Viaje de pesca con mi primo VII
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Tinchoxxx.
Después de aquella última noche de sexo, el viaje de regreso a casa transcurrió normalmente.
Las horas que duró, lo pasamos escuchando música, jugando a las cartas, en fin, boludeando como tres pendejos que éramos.
Al llegar a casa, bajamos todas nuestras cosas, ordenamos y volvimos a nuestra vida normal, la de todos los días estando de vacaciones.
Esa tarde nos despedimos, Sergio y yo como debe ser, hablando en mi dormitorio, solos los dos.
Nos besamos y juramos otra vez no terminara con lo que hacíamos, sabiendo que no sería tan fácil ni cómodo como lo había sido estos días, pero jurándonos amor, nos besamos y nos despedimos hasta el día siguiente en que seguramente iríamos a la piscina del club o a jugar al fútbol al campito con los demás.
No se si a Sergio le pasaba lo mismo que a mi, pero yo me sentía en las nubes, pensaba todo el tiempo en el, tanto fue así que mi hermanito, cuando nos fuimos a acostar, al apagar la luz se cruzó a mi cama y me preguntó.
– Che.
ustedes son novios??? –preguntó Alejandro.
– Y si.
que se yo.
a vos te molesta???- respondí entre enojado y sorprendido.
– Pero son varones como yo.
– Y que tiene eso que ver??
– Es que.
– Que??
– No.
nada.
– Yo a Sergio lo re quiero, entendés?? Y el me quiere a mi.
– Y se cojen jajajajaja.
– dijo Alejandro de manera burlona.
– Y si.
y a vos también el te cojió jejeje, así que no te hagas el santito y bien que te gustó.
Ahí se puso rojo como tomate mi hermano, dándose cuenta que si lo nosotros estábamos haciendo algo malo, el también lo había echo, así que esa respuesta mía lo dejó en silencio como por 5 minutos.
– Jor, te puedo preguntar otra cosa??
– Si, que??
– No te vas a enojar??
– No, bola, preguntá.
Otra vez un silencio de muerte de Alejandro, por uno o dos minutos, hasta que.
– Yo no te gusto??
Esa no me la esperaba, ahora el mudo era yo, que le podía responder a semejante pregunta.
– Este.
mirá.
eehh.
sos mi hermano Ale.
– Por eso.
Te gusto o soy feo para vos??
– Esteee.
y sos re lindo.
– Entonces te gusto??
– Si, pero como hermano ehh !!
Otra pausa larga de Alejandro, luego se giró hacia mi ya que estábamos ambos boca arriba, cruzó su brazo derecho sobre mi pecho, puso su rodilla derecha sobre mi muslo y su boca quedó sobre mi oído.
Después de sus preguntas y sus silencios, sumados a esa forma de abrazarme, yo sabía lo que venía, sabía lo que mi hermanito quería, o al menos lo intuía, tanto me maquinaba, que mi pene se puso duro de inmediato sin que ni yo ni mi hermano lo tocásemos y sobre mi pierna podía sentir que el del también estaba duro.
Estando así acostados, de pronto la puerta del dormitorio se abrió y sin encender la luz, entró mi mamá, y por la luz que entraba del pasillo, pudo vernos que a ambos acostados en la misma cama y abrazados.
Yo apenas giré un poco el cuerpo para que la “carpita” que formaba mi verguita bajo la sábana no se notara y mi hermano cerró los ojos fingiendo dormir.
– Que hacen mis corazones??.
Pregunto mi mamá casi murmurando.
– Nada ma.
– respondí yo en el mismo tono.
– Ale se acostó a acá conmigo para hablar del viaje y se durmió.
– Despertalo y así se acuesta en su cama.
– No ma, dejalo que duerma acá si total no me molesta.
