Victor y yo parte 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por serback1.
Siempre me he considerado un hombre bisexual, pese a que soy casado, me he dado a la tarea de tratar de calmar mis placeres, y aunque no han sido muchas las oportunidades, acepto que han sido muy placenteras.
Ya en otro par de narraciones describí como fue mi primer encuentro con un compañero de la preparatoria; la forma en que ese proceso de acercamiento se fue dando, hasta que logramos consumar nuestro acto tiempo después.
Ahora quiero platicar como fue el encuentro con una persona muy especial, un chico más joven que yo, su nombre es Victor, y con el cual compartía las mismas fantasías y deseos.
Lo contacte por medio de este mismo portal, y desde el momento en que leí su perfil y sus inquietudes me identifique plenamente con él.
Le escribí un correo sabiendo que posiblemente no me contactaría, ya que es muy común que no le interesara.
Sin embargo el respondió a mi mensaje de una forma rápida y muy honesta.
Hasta ahora nuestra comunicación no se ha interrumpido, estoy seguro que se ha debido a la franqueza y respeto con la que nos hemos expresado.
Pues bien, al cabo de varios mensajes decidimos conocernos en persona.
Él ya me había comentado, que, al igual que yo, era casado, y que tenía tendencias bisexuales.
Coincidimos también en que el hecho de ser bisexuales nos permite tener lo mejor de dos mundos, y evidentemente la gama de fantasía es más extensa.
Como queríamos mantener este encuentro lejos de terceras personas, pues es una cuestión de placer, no se trata de lastimar a nadie, acordamos reunirnos en un motel, de esta forma evitaríamos los lugares públicos y con ello la posibilidad de que algún conocido, ya fuera de cualquiera de los dos, nos interrumpiera y entablara un interrogatorio innecesario.
El primero en llegar al motel fui yo; solicite una habitación sencilla, cuando me indicaron el número, entré hasta la cochera con mi auto, y baje el portón eléctrico.
Una vez dentro la señorita afanadora me cobro por la ventanilla, y le informé que esperaba a otra persona, que por favor me avisaran en cuanto llegara, me contestó amablemente que lo haría por medio del teléfono.
También le solicité hielo y un par de vasos.
Me instale en la habitación, acomode un par de botellas, una de whiskey y una de tequila, además de refrescos.
Momentos después regreso la señorita con mi cambio, el hielo y los vasos.
Confieso que mientras esperaba me pasaba por la cabeza la posibilidad de que mi nuevo amigo no acudiera a la cita, pero por otro lado me consolaba saber que no seria por su falta de interés, sino porque algo de última hora se hubiera atravesado en su camino.
Me serví un whiskey y encendí la tv.
En eso sonó el teléfono de la habitación, era la recepcionista para preguntarme que si estaba esperando a alguien, inmediatamente contesté que si, que lo dejara entrar.
Mi estomago empezó a causarme esa sensación de vacío que se produce cuando hay sentimientos y emociones encontradas.
Minutos más tarde escuche que se levantaba el portón de la cochera, después que se cerraba, y el esperado toc toc a la puerta.
Estaba solo a un paso de verme frente a frente con él.
Rápidamente avance a la puerta, la abrí lentamente, y efectivamente ahí estaba.
En persona, de carne y hueso.
Nos dimos la mano y lo invite a pasar.
– Que bueno que pudiste asistir a la cita – le dije- te ofrezco algo de beber.
-Lo siento, hubo trafico de camino hacia aca.
— respondió mientras se acercaba a la mesa donde tenía las bebidas, levanto la botella de tequila y dijo- me voy por el tequila
Era tal como lo imagine, delgado de tez morena clara, buenos modales, limpio, interesante.
Nos sentamos y entablamos una platica que primero rayo en el temor, pero poco a poco se fue relajando gracias al licor.
Nuestra charla estuvo enfocada en nosotros; nuestros gustos, aficiones.
Ambos sabíamos que el encuentro estaba muy lejano de nuestras familias.
Este tiempo era para conocernos más entre cuatro paredes, sin filtraciones.
También éramos consientes de que posiblemente no llegaríamos a nado, solo a charlar y conocernos.
La platica se extendió por largo rato, pero ninguno de los dos teníamos prisa, y tampoco ninguno se animaba a dar el primer paso.
Mi preocupación era que él no tuviera interés en mi, que yo no le provocara la mínima inspiración para nada.
Sin embargo él ya había superado mis expectativas.
Lo veía con deseo.
