Vacaciones sexual en Buenos Aires
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por morochouruguayo.
Al llegar a puerto Madero, tomé un taxi para dirigirme a mi hotel que no quedaba muy lejos de ahí pero que no tenía ganas de ir caminando.
Subo al taxi y el chofer un morocho hermoso, ojazos verdes, torso de gimnasio al parecer, piernas espectaculares y bulto considerable, de aproximadamente unos 30 años, le saque una radiografía jajaja.
Al parecer se dio cuenta que lo miraba, me sonrió casi diría en complicidad, me dice donde vamos papi (así hablan los argentinos), le digo la dirección del hotel y ahí comenzamos la conversación de que venía hacer y todo eso, si era soltero, al parecer muy interesado en eso. Me dice me llamo Fabián hace un año me separe por ser muy infiel, mi mujer me pesco varias veces y me perdono, pero la ultima vez no lo hizo, me descubrió culeando a su primo en el cumpleaños de su tía, resolvimos terminar sin ningún escándalo por suerte para mi me dice el muy descarado. Ahora estoy libre y cojo con quien se me antoje, no te descuides que te doy a vos también y larga una carcajada. A lo que le digo tene cuidado de que no te coja yo a vos.
Me dice ¿te gustaría culearme? Le digo con lo bueno que estas más vale que si.
Bueno no se hable más cuando termine de trabajar, si queres te hago una visita al hotel.
Acordamos eso para la noche, llegamos a l hotel, me da un beso en la mejilla, le pago el viaje y se va.
Subo a mi habitación, dejo todo y me voy a dar una ducha, ni bien me desnudo suena el timbre de la puerta, me pongo una toalla, y abro la puerta, para mi asombro estaba Fabián, que me dice no aguante más y deje estacionado el taxi y me vine a darle duro contigo papi. Me sacó la toalla de un tiron, cerro la puerta y así comienza un fin de semana a todo sexo en Argentina.
Mi excitación no tardo en notarse. Fabián ya no pudo resistir más y, como si estuviera hipnotizado, se agachó delante de mí y se metió mi verga en la boca. Cuando sentí mi verga dentro de aquella cavidad húmeda, caliente y suave, no sé cómo no me acabe inmediatamente. Mis 20 x 6 cm le llenaron la boca, enterraba la nariz en mi vientre, y el labio inferior besaba mis huevos. Chupaba con auténtica maestría, pero sobre todo con gula. No pude aguantar más y sentí cómo me acababa: me recibió dentro de su boca, pero con el glande sobre la lengua, para notar cada chorretazo de leche; abrió los ojos y vi entonces, tan cerca, esa mirada perdida, esa impresión de que en aquel momento podría hacerle lo que fuera, y no pondría resistencia alguna, pues su único y exclusivo punto de atención era recibir mi leche en su boca.
Me estuvo mamando la verga hasta que prácticamente me lo exprimió. Tuve que sacárselo casi de la boca. Me miró, sonriendo, y yo hice entonces lo que había ido a hacer allí: me agaché y me acerqué a su verga. Era grande, muy grande, y desde tan cerca parecía aún más grande. No sabía si sería capaz de alojar un pedazo tan enorme entre mis labios, realmente era grandísimo. Abrí la boca, y primero me dediqué a darle chupaditas con la lengua, y enseguida sentí sus jugos preseminales me parecieron una delicia, y lengüeteé con más insistencia. Conforme iba chupándole el glande, noté como mi verga crecía de nuevo en mi Probé a metérmelo entero en la boca, la abrí al máximo y me lo metí. Afortunadamente, tenía buena capacidad para abrir las mandíbulas, así que entró limpiamente. Me dediqué a chupetearlo como un caramelo sensual, sexual, erótico, y aquellos jugos preseminales me anunciaban un gusto aún mejor.
Fabián empezó a gemir y respirar más fuerte, y adiviné qué venía: me saqué la verga de la boca y coloqué el glande sobre la lengua, el primer chorro entró directamente a la garganta; no aguante más y me lo metí todo en la boca, sentí entonces aquel líquido caliente y pegajoso, y comprendí entonces la mirada perdida de mi amante: era un sabor extraño, un elixir erótico indescriptible, una sustancia cálida que se quedaba en la boca y cuyo sabor no se iba fácilmente. A pesar de su gran acabada, los enormes huevos de Fabián parecían no vaciarse por completo.
Nos besamos desenfrenadamente y nuca había sentido esa excitación y el sabor de leches y saliva juntas.
Nos fuimos a la cama, nos acariciamos, franeleamos, comenzamos un 69 espectacular, comencé por su verga, seguí por sus huevos hermosos y termine en ese culo divino. Le hice una fiesta con la lengua en ese culito lampiño, y gemía como loco, me pedía más, así que le metí dos dedos y se dilató enseguida. Me dice papi dame verga que no aguanto más, saque un preservativo de mi mochila, me puse boca arriba, y se sentó de una, fue espectacular sentir ese culo, cabalgaba como un desaforado, lo hice tirarse hacia atrás y mientras lo cojia le chupaba la verga, los dos estábamos en las nubes. No demoró mucho y siento los chorros de leche nuevamente en mi boca, se la saque, lo acosté boca arriba y comencé a cojerlo por la boca, en pocos minutos le llene la boca de mi leche.
La verdad que termine agotado pero muy feliz, descansamos un ratito y nos fuimos a duchar, mientras nos bañábamos nos besamos y franeleamos otro poco, pero no seguimos por que tenía que volver a trabajar. Pero quedamos en vernos cuando terminara de trabajar.
Se vistió, lo acompañé hasta la puerta y se fue.
A los cinco minutos me suena el teléfono de la habitación, era Fabián, me dice si te gustan los tríos, conocí a un brasilero en el ascensor que esta buenísimo y le gustó la idea, esta acá a mi lado, te esperamos en la habitación 1023.
Adivinen que hice?
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii obvio que fui, pero se los cuento después.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!