Viaje de Egresados con mi mejor amigo (Noche 2)
La segunda noche que pasé con mi amigo Eduardo..
Eran las 6:45 de la mañana cuando me desperté, faltaban 15 minutos para que sonara la alarma y los profesores empezaran a molestar. Aun desnudo vi que mi pene esta duro como una piedra, así que despacito empece a pajearme, aprovechando el momento tranquilo y relajante. Se sentía tan rico, mi mano apretando mi pene duro, tanto que cerré los ojos y disfrutaba tanto del momento, que no me di cuenta que Edu estaba despierto y mirándome, hasta que me dijo “buenos días” y yo me asuste, y el rió mucho.
Yo: ¿que hacías?
Edu: Mirándote.
Yo: ¿desde cuando?
Edu: Yo desperté primero en realidad, ¿increíble no?
Yo: ¿que te despertaras temprano?
Edu: No, que después de todo la leche que tiramos anoche, ahora esté de nuevo a 1000.
Mire el pene de Edu y estaba durisimo y grande, creo que incluso mas que anoche. Se puso de pie, y se le veía aun mas grande así.
Edu: Vamos
Yo: ¿a donde?
Edu: Al baño a tirar leche, ¿no querrás ir a desayunar con esa enorme cosa?
Yo: Pero yo quería acabar aquí acostado.
Edu: No, imaginate si la mucama ve las manchas y avisa a un profesor, nos matarían.
Entonces yo también me levante y fuimos al baño a pajearnos. Dicen que la primera del día es la mas rica, y tienen razón. Nuestros penes duros no tardaron nada en disparar toda la leche en el inodoro, estábamos tan satisfechos que los penes se hicieron chiquitos de nuevos, y justo para ir a desayunar. Nos vestimos y salimos del cuarto
*UN DÍA MUY ABURRIDO MAS TARDE*
Volvimos al cuarto después de cenar como a las 21:00. Lo primero que hago, es cerrar la puerta con llave y encender el aire acondicionado. Y lo primero que Edu hace es sacarse el pene.
Yo: tan rápido te pones en bolas.
Edu: ¿te molesta?
Yo: si me molestara, te lo hubiera dicho anoche.
Poco a poco nos fuimos quitando la ropa, hasta quedar desnudos. Nos acomodamos en la cama a conversar, y la charla fue subiendo mas y mas de tono cada vez, hasta llevar a temas calientes, y nuestros penes poco a poco se ponían mas y mas grandes. Y entonces se nos ocurrió medirlas por diversión. Tomamos una regla de los bolsos, y cada uno media la del otro. Era tan lindo sentir las manos de Edu en mi pene, y también tocar el suyo. Yo tenia 15cm, y Edu unos increíbles 18 cm.
Edu: Te gano por 3.
Yo: Si, fue divertido.
Edu: ¿no me digas que te excitaste al tocar mi pene? ¿estas puto?
Yo: mira quien habla, tu pene esta aun mas duro.
Empezamos a discutir de eso, y decidimos arreglarlo con un duelo de espadas. Solo que en vez de estadas serian penes XD.
Nos paramos desnudos en mi cama, y empezamos chocandolos uno contra otro, Edu tenia ventaja por ser mas grande pero no me rendí. Entre golpe y golpe podía sentir su pene palpitar, sus venas se marcaban mucho. Y llego al punto que los se bajaron los prepucios, y los glandes quedaron expuestos, así que seguimos el duelo cabecita con cabecita. Esa sensación era tan intensa que poco a poco nos fuimos calentando mas y mas, y antes de darnos cuenta llegamos al orgasmo. Nos temblaban las piernas, mientras entre gemidos de placer, nuestros penes durisimos disparaban chorro tras chorro de leche. Cuando finalmente acabó tan deliciosa corrida, vimos el desastre que hicimos, mi cama estaba llena de leche.
Yo: mira lo que hiciste.
Edu: ¿yo? Tu tiraste mas leche.
Yo: tu presumías de tirar mas leche.
Edu: bueno bueno, no quiero discutir, te ofrezco mi cama para que durmamos.
Yo: ¿dormir juntos?
Edu: ¿o quieres que yo duerma en el baño?
Yo: no, pero tal vez sea incomodo.
Edu: acabamos de tocarnos los penes y tirar una tonelada de leche juntos, ¿y dormir juntos te parece incomodo?
No quería discutir mas, así que acepte su oferta. Apagamos las luces, y nos acostamos desnudos en la cama de Edu. Uno al lado del otro, en la oscuridad, la suave luz de la calle entraba por las cortinas, y con el fresco del aire, me sentí tan cómodo y a gusto, que no pude evitar sonreír. Y edu lo notó.
Edu: ¿que te pasa?
Yo: no se, estoy feliz.
Edu: sabes, yo también estoy feliz, de compartir este momento contigo.
Yo: ¿enserio?
Edu: ¿crees que miento?
Y no se porque, le di un abrazo, y el aceptó mi abrazo. Su cuerpo era tan suave y valido, me sentía tan cómodo entre sus brazos, tanto así que mi pene volvió a ponerse duro. Y no fui el único, los 18cm de Edu endurecieron al instante. Y Edu me susurró al oído, ¿la ultima entes de dormir? Sin decir nada, el agarró mi pene, y yo el suyo. Nos pajeamos mutuamente. El pene de Edu era tan rico, grande, duro, y caliente. Esta muy sudado y un poco de leche del orgasmo anterior. No podía dejar de pajear tan hermoso pene, y parecía que Edu sentía igual, pajeaba mi pene como si le encantara tenerlo en sus manos. Quería que ese momento nunca termine, quería disfrutar de nuestros penes siempre, pero nuestros cuerpos tienen un limite. Sin decir una sola palabra, llegamos al segundo orgasmos de la noche. Sentía como el duro pene de Edu disparaba esa lechita, y el mio palpitaba entre sus dedos. Queríamos evitar dormir entre manchas de eche, pero al final terminamos manchando ambas camas. Pero estábamos tan cansados que no nos importo, y nos dormimos, abrazos, desnudos, y manchados de leche caliente.
Fin de la noche 2.
Ya quiero el oral y la penetración mutua
Para cuando la parte 3
Espero con ansias la 3ra parte