Violada y sometida por ser una calentona (2ª parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sumisa-rebelde.
Había pasado ya una semana desde que los amigos de Edu me violaron, me dijeron que recibiría nuevas órdenes pero no recibí ninguna noticia de ellos en esos días y pensé que solo lo habían dicho para meterme miedo, pero curiosamente no exactamente miedo lo que sentía sino un deseo incontenible de volver a ser dominada por los tres, me había descubierto un mundo nuevo… me gustaba ser violentada, humillada y forzada en el sexo, no podía pensar en otra cosa que no fuera estar a sus pies de nuevo. Incluso había empezado a rechazar tener sexo con Edu pues con el todo era muy distinto y después de esa experiencia ya no me motivaba.
Me moría de ganas de volver a ser su perra pero tenía que esperar que fueran ellos los que se pusieran en contacto conmigo, no podía ir yo detrás de ellos ¿Qué iban a pensar de mí? Me verían como a una vulgar buscona y yo tengo una reputación que mantener como la mujer de un respetado médico que soy. Tenía que pensar la manera de saber de ellos a través de Edu, puesto que son sus amigos no me sería muy difícil.
– Cariño, el desayuno está listo, no te entretengas o llegarás tarde, le dije a Edu desde la cocina.
– Eres la mejor ama de casa que un hombre puede desear cielo, me dijo el dándome un beso en la mejilla.
Yo no quiero ser tu ama de casa, pensé, quiero ser tu perra. Pero Edu era muy conservador y ni se me pasaba por la cabeza pedirle según que cosas…
– Oye cariño, hace tiempo que no hacemos ninguna cena especial en casa, podríamos invitar a algunos de tus amigos este sábado por ejemplo, Carlos, Esteban y Luis, el otro día fueron muy amables haciéndome compañía encima de que se quedaron sin poder jugar el partido por la operación de urgencia que tuviste.
– Si, no es mala idea, nos conviene distraernos un poco, ¿les llamas tú para invitarles cielo?
– NO
– ¿Pero no querías invitarles? ¿En qué quedamos? Jajajajajaja, menuda cabecita loca estas hecha, jajajajaja
– Si claro que quiero invitarles pero llámales tu no? Les parecerá extraño que lo haga yo, al fin y al cabo son tus amigos no?
– Esta bien, luego les mando un sms. Bueno cielo me voy que llego tarde, Te quiero.
– Yo también te quiero, que tengas un buen día.
A media mañana, recibo un sms.
“Nos echas de menos eh zorra?” Era Esteban, sentí un escalofrío por todo mi cuerpo y mi coño inundándose.
“Eso no es cierto, es solo una invitación, si no quieres venir no vengas pero le harás un feo a tu amigo” conteste yo.
“No mientas puta, seguro que tienes el coño echando babas”
“Eres un cerdo”
“Bueno si no es verdad no te importara mandarme una foto de tu coño…”
“¿Te has vuelto loco?”
“Vamos puta mándame una foto de tu coño o no vuelves a ver a ninguno de los tres en la vida”
Me horrorizaba la idea de no volver a verlos pero tenía el coño chorreando y descubriría que me muero por ser usada por los tres de nuevo y perdería mi dignidad… no sabía que hacer.
“Está bien, perra pensé que tenías madera de sumisa pero ya veo que no, no volveremos a molestarte, sigue con tu aburrida vida de mujer digna, que te vaya bien”
No, no, no, necesitaba su poder sobre mí, me entro una angustia tremenda al pensar que jamás volvería a estar a sus pies así que le mande la foto de mi coño.
“ Jajajajajaja, pero que guarra eres joder, tienes el coño chorreando, pero te has resistido a mandármelo y he tenido que amenazarte con no vernos más, eso se merece un castigo, una perra sumisa obedece siempre a la primera”
“Pero…”
“No hay peros que valgan, el sábado durante toda la cena iras sin ropa interior, tal y como nos recibiste el otro día”
“Así lo haré”
“¿Así lo haré que más?
“Así lo haré Amo”
“Eso está mejor perra, siempre debes llamarnos Amo, ¿queda claro?