Estábamos sentados en una pequeña sala situada frente a la habitación, Particularmente sentía que la distancia entre el sofá y la cama era enorme, y sabía como podía acortarla.
Siempre he sido na persona tímida y muy prudente.
Me cuesta mucho trabajo ir directamente al punto, por lo general dejo que él otro tome la iniciativa, pero…¿sino lo hace? ¡Caray, que situación!.
Luego un silencio lleno la habitación, esperando a que los dos hiciera algo, solo se podia oir el los coches que pasaban por la calle concurrente, el miraba su teléfono de vez en cuando, en ella pude apreciar una foto de el y su mujer, parecía que su relación andaba bien, ya que los dos se miraban felices en la foto; rompí el silencio y le pregunté por su esposa, por su relación, el me decía que todo estaba bien entre ella y el, su voz sonaba entrecortada, nerviosa, yo también lo estaba.
– Lo siento me tengo que ir.
– el se levantó y yo también lo hice, me adelante a la puerta y me puse frente a el.
– ¿Qué pasa? ¿porqué te vas?- le pregunté.
– No se, nunca pensé que viniera.
– sus ojos de color café oscuro, me miraron fijamente.
Queria aprovechar el momento, pero no pude asi que el abrio la puerta y se fué, ya no se si lo volvería a ver o si me volvería a hablar, yo volvi al sofa y me venian pensamientos, recordaba esos ojos mirandome mientras el de rodillas se comia mi verga, abri los ojos y vi que el no se había ido todavía, lo veia en su teléfono; seguramente mandandole un mensaje a su esposa, luego puso el motor en marcha y yo me aleje de la ventana, queriendo saber que había hecho mal.
De pronto llamaron a la puerta me dirigi hacia ella y ahi estaba el.
-¿Que pas.
?
El se abalanzo contra mi besándome apasionadamente, mi corazón latía rápidamente, el me empujo a la cama y comenzó a desvestirme, primero mi camisa y luego mis pantalones, el luego hizo lo mismo, se arrodillo y bajo mis boxers, no espero mas que se lo metió a la boca, el se tragaba todo, hasta llegar a mis huevos, jamas en mi vida me habían dado una mamada como esas, el a veces me miraba fijamente con la verga dentro de su boca y me acorde lo que imagine cuando pensé que el se había ido, lo agarre de su cabello e hice que se asfixiara con mi verga, el no resistía tanto, pero hacía el esfuerzo para mantenerlo dentro por mucho tiempo, podía sentir como se me escapaban ligeros chorros de semen en su garganta, y él los disfrutaba.
Por fin tomo un respiro, saco de su boca mi polla, la cual se encontraba a su máxima expresión, 18 centímetros cargados de calor.
Se puso de pie y se quito los boxers su falo de unos 10.
5 estaba, al igual que el mío, erguido y deseoso de ser sometido.
Le propuse que nos diéramos un baño.
Mientras él abría la regadera buscando la temperatura ideal del agua, yo fui hacía una pequeña maleta que había dejado a un lado del sofá.
En ella traía algunos juguetes que podrían ser útiles para este encuentro.
La abrí y saque una bomba de lavado (en una especie de dildo que se llena de agua que sirve para hacer limpieza anal) la lleve hasta la regadera, y cuando llegue él ya estaba empezando a enjabonarse.
Junte mi cuerpo al suyo y la sensación que generaba el jabón entre ambos era electrizante.
nos abrazamos de frente; nuestras pollas se juntaron, se rozaron y se volvieron a erguir.
Yo aprovechaba para ponerla entre sus piernas, mientras la suya acariciaba mi ombligo.
Estaban duras, muy duras y calientes.
Me arrodille en el piso, y mientras el agua corría por nuestros cuerpos le empece a dar una mamada en correspondencia a la que él me había dado.
Mientras lo hacía, con mis manos, buscaba su pequeño ano, y poco a poco le fui introduciendo uno de mis dedos.
No se si gemía por la mamada que le daba o por la forma en que le penetraba el culo con mi dedo.
Saque su verga de mi boca, y le pedí que se girara, de esta forma sus nalgas quedaron a la altura de mi cara, fue entonces cuando le dije:
– Agáchate un poco, muéstrame tu culito.
Es hora de limpiarlo.
Mientras él se acomodaba, yo llenaba de agua la bomba de lavado.
El extremo de la bomba es un tubo de aproximadamente 20 cms.
Empece a introducirlo ayudado por un poco de jabón para que se deslizara al interior.
