Vaya Sorpresa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Arkai.
Ya había escrito antes una de mis experiencias, ya bastante tiempo de eso, pero ahora vengo a contar una de mis experiencias de cuando era más joven.
Por aquel entonces rondaba los 20 años, era mucho más delgado, por no decir que hasta flaco, y aunque no era muy alto, media como 1.70 mts de estatura.
Soy de Tampico, Tamaulipas, México y vivía en aquel entonces en una de esas colonias en donde la mayoría de los niños y jóvenes se conocían, y era bastante habitual que se juntaran ya sea para jugar al fútbol o hacer bola platicando hasta muy tarde por la noche, ya fuera en la calle o en las banquetas.
Ahí tenía un vecino, que vivía a algunas calles más allá de la mía, cuando lo conocí si acaso tenía él unos 12 años, era un chaval bastante moreno, prácticamente negro, bajito y flaco.
Yo sabía que entre los chavos de la colonia ya se sabía que me había comido a varios de ellos.
La verdad desde esos años a mi han gustado los chavos tiernitos y sobre todo a esa edad con las hormonas alborotadas no me era difícil convencerlos de mamarles la verga o hasta con suerte que me llegarán a penetrar.
Y casi siempre por iniciativa de ellos, ya que como comente entre ellos se platicaban sus aventuras, y sólitos me llegaban los demás.
Este se llamaba Isaías, y se me acerco con la intención de que yo accederia a hacer algo con él.
Algunas de las calles de la colonia eran bastante obscuras y había algunas casas abandonadas, así que con la curiosidad de ver que podía resultar no dude en aceptar ver con que contaba el chaval…
Debo reconocer que fue una completa decepción, su pene era realmente pequeño, comprendí que aún no se empezaba a desarrollar (ni vello púbico) y además era bajito.
Fui lo más cortés posible y le dije que era peligroso para ambos estar ahí a esas horas de la noche (aunque no eran ni las 10) y que igual y con más calma lo intentabamos.
Así que asi quedó, cada quien por su lado y ya.
Pasaron los días y semanas y cada que me encontraba a solas me llegaba a pedir que le hiciera el "favor" y yo le sacaba vueltas y le daba excusas, varias veces me reclamo que sabía que con otros si tenía algo que ver y que hasta repetía; que se pusiera así me ponía en guardia y hasta me preocupaba, ya que todos a los que les mamaba la verga o me cogian eran chavos de entre 13 y 15 años, y no quería que los hermanos mayores o los padres me reclamarán y hasta la cárcel fuera a dar, que aunque ellos eran los que me buscaban, no dejaban de ser menores de edad.
Tuve que confesarle que no me animaba con él porque era muy joven y que aún no se desarrollaba, y prometerle que más adelante si haría todo lo que él quisiera.
Eso lo medio calmo, lo bueno.
Paso poco más de un año y meses, y él ya para entonces ya tenía 13 años y medio, quizás, me volvió a insistir y me dijo que ya le había crecido la verga y que yo había quedado que entonces haría lo que él quisiera, la verdad no le creía, pero pues le había dado mi palabra y tenia que cumplir, ya se sabe que a esa edad algunos chavos son bastante indiscretos y se enojan fácilmente, y no me quería arriesgar a que hablara de más con alguien que me pudiera ocasionar un problema.
Ese día en particular, ya eran casi las siete de la tarde y ya empezaba a oscurecer, y por suerte no había gente en la calle.
Nos metimos en una casa en construcción, como en aquellos tiempos no había tanta inseguridad, pues no se quedaba nadie a cuidar, así que era bastante seguro entrar y que nadie nos molestara.
Nos metimos hasta unos de las habitaciones del fondo, donde nadie podría vernos desde afuera.
El se recargo en la pared y yo pues iba con la esperanza de que Isaías tuviera poco más de los 10 cm que tenía por pene el año pasado (la mayoría de los chavos de 13 años a los que les había hecho oral tenían penes de más de 14 cm y con un grosor acorde al tamaño – tuve la suerte de conocer a un chamaco de 13 años con un pene de 19 cm y bastante grueso que me resultó delicioso) bajo el cierre de su pantalón, y entre la penumbra vi que hacía ademán de sacar su pene, cuando lo hizo, seguramente debió notar mi sorpresa, porque sonrió, y estoy seguro que mis ojos se abrieron como platos.
Saco un colgajo que morcillon debía medir casi los 20 cm, de inmediato me imagine que ese pene erecto sería algo de temer.
"¿Qué? ¿Ya me creció?" me preguntó con suficiencia.
Yo no me lo podía creer, no entendía como un año antes el mismo chamaco muy apenas contaba con un pene minúsculo, y ahora tenía todo eso entre sus piernas.
Tarde en reaccionar hasta que me preguntó si no se la iba a mamar, me arrodille hipnotizado por ese pedazo de carne obscura, la tomé con mis dos manos y aun sobraba pene, pele su cabeza, recogí la babita que empezaba a producir, me supo dulce, y estuve seguro que el resto me sabría a gloria, empecé a mamar con dedicación, sentí como entre mis labios se ponía dura poco a poco, hasta al punto de estar firme como piedra (bendita juventud) calcule que fácilmente le media 24 cm, y el grosor, bueno, tuve que abrir al máximo mi boca para que pudiera entrar, siempre fui fanático de dar garganta profunda, y ante semejante espécimen no me negaría a mi mismo darme ese gusto, no sin dificultad logre tocar con mi nariz sus vellos púbicos, al tiempo que sentía que llegaba muy adentro de mi garganta y aguantaba la respiración, mame esa verga como si fuera lo más sabroso del mundo, y bueno, en ese momento me lo parecía.