Apenas terminé de decir eso, cuando siento la mano de mi hermanito bajo la sábana, subiendo suavemente por el costado de mi boxer, haciéndome tiritar de la emoción, hasta llegar a mi verga que si antes estaba dura, con ese contacto quedaba casi al borde de la explosión.
– bueno amor.
pero si te molesta despertalo y mandalo a su cama.
– Bueno ma.
– respondi temblando ya que tenía la mano de mi hermanito metida dentro de mi boxer y tomándome los huevitos.
Me estampó un beso en la frente a mi y otro a Alejandro y salió cerrando la puerta tras ella.
Segundo después, sin decir palabra alguna, Ale, se fue subiendo sobre mi hasta quedar frente a frente, yo solo lo dejaba hacer y correspondía a lo que el hacía.
Me besaba la oreja, el cuello, la mejilla y llegó a mi boca para posarse sobre mis labios.
Abrí un poco estos y dejé que siguiera, mientras el se movía sobre mi como si estuviera cojiendome, moviendo su verguita sobre mi estómago.
Yo instintivamente bajé mis manos por su espalda, hasta llegar a su colita, ahí el solo fue abriendo sus piernas como invitándome.
Levanté con mi mano izquierda el elástico de su boxer para meter mi otra mano dentro y con mi dedo índice recorrí su zanjita hasta llegar a su agujerito, cuando lo toqué, dio un suspiro y alzó un poco su cabeza y se apretó más a mi.
Le encantaba eso que le hacía.
Lo giré sin soltar su abrazo para quedar encima de el, tomé sus boxer y se los quité de una sola vez suavemente.
Tomé con toda mi mano sus huevitos y su pijita, bajé la cabeza y me los metí a la boca, para darle una chupada suave mientras el se retorcia debajo.
Mi saliva corría para debajo de sus huevito y se perdía en su cola, donde tenía mi dedo medio jugando con su agujerito, el separó sus manos de mi cabeza y las llevó a sus nalguitas para abrirlas, ahí comprendí lo que el quería y no me hice rogar.
Seguí bajando con mi boca hasta posarla en su entradita, olí un poco ese fresco olor a limpio recién bañado, hundí mi lengua allí y me sorprendió que mas la quería meter y más entraba, eso, lejos de desagradarme, me enloquecía.
Le chupé la cola hasta el cansancio ya que el había levantado sus piernas de tal manera que había pasado sus brazos por dentro y sus rodillas quedaba casi a la altura de sus oídos, posición que hacía que se abriera aún mas su colita.
En esa penumbra me detuve un momento, subí hasta su cara y al oido le pregunte si podía encender la luz a lo que me dijo que si.
Encendí el velador, me paré junto a la cama cerca de su cara y me fui quitando mi boxer, hasta que salió disparada mi verga, tomé mi prenda interior y la coloqué sobre la luz del velador para que no reflejara tanto brillo y se fuera a ver por debajo de la puerta.
– Queres que siga?? Pregunte murmurando.
– Chupame mas.
– respondio en el mismo tono
– Eso te gusta??
– Esta re bueno.
Subí a la cama, el subió de la misma forma sus piernas y las volvió a abrir como antes y ahí vi que su cara quedaba a no mas de 15 cms.
de su pijita.
Eso me encantó, porque mientras le hundía mi lengua lo miraba a los ajos y podía ver como gozaba.
Estábamos gozando como locos, el con mi lengua en su culito y yo con su carita desencajada.
Esa imagen me vuelve a mi mente aún hoy y me llena de felicidad.
Cuando mi lengua ya estaba al borde del calambre y su cola parecía una fruta recién cortada al medio, posó su cabeza sobre la almohada y soltó sus piernas.
– Que pasó, no querés que sigamos??.
– pregunté.
– Siiiii, sigamos ¡!!
Me recosté a su lado, lo besé tiernamente, lo acaricié, hasta que puso su mano sobre mi cabeza y se acercó a mi oido para decirme.
– Cogeme.
– En serio??
– Si, dale.
