Y todo por las tortillas 2
Regresé otra vez a casa de Lucas para jugar.
Me despedí de doña Lucía, le dije que tal vez mañana regresaba, entonces me fuí a casa y me fui a encerrar a mi cuarto, apenas traté de reaccionar a lo que le hice a Lucas, hice que ese pequeño niño de manos suaves me masturbara hasta que me corriera en su cara y hacer que se la tomara toda diciéndole que era una medicina especial.
Traté de buscar mi celular en mis bolsillos cuando sentí una tela suave, era su trusa celeste que el niño lanzó al cuarto cuando se bañó, ¿Por qué me olvidé que me robé semejante tesosoro?, Lo olí nuevamente y tenía el aroma de mi pequeño Lucas con granos de arena.
Lo sacudí para limpiarlo y lo guardé en una gabeta de mi cuarto en medio de unas páginas de un libro no tan llamativo para que mi madre no lo descubriera.
Me fui a ver televisión a la sala, mi mamá me acompañó y no me preguntó el por qué duré solo 3 horas fuera, pasaron unos videos de unos niños muy pobres que no tenían para comer ni para jugar, entonces recordé a Lucas que solo contaba con unos cuantos juguetes para su diversión, entonces me puse a pensar toda la noche.
Pasaron 3 días y fui otra vez a casa de Lucas, llamé a través de la ventana y salió doña Lucía a recibirme.
Lucía: hooolaaa ¿Cómo estas? ¿Por qué no habías venido?.
Yo: es que me agarraron ocupaciones pero ya pude venir a ver a Lucas jeje.
Doña Lucía me abrió la puerta y me indicó que Lucas estaba en su cuarto de ella mirando la televisión.
Un poco retirado del cuarto de Lucas estaba el de Lucía, era un poco más grande que el de Lucas, y tenía la televisión del lado contrario de la puerta, por lo que Lucas me estaba dando la espalda, entré sigilosamente y me senté en una silla a un costado.
Lucas estaba muy entretenido mirando hora de aventura, en un momento pasaron a cortos y fue cuando le hablé.
Yo: ¿está bueno el capítulo verdad?
En ese momento Lucas volteó de golpe y me vió sorprendido, entonces saltó de la cama dirigiéndose hacia a mi para abrazarme asi sentados y soltando lágrimas de sus ojitos.
Lucas: pensé que ya no ibas a volver (dijo entre lágrimas).
Yo algo sentido le pedí disculpas porque tenía cosas que hacer y que enserio moría de ganas por regresar.
Entonces le dije que abriera la mochila que puse en la cama cuando llegué, y cuando lo abrió, salieron muchísimos juguetes cayendo sobre la cama, y Lucas soltó una gran sonrisa que nunca se me va a olvidar.
Yo: ese es tu regalo por ser mi nuevo amigo.
Entonces Lucas comenzó a llorar otra vez agradeciéndome el gesto de cariño.
Lucía: ¿Qué pasa hijito por qué estás llorando? (Entró algo preocupado la señora)
Lucas: mira abuelita mi amigo me regaló todos estos juguetes!
Lucía: awwwww muchas gracias por el regalito, te juro que Lucas los va a cuidar cemucho.
No como la boney de toy story, este niño si era súper noble.
Lucía ya calmada se retiró y dejó que jugáramos, me senté en la cama a la altura de Lucas, y el niño me volió a abrazar muy feliz, pero se pegó tanto a mi que su rodillita tocaba mi bulto , y comenzó a pararse.
Lucas lo notó:
L – oye tu pene se puso como la otra vez jeje
Yo – jaja sí es que me emocioné de verte otra vez
L- y oye ¿ trae medicina?
Yo – jajaja sí claro pero no hables de eso en voz alta, tu abue nos puede regañar.
Lucas: ¿por qué? Si dices que es sano para mi
Yo – si pequeño pero se pondrá celosita si yo te cuido, ¿que tal que solo ella quiera darte medicina eh?
Lucas – ahh ya,bueno jeje quiero que tu me cures, estoy malito.
Hizo un falso estornudo, parece que había dominado a Lucas de tomar mi leche para supuestamente curarse o en este caso, no enfermarse de nada.
Le dije que levantáramos todo lo que le regalé y fuéramos a su cuarto que ahí le daría medicina.
Entrando dejamos la mochila en la mesa de Lucas, y me distraje para ir sacándolos poco a poco cuando volteo y veo que el niño se quitó la playera.