Apenas logre meter la mitad y presione la bomba para inyectar el agua en el interior de su recto, lo volví a sacar y repetí la operación tres veces más, hasta que él ya no podía presionar su esfínter para impedir que el agua se saliera.
Rápidamente fue al excusado y evacuo el agua que tenía dentro.
Regreso a la regadera y repetimos la operación, Seguimos con este procedimiento repetidas ocasiones hasta que nos cercioramos que estaba totalmente limpio.
Después fue mi turno, mi nuevo amigo me aplico la lavativa por lo menos seis veces.
¡Ahora si! estábamos listos para iniciar el juego.
Ya nos habíamos bañado, y habíamos limpiado a consciencia nuestros rectos.
Salimos de la regadera, nos secamos.
Una vez en la habitación, lo tendí boca arriba en la cama, y le indique que levantara sus piernas, al hacer esto quedo expuesto su pequeño culito, sus testículos y su pene que reposaba sobre su vientre.
Le dije;
-No te muevas, mantén la posición.
Rápidamente fui al baño traje jabón y un rastrillo, y le pregunte:
-Que opinas si te afeito el ano, y tus genitales.
Serían más atractivos.
Él accedió, así que le enjabone al rededor de su culito, y con mucho cuidado retire todo el vello que lo rodeaba.
Proseguí con los testículos, y finalmente con el vello que rodeaba su polla.
Él se levanto y fue nuevamente a la regadera a enjuagarse.
Cuando regreso era otro.
Parecía un joven virginal listo para ser poseído.
Lo jale a la cama, nuevamente boca arriba y pase mi lengua al rededor de la zona recién afeitada.
Estaba tan lisa y suave que me excite de nuevo.
Tome su verga y empece a mamarla, después baje mi lengua y le di un masaje circular al rededor de su culo, Lo lamia una y otra vez.
Lo puse a gatas y le metí la lengua hasta el fondo.
Su culo estaba cerrado, pero dispuesto, limpio, liso, suave como el de una mujer.
Era difícil contenerse mientras lo veía a gatas.
Alcance el lubricante y empece a masajear su ano, poco a poco, entre masaje y masaje, le iba introduciendo un dedo, después lo sacaba, luego lo volvía a meter.
Mientras hacía esto le acariciaba entre las piernas su verga, la cual estaba cada vez más dura.
Me lanzaba a chuparle los testículos, los metía en mi boca.
Quería ponerlo a mil, que no se resistiera a nada, que se aventurara a todo.
Yo venía preparado, en la pequeña maleta de donde extraje la bomba de lavado, tenía más objetos para viajar lejos en el placer.
La pregunta era; ¿Hasta donde quería llegar él?
Me paré y fui a la maleta, la abrí y agarré una cola de conejo, el solo se me quedaba mirando, como diciendo que hacía yo, me le quedé viendo y le sonreí, le mostré lo que acababa de agarrar de la maleta y el no supo lo que era, le explique que se lo iba a insertar en el ano por lo mientras, el accedió, le dije que se pusiera en cuatro patas con las piernas abiertas para que enseña el culito estrecho que tenía, asi lo hizo, su cabeza apoyada en la cama con su culito alzado, le insertaba la cola en su culito poco a poco, sus manos se agarraban fuertemente de la sábana, genia ferozmente, le pregunté si no le dolia, y el me dijo que no, le pedi que se volteara y que mientras el tuviera eso insertado que me mamara la verga, yo me sente mientras metía y sacaba la colita de su ano, el me mamaba mi verga de la misma forma que lo había hecho al principio, el tambien jugaba con mi ano, metía un dedo, a veces dos, a veces su lengua iba de arriba a abajo lamiendo mi culo.
Ya luego de una rica mamada, el me abrio las piernas y su verga empezaba a rozar mi culo, no la tenia tan grande pero si estaba muy dura, el lubrico con saliva mi ano y luego poco a poco su verga se metia en mi culo, parecía como si mi hijo me estuviera follando, el me besaba en mi boca, en mi cuello, mamaba mis pezones, su verga me penetraba lentamente, podia sentir como mi culo apretaba su verga, yo gemia demasiado, queria que no lo sacara de mi, pero no podia esperar mas, lo detuve, lo agarre y lo puse de nuevo en cuatro, fui a la maleta y agarre una soga y un objeto en forma de collar con una bola para la boca, le pase el collar y el supo que hacer, luego agarre sus manos y até la soga por todo su cuerpo, dejando ver sus pezones y su pequeño culo, luego me arrodillé le quite la colita de conejo y empecé a lamer su ano, el gemia mientras pasaba mi lengua, agarraba uno de sus pezones y se los apretaba, veia como su verga se paraba de nuevo, le dije que no se moviera, yo me acoste sobre sus piernas y empece a mamar su verga de nuevo.
