Wonderland 2: Mi experiencia con Chuchito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por buscoefebo.
Ya había contado previamente como llegué a un maravilloso hotel en el que la atracción principal son unos niños muy lindos y dispuestos a servir a la clientela.
Aqui está la primera parte de mi experiencia en Wonderland
http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-19208.html
Recién llegué la pase excelente al ser recibido por Tito y José, jamás había estado con un nene de esa edad, mis encuentros se limitaban con adultos, pero esta experiencia me mostró un gusto que tenía hacía los niños y jovencitos y no me costó nada de trabajo aceptarlo.
Después de estar con Tito y José decidí bajar al área de la alberca donde había un pequeño comedor, donde Richard preparaba los alimentos. Me senté y comencé a platicar una vez más con Richard, me preguntó como la estaba pasando y respondí sin dudar que MUUUUY BIEN. –Estamos aquí para complacerlos, mira, ese señor viene desde Francia hasta cuatro veces al año porque aquí la pasa excelente ¿tú ya habías estado en un lugar así?- me quede viendo al francés, un señor de más de 60 años con un niño en sus piernas, ambos desnudos, -no jamás había estado en un paraíso similar- Richard me agarró la verga –pues haremos que esta primera experiencia sea excelente para tu amiguito y para ti-
Pedí mis alimentos y seguí platicando con Richard y un par de personas más acerca del lugar, lo bien que la pasaban ahí, lo mucho que divertían y lo seguros que estaban al ir a ese hotelito. Poco a poco se fue haciendo más noche, hasta que comencé a bostezar, Richard sonrió – ¿mis niños te han agotado verdad?, pues en cuanto vayas a dormir tú me dices si quieres dormir sólo o acompañado- eso hizo que me brillaran los ojos e inmediatamente me reí – ¿me harás compañía Richard? O mandarás a David a dormir conmigo- quise ser irónico para mostrarme un poco inocente, aunque comprendí a que se refería. –Pues si gustas podemos acompañarte, cuando quieras, te he dicho que aquí estamos para servirte- se volteó y se bajó el short para mostrarme sus nalgas en tanga –pero creo que preferirás la compañía de Chuchito- me dieron ganas de manosearme a ese maduro, pero me detuvo la curiosidad de conocer a Chuchito.
Espere unos diez minutos y llego un chiquillo como de 10 años delgadito, blanco, ojos claros, cabello largo y chino color negro(a la David Bisbal) unos labios algo gruesos y una sonrisa de ensueño que me llevo a besarlo sin importarme que Richard y otro señor estuvieran ahí viéndome. Tal vez estaba algo alto para su edad, pero presumía muy bien su hermoso trasero en un speedo que ayudaba a estilizar sus piernas delgadas y largas y una playerita de tirantes de licra algo ceñida al cuerpo que le marcaba hermosamente sus pezones erectos. Calzaba unas sandalias muy bonitas y podía ver sus deliciosos pies blancos, largos y limpios, muy cuidados, se notaba que Richard los tenía bien cuidados en todos los aspectos.
Después de darle aquel beso que respondió tiernamente me dijo Richard que podía dormir con él si así lo quería, sería mi muñequito de peluche si así lo deseaba y por supuesto no lo pensé más, me despedí de Richard y de León, el otro señor que estaba ahí. –Te portas bien hijo y tú me lo cuidas mucho- dijo Richard. Tome al niño de la mano y le dije que estaba muy bonito, amablemente el me respondió –tú también estás guapo- me gustaba que el niño fuera muy suelto y que sabía lo que iba a pasar y no se cohibiera.
Entramos a la habitación, cerré la puerta, me senté en la cama y aquel niño quedo de pie frente a mí, él acercó sus labios a los míos, ahí el inexperto parecía yo, ese chamaco sabía lo que tenía que hacer. Le respondí el beso de forma tierna y acaricie su cabello, una mano se quedó acariciando y la otra fue recorriendo su espalda, hasta llegar y apretar sus nalgas, suavecitas y redonditas, (siempre me ha dado curiosidad como la mayoría de los niños son muy nalgoncitos y cuando crecen pierden esa forma) las acariciaba y las apretaba y mi dedo recorría suavemente su rayita por encima del speedo. – ¿Te gusta lo que hago?- pregunto muy bajito, lo mire a los ojos y respondí -claro que me gusta ahora yo voy a hacer un par de cosas que espero que te gusten- le bese su cuello un par de minutos, escuchaba sus gemidos y risas, le quite la playera y le comencé a besar sus pezones, estaban grandes y café claro, muy antojables, poco a poco se los fui levantando con la lengua hasta sentirlos bien duritos, intercalaba entre uno y otro, Chuchito me tomaba de la cabeza y me jalaba más hacía él, estaba disfrutando ese momento y yo también.
Me quité la playera, el short que traía y quede en traje de baño, igual que Chuchito, le pedí que me acompañara a bañarme, ya que me sentía muy acalorado y algo sudado, abrí la llave de la regadera y nos metimos bajo el chorro del agua. El niño muy tierno me abrazo, y yo le respondí su abrazo, me agache para sentarme al piso, y al igual que a Tito y José, pasé mi rostro por su pitito en traje de baño, comencé a jugar con mi boca para ponerlo duro y así fue, poco a poco reaccionaba y se ponía durito. Le apretaba mucho sus nalguitas y se las separaba un poco.
