VENUS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sirpepe.
Espero no aburrirlos con esta introducción.
Siempre me ha llamado la atención el arte, cualquier tipo de arte, pero en especial la literatura. El arte erótico es un punto esencial en la literatura, en donde el lector logra obtener imágenes muy fuertes y efectivas que no solo afectan la mente, sino el cuerpo instantáneamente. Es por eso que amo la literatura.
Espero disfruten de esta historia así como cuando yo disfrute al escribirla.
Con amor: Sir Pepe
VENUS
Un club temático, un par de cervezas, y un joven camarero que se convertiría en la diosa del amor.
Era uno de esos días cálidos de verano, como en junio o julio, no lo recuerdo bien.
Estaba lloviendo con algo de fuerza así que pare el coche cerca de la gasolinera debido al temor de que este se quedara tirado. Las gotas de agua resbalaban por el vidrio del auto, la música ambiental comenzaba a sonar al ritmo de clop clop, en el frío techo metálico de la máquina.
Me coloque el impermeable amarillo en el interior del vehículo, ese que tenía guardado en caso de emergencia, como este. Al bajar, mis zapatos quedaron bajo el agua por haber pisado un charco que no habia notado. Como ya saben, en la oscuridad, y con poca visión, los charcos de agua solo parecen manchones negros de petróleo en la oscuridad de la noche.
Pase por entre la lluvia hacia la caseta de la gasolinera, esperaba que alguien me atendiera, puesto que las gasolineras tienen fama de estar abiertas las veinticuatro horas. No fue así. En su lugar me encontré con un muy amable mensaje en la ventana: "Cerrado regrese en la mañana"… Que mendigos.
Note en el cristal de la cabina, cerca del mensaje, un mapa local. Estaba en la ruta 16 muy lejos de la ciudad aun, pero, aun así en el mapa estaban marcados varios puntos diversos. Restaurantes, principalmente, pero, algo lejos y al parecer en medio de la nada, se mostraba un pequeño punto azul que decía: "Space Club, 24 hrs"
Excelente, al menos ahí podrían indicarme la ruta para llegar a mi destino, así que grabe con lápiz el croquis haciendo hincapié en el susodicho club.
Me trepe al auto hecho una sopa, me quite el humedecido impermeable y vire la llave. Se escuchó el rugir del motor de mi troca que arrancaba del lugar, lista para llevarme hacia mi objetivo.
Paso algo de tiempo, unos 15 minutos, eran ya las doce veinte de la noche. De pronto, de la negrura y entre las gotas de lluvia aparecieron a lo lejos una serie de luces muy llamativas, seguramente de neón. Al conducir más y acercarme mas a estas, note que era el club que se mostraba en el croquis. Pero para llegar a él tuve que desviarme de la carretera principal y tomar un buen tramo de terracería bruta.
El edificio era impactante, las luces de neón azul eran un enorme letrero en la fachada que decía "Space Club" Las ventanas estaban cubiertas por cortinas negras y la casa en si tenía el aspecto más que de un club, el de una casa encantada. Al acercarme a la puerta, se escuchó del otro lado de las paredes, el conocido sonido de la música que marca el ritmo, ese sonido tamborileante que parece acompasarse con tu ritmo cardiaco y hace golpe en tu caja torácica.
A un lado de la puerta estaba un pequeño letrero luminoso:
"Space Club. Club 24hrs. Motel, restaurant. +18 Si se desea entrar favor de depositar 500 pesos en la ranura de la puerta"
Espera, espera, ¿un club para mayores de edad? No estaba muy seguro de si entrar o no, pero bueno, tenía que encontrar un lugar donde hospedarme, ya que la lluvia habia aumentado peligrosamente el ritmo de su orquesta.
Tome un billete de 500 pesos de mi pantalón y busque la susodicha ranura. Era un pequeño espacio en el que se marcaba el signo de dinero. Al depositar el billete la puerta se abrió un poco, dejando que la luz y la música electrónica salieran disparadas sin avisar. Entre.
Todo era impresionante. La decoración era muy afrancesada, muy elegante, que en combinación con la música electrónica le daban al lugar un aire muy peculiar y atrapante. La iluminación del enorme lobby provenía de un gigantesco candelabro en el centro del techo que dejaba muy en claro todo lo que sucedía en el lugar.