Yo: Lucas ¿Qué haces?
L – me quito mi playera sino me mancharé de medicina cuando me la des.
Yo: ah ya, pero te tienes que quitar todo sino tambien el short y la trusa se te puede manchar tambien.
Lucas con la confianza que me tenía no dudó en hacerme caso, y se desnudó frente a mi, pero aún se tapaba sus partesitas con sus manos.
Yo: bien Lucas pero, tienes que agarrarme el pene con tus manos como la otra vez. (Lo dije mientras me descubría el pene bajándome la braguera de mi pantalón).
Lucas – no lo se.
Yo – ¿no quieres la medicina pues?
L – sí pero tú también desnúdate, sino también te vas a manchar.
En ese momento me dió una descarga eléctrica al escuxhar eso. Pero no me di cuenta que la puerta de Lucas estaba abierta, así que corrí a cerrarla con llave, por estar pensando en medicinas entré al cuarto sin
importarme nada.
Me desnudé frente a Lucas y veía su cara de emoción al verme quitarme una prenda tras otra, hasta quedar desnudo igual que él. Con nuestras ropas en el suelo, nos dispusimos a comenzar, Lucas se sentó en la orilla y yo me paré frente a él.
Sin decirle nada tomó con sus manitas mi verga y comenzó a sacudirla mucho más rico que antes.
Lucas: así sin ropa no nos manchamos de medicina jejeje
Yo: si pequeño, se que no estás enfermo pero veo que te gusta mi medicina.
Lucas: jajaja es que quiero prevenir, me dijiste que tu medicina tiene nutrientes.
Yo: así es, pero si quieres que no te enfermes de verdad, debes sacar tu medicina con tu boca.
Lucas dejó de masturbarme y me miró con una cara entre risa y confusión.
L – ¿Por qué? (Me dijo con curiosidad)
Yo – asi no se te caerá la medicina y podrás tomártela toda.
Lucas convencido hizo una gran «O» con su boquita y se metió la mitad de mi pene de una sola, brinqué de la sensación rápida que tube, pensé que no se atrevería pero sí lo hizo, con tal de estar sano, ese niño es muy inocente.
Me mordía un poco pero le fui diciendo que no usara los dientes, medio lo logró y ya era su primera vez mamando de mi Lucas y la primera mamada que recibía yo en toda mi vida.
Cada vez se mirába más húmedo el tronco de mi pene por la saliva que el niño dejaba, derramándose en el piso.
Aprobeché para acariciar su cuerpo desnudo del niño y bajar por su espalda hasta encontrar su rayita que separaba sus dos nalguitas bellas. No quise meterle el dedo aún porque esperaría un poco más, a que Lucas estubiera listo. De pronto eyaculé sin avisar y esto fue una sorpresa para Lucas ya que el semen salió por los huecos de su boquita tirando unos restos en el suelo.
Lucas tragó lo que pudo contener en su boca y dijo.
L – Noooo, mi medicina (dijo preocupado).
Yo – tranquilo Lucas solo se manchó el piso, ahorita limpiamos.
L – sí lo se, pero no me curaré bien, me faltó casi la mitad de medicina.
Yo: tranquilo pequeño, te daré más más alratito que recarge el depósito pero si recuerdas no decirle nada a tu abuela, sino ya no dejará que te dé medicina.
L- si no diré nada, pero mi medicinaaaa (se puso muy triste).
Comprendí que Lucas era súper sensible, más de lo que pensaba, que hasta por medicina se puso a llorar, le dije que antes de que me fuera le daría su segunda ración del día.
Con papel de baño limpiamos lo que dejó en el suelo, y lo tiré en el escusado, estaba por vestirme para jugar con sus juguetes pero entonces el niño interrumpió.
L – no te vistas.
Yo – ¿Por qué no Lucas?
L- para que me des mi medicina alrato, asi no perdemos tiempo en quitarnos la ropa otra vez.
Yo- pues si pequeño pero tu abue puede venir y nos va a regañar por estar desnudos, asi como te regañó a ti la otra vez ¿Recuerdas?
L – sí pero porque me salí, si jugamos aca adentro nada más no nos verá.
No se por qué le hice caso a ese niño travieso pero accedí a que ambos jugáramos desnudos el resto de la mañana, pasaron como 3 horas hasta que doña Lucía nos gritó desde la sala, que iba a cocinar la comida, que teníamos 1 hora para jugar y que Lucas se bañara porque estaba sucio desde ayer.