– En serio querés que yo te la meta???
Se separó de mi, se colocó en la misma posición de antes, abriendo su culito al máximo.
Me coloque entre sus piernas y apunte mi verga a su agujerito, coloqué un poco de saliva en mi cabecita, la arrimé y le pedí que se coloque su boxer sobre su boca para que si le doliá no fuera a gritar.
Lo hizo y me acomodé nuevamente, acerque la punta, presioné un poquito y sus ojos se abrieron apenas, la saqué, puse mas saliva, la arrimé mas, volví a presionar y esta vez entró hasta la mitad, que apretado estaba.
Los ojos de Ale estaban como platos.
– Te duele mucho??.
– Mmmmmhhh.
– Respondió
– Querés que te la saque???
A eso contestó negando con su cabeza y sin separar su mirada de la mía.
Acerqué mi boca a la suya, metí mi lengua en su boca y al esta así pegado nuestros labios, se la enterre hasta los huevos.
Un gritito ahogado le salió y me apretó contra si como si quisiera que meta todo mi cuerpo dentro de el.
Eso me aceleró, pasé mis brazo por debajo de sus axilas, lo tomé de los hombros y lo comencé a coger, primero suavemente, luego mas fuerte y cada vez mas y mas.
La cama era del tipo somier, así que era cero crujido o ruidos sospechosos, mas aún porque al ser niños, nuestro peso no era demasiado así que no se escuchaba nada.
Mas lo bombeaba y mas me apretaba el, golpeaba su cola como si fuera la última vez en la vida, con desesperación, tanto que en un momento de respiro, me dijo.
– Pará, pará!!!
– bueno, te la saco, perdoname.
– No, no, no la saques, es que se me cansan las piernas, pará, me pongo al reves.
– De perrito??
– Aja, queres??
– Dale.
Se colocó en cuatro patitas, abrió la cola y me dejó entrar otra vez, con un pequeño suspiro entre dolor y placer.
Esta vez no hubo preparación, fue poner la cabecita en la entrada, empujar una sola vez y sentir como entraba, apretadito, húmedo, muy rico.
Lo monté como nunca había pensado ni imaginado hacerlo, mi hermanito me estaba regalando su cola.
Ninguno de los dos teníamos idea que aquello era incesto, algo prohibido, solo disfrutábamos de nuestro lado animal.
Lo penetré cuanto quise y quiso, despacito a veces cuando me cansaba y acelerando el ritmo cuando recuperaba el aire, dos, tres diez minutos hasta que sentí llegar el orgasmo, fuerte, explosivo, todo en mí se tensó, Ale también lo sentía porque de sus labios salían sonidos de placer que no se explicar con palabras.
Por fin exploté en un orgasmo precioso, sentí como en la cabecita de mi verga parecía tener hormigas, se hinchaba y al final salió el “juguito” delicioso que me dejó doblado de placer, palpitando, los dos sonreíamos sin decir palabras, jadeando.
Al fin se dejó caer despacio sobre la cama y yo pegado detrás de el sin sacarle mi varita de su cola.
Les mentiría si les dijera que después de un rato se me bajó y se salió sola de su cuevita, eso no pasó, era tanta mi calentura que no se me bajaba la verga.
Se la saqué muy despacito y me recosté a su lado, abrazándolo, dándole besitos en la nuca y las orejas, llenándolo de caricias, el solo se dejaba hacer, sin dudas había quedado como yo sin aliento pero feliz.
Así estuvimos mucho tiempo, quizás una hora, hasta que el habló.
– Jor, nosotros somos putos???
Ufaaa, otra pregunta que no me esperaba, pero algo debía decirle, asi que…
– Y si, Sergio también.
– Entonces los chicos del barrio nos van a hacer burla???
– Ale, si no contamos nada no se van a enterar.
– Y si se enteran Papi y Mami ??.
Maldito cargo de conciencia….
Hasta la próxima amigos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!