Pero lo que más me impacto, es que hubiera personas peculiares en el lugar: Un hombre vertiéndole cerveza a otro hombre en un piano, desnudos, varios drag queens, hombres muy machos ligando a chicas con diminutas faldas y botas altas, parejas de gays y lesbianas besándose en todos los rincones, y un grupo de hombres gordos y maduros recibiendo un striptease de una joven con cabellos purpuras. Que impacto. De pronto un joven se me acerco:
-Buenas noches señor, ¿en qué le puedo servir?
El joven tenía como unos 18 o 19 años, acento arrancherado natural, ojos enmielados, cabellos negros. Vestía unos zapatos de esos que están a la moda rojos, unos pantalones de vestir negros, una camisa y un chaleco como de mesero, concluyendo con un elegante moño rojo. En su chaleco se alcanzaba a leer una pequeña tarjeta de presentación: "Venus"
-Buenas noches joven.- Dije con tranquilidad. -¿Información sobre el hospedaje?
-Claro que sí señor.- Me dijo el joven con una sonrisa.- Mire, ahí está el mostrador, ahí puede pedir una habitación y todo lo que se le antoje.- Me indicaba mientras señalaba un mostrador al fondo de la gran habitación.
-Muchas gracias joven.
-Pera servirle. -Se despidió y luego se marchó perdiéndose en la multitud.
Camine hacia el excéntrico mostrador cristalizado, en donde una muchacha de unos 24 años de lacios cabellos rojos me atendió. "Marte" Indicaba la tarjeta de presentación en su blusa que estaba por reventar por sus enormes pechos.
-¿Que se le ofrece guapo?- Me dijo la muchacha mientras lamia una paleta de forma muy peculiar.
-Am… Este… Me gustaría alquilar una habitación.- Le dije algo nervioso, ya que la forma en la que lamia la paleta, y sus pechos cubiertos con leves telas, hacían que mi cuerpo empezara a reaccionar.
-¿Solo una habitación papi?- Me dijo mientras se agachaba mostrándome más sus bubis.
-Si, por favor.
-Vamos guapo, no seas tan aburrido, aquí puedes pedir lo que sea. Cualquier cosa.- Me dijo con una voz seductora. Luego subió una pierna al mostrador y comenzó a acariciarla.
-No gracias. Solo la habitación.- Le dije intentando calmar mis instintos sexuales.
La mujer tomo un enorme libro y comenzó a ojearlo, luego me lo mostro.
-Aquí están las fotos de todas las habitaciones con su respectivo costo por noche. Cada habitación tiene televisión por cable, internet, todos los servicios básicos, mini bar y un teléfono que conecta directamente con migo, guapo.
Mire el libro, en cada página una foto de una habitación diferente con sus respectivas características y el precio por noche. La variedad era increíble, casi todas estas eran temáticas. Habia desde una habitación que asemejaban los aposentos de un rey, hasta una que parecía un cuarto habitado por hippies.
Paso un tiempo, yo seguía observando las fotos. Finalmente elegí una habitación muy normal, muy apegada a la moda de los 70s muy acogedora e impresionante.
-Quiero esta.- Le dije a la muchacha. Ella indico que la esperara un momento ya que iría por las llaves del cuarto, y entonces desapareció tras una puerta.
En ese momento las luces se hicieron muy tenues, pero un enorme reflector mostraba una especie de mesa al centro del salón. De pronto, apareció. Vestido solo con una especie de short blanco, apareció el joven que me habia atendido. El de acento arrancherado emergió del centro de la mesa acompañado por un cromado tubo. La música comenzó.
Música clásica. Hungarian dance num. 5 para ser precisos, acompañaban los movimientos del muchacho. Era belleza, no solo era un club de sexo como yo habia pensado, era un club artístico al parecer.
El muchacho daba volteretas y giros sobre el tubo cromado al ritmo de la música. Al subir por el tubo, note como sus músculos de joven vigoroso se le marcaban en todo su cuerpo. Sus pantorrillas, sus piernas gordas, esas nalgas grandes y fuertes que se marcaban por debajo del short, su abdomen marcado por fraccionados cuadros de musculatura, su pecho dividido en dos, sus fuertes brazos de hombre y un rostro, un rostro… Hermoso, firme, con una pequeña barbita solo en la perilla, se podría decir que sus ojos no miraban al público, si no que se notaba que sentía el momento, sentía todos los movimientos. Fue muy hermoso y erótico. Al finalizar el acto aplaudí estruendosamente junto a la multitud.
