Viaje en moto con mi vecino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sinpelitos.
Viaje en moto con mi vecino
Mi vecino cuando yo tenía doce años me invito a andar en moto el en ese entonces andaría por los treinta y tantos, un hombre muy bueno grande fuerte muy simpático, siempre le decía a mi mamá que un día de estos me llevaría a las montañas a pasear en moto y mamá le decía que si iba con el no habría problemas ya que le tenía mucha confianza, el siempre reparaba cosas en las casas y en la mía no era la acepción, a mí me atraía mucho , si bien yo no era afeminado si era muy tímido y muy delicado para el común de los chicos del barrio, y gracias a mis nalgas y buen culito siempre atraía las miradas de los chicos y de muchos hombres entre ellos Enrique nuestro buen vecino motoquero.
Una noche paso por casa a decirnos a mi madre y a mí que pasaría por mí al otro día en la mañana muy temprano día paso por mí, me subió delante de él, y al instante sentí el bulto en mis nalgas, al ir andando sentía como se notaba cada vez más abultado, duro y caliente su bulto, yo solo me fregaba muy disimuladamente, el cada tanto me pasaba una mano por mi nalga izquierda cuando me preguntaba si me gustaba el viaje cosa que le respondía que me gustaba mucho, al llegar ocultamos la moto detrás de unos árboles y emprendimos la subida.
A medida que ascendíamos las montañas eran de piedra y allí entre cuevas y pasadizos él me fue llevando a la locura, primero se quitó su sudadera quedando su cuerpo velludo al aire no dejaba de mirarme y como casi siempre yo iba delante su mirada se clavaba en mi culito, que al ir en bermuda media apretada se me resaltaba bastante, al llegar a un espacio rodeado de paredes de piedra donde también se encontraban unos arbustos frondosos que eran regados por un manantial de agua que bajaba por la ladera y se quitó los pantalones quedando en pelotas y me dijo que hiciera lo mismo, yo me negué porque tenía mucha vergüenza, entonces me tomo de la nuca y me llevo contra una pared, con su brazo me rodeo el cuello mientras me ubicaba de cara a la pared, me dijo que ambos sabíamos porque estábamos allí, mientras me fue quitando los pantalones con su otra mano y me hablaba al oído, mira pendejito ya me traes muy caliente con este culito provocador así que si no te gusta me lo dices y te llevo a tu casa, yo me quede calladito en una mezcla de susto y excitación, al tiempo que deje escapar un largo gemido cuando sentí su lengua en mi cuello y mi oreja.
Sentía como su verga presionaba mi culito, se sentía humedad, caliente y muy dura, se agacho y comenzó a pasar su lengua mojada por mi zanjita haciendo que mis gemidos se oyeran fuertes, me quería coger con la punta de la lengua, mi culito se abría al invasor mis piernitas temblaban y me sentía en las nubes.
Me llevo a una de las cuevas y allí se sentó y pude ver la verga parada me impresione y el solo sonrió y me dijo que eso me lo iba a meter todo en mi culito que tenía mucha hambre de pija, me tomo de la mano y me hizo tocarlo, pajearlo tocarle las pelotas y me fue agachando para que le mamará bien la verga antes de penetrarme, al tiempo me dio la vuelta quedando yo de espalda a el y me fue sentando en su verga, yo casi me desvanecí cuando la cabeza de la pija se metió en mí y el la dejo unos minutos así mientras el gemía como un animal mientras decía que bien que apretaba mi culito su verga, cuando sintió que mi culito cedió me la fue metiendo entera ponía sus manos en mis hombros y me presionaba para que yo me sentara hasta que quede totalmente sentado con esa tremenda verga caliente y hinchada metida en mi culito
Comenzó a subirme y bajarme y yo sentía que me iba por el culito, sentía que me hacía caca, me dolía y a la vez me gustaba, luego tomo mis pies y los puso uno en cada muslo suyo me tomo por debajo de mis muslos y comenzó a cogerme como si fuera una maquina me cogía cada vez más rápido y más profundo ya no sentía mi ano, me salía una mucosidad y esto facilito la cogida que me pego allí en la soledad de la cueva en medio de aquella montaña, me dejo el culito roto, muy dilatado y lleno de su lechada que fue muy abundante, me llenó la boca con su lengua y me dijo que a partir de ese día yo sería suyo y que nadie tenía que saber lo que pasó, yo me abrase a él y dándole un beso en la boca le dije tímidamente que sí, que haría todo como el me lo decía.
Fuimos muchas veces a las montañas y también me llevaba de viaje por muchas partes cuando trabajaba, las cogidas que me dio en esos hoteles de ruta fueron memorables, fui suyo hasta que cumplí 17 años y me enamore de un marino que me enloqueció el cual me invito a navegar en su barco pero eso lo contaré luego ya que en ese barco había muchos hombre y sucedieron muchas cosas que serían muy extensas para un solo relato, espero sus comentarios si es que los merezco muchas gracias.
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