Ahora su culo estaba totalmente dilatado.
Èl se encontraba inmóvil y a mi disposición, lo que seguía era poseerlo.
Lo gire así, totalmente amarrado, y lo coloque a gatas.
Su culito estaba a mi merced.
Empuje su espalda hacía abajo para que las nalgas quedaran lo más alto posible, y su ano estuviera expuesto, me pare sobre la cama, puse cada una de mis piernas a los costados de sus muslos.
Mi verga estaba más dura que una estaca, y yo me encontraba tan caliente que solo podía pensar en penetrarlo.
Doble ligeramente mis rodillas y apunte la cabeza de mi polla directamente a la entrada de su recto.
Apoye mis manos contra su espalda para que no se incorporara.
Sabía que por más que gritara nadie podía escucharlo, era un objeto listo para ser sodomizado.
Doble aun más mis rodillas y la punta de mi verga inició su ingreso.
Tuve que empujar mi pelvis con más fuerza, pues su ano ofrecía resistencia a ser penetrado, pero no me importo, empuje cada vez más fuerte, y de repente ¡PLUP!, la cabeza había entrado.
Él lanzo un gemido entre dolor y placer, no lo supe, no me detuve a preguntar.
El interior se sentía húmedo y caliente, estaba pidiendo más verga y yo se la iba a dar.
Seguí empujando lentamente, y el seguía gimiendo.
Claramente podía ver como el grueso de mi falo y sus venas se abrían paso en el estrecho canal que tomaba la forma precisa de mi verga.
Él seguía inmóvil, nada podía ayudarlo a escapar.
Mi verga entraba más y más, conforme lo hacía más dura y ancha se ponía.
Apenas había entrado la mitad, unos 9 centímetros, y yo dudaba que le cupiera toda, pero ya estábamos ahí y Víctor tendría que aguantar hasta que el tolete estuviera en el fondo de su recto.
Seguí empujando, y al cabo de unos minutos mis testículos estaban topando con los suyos, mi ingle estaba pegada a sus nalgas, y de mi verga no se podía ver nada, ni un fragmento siquiera, toda estaba adentro.
Llego la hora de la verdad, el momento de bombearme ese culo y de aplicar un "mete saca" constante, así que empece, primero lentamente, poco a poco fií aumentando el ritmo.
Víctor trataba de zafarse , posiblemente era mucho el dolor, o el placer, quien sabe, pero una cosa era segura; yo no me detendría hasta ver como escurría el semen se su verga sin que se la estimulara.
Sabía que aplicando fricción con mi verga en su próstata él sentiría tanto placer que no perdería su erección y poco a poco me regalaría gotas de leche.
Seguí empujando mi verga hasta el fondo, con todo el peso de mi cuerpo.
Me encantaba golpear mis huevos con los suyos, y sentir como rebotaba su verga contra su vientre.
La tenía tan dura y tiesa que no pude evitar detenerme un momento para acariciarla, y darle un estimulo con la mano, sentí como una gota de su preeyaculación quedaba adherida a mis dedos, y sin dudarlo la saboree ¡mmmmmmm!
– ¿Te esta gustando la cojidota que te estoy poniendo? – le pregunte
obviamente Víctor no podía responder, tenía esa gran bola roja metida en su boca
– Estoy seguro que la estas disfrutando, y no vamos a parar hasta que te rompa el culo.
Su pequeña gota de semen fue un energético para mi, y empece a darle más duro.
Se la clavaba hasta el fondo, y a la hora de sacarla solo dejaba la cabeza adentro, de esta forma las envestidas eran más profundas.
Después de un rato me daba la libertad de sacar toda la verga de su culito, y se la dejaba caer completa, de un golpe hasta que mis huevos chocaran con los suyos.
Repetir tantas veces esta acción me termino agotando, decidí tomarme un descanso, y dejar a mi sumiso amigo respirar, pues ya podía ver su sudor resbalando por su espalda.
Cuando saque mi verga completamente el culo de Víctor se veía como un cráter, estaba totalmente abierto.
Deje a Víctor en la misma posición, camine hasta la mesa de las bebida, di un trago a mi wihskey, y fue ahí donde tuve esa maravillosa idea.
