Vicioso de los camioneros II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PanchoHard.
Todo el fin de semana no pude pensar en otra cosa. La pichula del camionero me dejó obsesionado. El haber mamado ese tronco grueso de un total desconocido, por qué lo hice?, encima el tipo estaba borracho. Fui muy arriesgado, pero me gustó y me gustó mucho. Me encantó chupar pinga, tener un falo duro y tragármelo, que me lo empujen en la garganta. Me abusaron y lo hice con placer. Recordaba el olor y el sabor. Poco a poco iba recordando detalles, palabras, diferentes ángulos de su pinga. Me acordé que en un momento tenía su mano dentro de mi buzo, que me lo bajó y me amasaba las nalgas, las cacheteaba mientras me atoraba con pichula, terminé con un dedo ensalivado en el culo hasta que me hizo tragarme su semen.
Todas esas imágenes me tuvieron todo el fin de semana arrecho. Las erecciones eran frecuentes y me masturbaba hasta 3 veces para calmarme un poco.
En la noche del sábado estábamos en tragos y sentía que no podía más con los recuerdos, quería evitarlo pero la arrechura me ganaba. Finalmente a eso de la 1 am no me aguanté y lo llamé al cel.
Timbró pero nadie contestó, cuando entró la grabadora colgué. Uff, pensé, pero al poco rato sonó mi teléfono. Me aparté de mis amigos y contesté. Obvio que era el camionero.
Escuché mucha música a todo volumen. Hola Toñito! que dices!
Hola, le dije y me quedé mudo.
Cómo está mi sobrino favorito? todo bien?
Si todo bien y tú?
También, estoy en una fiesta pero cuándo nos volvemos a ver?, yo estoy mañana desde las 6 de la tarde en el mismo sitio si te animas…
No sé, otra vez?
Claro Toñito, todavía tenemos que conocernos más a fondo, tu sabes..
Si puede ser, pero no estoy muy seguro, es medio peligroso.
No te preocupes, te espero a las 7:30 en el kiosko, que dices?
No se…
Anímate, vas a ver que la vamos a pasar mejor que la ves pasada…
Ya pues, a las 7:30
Bien sobrino, vente bañadito y no te olvides de traer ropa de recambio, por si acaso, jajaja
Ya, tú también no?
Ok, chau sobrino, jajaja.
Chau.
Cuando colgué me temblaban las manos, estaba medio asustado. Sabía que solito me estaba metiendo en un problema del que no quería salir.
El domingo nos despertamos tarde después de una buena farra. Terminamos de almorzar a las 4pm y le dije a mis amigos que tenía que regresar a Lima el mismo domingo. Ellos se regresaban recién el lunes en la mañana así que le pedí al hermano de mi amigo que me llevara al paradero de los buses. Aceptó pero recién a las 8 pm. Antes de salir fui al baño, evacué todo lo que pude y me bañé a fondo, sabía lo que seguro iba a terminar pasando, nunca me imaginé los detalles que les voy a contar. Por suerte todos estaban de buenos ánimos, por lo que me tomé unos 3 buenos vasos de vodka antes de salir. Ya me sentía animado, relajado, con los ojos chispeando…
Entonces ahí estaba yo poco después de las 8pm, con mi mochila, zapatillas sin medias, otra vez mi short de algodón y un polo celeste sin mangas y con capucha. Me acerqué al Kiosko y él ya estaba ahí tomando una cerveza.
De solo verlo me sonrojé, el tipo era feo, muy gordo, pero la verdad eso no me importaba, al contrario, creo que eso me arrechaba más. Me picó el culo de inmediato, me rasqué sin vergüenza.
Y sobrino que pasó?
Una pequeña demora, pero ya llegué, le dije mientras me acomodé la pinga que ya la tenía medio parada.
El me miró el paquete y se agarró el suyo. Parece que hoy hay batalla no?
De todas maneras le dije, otra vez me rasqué el culo, ya tenía la pinga dura.
