Ven Dale Gusto a tu Hombre
Mi macho se inspira en mi para cogerse a su mujer y yo muero de celos..
Los días posteriores a mi primera vez fueron un poco difíciles, empezando porque cuando me fui a bañar y aplicar jabón en el culito sentí un fuerte ardor, el cual pase prontamente con agua, pero mientras lo lavaba empecé a recordar como me tenía Nilson en la vieja casona y sin planearlo me empecé a meter un dedo, luego dos y terminé con tres dedos adentro, cuando estaba en mi clímax – ajá y tú qué tanto haces en el baño, estás muy pequeño para andar «cuquidandote» – dijo mi padre desde afuera – apúrate, me estoy cagando – concluyó. No respondí, solo me eche agua encima para que escuchara que me estaba bañando, tan pronto como pude salí sin decirle nada a papá y aprovechando la presión de la toalla disimulé mi caminar extraño. Al día siguiente, por el calor que hacía sentí ahí picazón todo el día, por lo que debía bañarme a cada rato – carajo, pero como que andas enamorado de quien te invitó a almorzar, nos vas a dejar sin agua – dijo mi mamá al ver qué me bañé varias veces, en realidad lo que quería era que calmar la picazón que tenia en el culo como resultado de la mondaquera que recibí el día anterior.
Esa tarde pedí permiso y salí a la cancha a ver a los que jugaban fútbol, solo quería ver a los más grandes en sus shorts de tela delgada, en los que se le pintan el paquete, solo eso era lo que quería, sin embargo, sin darme cuenta Nilson, paso y me vio sentado en las gradas – ¿que haces aquí solita? – Nilson habló en mi oreja casi besándome.
Yo – hey me asusté, me distraje mirando el partido.
Nilson – el partido o los jugadores, abre el ojo, ese culo y esa boca solo son para mí verga… pilas con lo que haces.
Yo – será tu mujer, que por cierto, te debe estar esperando…
Nilson – en un rato paso y te vas detrás de mí .
Se fue rumbo a su casa, a lo cual no le presté mucha atención, yo seguí viendo el partido. No sé cuánto tiempo pasó, pero ya habían terminado de jugar y yo me disponía a regresar a mi casa, cuando lo veo que viene de frente, con el short como me gusta, de esa tela delgada, ya se había bañado, por lo menos eso se veía en su cabeza mojada, solo saludo – hey pelao que – yo respondí su saludo con pulgar arriba, hice como que no le di importancia, pero me regresé a la cancha, vi cuando se alejó, entonces seguí su senda, lo pude ver entonces que entró al monte y se agarró el huevo por encima de la tela, yo me sentí invitado y lo seguí, no caminó mucho, entro bajo una arbusto alto que caía al suelo y tenía como especie de una entrada, supuse que era un culiadero porque estaba limpio y no había materia fecal, el podía estar de pie y nadie nos vería.
Debo confesar que tenia miedo, ya tenia mucho dolor, de hecho en la mañana cuando fui al baño me arrepentí de haber incentivado que pasara lo que pasó, puesto cuando pude defecar volvió el dolor que me hacía sentir que me partía de dos y al mirar había un trazo de sangre que me asustó y me hizo pensar que sanaría de ellos.
Yo – me duele mucho todavía, no sé si lo aguante ahora.
Nilson – no te preocupes mi amor, eres mi muñeca, yo soy tu marido, es tu obligación hacerme sentir contento… o es que no quieres que sea tu marido…
Yo – está bien (dije mirando al suelo)
Nilson – ven tranquila, no te haré daño.
Se acerca a mi y me abraza desde abajo, es decir agarró primero mis nalgas, nuevamente su barba toca mi cuello y siento como esa extraña sensación recorrer todo mi cuerpo.
Nilson – solo quiero que me la chupes un rato… nadie lo hace como tu.
No necesitó decirme más, bajé su short con bóxer y todo, su verga salió con su característica curvatura, tenía un cierto olor a sudor mezclado con jabón, supongo que por haberse bañado hace poco, no se por qué, pero agarré sus huevos…
Nilson – anda mi amor, pásale la lengua, dale gusto a tu hombre…
Empecé a lamer su picha como si fuera una chupeta, tenía un sabor a jabón, prueba de que de recién se había lavado, yo disfrutaba al máximo sentirme presa de ese falo que me fascinaba con esa curvatura, sentía que no había más nada para mí en el mundo y que la única oportunidad de vida la tenía en el néctar que al final recibiría de las entrañas de ese macho, del cual solo sabía que se llamaba Nilson, pero que ya era dueño de mi ano, mi recto, mi boca y mi garganta para usarlos a su voluntad cuando y como quisiera. De repente me saca de mi letargo un leve dolor en mi ano, mi hombre intentaba horadarlo con su dedo medio, pero le pedí que no, porque me dolía mucho aún – no te preocupes mija, solo quiero tocar – cuando sacó su dedo se emocionó y empezó a meter su pene en mi garganta con mayor ímpetu – hay mami, ese culito tiene sangre todavía, ósea que si era verdad que estabas selladita y te rompí – sus siguió pegándome a su pubis, sentía que iba a vomitar y de repente lo siento.
Un liquido llenaba mi boca mezclándose con mi saliva, pero sentía un sabor un poco saladito, ya había sentido antes ese sabor y de veras que lo disfrutaba, tal como si en ese líquido estuviese mi vida yo succionaba con la esperanza de sacar más – shii, cálmate mi amor me vas a sacar hasta la sangre, hoy debo cumplirle a mi mujer, anda arrecha y dice que tengo a alguien más, hace dos noches no le doy su dosis de verga y eso es tu culpa, pero hoy serás mi inspiración – mientras decía eso yo me molesté y me salí de nuestro escondite, me enruté camino a la cancha de nuevo – «maldito cerdo, como se le ocurre que hoy se va a culiar a la perra esa y que pensando en mi» – pensaba mientras me alejaba.
Cuando llegué a casa me di un baño y decidí colgar una hamaca en el patio, teniendo en cuenta que aún era de día y por ello no me pedirían explicaciones, de esa manera podría llorar mi pena y desahogarme, sabía que estaba celoso, quería a ese hombre solo para mí… de solo pensar que estaría con su mujer me hacia hervir la sangre, no sé en qué momento me quedé dormido…
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