Era una verga grande, gruesa, jugosa, y de un chavalin, que había sacado el premio mayor en la repartición de penes a su edad.
Recorrí esa verga dándole besos por todo su tronco y glande, me entretuve lamiendola como si fuera un enorme helado que se estuviera derritiendo, y me la trage completa tantas veces que hasta mi nariz moqueba y mis ojos lloraban por las arcadas que me producía, estoy seguro que el veía su verga brillar con la tenue luz que entraba por una de las ventanas sin acabar de donde estábamos, por lo babosa que se la tenia con mi saliva.
Yo parecía un niño con su caramelo favorito.
Ni siquiera preste atención al dueño de semejante monumento, pero si yo estaba disfrutando, él debería de estar en el cielo, con la adoración que le profesaba a su pene.
No salí del trance hasta que repare en que me insistía en metermela, la verdad si tuve miedo, porque nada de ese tamaño había entrado antes en mi ano, estaba acostumbrado a penes de grosor mediano, y ni siquiera me había atrevido con el chaval también de 13 años que hasta entonces pensaba yo que estaba muy dotado para su edad, el cual comparado con lo que ahora estaba degustando no era rival.
La verdad me lo pensé unos instantes, me daba terror, pero también pensaba que sería muy difícil volver a encontrarme con un chaval de esa edad y con semejante herramienta, así que era una experiencia que no me podía perder por más miedo que tuviera.
Le dije que si, que estaba bien, aunque temblaba por la expectativa de dolor, me solté el pantalón, baje mis interiores, me asegure de poner abundante saliva en mi ano, me volví a meter esa verga por completo, haciendole garganta profunda una vez más, y llenandola con mis babas por toda ella, me arrodille en el suelo, a cuatro patas y me prepare para recibirla.
Se arrodillo detrás de mi, sentí sus manos apretando mis nalgas, puso la cabeza de su verga entre ellas, acaricio mi raja pasando la cabeza intentando encontrar el hueco de entrada, con una mis manos me puse más saliva, al tiempo que sujetaba su verga, guiandola justo en mi entrada, para que no intentará adivinar a falta de luz, le pedí que empezará lento y que empujara suavemente, sentí como ejerció presión, y como la cabeza se abria camino, me dolió horrores, apunto estuve de gritar, pero ya había decidido que me la iba a aguantar, y eso hice, sentí como cada centímetro entraba, y aunque por un momento casi pierdo el conocimiento, y estoy seguro que hasta llore y me queje lo más bajo que pude.
El muy cabrón no dejo nada afuera, aun sabiendo que lo que poseía era un mounstro, me la enterró completa, los primeros minutos sufrí como si me estuvieran partiendo en dos, Isaías empezó con movimientos lentos, la saliva ayudó bastante, asi como el hecho de que su verga botaba lubricante por montón, termine disfrutando con sus movimientos, y el saber que me había comido semejante verga ahora por el culo.
Sus manos por un momento se mantuvieron sujetandome fuertemente de mi cintura, pero a medida que empezaba a meter y a sacar su verga dentro de mi culo, sus manos se movían acariciando todo mi espalda y apretando y separando mis nalgas, como si quisiera entrar más todavía, al principio solo sacaba si acaso la mitad y la volvía a introducir, pero en cuanto empezó a agarrarle práctica la sacaba casi por completo, y velozmente, como pistón, ya en ese momento no sabía nada de mi, concentrado en disfrutar lo que sentía, solo me volví a quejarme cuando la saco por completo y la volvía a enterrar hasta el fondo, alcance a escuchar que reía suavemente, orgulloso de su proeza, su ego estaba por las nubes, y con justa razón.
Realmente no podría asegurar cuanto duro esa maravillosa tortura, pero después de un buen tiempo, sus movimientos se hicieron más rápidos, yo sentía que me acomodaba todo por dentro, se sujeto con fuerza de mi cintura, emitió un gemido, vaciando su semen en mi interior, se siguió moviendo unas cuantas veces más, lentamente, como volviendo a la realidad, la saco despacio, sentí frío en mi ano, pues lo sentía muy abierto, sensible que hasta el aire sentía.
Me volví y me sente, en el suelo, sin acomodar mi ropa, él se guardaba su increíble herramienta, sonrió, y entonces dijo: “verdad que si me creció?”, solo asentí con un movimiento de cabeza, intentando normalizar mi respiración.
“Ahí nos vemos después” dijo, yo solo mire como salio de ahí, quedándome yo adentro de la construcción.
Pues si, vaya sorpresa que me había llevado, y una muy buena.
Claro que se volvió a repetir, digo, después de ese descubrimiento, era obvio que por mi parte querría repetir.
Por fortuna, él que al fin también me había logrado convencer, y como seguramente como buen adolescente, siempre andaría caliente, y ya teniendo con quien le hiciera el favor, como el decía.
Espero que les haya gustado, disculpen los errores en la redacción que puedan encontrar, ya que lo escribí en el celular.
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