En el Kiosko no estaba la señora, había un chiquillo como de 12 que se reía a escondidas. El camionero compró 2 botellas más de cerveza (me dio una), 2 botellas de agua y un rollo de ph de esos baratos.
Vamos Toñito, tenemos que terminar la tarea. Lo seguí decidido.
Antes de subirme al camión me tomé toda la cerveza, eructé y abrí la puerta. Lo primero que noté es que todo estaba más oscuro por unos tapasoles que él había puesto, igual hacía calor.
Te veo decidido sobrino…
Que pase lo que tenga que pasar le dije.
Uff, ya pues, quítate el short, ahorita –me dijo-
Sin dudarlo me lo empecé a sacar –el calzoncillo también, quédate calatito me dijo-. Me quité short y calzoncillo y quedé sentado solo con zapatillas y mi polo sin mangas. Creo que el Vodka me dio valor.
Se quedó mirando mi pinga, son 16 cm, bien duros y de grosor normal, circunciso.
Esta rica tu pinga sobrino, y se agachó a mamármela. No me lo esperaba, ahí estaba este tío gordo chupándome la pinga, tragándosela de golpe casi sin problema. Me comía las bolas y se volvía a tragar mi pinga.
Era tosco, me masturbó con furia, me hacía doler y me volvía a chupar. Y así de golpe como empezó terminó. Me dejó la pinga latiendo y el pulso acelerado.
Rica pinga Toñito, voltéate para verte bien ese culo.
Me puse de lado, como en cucharita.
Me amasó una nalga, mejor arrodíllate en 4 sobre el asiento. Y eso hice, quedé arrodillado de espaldas a él, yo “mirando” hacia la ventana del copiloto.
Así quería verte, que tal culazo que te manejas, me empezó a amasar las nalgas. Que rico culo Toñito, bien redondo y peladito, mmm… y me amasaba y palmeaba las nalgas, me sobaba las piernas y las caderas, la cintura, me manoseaba todo con arrechura, con morbo, empezó a resoplar de gusto. Se arrodilló atrás de mí y me empezó a morder el culo, me mordía y me chupeteaba las nalgas, yo veía apenas el reflejo en el vidrio.
Me empezó a abrir las nalgas, que rico culito, que rico ojete te manejas Toñito, que rico culo carajo, y se zambulló, sentí su cara hundirse entre mis nalgas, su boca se hizo como un tapón en mi ano, me lo empezó a chupar y a lamer con arrechura. Solté un quejido y quise zafar, el me palmeó fuerte el culo, quieto carajo!, me dolió y me quedé quietecito, me abrió bien el culo con ambas manos. Se zambulló otra vez y sentí su lengua en punta atravesándome.
Aaahhhh, gemí duro. El me metió bien la lengua y la clavó adentro. Me chupeteó el culo, me escupió, otra vez separó mis nalgas y otra vez me clavó la lengua, la sentí profunda, húmeda y caliente. Instintivamente retrocedí y le entregué más el culo, que rica comida de ojete que me estaban dando. Sentía que él estaba con la boca abierta totalmente y mis nalgas separadas con sus manotas, y mete y saca la lengua, que rico y otra vez a chuparme el ano, a succionarlo y otra vez a cacharme con la lengua. Hundí mi cabeza en el asiento y con mis manos abrí el culo y empujé hacia atrás. Estaba empalado de lengua mientras me manoseaba el culo, me daba palmazos, me masturbaba. Por ratos salía de mi ano y me sentía chorreando y me lamía las bolas o me chupaba un poco la pinga y volvía a comerme el culo. Era interminable, el no paraba de comerme y hablar de mi culo, de mi ano, y yo de sentir como su lengua me iba dilatando y lubricando, soltando más mi esfínter. Era un placer indescriptible, sentía que podía pasar toda la noche con el culo lleno de lengua. Finalmente soltó mi ano y ahora empezó a lamerme de arriba abajo, desde mis bolas y arrastrando la lengua a lo largo de toda mi raya, y me mordía y me lamía, me daba nalgadas fuertes, se estaba gozando a sus anchas con mi culo y yo me entregaba para lo que sea, disfrutaba y a la vez quería llorar, no sé por qué, gemía con fuerza y escucharme hacía que me sonroje más y que él se ponga más animal. Me escupió en el culo y empezó a sobarme el ano. Su dedo era grueso y áspero pero con tanta lengua y saliva ya estaba dilatado. Puso el dedo medio bien ensalivado en mi ano y lo deslizó lento pero sin parar. Gemí de dolor y apreté el esfínter. Me quedé con medio dedo adentro y lo dejó quieto,
Me duele, me duele, le dije.