-¿Con que Venus te gusta eh?- Escuche detrás de mí. Era la joven que jugaba con una llave entre sus dedos. ¿Desde hace cuánto que llego ahí?
-¿Cómo perdón?- Dije yo.
-No te hagas, ya veo que tiene a su mascotita bien despierta.- Me dijo y luego lanzo una mirada a mi pene, que en efecto, estaba como piedras tras ver el acto del muchacho.
No conteste, solo salieron balbuceos de mi boca, la mujer sonrió y me entrego la llave.
-Lo que usted quiera, aquí se lo damos.- Me dijo casi susurrando, luego lanzo una leve mirada al muchacho que descansaba junto a otros jóvenes.- Piso dos, novena puerta a la izquierda.
Llegue a la habitación. ¿Qué rayos pasaba con migo? Tan solo recordar la escena del tubo hacia que mi corazón latiera de forma estruendosa y mi miembro lanzara a gritos su libertad. ¿Sentía atracción por el chico? Jamás me habia atraído un hombre, menos un jovencito mucho menor que yo. Así que me tranquilice y me fui a acostar.
No podía dormir, algo, necesitaba algo. Y yo sabía que era, quizá solo sería por una vez, solo por crisolad, así que no me resistí mas y tome el teléfono llamando a la recepcionista.
-¿Si, diga?
No podía decir nada, mi boca se abría pero no salían palabras. Pero, a pesar de ello, escuche al otro lado del teléfono:
-Ahora mismo le mando a Venus.- Dijo la muchacha acompañada con una risita y me colgó.
¡Que vergüenza me doy! Satisfaciendo mis deseos sexuales con un muchachito cuyo vello corporal aún era finito y delgado. Que idiota soy. Tome el teléfono para cancelar la "orden" pero antes de descolgar, la puerta se abrió dejando entrar a un Eros a mi habitación.
Era Venus. Vestido con un traje de gala blanco en su totalidad, con una charola cubierta con una tapadera plateada. Yo no me podía mover, así que deje que el tomara iniciativa.
-Señor. Marte me indico que buscaba mis servicios, así que espero que disfrute de su estancia y logre obtener la satisfacción que busca.
El muchacho, dejo la charola en una encimera, cerro la puerta y presiono un botón en la pared. Justo en donde estaba una gran cortina blanca (que no habia notado) comenzó a moverse hacia un lado, dejando a la vista un micro escenario con luz incluida. Piso de madera, la pintura del nacimiento de Venus de fondo y un hermoso y cromado tubo en el centro. El joven se subió a la tarima sin avisar y presiono bajo un interruptor. Despues de unos segundos las luces del micro escenario se apagaron, luego se encendieron y se comenzó a escuchar la canción de Venus del grupo Bananarama.
El chico comenzó a bailar al ritmo de la música de forma muy sensual. Pasaron los segundos y el ambiente comenzó a calentarse. Se empezó a desabotonar la camisa, hasta desacerase en su totalidad de ella sin dejar de bailar. Luego prosiguió con los zapatos y las calcetas los cuales se quitó rápidamente y con maestría. Siguiendo el ritmo de la canción. Cuando vi que su pantalón cedía, dejando a la vista sus trusas mi pene empezó a emanar pre semen. Empecé a masturbarme por encima del pantalón. El bulto del muchacho empezaba a crecer conforme avanzaba la música, llegó al punto que su trusa dejaba muy poco a la imaginación. Se la quitó. Al quitarse la última prenda, salió despedida su verga, un trozo de carne muy apto para su edad, como unos 13 o 14cm de virilidad. Sus bolas estaban contraídas, haciendo una especie de esfera rosada colgante bajo su pene, sus vellos públicos, negros y revueltos, hacían de la vista de su hombría un cuadro espectacular. Seguía bailando al ritmo de la canción, pero ahora se trepo al tubo y comenzó a bailar en el. Era muy flexible y fuerte, cada movimiento me mostraba cada rincón de su cuerpecito, desde su entrepierna, sus axilas ligeramente velludas, sus limpios pies, hasta su culito que se abría para mis ojos cuando hacia estiramientos de sus piernas.