Le pedía que se diera vuelta y se quitara el traje de baño, lo primero que quería ver eran esas nalguitas redonditas y meter mi lengua entre ellas. Muy obediente se bajó el traje de baño y se agachó, en ese momento aproveché para meter mi lengua y escuchar su gemido de placer y poder lubricar ese culo no tan apretadito pero muy rico. Así estuve un par de minutos metiendo y sacando mi lengua, moviéndola de un lado a otro, él no se movía, solo se dejaba complacer.
Mi verga estaba erecta con tanto placer de este nene, sentí que en cualquier momento rompería mi traje de baño con esa dureza y le pedí a Chuchito que se sentará de frente a mí, quedamos entrelazados, para sentir sus nalgas en mi verga y su pene pegado a mi abdomen, además de besar esos labios gruesos y tiernos. Me puse un poco de champú en la mano y lo pasé sobre su cabello, se lo tallé un poco y lo seguí acariciando. Le pedí que se pusiera de pie y aproveché su verguita semi erecta para observarla, mediría unos 10, 11 cms con cabeza de honguito, y no aguanté más y la metí a mi boca.
Le daba un rico sexo oral y como podía le acariciaba el pecho, las piernas y las nalgas, así que tome otro poco de champú para acariciar su cuerpo, no sacaba su pitito de mi boca y le acariciaba el culito con mi dedo travieso, dispuesto a comenzar un trabajo más dedicado. Primero acariciaba alrededor de su anito, se lo frotaba suavemente de arriba hacia abajo, en círculos, levantaba el culito más y más, hasta que suavemente introduje la punta de mi dedo y Chuchito dio un gemido fuerte.
Me puse de pie, seguí con su baño y con el mío y cada que pasaba mi mano por sus nalgas aprovechaba para meterle un dedo y cada vez introducírselo más y más, sentir más dilatado ese anito era todo un placer. Me quité el traje de baño y brincó mi verga dura, Chuchito la observo y le pedí que la lavara con un poco de jabón, el niño sin pena la tomó y la masturbaba suavemente mientras me la limpiaba. Le cerré a la llave del agua, tomé un par de toallas y comencé a secarlo, dando mayor atención a su pitito que ya se estaba durmiendo, a sus nalgas y a su cabello. Me sequé y lo cargue entre mis brazos envuelto en la toalla, y lo acosté en la cama.
Me acosté junto a él, quedamos frente a frente y lo besé, le mordí suavemente lo labios –chúpame el pito- le ordené sin ser tan agresivo, Chuchito bajó muy obediente, tomó mi pene y se metió solo la cabeza, sólo jugaba con su lengua, lo tomé del cabello y lo forcé a que se tragara un poco más. Así lo tuve un par de minutos –ahora chúpame los huevos- lo tomé del cabello y lo coloqué para que su lengua pasará un par de veces por mis testículos. Estuvo intercalando entre mis huevos y mi verga, lo fui acomodando para intentar hacer un 69, le chupaba su verguita mientras él me chupaba la mía, si le chupaba sus huevitos el me chupaba los míos. Le dilataba el culo con cuidado una vez más, quería abrírselo para poder meter mi verga en su hoyito.
Acomodé un par de almohadas y le pedí a mi nene que se recostara sobre ellas, le levanté y abrí sus piernas y su culito quedó muy a mi disposición. Se lo chupaba con desesperación y me excitaba como apretaba Chuchito los ojos y sus labios. Cada vez mi lengua abría más espacio en ese culo rosadito que invadía con mi lengua. Metía mi lengua y jugaba con un dedo, lo giraba suavemente y pronto pude meterle dos dedos. Ese nene me tenía encantado de ver como aguantaba y solo gemía suavecito.
Ese culito ya estaba preparado, me puse condón, lubricante en mi verga y en su culito y puse la cabeza de mi verga en su anito y la empuje lentamente, grito suavecito pero no me moví ni el tampoco, le tomé sus nalguitas y se las abrí más para poder metérsela toda. La sensación de ese culito infantil era deliciosa, un lugar caliente para recibir mi verga, aunque parecía que le causaba molestias a Chuchito, su pitito se empezó a poner duro, primero fui suave con él y cuando sentí que mi verga y su culito se habían adaptado bien le empecé a frotar más duro.
La sensación era maravillosa, cuando ya tenía controlado ese hoyito le chupe sus pies, eso me excita más, primero un dedo, pasar mi lengua entre sus dedos y pasar mi boca y lengua entre esos piecitos me causaba un mayor placer y parecía que a Chuchito también pues apretaba más su culito cada que me metía parte de su pie a mi boca.
Ya no aguante más y tuve un orgasmo delicioso en ese hoyito. Saqué mi verga semi erecta de ese anito y le di un par de besitos y lengüetazos. Me quité el condón y le dije a Chuchito que nos diéramos otro baño rápido, lo abracé mientras el agua caía entre nosotros, salimos del baño, nos acostamos desnudos, lo abracé y del cansancio ambos quedamos dormidos.
Pues esta es otra experiencia que comparto con ustedes, espero que les haya gustado, posteriormente les contaré que pasaron otros días, pues aún pude pasarla mucho mejor en Wonderland.
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