“Si, Amo”
Por fin llegó el sábado, la espera se me había hecho eterna, llegaron los tres juntos, me fueron dando dos besos cada uno. Primero me beso Carlos, susurrándome al oído “Puta” después fue Esteban, que me susurro “Perra” y luego Luís que me susurro “Zorra”. Deduje que se habían puesto de acuerdo pues era demasiada coincidencia, y también pensé en si me tendrían preparada alguna sorpresa más durante la noche, pero con Edu en casa no se atreverían, pensé… ¿o si? Empezaba a arrepentirme de haberlos invitado.
– Dadme vuestros abrigos les dijo Carlos a Esteban y Luís, que Marta me acompañara a dejarlos en alguna habitación muy amablemente ¿verdad Marta?
– Si claro aunque ya conoces donde los dejamos habitualmente no?
– Prefiero que me acompañes no vaya a ser que me pierda por el camino, jajajajaja
Le acompañé hasta una de las habitaciones y nada más entrar me ordenó subirme el vestido.
– Bien, no llevas bragas pero llevas sujetador perra y me soltó un bofetón.
– ¿Pero como sabes tú que tenía que ir sin nada?
– ¿Acaso te crees que no hablamos entre nosotros? Tus Amos somos los tres y cualquier cosa relativa a tu adiestramiento como perra nos incumbe a todos, así que tenlo en cuenta para ocasiones futuras perra.
– Es que sin él se me marcan los pezones a través del vestido…
– ¿Y porque te crees que te hemos hecho ir sin el eh puta estúpida? Y me soltó otro bofetón. Quítatelo ahora mismo, es una orden.
Yo muerta de miedo de que pudieran hacer algo que me comprometiera con Edu obedecí sin rechistar.
– Joder me la has puesto dura guarra, dijo desabrochándose el pantalón, vamos chúpamela que no puedo salir con este bulto en el pantalón.
– Pero los demás esperan…
– Que me la chupes te digo, obligándome a ponerme de rodillas en el suelo.
– No por favor, otro día os hago a los tres lo que queráis pero con Edu en casa no por favor.
Me soltó otro bofetón y aprovechando mi sorpresa me la metió toda entera hasta la garganta y agarrándome la cabeza empezó a follarme la boca moviendo mi cabeza a su antojo.
– Eso es chupa perra, que para lo único que sirves es para comer pollas y follar, venga sácame la leche, mientras azotaba mis tetas con sus enormes manos.
Yo estaba muerta de miedo por si entraba Edu a la habitación quería salir de esa habitación pero Carlos me tenía bien agarrada y sabía que no me iba a soltar hasta que se hubiera corrido así que traté de esmerarme y debí hacerlo porque su leche no tardó en brotar de su polla.
– Trágatela toda perra y agradéceme que te haya dado mi leche.
Me la trague toda mas por obligación que por devoción puesto que Carlos no me soltaba.
– Gracias Amo por darme su leche.
– Así me gusta, vas aprendiendo putita, anda arréglate un poco el maquillaje y volvamos con el resto.
– ¿Qué hacíais tanto rato en la habitación? Dijo Esteban cuando volvimos al salón con el resto con una sonrisita socarrona, a ver si vas a tener que vigilar a estos dos Edu, jajajajaja.
– Marta es incapaz de engañarme, dijo Edu, tengo a la esposa perfecta, dijo abrazándome.
– ¿Y yo que tío? Le dijo Carlos riéndose.
– De ti me fio menos canalla, jajajajaja.
– jajajajaja, desde luego has tenido mucha suerte tío, te envidio, tienes una mujer guapísima, buena ama de casa, fiel… dijo Carlos mirándome y guiñándome un ojo.
– Ponles unas copas cariño mientras yo termino de preparar la cena, y me fui a la cocina.
Cerré la puerta y bebí agua para recuperarme de lo sobresaltada que estaba cuando de repente se abrió la puerta, era Esteban.
– ¿Con que llevabas sostén eh perra? ¿Que te dije yo eh? Mientras me cogía del pelo haciendo caer el vaso de agua que estaba bebiendo para recuperarme.
– Basta por favor, dejadme en paz dije al borde del llanto.