Me dio 2 buenas nalgadas y empezó a mover el dedo. Adentro y afuera y de arriba hacia abajo, se sentía rico pero como dolía, raspaba mucho y ya estaba yo lagrimeando, no aguantaba.
Ya Toñito, tranquilo no más, no te muevas. Sacó el dedo, abrió la guantera y cogió un tubo azul, vamos a ponerte cremita me dijo, pero antes un poco más de lengua. Me dio una última chupada de culo de por lo menos un minuto, súper violenta y profunda, me succionó y me penetró a fondo con la lengua. Me dejó temblando y chorreando, me sentía destapado.
Entonces sentí la crema fría en el ano y me puso otra vez el dedo. Esta vez se deslizó sin problema, sentí que su dedo grueso se fue bien adentro, se hundió hasta el nudillo y me hizo soltar un quejido fuerte cuando llegó al fondo. Lo revolvió un poco y empezó con el mete y saca. Carajo que rico, el dedo salía completo y me lo empujaba hasta el fondo, hacía círculos y me sobaba por dentro, me escuchaba gemir y ya estaba sudando, me saqué el polo y quedé totalmente calato, solo con las zapatillas puestas.
Sentí que me puso más crema y me empujó otro dedo, entró facilito. Empezó entonces a alternar entre sus 2 dedos, y de la manera más natural tuve de repente 2 dedos en el culo. Me abrió y me dolió pero entraron a fondo. Cuando volteé a ver eran los 2 dedos medios, bien a fondo y el con su cara de arrecho. Ahhhh carajo, gemí duro cuando vi mi culo en pompa con las nalgas rojas y sus 2 dedos gruesos clavados al medio.
Así Toñito, muy bien carajo, que rico tu culito como se traga mis dedos, así, mueve tu culo, vamos muévelo. Y eso hice, empecé a mover el culo, me lo abrí yo mismo y empecé a moverme y el a tirarme con sus 2 dedos, entraban y salía y poco a poco me abría el culo separando los dedos, me estaba abriendo bien abierto. Yo gemía y gozaba, era como estar tirando, no sé cuánto rato estuvimos así pero por fin sacó los dedos y empezó a desvestirse.
Me senté y sentí el culo vacío y chorreando jugos y vi otra vez esa pinga que hace unos días me había reventado la garganta. Se arrodilló frente a mí y con sus manos juntó las 2 pingas. La suya era apenas más larga que la mía pero fácil el doble de gruesa. Lanzó un salivazo y empezó a sobar las 2 pingas, me estremecí con el calor y el grosor de su falo. Las agarré yo también y sentí inclusive el peso de su verga, uff.
Ni bien se sentó ya estaba yo zambullido, arrodillado en 4 pero ahora con la cabeza entre sus piernas y enfilando contra ese tronco. Chupé, mamé, escupí, me atoré, lagrimee y moqueé mientras él me volvía a meter el dedo medio hasta el fondo. Sentía que me revolvía el culo y yo me empujaba la pinga hasta donde podía, me llenaba la boca y me atoraba y me daban arcadas, pero no paraba, estaba desatado, sin control, totalmente entregado a este camionero gordo y su pichula, para eso estaba ahí y no me iba a hacer de rogar. No sé cuánto rato estuve así, pero nunca paré de tragar pinga ni el de revolverme el culo.
