VACACIONES EN EL CAMPO II
Después de haber disfrutado una cogida sorpresiva del cuidador de sandías, no pude evitar visitarlo de nuevo.
Al día siguiente de haber estado con el cuidador de sandias fui enviado al pueblo a hacer compras, mis primos seguían trabajando y le fui de gran ayuda a mi tía en esos momentos, regrese cansado, había caminado bastante y había vuelto cargado con mercancías para la casa, ese día se me hizo tarde y me quedé en casa, el encargo me saco de lo que pensaba hacer.
El nuevo día trajo consigo despertarme muy temprano, acompañe a mi primita a sacar huevos al gallinero, desayunamos y temprano salí de casa de mi tía en busca de la plantación de sandía, algo ansioso, un poco nervioso también, no sabía si estaría el mismo cuidador o si habría otro, desconocía eso, camine en dirección al otro campo, iba algo distraído cuando de pronto en un canal de regadío me encuentro de improviso con el cuidador de sandías, se estaba dando un baño matinal, haciéndose aseo, se sorprendió al verme y me saludo amablemente, no pensé que vendrías de nuevo me dijo, ayer no viniste y pensé que no vendrías más, le explique lo de las compras y me dijo que estaba bien, que había que ayudar en todo, salió del agua, no pude evitar mirar su verga, estaba pequeña por el frío del agua, se secaba con una toalla rápidamente, sentía frío aquel hombre, rápidamente se vistió y caminamos juntos hacia su casucha de vigilancia.
Llegamos a la casucha, calentó agua y se preparó un café, me ofreció uno a mí pero no quise, ya había desayunado más temprano, no sabía de que hablar, yo solo quería el calor del cuerpo de ese hombre en mi espalda, fue eterno el café, pero en cuánto terminó se acercó a mí y comenzó a hacerme cariño.
El cariño era un tanto paternal, él tenía creo yo unos cuarenta y tantos, del cariño pasó a besos timidos, respondí con la misma timidez, me sentía nervioso, sabía a lo que iba y él también, la vez anterior fue sorpresivo, ésta vez era premeditada mi visita. Cerré mis ojos, me deje llevar, me deje hacer, quería que él hiciera lo que deseaba, quería satisfacerlo, quería sentir que me gozara, me excitaba sentirme deseado, él no hablaba sólo me besaba y acariciaba, yo disfrutaba todo eso, metió su mano en mi entrepiernas, bajó mis pantalones, me besaba la espalda, bajó besándome hasta llegar a mis nalgas, me dio pequeñas mordidas, abrió mis nalgas, me incliné, sentí su lengua en mi ano, me dio escalofríos, me sacó un gran suspiro, metía su lengua y me lamía con desesperación, bajó sus pantalones, sentí su verga en mis nalgas, moría de deseos, me di vuelta y puse su verga en mi boca, lo mamé con deseo, lo hice durante un buen rato, tomo mi cabeza y comenzó a meter y sacar su verga, me llegaba hasta la garganta, hice un par de arcadas, no me cabía, le mame las bolas, lo disfrute hasta que me hizo dar vuelta, intento penetrarme de pie, no lo logró, fuimos a su colchoneta, ésta vez me puse boca abajo, abrí mis piernas, él puso la cabeza de su verga en mi ano, de a poco comenzó a moverse, empecé a sentir ese trozo de carne en mi ano, se sentía rico, no pude evitar pedirle que me lo metiera, él fue cuidadoso, me comenzó a penetrar, sentía que gozaba con mi culo, eso me excitaba mucho, sentirme puto, entregarme al placer y que me gocen, disfruto de mi así un rato, sentía su pene muy dentro de mí, me lo hacía muy rico, de verdad me hacía gozar mucho, me dio vuelta, patas al hombro me puso, mi flexibilidad ayudó, esta vez lo hacía mas fuerte, me estaba culeando rico, sentir el golpeteo de sus bolas en mis nalgas, el ruido que hacía el golpeteo me calentaba, tome con mis manos sus nalgas para sentirlo mas, su vientre rozaba mi pene y ese roce me hacía gozar, estuvimos así todo el rato, era mucho el placer como para cambiar de posición, no aguanté mas y eyaculé, fue un orgasmo intenso y apretaba mi culito por cada salida de semen que tenía, eso lo calentó mas a él, se fue encima de mí, metió su lengua en mi boca, me besaba con pasión hasta que sentí sus embestidas cada vez mas fuerte, aguantó la respiración y soltó un gran gemido, lo hizo repetidamente mientras me llenaba de semen el culo, sentía su sudor, estábamos mojados de transpiración, descansó un rato sin salir de mí, hasta que su pene aflojo y salió solo de mi ano, se acostó rendido a mi lado, nos adormecimos un rato, fue placentero todo, incluso el descansar a su lado, sentía mi culo húmedo, no me limpié, me vestí y me fui así a casa de mi tía, al despedirme de él prometí volver de nuevo en cuánto pudiera, me sonrió y me dijo que ojalá pudiera volver, al llegar yo a casa de mi tía me dirigí al baño, baje mis pantalones y calzoncillos, estaban sucios como esperaba, había semen fresco aún en ellos, me lo comí, lo saboree y en la noche me acosté oliéndolo, sintiendo y recordando cada momento de esa feliz mañana.
Excelente relato sigue contando más, me jale imaginando el encuentro. De lujo lo disfrutaste mucho
Debes continuar tu relato cada vez que lo leo me la jalo varias veces