Vecinitos 2
Continuación sobre como inicié a mis vecinitos en la perversión.
Manny se desnudó por completo y sentó en la silla. Inmediatamente, Nicol y yo nos arrodillamos frente a él y comenzamos nuestra labor.
Le digo: «Manny, ponte tus manos detrás de tu cabeza y recuéstate hacia atrás.» En esa postura se veía como un príncipe. Sus axilas sin vellos, cuerpo lampiño listo para recibir placer. Comencé a tocarle sus pequeños huevos y le comencé a dar instrucciones a Nicol. «Chúpale la cabeza, bebé». Ella sin pensarlo se metió la cabeza del pene de su hermano y comenzó a succionar como una profesional. Manny daba suspiros y en menos de un minuto terminó en la boca de su hermana. Al parecer era la primera vez que tenía un orgasmo. Su cuerpo temblaba y no dejaba de jadear. Le dije a Nicol que la echara encima de Manny. Era mucha leche adolecente. Yo también quería probarla. Así que tan pronto Nicol la echó sobre el cuerpo de su hermano, me dispuse a lamerlo. Comencé pos sus tetillas y bajé hasta limpiar toda la leche de su cuerpo. Era salada y espesa. Cuando terminé, le di un beso en los labios a los dos. Eran niños super tiernos y cariñosos. Manny me abrazó y me dijo: «Te quiero mucho». Eso me exitó aún más, pues nunca pensé que fueran a disfrutar lo que haciamos a ese grado. «Me quieres mucho? y tú, Nicol?» Ambos respondieron que sí y les dije: «Pues ahora es mi turno, pero vayamos a la habitación».
Cargué a Nicole, y Manny nos seguía. Una vez en la habitación me tumbé en mi cama con la verga apuntando al techo. «Manny, chúpamela mientras disfruto de tu hermana» Y Manny se comenzó a meter mi verga en su boca. Tenía una boca calientita y, aunque me rozaba un poco con los dientes debido a su inexperiencia, estaba en la gloria. Mientras él hacía su trabajo, yo senté a Nicol en mi cara. Comencé a disfrutar de su tierno coñito. Estaba disfrutando a dos hermanitos. Estaba a punto de explotar, pero quería que fuera especial. Levanté a Nicol y le dije: «Sabes que te amo y nunca te haría daño, verdad?» «Sí», respondió. La levanté y le pedí a Manny que se retirara para que su hermana disfrutara también. La senté cerca de mi verga y le dije: «esto te dolerá un poco, pero se pasará rápido». Puse la punta de mi verga cerca de la entrada de su coñito caliente y le dije: «dejaré que tengas el control. Entrala a tu ritmo». Ella no esperó y comenzó a sentarse. Ella parecía que tenía experiencia, pues no se quejó y pude sentir cómo su interior me abrazaba la verga. Me palpitaba de tanta exitación. Le dije a Manny que se sentara en mi cara y mientras Nicol comenzaba a cabalgarme, le lamía el ano a Manny. Etsba en el cielo y no me pude aguantar. Comencé a mover mis caderas rápidamente y vacié cinco chorros de leche espesa dentro de Nicol. Qué delicia!
Inmediatamente, para no desperdiciar la leche, levanté a Manny y senté a Nicol al borde de la cama mientras Manny y yo lamíamos el semen que salía de su conchita y nos besábamos. Qué niños deliciosos! Luego de dejarla limpia, Nicol se unió a nuestro beso y nos fundimos los tres en un beso apasionado.
Ya se hacía tarde, así que nos tiramos a dormir. Dormimos desnudos y abrazados. Uno a cada lado mío. Era un sueño. El olor a sexo en la habitación y estos dos niños solos para mí. Así trascurrió la noche, cuando de pronto me despierto y los dos están pegados a mi verga que estaba dura en la mañana. Eso será un relatos para otra ocasión, pues esta vez fue Manny quien recibió y hombría por primera vez.
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