Carajo Toñito, ya estás listo, ven para acá, siéntate en esta pinga
Me levanté medio mareado, tenía el olor a pinga impregnado en toda la cara, la respiración agitada, respiraba con dificultad.
El me sobaba las piernas y me miraba con arrechura mientras con la otra mano me mostraba su pinga, durísima y brillando de saliva y lubricante, que rica pingota que tenía este tío.
Iba a sentarme frente a él pero no me dejó. Siéntate pero dándome la espalda, que quiero ver bien tu culo, quiero ver bien como te la comes todita.
Me acomodé como pude y ahí estaba yo, sin camiseta, sin short pero con las zapatillas puestas, sudando con la pinga parada y el ano totalmente dilatado, apoyado en el timón de un camión y con un tipo de + de 50 años agarrándome con firmeza de las caderas y manoseándome el culo.
Quedé casi echado sobre el timón, las piernas juntas y con la cadera bien retrasada, el culo bien salido. El me manoseó duro, me palmeó, me metió los 2 pulgares bien ensalivados, estaba listo para cachar después de más de 5 años pero ahora con una pinga de verdad, no las pinguitas de 11 años con las que jugué alguna vez. Me latía el culo y sentía sus piernas peludas aprisionándome, sacaba y metía los pulgares abriéndome un poco más y más.
Estás perfecto para cacharte, te voy a reventar ese culazo que te manejas, decía resoplando y salivando. Lo miraba como podía y le veía los ojos desorbitados, casi se le caía la baba de lo arrecho que estaba. Sentí que me apoyó la pinga a lo largo del culo. La sentí gruesa y caliente. Me hacía subir y bajar con la pinga sobando toda la raja. Que rico carajo, iba a volver a culear después de años, pero ahora si con un hombre de verdad.
Ya métemela, cáchame de una vez, métemela por favor, le pedía, métemela. El apretaba el tronco contra mi culo, que buena pinga sentía. Empezó a enfilarla hacia mi ano, sentí la cabeza punteando el sitio. Me quedé quieto, sabía que me iba a doler.
Ábrete el culo con las 2 manos me dijo. Me abrí las nalgas quedando apoyado solo con mi pecho en el timón. Me levantó ligeramente de las caderas y la cabeza quedó apoyada en mi ano. Apenas entró un poco instintivamente apreté el culo y su pinga se salió, recibí casi de inmediato un palmazo duro sonoro en una nalga que me hizo gritar de dolor. Otra vez, me dijo con voz fuerte, ábrete bien. Me separé las nalgas lo más que pude, él me puso una mano en la espalda y con la otra apuntó, otra vez sentí la cabeza, esta vez firme y bien encarrilada. Cuando sentí esa columna de carne mi ano latió y volvió a latir y ahí si la cabeza se deslizó y se atoró completita pasando mi esfínter. Carajo que dolor que sentí, era la punta de un mástil, de un tronco hirviendo que me partía. Gemí y quise zafar pero él me tenía atrapado de las caderas. Me dio otro palmazo que me ardió duro, ya estás Toñito, ya entró la cabeza, tranquilo Toñito. Yo estaba quietecito con la cabeza adentro del culo, lo sentía abierto, me dolía y su pinga me quemaba. Tranquilo Toñito, vamos a jugar con la cabeza y tu culito, tranquilito no más.
Empezó a subirme y bajarme despacito, el quieto y con sus manos me subía y bajaba haciendo que su cabeza salga y entre despacito. Era tan gruesa que me partía, sentía que me moría pero estaba rico, bien rico. Sube y baja y la cabeza entrando y saliendo, haciendo que mi ano se cierre y se vuelva a abrir, entra y sale cortito y despacio sin parar. Poco a poco me fui acostumbrando y ya yo solo me movía, el me amasaba el culo y la espalda con sus manos gruesas, yo solito me clavaba esa cabeza. Que rico sentía esa cabeza carnosa, sentía mi ano estirado succionando, temblaba pero no paraba, poco a poco me la fui metiendo más, yo solito me la empujaba, esa cabeza gruesa me abría por dentro. Avancé unos centímetros y ya no podía más, sentía un hincón en el culo y tenía que parar. Despacito no más Toñito, no hay apuro. Me agarró firme de las caderas y empezó a moverme en círculos, un sube y baja circular que sentía que me revolvía el intestino, varias veces y de nuevo sube y baja, y otra vez en círculos y mete y saca. Me volví loco, sudaba a montones y con la cabeza volteada lo miraba y el también sudaba, su mirada fija en la penetración, en mi culo rosado de las nalgadas, la expresión de arrechura de ver su trolaza clavada en mi culo prácticamente virgen.
