. Me levante y con un beso en la mejilla le dije:
Yo: Pss, Diego, Vamos a ducharnos.
D: Déjame dormir un poco más, estoy muy agotado.
Yo: ¡Anda! Que nos van a descubrir.
Yo aún dolorido por la tremendas enculadas apenas podía caminar sin levantar sospechas, cada quien se puso su bóxer y nos metimos a dar una ducha. Y como aun nadie se levantaba aprovechamos.
Mientras nos bañábamos nos besamos y prometimos nunca dejar de AMARNOS EN SECRETO.
Desde ese día yo he tenido el fetiche de pies y axilas, y me hice bisexual.
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