Cuando la canción termino, el muchacho termino en una pose tan erótica que termine por correrme bajo los pantalones. No estaba satisfecho.
-Un placer servirle señor, que tenga buenas noches.- Me dijo el muchacho mientras se acercaba a mí para darme la mano. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, yo le tome del brazo y lo acerque a mí.
– Un momento putita, aun no ordeno que te vallas. Entonces me lance al cuerpo del muchacho y comencé a lamerle el cuello. Baje hasta su pecho y le mordisquee bestialmente los pezones rosados, haciéndolo gritar en una ocasión. Luego, sin dudarlo más, me brinque directo hasta su herramienta y me la metí de golpe a la boca. Venus gimió fuertemente con esto. Luego comencé a mamarle su pene frenéticamente, pasaba mi lengua por su cabeza haciendo movimientos circulares, le besaba y chupaba los huevos, luego de regreso al pene. Me metía su verga tan profunda, que sus vellos púbicos me hacían cosquillas en la nariz y los labios. Pase mis manos por detrás de su cuerpo, por sus nalgas duras y grandes, buscando su culito. Y cuando lo encontré e intente meterle un dedo, sorpresa. Estaba increíblemente apretado. Aún era virgen. ¿Cómo era posible, era yo el primer depravado que quería una noche de placer con el chico? Al parecer sí.
Le mame la polla a Venus de forma tan rica, que este término por llenarme mi garganta de sus leches de adolecente. Me lleno de un saborcito dulce, saladito y pegajoso, unos cinco chorros lograron salir desde su pene hasta mi boca. Cuando la saco el aun la tenía como piedra, y yo ya tenía otra recarga lista, pero esta vez, se la tenía que vaciar a él.
Sin dejarlo reaccionar, lo levante con fuerza y lo lance a la cama. Luego, me entro curiosidad por la charola cubierta que habia traído.
-A ver pinche puto, ¿que traes aquí?- Abrí la charola y me encontré con una gama de juguetes sexuales. Todos nuevos y todos de cristal. Mi vista se centró en unas bolas chinas.
-Ponte boca abajo maricon.- Le ordene casi gritándole al muchacho, quien me hizo caso sin rechistar.
Pose mis manos en sus nalgas, eran muy firmes y bastante grandes. Son de esas nagas que marcan el elástico de la ropa interior cuando te pones pantalones de vestir.
Me acerque para ver, le abrí las nalgas, y visualice su entradita. Rosa, virgen, pequeña, y con algunos pelitos negros a sus alrededores.
-Yo seré el primero que te preñe nena.- Le dije y le di una nalgada que hasta a mí me dolió.
Tome las bolas chinas y puse la primera en su entradita. Comenzó a hacer presión. El chico escondió su cara entre sus brazos mientras hacía ruidos de dolor de vez en cuando.
Su ano comenzó a ceder ante la bola de cristal, como era de cristal, llego el punto en el que se le notaba como estaba todo el agujero abierto. Le miraba sus entrañas y eso me prendía.
Pase a la segunda, la cual introduje de golpe, lo cual provoco un ligero quejido del muchacho.
Al meter la tercera y última, note como su agujerito se cerró tras el paso de la esfera. Parecía una especie de caja de seguridad que ahora guardaba los más grandes tesoros. Cuando jale el cordel y comenzó a salir la primera, note como su culito se empezaba abrir para dar paso a la esfera. Cuando salió la primera del todo, el culo del niño se cerró y se escuchó otro quejido. Así lo hice y sucedió lo mismo con las dos restantes.
Hice a un lado las esferas y me asome al culo del chico, cual sería mi sorpresa que aún estaba muy cerrado. Sin pensarlo mucho, me avente de clavado a su agujerito, y mi lengua se comenzó a pasear por este tesorito de macho.
Jugueteaba con el tesoro prohibido del joven. Mi lengua pasaba por cada rincón de su pequeño agujero. Apoye mis manos en sus firmes posaderas, así tenía más control sobre su entradita.
