Wonderland (Primera parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy un chico común de la Ciudad de México, nada fuera de lo común, gordito, alto y actualmente tengo 29 años. Soy muy caliente y un tanto exhibicionista y esto me paso hace un par de años en un viaje a una famosa playa de mi hermoso país.
Deseo compartir con ustedes esta experiencia ya que fue muy caliente y afortunadamente no sólo fue de una ocasión, fueron un par de días de extremo placer, cuando lo recuerdo me excito y no logro olvidarlo o me pongo nervioso del miedo y la excitación, además fue lo que agregó un gusto más a mi lista de filias. Espero les guste y comenten lo que les gusto o no les gusto de mi relato.
Decidí salir de la ciudad para ir a descansar y pensé en ir al hermoso Acapulco, tal vez me deje llevar por la nostalgia para escoger este lugar como mi destino, elegí temporada baja para que no hubiera gente. Solo abordé el camión aún sin saber a qué hotel llegaría, era la primera vez que iba solo, siempre fui con mi familia. Pero tampoco me preocupé mucho, nada que un taxista de la zona no pudiera ayudarme.
Llegué a la terminal de Acapulco después de cuatro horas y media de viaje, pasé al sanitario y aproveche para ponerme un short muy corto que traía y no acalorarme, además de poder mostrar un poco de piel y un poco de ropa interior (ustedes me entienden).
Salí de la terminal, abordé un taxi, me llamo mucho la atención el chofer, un moreno atractivo, de mi gusto, tal vez 40 años tendría, así que aproveché para comenzar mis vacaciones, me subí y me rasque un par de veces la verga para ver su reacción –Buenas tardes ¿a dónde lo llevo?- me quede un momento pensativo antes de que se arrancara –Mire, la verdad no tengo ni idea, me aventuré y no tengo nada planeado- el arrancó el auto -pues depende como que busca- Me observaba por el retrovisor y trataba de manosearme para poder lograr algo con él -¿Viene a descansar o a divertirse?, porque por aquí hay un par de lugares donde puede hospedarse y se pueden conseguir unas viejas bien buenas- sólo sonreí y creí que era buen momento para hacer directa la invitación a cogérmelo. –No la verdad es que las viejas no me van, me gustan los chavales- le dije sin pensar que consecuencias traería eso.
El taxista me observo una vez más por el espejo,- ¿chavales eh?-, una sonrisa pícara se esbozo en su rostros, se quedo pensando, tomo su celular y lo único que le entendí es que llevaría una persona a “Wonderland”. La verdad por un momento me dio miedo escuchar eso, – ¿es su primera vez en Aca brother?-, lo observe y solo respondí –si, vengo a pasarla rico, a ver qué se puede conseguir-. Una sonrisa de complicidad me tranquilizo, -no te preocupes, a donde te llevo la pasarás muy chingón carnal, todo muy discreto y muy económico-
Pensé que llegaríamos a un hotel gay pero era una casa grande, un hostal pensé, salió un joven como de 18 años a abrir la puerta, saludó al taxista –que onda hijo, acá te traigo un buen muchacho trátenlo bien que sólo viene a divertirse- el muchacho me sonrió, luego se acerco a bajar las maletas que traía y se acerco al taxista, alcancé a escuchar que este le dijo –si pa, se ve que este no es de los que de problemas- le pagué al taxista, me dio una tarjeta, llama pa´ lo que necesites, me guiñó el ojo y se retiro.
El muchacho se presentó -me llamo David y estamos aquí para que la pases bien, no buscamos ni queremos darte problemas de ningún tipo- (esto me ponía nervioso pero la adrenalina de saber que pasaba pudo más) entré y había una alberca de mediano tamaño, una vista hermosa a la bahía a pesar de estar un poco lejos, un par de extranjeros, maduros y lo que me puso por primera vez muy nervioso y al mismo tiempo me puso la verga erecta en un par de segundo fue ver a unos chavales, chavales me dije, creo que se mal interpreto, literalmente no más de 10 años muy cariñosos con los extranjeros.
David me observó – ¿te gusta lo que ves, verdad?- sonreí, el color rojo de mi rostro y la excitación me delataban. Salió otro maduro muy atractivo, Richard, se acerco y me saludó como si me conociera de toda la vida, me dio un beso doble, muy a la europea. –Pues bienvenido a nuestro pequeño Paraíso- dijo muy claro, pero con su acento gringo que no podía ocultar. -Pues estás aquí para pasarla bien, se que ya te gustaría pasar a la alberca (me guiñó el ojo) pero ¿te parece bien que hablemos de negocios?- sonreí y acepté la propuesta, no sin dejar de observar como uno de los gringos besaba y le agarraba las nalgas a uno de los chavales.