L – oye la medicina!!!
Yo – ¿enserio la quieres?
L – síiiii, mejor ahorita porque si tarda un poco en salir de tu pene.
Yo – es verdad, bueno me voy a acostar y tu te medicas jaja.
Me acosté en su cama del niño y él se puso de rodillas entre mis piernas, inclinándose hacia mi pene listo para metérselo a la boca, creo que con una vez que le dijera cómo debía hacerle bastó para que él lo hiciera solo después.
Lucas solito abrió la boca y faltaba pocos cm. Para que tocara mi pelvis, pero se arqueaba a veces cuando metía su boca demás.
Yo ponía mis ojos en blanco como si estubiese en un trance de recibir semejante boca de niño, miraba a nuestro alrededor y observé todo el desorden que hicimos en todo este rato, y no hablo de la ropa, sino de los juguetes regados en todas partes.
Pensaba en momentos lujuriosos con Lucas, y llegué a imaginar en cómo lo penetraba, ya casi lo haría, me lo prometía a mí mismo, que ese culito sería mio, de solo pensar en eso otra vez sin avisar eyaculé dentro de su boca, y otra vez Lucas no lo pudo contener que escupió otra vez la mitad. Pero afortunadamente cayó sobre mi cintura y un poco en la pansa.
Lucas se puso triste otra vez, pero le dije.
Yo: corre lucas lámeme, la medicina está limpia todavía.
L – ¿estás seguro?
Yo – sí, la otra vez cayó en el suelo y se había ensuciado, pero ahora cayó sobre mí, límpiame corre antes que se manche tu cama
Lucas ágilmente me lamió todo, sin dejar rastros de semen, quiero aclarar que todo el raro hizo muecas de asco pero con tal se sentirse bien se llenó de espermatozoides su estómago.
Limpios y sin nada que lamentar mandé a Lucas a bañarse como mandó su abuela.
L – no quiero (puso una carita tierna de arrogancia pero que me enamoraba de solo verlo)
Yo- vamos chaparro no seas cochino.
L – pero báñate conmigo, tú también estás sucio.
Bueno para no discutir con el niño accedí a bañarme con él, entramos a su mini baño cerrando la cortina, prendiendo el foco y cualquiera que entrase observaría dos silutas desnudas bañándose, algo riesgoso y a la vez excitante.
En esos pocos minutos aproveché para tocar todo el cuerpo desnudo de Lucas, al pasarle el jabón y el shampoo, pude sentir en su esplendor cáda centímetro de su hermosa piel, sobre todo su penesito y sus nalguitas, a lo cual él no notó nada malo ya que solo pensaba que era un baño normal y no morboso como pasaba en mi mente.
Terminamos el baño y nos secamos con la misma tohalla de dibujo de paw patrolls , nos vestimos, él quedó medio mojado pero no le importó y se vistió así, yo medio seco quedé pero con rastros de baño.
En el comedor:
Lucía:¿ te bañaste tu también? ( Me preguntó sorprendida)
Yo: no doña, es que hace muchísimo calor y sudámos bastante.
Lucía: ay no! Sí está horríble este calor no se aguanta! Por eso ya dejé de darle permiso de jugar en la calle a Lucas porque mira! Todo quemado está!
En mi mente pensé, pues al menos lo conocí en el mejor momento a mi pequeñito hermoso.
Lucía: pero bueno. ¿Quieres comer también tú?
Lucas: siiiiii!!! Ándale dí que síiiii.
Yo: jejeje bueno claro que sí muchas gracias.
La comida fue muy rica y la doña me contaba historias vergonzosas de Lucas, de accidentes ridículos que él se causó u otras cosas igual de tiernas.
Terminamos de comer y me fui despidiendo porque no podía estar mucho tiempo fuera de casa, sino mi mamá me mata, me fui con ma excusa de ir a comprar unas cosas y Lucas me abrazó, y yo le prometí verlo pronto.
Esta vez quien me salió a dejar afuera fue Lucas, yo me agaché y le susurré.
– si quieres más medicina pequeñín, recuerda que debe ser nuestro secreto.
Me puse de pie y me despedí de Lucas y a lo lejos le dije adiós Lucía.
Me fui con la esperanza de pasarla genial otra vez «jugando» con Lucas……..
Uffff que relato tan rico y morboso
comos igue