A la mierda, me lo como todo aunque me mate pensé.
Empecé a subir y bajar con más fuerza y más rápido. Su pinga me partía y yo gruñía de placer y dolor pero no paraba. Me daba ya casi de sentones queriendo comérmela toda. Era un troncote que arrastraba todo con cada penetrada, que placer carajo, ya el ano no me dolía, estaba totalmente dilatado pero adentro sentía que me mataba pero no me importaba, me seguí comiendo esa pinga por el culo con un ritmo inacabable, era una pieza deliciosa, a veces casi la sacaba completa y con el ano medio cerrado me lo volvía a enterrar, cada sentón era un quejido de placer, seguí con ese ritmo hasta que ya tenía las piernas acalambradas. No puedo más le decía, ya no puedo más, estaba ya desparramado sobre el timón, no podía sostenerme.
Date vuelta me dijo, intente reaccionar y el me ayudó a levantarme. Sentí su pinga salir desde el fondo, me levanté pero no llegó a salir de lo profundo, me fui para atrás y se volvió a clavar, que delicia. Me volvió a levantar y ahora si salió y sentí que me chorree completo por el culo, como si me hubieran destapado. El culo me quedó abierto, lo sentía vacío y apenas me podía mover. Estaba moqueando y lagrimeando de tanto dolor y placer.
Ven Toñito, ven siéntate me dijo. Apoyándome como podía me monté frente a él que me esperaba ya sin camisa y con la pinga entre las manos. Su cuerpo gordo y medio peludo estaba totalmente sudado, pero solo podía enfocarme en su pinga. Ese tronco estaba cubierto de jugos sanguinolentos, él lo apretaba y movía desde la base, como amenazándome. Quedé casi recostado en su pecho dispuesto a lo que sea. Sentí su pinga a lo largo de mi raja y recién me di cuenta de que yo también tenía la pinga durísima y embarrada parece de mi propio semen.
El empezó a sobarme la espalda, el cuerpo, el culo y me empezó a chupar los pezones. Saltaba de uno a otro, los lamía y mordía, era un viejo arrecho que me hacía alocar de placer. Sin dejar de chuparme los pezones me abrió el culo y apoyó su pinga. Entró suavecito, era como que hubiera encontrado el sitio correcto, dentro de mi culo. Me la empecé a clavar completita, de un sentón me empujé todo el tronco, sentí sus pelos y sus bolas contra mis nalgas. Los 2 gemimos, el no dejaba de mamarme y apretarme los pezones y yo lo recibía al fondo del culo, no lo dejaba salir y me revolvía, era como tener una palanca y me la empujaba más y más. Los 2 gemíamos como animales.