Tome una botella de agua purificada, la destape, y me encamine hacía mi amante, separe con mi mano sus nalgas, abrí su ano, y le vacíe la botella de agua.
Claramente se podía ver como ingresaba por su recto.
Por un instinto natural Víctor pujo y expulso parte del líquido, así que no me quedo de otra que volver a repetir la operación, solo que esta ve, después de llenarlo, le tape el culo con los dedos, deje la botella a un lado, me estimule para ganar erección, tome mi posición, apunte mi verga nuevamente, retire los dedos, y antes de que expulsara el agua le clave la verga hasta el fondo; ¡QUE MARAVILLA! tenía me falo dentro de un culo lleno de agua, que se iba calentando lentamente.
Víctor jadeaba, se retorcía, ahora si se sentía lleno.
Lo empece a bombear tratando de cuidar que el agua no se saliera.
¡QUE PLACER! esto era algo nuevo.
Le metía la verga hasta el fondo, sentía el agua rodear mi miembro.
¡DURO, DURO, DURO, DURO!.
Víctor tenía los ojos en blanco, seguramente nadie le había hecho una lavativa a golpe de verga.
Me detuve, estaba muy cansado, le saque la verga del ano de golpe, y él no pudo contenerse, expulso un gran chorro de agua, para que no mojara la habitación logre capturar gran parte con un bote de basura que tenía a la mano.
Cuando salío la última gota, Víctor estaba extenuado, se dejo caer de costado totalmente amarrado y amordazado.
Lo mejor seria relajarlo, así que lo coloque boca arriba, le tome la verga que la tenía tan dura como un hierro candente, y en su punta se podía apreciar gotas de leche que empezaban a salír, pero aun no llegaba al orgasmo, para eso le tenía reservada una sorpresa especial.
Antes de la sorpresa especial, tengo algo que también he querido hacer para este encuentro, y es penetrarnos a la vez con un dildo mientras el me la jala y yo se la jalo, agarre un enorme dildo de la maleta con dos cabezas; una en cada extremo, le dije lo que tenia planeado hacer y acepto, lo desamarre y luego agarramos el dildo por los dos extremos y comenzamos a insertarlo poco a poco, el con su culo ya todo abierto por mi verga, le habia entrado facilmente, a mi me costo un poco de trabajo, el gentilmente me ayudo, y poco a poco se fui yendo hacia dentro, luego su mano agarro mi verga y empezo a jalarmela, que maravilla, los dos nos moviamos coordinadamente, su verga y la mia estaban a su maximo esplendor, erectas a mas no poder, de las dos salian chorros de liquido pre-seminal, sostuve uno de sus pies y empece a lamerlo, el se excitaba tras esto y yo mas lo hacía, era un placer ver a mi amante verlo a el volverse loco, apretaba su verga de abajo hacia arriba, la tenia toda dura, a punto de explotar de leche, yo paraba para que no eyaculara, agarraba su pierna para que asi el podia moverse, pude apreciar que tenia la mayor parte del dildo metida en su culo, me excitó al ver como su culo se lo comia todo, como lo hizo hace poco con mi verga, le entraba y salia con una facilidad, ya no era virgen, el mas bien era mi perra a mi disposición.
Tuve una idea mientras teniamos el dildo ensartado en nuestros rectos, le dije que nos pusieramos en cuatro, asi lo hizo, luego yo, el se movio primero y sentia como su culo chocaba contra el mio, alcance mi verga y el la suya y nos empezabamos a jalarnosla, a el lo escuchaba jadear y moverse como loco, cre que tenia el dildo hasta el fondo que le excitaba demasiado, el luego empezó a gritarme.
-Cojeme por favor, cojeme, lo quiero dentro de mi.
–
Se había quitado el dildo, se quedo en cuatro y vi su ano todo ya abierto listo para ser penetrado de nuevo, lo agarre de sus nalgas y empece la cojida, mi pene ya no tuvo problemas en entrar, se deslizaba con una gran facilidad, lo agarre de las mano y me acoste, el empezó a moverse de arriba abajo, de un lado al otro, esa espalda que tenia el, y esas nalguitas rebotando en mi me ponian loco.
Luego el se volteó y abrio mas sus piernas, con sus manos en mi torso el se ayudaba a moverse, su verga se movia de arriba a abajo, lo veia excitarse, me producia una locura que jamas había sentido, el estaba listo para mi sorpresa especial, la maleta todavia le quedaban unas cuantas cosas, ya estaba ansioso por usarlas en el.
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