VENTE AÑOS NOS ES NADA II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Mariano99.
Conocí a este joven 20 años menor que yo, cuando él tenía 17 recién cumplidos. Ambos con aspecto varonil y sin señales externas. Y después de aquella experiencia de romanticismo correspondido, pero no hablado, y luego de su llamado telefónico (3 días después) entendí que había comenzado algo bueno para mí.
Les recuerdo que vivimos en distintos pueblos, separados por más de 200 km y era todo una nueva manera de encarar la vida desde ese momento, por lo que esperaba con ansiedad, hasta con miedo, el próximo encuentro.
La primera semana de noviembre del ´98 fue ese segundo encuentro. Ya programado, él se vino para mi pueblo en colectivo para pasar el fin de semana juntos. Fue el tiempo de conocernos, de contarnos más de nuestras vidas, ahora desde la libertad de saber que estábamos en una aventura que era casi inesperada para ambos, especialmente para él, que solo había tenido alguna que otra experiencia de adolescente, de esas que se hacen a la pasada.
Charlamos mucho aquella tarde, cenamos, nos dispusimos a acostarnos. Nos bañamos por separado y seguía sin ver su cuerpo y ni siquiera nos habíamos besado como se debe. Esta vez había que probar como venía la mano. Nos acomodamos en la cama de dos plazas, con una pequeña luz encendida, nos abrazamos y lo besé con ganas. Fue un beso de exploración, de ir abriendo nuestras bocas y saborearnos, de probar como besamos, de tirar la lengua para encontrar la del otro…y por ser el primero, muy bueno, porque de ahí pasé a su cuello y tocarlo con mis manos. Él también empezó a recorrerme con sus manos. Uno al otro nos sacamos los slip, y la caricias provocaron mas pasión y besos. Ahí lo vi desnudo, y pude apreciar que tenía una pija hermosa, pero era todo su cuerpo, su aliento el que me inundaba. Tocaba su pelo, él el mío, sentía sus manos por todos lados. Y acá se confirmó algo que caracterizó siempre nuestra relación que lleva 15 años: EL SILENCIO DE DIALOGO MIENTRAS TENEMOS SEXO NOS ACOMPAÑABA CON TODA SU FUERZA.
Apagué la luz, y lo puse boca abajo. Lamí su espalda, suspiré sobre su nuca, se regocijaba moviendo su cuerpo como serpiente. Bajé hasta sus nalgas, y encontré su ano, como si fuera un helado, lo besé, metí la lengua, olía y me gustaba. Luego lo di vuelta y me di en la cara con su pija que estaba toda parada. Era un tronco, que con el tiempo supe que medía 19 cm, apetecible, y creo que con él aprendí a chupar pijas y bolas. Hicimos un 69 perfecto, dándome su boca por todo mi cuerpo por primera vez. Y fue subiendo la temperatura; ya no quedaba lugar por explorarnos. Quedó boca abajo, con su culo levantado y le puse crema para darle toda mi existencia. Lo penetré con delicadeza y disfrutamos. Gemía él, yo suspiraba. Lo rodeaba, atraía su cuerpo desde las caderas, y finalmente acabé como estrellado. Salió de adentro suyo la pija, y se levantó al baño a evacuar.
Yo lo esperé, sin saber si quería darme la devolución. Y fue nomás. Me quedé boca abajo; él fue pasando su pija por mis nalgas, se puso al palo y yo mismo me puse crema en mi ano. Y empezó su embestida: una cogida juvenil, que es incomparable porque parecen cegarse. Poco a poco fue metiéndome su tronco y era terrible el dolor (mucho tiempo sin que me cojan) y me fue cuidando. Cuando entró todo, nos resbalábamos de éxtasis y él nos dejaba de agarrarme fuerte y me bombeó por varios minutos. Su respiración jadeante avisó el climax orgásmico explotando adentro mío, y sentí su leche recorrer mi interior. Sublime, nos quedamos pegados así un buen rato, con todo su cuerpo encima de mí hasta que se salió sola su pija.
Se puso de costado, nos tocamos la cara con nuestras manos y acercamos los labios de aprobación de un comienzo de una historia de amor. Hubo más ese fin de semana, donde lo importante pasa en que eran tiempos de conocimiento mutuo.
Hoy seguimos. Y trataré de contar lo que ha pasado en estos 15 años. Nunca fuimos pareja. El es bisexual 100% y yo me convertí en un pasivo (me definí, antes era versátil) que goza tanto con él, que me fue difícil despegarme. Lo amé y amo mucho; hoy el viene de un fracaso de pareja hetero (hasta el 2008) con quien tuvo 3 hijos; tiene otro hijo de 2 años, pero no se juntó. Trabaja en educación como yo. Nuestros tiempos compartidos han sido de lo mejor que me pasó en la vida.
Continúa…
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