– Te dejaremos cuando nos salga de los cojones puta de mierda, no haberme mandado la foto de tu coño, ¿a quién se le ocurre mandar una foto de su coño mojado? Solo una puta haría algo así.
Me sacó las tetas y me tiro encima del frio mármol de la cocina.
– Aaaaahhh el mármol esta frío, deja que me levante pero me tenía bien sujeta aplastando mis tetas contra el mármol.
– No te preocupes en seguida te doy algo caliente zorra, jajajajajaja.
Me levantó el vestido, me separó las piernas y metió su polla en mi coño y empezó a follarme.
– Aaahhh que rico, todo mojadito y caliente… así debes tener siempre el coño para tus Amos.
– Por favor déjame, dije llorando a pesar de que estaba sintiendo un gran placer, tenía que hacer esfuerzos para no gemir, pensé que él me iba a tapar la boca pero no, quería ponerme en evidencia.
– Vamos gime puta que se que te está gustando.
-Para por favor, nos van a oír.
– Eso quiero zorra, que Edu sepa la clase de puta que tiene en casa, le tienes bien engañado haciéndole creer que eres toda una señora eh? Jajajajajaja.
Me levanto del mármol y me puso de rodillas.
– Vamos puta abre la boca que voy a correrme, trágatela toda, ¿o la prefieres en el suelo como el otro día? Jajajajaajajaja.
– No en el suelo no, échamela en la boca, dije yo sollozando.
Dejo ir toda su leche en mi boca haciéndomela tragar y se fue a seguir disfrutando de las copas con el resto, pero al cabo de un momento volvió a entrar en la cocina.
– Déjame por favor, te lo suplico, le dije llorando.
– Tranquila zorra que solo he venido a hacer lo que quería hacer antes pero tú me has distraído, jajajajajaja.
Abrió el congelador, cogió todo el hielo que había para las bebidas y lo tiró por la ventana de la cocina.
– Ooohhh que ama de casa tan desastrosa que organiza una cena para los amigos de su marido y no se preocupa de que haya suficiente hielo… ahora tu maridito tendrá que salir a por hielo, jajajajajajaja.
Y salió de la cocina.
Yo me puse bien el vestido, me peine y también volví con ellos.
– La cena ya casi está chicos.
– Ya veréis que bien cocina Marta, les dijo Edu a sus tres amigos que me miraban con cara de vicio y con unas sonrisitas burlonas.
– Se está acabando el hielo, voy a por más, dijo Carlos.
En ese momento sentí terror pero a la vez una tremenda excitación, terror porque no sabía que serían capaces esos tres y excitación porque ellos me hacían sentir lo que ningún hombre me había hecho sentir jamás.
– Marta cielo, quedamos en que comprabas tu el hielo no? Gritó Carlos desde la cocina. Los tres se rieron
– Tiene que haber Carlos, he comprado hoy mismo.
– Debiste pensar que lo comprabas pero no Marta, no tenemos nada de hielo, tendré que salir y buscar una gasolinera donde poder comprar, a estas horas todo está cerrado.
– No cariño, ya iré yo, el error ha sido mío.
– Tu no vas a ningún sitio perra, me dijo Luis, deja que vaya él, mientras nosotros 4 lo pasaremos bien, jajajajaja.
– No cariño, no quiero que salgas a estas horas, podría pasarte algo, además tienes que seguir ocupándote de la cena.
Ahí estaba yo, en la puerta del salón mis tres Amos mirándome y Edu poniéndose la chaqueta para salir.
– No tardes cariño le dije dándole un apasionado beso.
– Marta cielo, que solo voy a por hielo además no te quedas sola, se quedan contigo Carlos, Esteban y Luis.
Y se fue. Nada más cerrarse la puerta se levantaron los tres.
– ¿Querías escaparte eh puta? Dijo Carlos. Primero no obedeces al pie de la letra tu castigo y después intentas escabullirte de nosotros.
– Por favor dejadlo ya, esta situación no me gusta, dejadme seguir tranquila con mi vida.
– Pues a mí a cada momento me divierte mas todo esto, putita, dijo Esteban, además el otro día ya te di la oportunidad de abandonar todo esto y tú como una fulana cualquiera me mandaste la foto de tu coño, así que ahora vas a seguir jugando, con nuestras reglas, claro está.