Le llene el culo de saliva, y cuando vi que ya estaba bien mojadito, me prepare para el clímax de la historia.
-Ahora veras lo que es bueno chamaco.- Le dije. Venus sujeto con fuerza una almohada y me miraba de reojo con ojos de preocupación.
-N, no tan fuerte señor, es mi primera vez, por favor sea gentil.- Alcance a escuchar que me decía con un tierno tartamudeo.
-Que gentil ni que nada wey. Heres hombrecito y te aguantas.
Cuando dije esto, coloque la cabeza de mi verga en la entrada del muchacho, quien oculto su rostro en la almohada y comenzó a tensar los músculos mientras mi pene le abría el ano. Escuche un grito ahogado debajo de la almohada cuando le metí la cabeza.
-Aguántese.- Le dije mientras lo jalaba del pelo para ver su rostro y sus gestos, mientras lo cogía.
Cuando se la metí completa de golpe, el chico grito como si lo estuvieran matando.
-¡Ah duele, duele mucho, sáquelo, sáquelo!
-Aguántate, te va a gustar.
– No, no, no, sáquelo, sáquelo, algo se desgarro ah!- Al escuchar esto último y ver que se le escaparon unas lágrimas, le saque el pene del apretado culo y Venus se hecho en la cama todo estirado. Me agache para ver más de cerca que le habia sucedido. En efecto, seguro le habia desgarrado el culo, ya que una fina ebrita roja emanaba de su agujero y se resbalaba hasta sus huevos.
-No tienes nada, no seas marica. Lo único que paso es que ya no eres una virgen. Ahora, prepárese mijo, porque le toca leche a su culito.
Venus sujeto la almohada con fuerza y oculto en rostro es esta, esperando la embestida. Sin desacomodarlo de cómo estaba boca abajo, solo le moví un poco la pierna izquierda flexionándola así como cuando te van a poner una inyección.
Apunte mi verga a su entrada, aún muy apretada, y comencé a abrirme paso a través de su orificio de jovencito. Otro gritillo ahogado, fue lo que escuche cuando le metí toda la cabeza de mi hombría.
-A ver wey, así no se puede bien.- Dije esto y lo jalonee de sus cabellos hacia mí. Cuando ya estaba bien cerca, lo abrace colocando una mano su pecho y otra en su verga.
-¿Por qué no la tienes dura mijo?- Le dije bromeando mientras agarraba sus bolas y su pito con una sola mano. El no contesto, se limitó a mirarme de reojo y bufando intentando controlarse.
Sin avisarle, comencé a meterle más y más mi monstruo deseoso del culo del joven. Venus intento recostarse para hacer menos dolorosa la embestida, pero mis manos lo retuvieron en la posición en la que lo habia dejado: De rodillas, con las nagas paradas, espalda curvada hacia atrás y por ende, tenía su cabello a la altura de mi nariz.
De un golpe entro hasta que mis huevos sonaron en sus nalgas, el chico se quejó pero yo ignore. No me movía, y evitaba que él se moviera también.
-No se mueva chamaco, deje que su culito se acostumbre.- Le dije mientras le acariciaba los pezones.
Cuando note que sus gestos de dolor disminuían comencé con un va y ven leve pero firme, que hacía que el muchacho apretara fuertemente los dientes en cada metida. Comencé a jalonearle en pito al chico intentando que se le pusiera duro. Y dicho y hecho. Despues de un tiempo de follar su culo, pellizcar sus tetas y jalarle el pito, Venus logro obtener una erección bastante vistosa.
-Mira nada más. Al nene le gusta que le den paleta de leche por atrás. Ahora prepárate que ya viene lo bueno.
Dije esto y luego comencé a destrozarlo. Se la metía, se la sacaba y así repetidas veces. Ya no sabía si el chico gritaba o se quejaba, yo estaba hipnotizado por su culito apretado.
De pronto, salieron chorros del pene del chico, unos cinco chorros saltaron y cayeron en la cama. Restos de su lechita tibia cayeron en la mano con la que lo masturbaba.
-Sí, que rico se sintió eso. Debiste haber sentido tu culito niño, parecía que querías mocharme la verga en dos cada que lanzabas un chorro de leche.