Pasamos a una habitación adaptada como oficina –¿es tu primera vez en esto verdad?- solo asentí con la cabeza -vienes muy recomendado por el Manuel (el taxista que me llevó) supongo que le caíste bien, como te darás cuenta nuestra casa es muy especial, así que no podemos invitar a cualquiera, le caíste bien- me comenzó a explicar lo que incluía mi estancia. -Para que no tengas que salir de la casa incluimos alimentos, agua y refresco, bebidas alcohólicas son aparte y depende del número de visitantes podrás tener varios nenes a tu disposición, ya vienen incluidos para lo que gustes, eres libre de hacer lo que quieras-. Eso me puso la sangre a mil, así que ya me urgía probar esa experiencia.
Subí a mi habitación acompañado de David, me indicó mi habitación y me dejo mi llave -pues acomódate y en unos momentos te mandaremos una bebida de bienvenida- Sonreí y me quite el short, los tenis y me puse unas sandalias, ya me urgía salir a la alberca, cuando escuche que tocaron a mi puerta, era David con mi bebida y un par de nenes en traje de baño, casi tanga -pues aquí tiene su bebida de cortesía, disfrútala, cuando se la termine nos llama-
Pasaron a la habitación muy sonrientes, se notaba que esto era común para ellos y parecía que no lo sufrían –Hola, que bonitos angelitos ¿cómo se llaman?- me senté en la cama para observarlos y quedar más a la altura –Tito- dijo uno muy apresurado, él era moreno, cara pícara y ojos color miel, delgado tal vez de tanto nadar, cabello negro a rapa, unas nalguitas redonditas y muy paraditas y unos labios muy delgados que inmediatamente bese para acercarlo a mí y acariciar por primera vez las nalgas de un chaval. Fue rica la sensación y más sobre el traje de baño… además entre más lo acariciaba más las levantaba, no le costaba nada de trabajo a Tito mover su traserito. -¿Cómo te llamas tu?- le decía al otro nene mientras lo acariciaba con la otra mano para acercarlo a mi –José- y también lo bese, piel más clara, ojos café oscuro, cabello un tanto largo, castaño claro y lacio, en cuanto le toque sus nalguitas su pitito se puso duro.
Era la primera vez que estaba en un trío de este tipo, Tito me daba unos besos algo torpes pero bien que jugaba entrelazando mi lengua con la suya, parecía que la experiencia con otros lo hacía hacer cosas muy ricas. Acerqué la cara de José para un beso triple, compartir ese momento fue excitante y tierno. En eso una vez más tocaron la puerta –soy Richard- me pare a abrir la puerta todo erecto y aún en calzones (bueno mini traje de baño y la verdad no me importo) -Sólo venía a… ah ya te mandaron nuestra bebida de bienvenida, Pórtense bien niños, hagan lo que el Muchacho les diga- dijo Richard sonriendo –si papá- contestaron Tito y José.
Me acosté e invité a Tito y José a acostarse uno a cada lado. Les pedí que me chuparan los pezones y lo hicieron inmediatamente, les tome sus manos y la puse sobre mi verga muy dura de tanta excitación. Así estuvieron un buen rato hasta que Tito me bajo el calzón y comenzó a masturbarme muy suave, les pedí a ambos que les dieran sus besitos, Tito comenzó a chuparla muy suavecito, así que le pedí a José que me chupara los huevos, y así estuvieron un ratito, sentía la lengua caliente de Tito en la verga y a José chupándome los huevos.
-Intenta metértela toda Tito, a ver si puedes- mi verga es muy promedio, me mide 16 cms, lo único que quería era que comenzara a mamar. –Mira, si me cabe- estuvo un rato, mamando y mamando. Luego le pedí a José que me la mamaran entre los dos. Casi me venía de ver a esos dos nenes chupando mi verga, ver sus labios jugando con mi verga era muy delicioso, una experiencia única.
-José, Tito, párense- les indique, quise detenerlos para no venirme. Comencé a pasar mi cara sobre sus trajes de baño, solo me senté en la cama y los junte para tener sus verguitas que comenzaban a ponerse dura, les baje los trajes de baño y era hermoso ver a esos angelitos sin vello púbico con sus vergas ya paraditas. La de Tito muy morena, con una cabeza casi morada, con su pellejito ya echado hacia atrás y la de José muy blanca, con su cabecita erecta rosa. Comencé a meterme una en la boca e intercalaba entre uno y otro y luego me las metí al mismo tiempo. Sólo escuchaba como gemían y se reían muy suavecito, por las cosquillas que esto les causaba.