– Acércate y quítate el vestido, vamos rápido que no tenemos toda la noche, al menos hoy, otro día quien sabe… dijo Luis.
Me puse en el centro del salón y me quite el vestido.
– A 4 patas en el suelo perra, ese es tu sitio siempre que estés con nosotros a solas.
Me puse a 4 patas y empezaron a magrearme, abrieron mis nalgas y me metieron los dedos en el culo y en el coño y yo empecé a gemir.
– ¿No habrás dejado que nadie te folle el culo en estos días verdad perra? Dijo Carlos.
– Por supuesto que no, ¿por quién me tomas?
– ¿Esa es manera de hablarle a tu Amo perra? Vamos a tener que enseñarte muchos modales, eres una perra muy contestona y maleducada, me dijo cogiéndome del cuello, me apretó hasta que me puse roja.
Cuando me soltó y pude coger aire caí al suelo.
– Levanta perra, ponte a 4 patas, me dijo Carlos.
– ¿pero que queréis? ¿ Matarme? Dije llorando.
– ¿Pero porque cojones siempre estas llorando puta? ¿Acaso crees que nos dan pena tus llantos? A mi casi me ponen cachondo, mira lo que te digo, jajajajaja.
Volvían a tenerme a 4 patas desnuda en medio del salón, aterrorizada con la idea de que en cualquier momento la puerta se abriera.
– Ahora me la vas a mamar puta, que a los otros dos ya les has hecho correrse, ¿pensabas dejarme a mí con ganas o qué? Dijo Luis.
– Pero yo…
– Anda, chupa y calla. Y me la metió en la boca, primero empezó a moverse despacio y poco a poco fue aumentando el ritmo mientras me sobaba las tetas.
Carlos y Esteban cogieron una vela cada uno, y me las metieron en el coño y el culo y empezaron a follarme con ellas.
– ¿No te quejaras eh zorra? Estas siendo follada por los tres agujeros a la vez, jajajajajaja. Me dijo Esteban.
– Si, pero seguro que preferiría que las tres pollas fueran de carne ¿verdad zorra?
Yo tenía la boca totalmente llena por la polla de Luis que me empezó a abofetear la cara, diciéndome:
– Vamos contesta puta, es de mala educación no contestar cuando se te pregunta, jajajajajajajaja.
– Mmmmffffff
– ¿Qué puta tan patética eres! Intentando hablar con una polla en la boca, jajajajajaja, dijo Luis.
– Venga perra chupa más y mejor que tengo que correrme antes de que llegue tu marido, aunque bueno si a ti no te importa que nos encuentre en esta situación sigue haciéndolo igual de mal que lo estás haciendo… Dadle más caña a esas velas tíos a ver si así le pone un poco mas de ganas.
Me entró un pánico horrible solo de pensar en que podía llegar Edu y empecé a chupársela como si me fuera la vida en ello
Carlos y Esteban movían las velas de modo frenético y me azotaban las tetas y el culo, insultándome. “TOMA PUTA DE MIERDA” “ESTO ES LO UNICO QUE TE MERECES ZORRA” “VAMOS MAMA POLLA CON MAS GANAS”
– Eso es puta, me corro, trágate toda mi leche zorra.
Me sacaron las velas y mi hicieron vestirme.
– Vístete y termina de prepararnos la cena. Dijo Luis.
– ¿Pero y yo no me voy a correr?
– ¿Correrte tu? Tu solo te vas a correr cuando a nosotros nos dé la gana, somos tus dueños y por lo tanto también lo somos de tu placer, y a partir de ahora queda prohibido tomar la iniciativa en el sexo con Edu, si él no te lo pide, nada de follar con él y cuando tengas que hacerlo, lo harás pensando en nosotros. Y por supuesto también queda prohibido masturbarte.
En ese preciso momento se abrió la puerta, era Edu.
– Joder, no sabéis la de vueltas que he tenido que dar para encontrar una gasolinera donde les quedará hielo.
– Tranquilo tío, tienes una mujer que sabe entretener muy bien a los invitados, dijo Esteban.
– Venga cielo ve sirviendo la cena que mira qué hora es.
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