Acerque mi mano con el semen del muchacho a mi nariz y olfatee el aroma de su jugo. Ese olor a sexo y hormonas que me prendieron al mil.
-Mira mijo, huélele, huele tu lechita.- Le dije mientras le acercaba la mano a su nariz para que oliera.
Deje que bajara el cuerpo y quedara en pose de perrito, para más comodidad de ambos. Lo tome de las caderas y empecé a sentir como estaba llegando a tercera base.
-Me vengo, uff, que rica cola la tuya wey.- Le decía mientras lo cogía con la intención de acabar, sus nalgas chocaban en mis piernas, su cabello se paseaba al ritmo de las embestidas. Sentir su culito apretado y tibio acompañado de sus quejidos hacía que casi me corriera en sus entrañas.
-Adentro no.- Me dijo.- Por favor, señor, adentro no.- Lo escuche decir con voz rota por quejidos. Me dio lastima y accedí.
Saque mi polla de su agujero y comencé a frotarla en la raya de sus nalgas. Solo bastaron cinco pasadas para que mi leche saliera de mi verga y terminara en las nalgas de Venus.
-Ah… Que buen muchacho.- Le dije a la vez que le daba una nalgada sonora en su nalga.
…
Abrí los ojos y vi el reloj. Eran las cuatro de la mañana. Voltee a un lado de la cama y mire al muchacho dormido como un bebe. Acaricie su cabello y su mejilla. Me acerque y le plante un beso en sus labios, corto, sencillo, sin lengua ni tanta pasión.
-Lléveme con usted.- Lo escuche decir.
-¿Que dices?- Le dije asombrado, ya que no me esperaba eso.
-Si. Sáqueme de aquí, por favor, no tengo nada. Ni familia, ni amigos, vivo aquí… Y usted, es la primera persona que me demuestra un poco de amor. Le intereso, y se lo agradezco.
Estaba en shok total. ¿Qué hacía?, no sabía que hacer, que decir, como reaccionar. Mi cabeza estaba hecha un lio. Pero entonces, me beso. Fue el beso más hermoso de toda mi vida, mucho mejor que el de cualquiera de las mujeres con las que habia estado.
-Póngase los pantalones que nos vamos.- Le dije con una sonrisa. Saltamos de la cama. Yo me puse mi ropa completa de la forma más rápida que podía, a lo cual creo que fue muy rápido, ya que el chico solo llevaba sus pantalones y apenas estaba terminando de abrochar su zapato.
Sin dejarlo terminar lo tome de la mano. Y lo levante de jalón de la cama.
Corrimos como dementes hasta el lobby.
-¡Alto, alto. Seguridad, seguridad!- Escuche la voz de Marte que gritaba tras la barra de licores.
Corrimos como locos hasta afuera, con casi todo el club tras nosotros. Subimos a mi camioneta, vire la llave y encendió el motor, listo para llevarme a mi destino. Pise a fondo y dejamos atrás a la bola que nos perseguía que desapareció en una gran nube de tierra.
Así estuve conduciendo durante rato.
-Gracias señor, se lo agradezco mucho.- Me dijo el muchacho.
-Por nada muchacho, solo dime Alex.
Los rayos solares empezaron a emerger tras las montañas, coloreando el cielo de un hermoso nuevo amanecer.
-A todo esto. ¿Cuál es tu nombre?
-Jonathan.- Me dijo. Luego encendió la radio.
Fin
Muchas gracias por leer todo el relato, obviamente ficticio, y espero que haya sido de su agrado. En esta ocasión, intente hace runa malgama de dos de mis otros textos (no sé si lo notaron) utilice los elementos literarios de Metamorfosis, y la escena de sexo está inspirada en la de V de Venganza, S de Sexo. ¿Qué les pareció mi historia, que les gustaría leer? Gracia nuevamente por tu lectura, cometa por favor y me sentiré satisfecho.
Pásate por mis otros relatos.
-V de Venganza. S de Sexo: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-19516.html
-Metamorfosis: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-18738.html
-Pedro, Mi escultura humana: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-18468.html
-Lo desvirgue a sus 10 años: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-18465.html
Trabajando en el relato:
-Metamorfosis 2
Chao, los quiere. Sir Pepe
Art-Pepe
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