Ya Toñito, ahora si resbálate en esa pingota. Empezamos a tirar a todo lo largo de su tronco, subía y bajaba dándome unos sentones lentos pero violentos, mis nalgas sonaban al rebotar duro contra su cuerpo. Empecé a perder el control y moverme con furia. El me cogió la cara y me metió la lengua, me abrió la boca y empezó a comerme. Me abalancé en una pelea de lenguas, de gemidos, de ano y de pinga. Estábamos en movimientos furiosos, él se aceleró y parecía una máquina, un pistón que me arrasaba el culo. Empecé a gritar, él no paraba de culearme, de bombearme y darme palmadas en las nalgas y amasarlas mientras las penetraba. Yo pedía más a gritos, le pedía que siga, que me cache, que me dé y lagrimeaba y sudaba y quería más. Me dolía en lo más profundo, cada penetrada era hasta el fondo, ugg, ugg, ugg, estaba como en trance, sintiendo esa pinga quemándome. El movimiento cambió y pasó de arriba abajo a ser hacia adelante y hacia atrás. El placer fue inmediato, unas cuantas penetradas así y sentí mi pinga quemar e hincharse, me arqueé y empecé a eyacular a montones, sin tocarme los chorros saltaban y le embarraban el pecho y la barriga. Apreté el culo fuerte con cada eyaculada, que rico eyacular con una pinga en el poto, hice tanta presión que fue como ahorcarle la pinga. De inmediato él se hundió en mi culo, me apretó con sus brazos y lo sentí hincharse en mi culo, se hinchó y creció y pensé que me desmayaba, apretaba el esfínter y su pinga parecía de fierro. Me apretó más contra su panza y empezó a eyacular, sentía como latía y me llenaba de leche caliente hinchándome por dentro, cada eyaculada me hacía temblar y apretar el culo aún más. Latió varia veces, gruñendo y sudando como animal.
Fue un éxtasis total, yo quedé casi sin respiración sobre su pecho, nuestros cuerpos estaban empapados y pegados por mi semen. Su pinga aún estaba atorada al fondo de mi culo. Seguimos así un buen rato más hasta que su pinga se deslizó sola hacia afuera, sentí como una culebra que se deslizaba. Cuando salió me destapó y chorreó de todo. Mis jugos, su semen, mi sangre y no sé si algo más. Todo se me chorreaba del culo que sentía abierto como una cañería. Me empujó hacia un lado y caí exhausto.
Las ventanas estaban totalmente empañadas, el olor sudor, a culo, a hombre, a sexo era asfixiante. Abrimos las ventanas y poco a poco me fui recuperando. Me dio el rollo de PH y me limpié como pude, tenía el culo, la pinga, la barriga y las piernas embarrados y chorreadas, el resto del cuerpo empapado de sudor.
Me sequé con mi polo y saqué la ropa limpia de mi mochila. Me dolía la barriga y el culo no paraba de chorrear.
Bajamos del camión, los 2 orinamos de manera abundante, tenía que apoyarme en el camión para no perder el equilibrio de lo fuerte que fue todo, estaba débil y medio mareado. Me puse de cuclillas para evacuar con fuerza, que saliera todo. Me ardió el ano, pero el alivio fue grande!
Eres bueno Toñito, ese culo que te manejas es para tirar, te va a hacer feliz, estás hecho para comer pinga.
Gracias -le dije- y él se rio.
Ya tienes que irte Toñito. Has estado perfecto pero ya es tarde y me dio mi mochila.
Yo apenas podía pararme. Acompáñame al paradero le pedí. Me eche agua en la cabeza y tomé el resto de la botella. Me peiné como pude con las manos, él se rio y me acompañó, yo caminaba con las justas entre los camiones.
Ya llegando al paradero José saluda a otro tipo,
Hola negro! le gritó.
Hola gordo! Y se saludaron muy efusivos. El me presentó como si yo fuera su sobrino. Le di la mano a este otro camionero que se me quedó mirando y seguro dándose cuenta de todo. Yo era un desastre.
El jueves vuelvo a estar acá sobrino, te llamo a tu celular para reunirnos y conversar me dijo José despidiéndose.
Me despedí y me alejé a esperar mi bus a Lima mientras ellos conversaban. A pesar del ardor la satisfacción que traía no me la quitaban ni con una cachetada, que rico que había culeado. Ese tío con toda su experiencia me partió el culo bien partido, y sin apuros hizo que yo solito me atraviese el poto con su vara. Solo con 16 años recién cumplidos y tremendo pendejo. Me tuve que rascar el culo, suavemente y con disimulo.
Que equivocado estaba de pensar que la noche había terminado…
no encontré el primer relato ??