Era muy rico sentir sus pititos duros en mi boca, pero quería probar otra cosa. –Se acuestan y abran sus piernitas- parece que su experiencia en ese hotel era basta, pues entendieron a que me refería inmediatamente, se sentaron en la orilla de la cama, se acostaron y abrieron obedientemente sus piernitas, dejando sus culitos a la vista. Estaban ahí con sus piernas al aire y comencé por chuparles sus pies, la verdad me declaro fanático de chupar pies y los de José estaban muy largos para su edad, me excito observarlos y comenzar a pasar mi lengua entre sus deditos, junte sus pies y me metí hasta donde pude… le chupaba sus dedos, su pie completo y luego pase a los pies morenos de Tito.
Así que los observe y sin pensarlo más me hinqué para chupar aquellos hoyitos (diría que virginales pero no era así) pase mi lengua primero por el culito de Tito, el sólo hacia ruiditos muy fingidos, pero parecía un experto con esos sonidos y cuando vi el culito de José muy rosita se me antojo mucho, hasta la lengua le metí de inmediato y sólo dio un gritito – ¿te lastime?- le dije un tanto preocupado –no, síguele- me dijo muy seguro. Continúe dándoles un besito negro, lubricando y dilatando esos culitos. No sabía si quería penetrarlo o no, aún no me decidía pero estaba disfrutando de esos chavales.
Les indique que se pusieran de a perrito y obedecieron sin dudar – ¿Me vas a meter el pajarito?- pregunto Tito, le chupe el culito y le metí el dedo -¿quieres que te meta el pajarito por tu colita?- le seguí chupando y dedeando el culito –si, se sienten cosquillitas cuando lo hacen- me sorprendió mucho la respuesta de ese niño de apenas diez años. Pero al mismo tiempo acepte la invitación de poder hacerlo. Los acomode para hacer un 69, a José abajo y a Tito arriba para dejar su culito libre, lo seguí chupando y dilatando, me puse un condón, me puse lubricante y le puse lubricante en su anito.
Poco a poco lo fui ensartando, solo escuchaba como gemía tantito, pero no se quejaba, no pedía que me detuviera, así que le metí verga hasta donde pude sin forzarlo y fue muy rico entrar en esa colita tan apretada y al mismo tiempo veía como se chupaban las verguitas entre José y Tito. Luego le pedí que se acostara y le abrí las piernitas, José veía como me cogía a su amiguito le daba un poco más rápido y le chupaba sus piecitos, cosa que le hizo apretara más su culito y gemir un poquito más fuerte.
Por último lo cargue y besaba sus labios, una vez más el jugaba con su lengua en la mía, enredo sus piernitas en mi y no aguante mucho, mi verga se engroso más y escupió muchísima leche. Me deje caer en la cama con Tito aún en mi verga y poco a poco se fue saliendo.
José solo sonrió y tenía su pitito aún duro. Así que me senté en un silloncito que había, levanté las piernas y le dije, hazme lo mismo que le hice a Tito. Siempre he sido activo, pero me excitaba mucho la idea de que un nene me penetrara. Intente ponerle un condón que obvio le quedo grande, y me la intento meter, no podía, hasta que me acomode de tal forma que me metió su verguita completa, lo excitante era que ese niño me estuviera penetrando, me tuviera ahí con las piernas abiertas y el moviéndose tímidamente intentando moverse. Tito nos miraba y eso me excitaba muchísimo, ser un exhibicionista y que esa verguita me estuviera ensartando. José respiraba muy rápido y cada vez se empeñaba en darme más duro, estaba en aprendizaje de ser un buen activo. Su verguita dura se movía en mi ano y se sentía el roce de sus movimientos y eso hizo que me jalara un par de veces la verga para que le apretara más su pitito por mi segundo orgasmo en menos de diez minutos.
Me senté en la cama, les di un par de besitos más, llamé a David para que fuera a recoger mi bebida de cortesía. Tocó la puerta y no me importo abrirle desnudo. –¿la pasaste bien?, ¿alguna queja?, ya vámonos chamacos- sonreí y me agarre la verga –no, ninguna, todo excelente- Tito y José agarraron sus trajes de baño respectivamente, los niños antes de salir me dieron un beso. –Pues cuando guste aca estamos para servirle, dile a Richard y en el momento que necesites te podemos mandar a estos nenes o a otros amiguitos que tienen-
Se fueron y me quedé ahí pensando en que jamás se me había ocurrido que iba a pasar las mejores vacaciones de mi vida.
Posteriormente les contaré lo que paso en las siguientes ocasiones y experiencias.
Espero que les haya gustado
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