y todo por las tortillas 4
después de varios días sin ver a Lucas al fin podré estar con él y no solamente una tardecita como lo hemos estado haciendo.
Habían pasado varios días, no había podido ver al pequeño Lucas debido a ciertas tareas que me encomendaron en mi casa, cada noche pensaba en mi pequeño niño y en qué podría estar haciendo en su casa, una mañana de miércoles pasé a comprar golosinas al Oxxo y al salir del mismo me encontré a la señora Lucía quien se alegró de verme y nos dimos un abrazo después de varios días sin saber nada de cada uno.
Ella me comentaba que tenía que irse a una visita familiar lejos de aquí casi a 2 horas de camino, pero como todos los que iban a estar allá eran puros adultos el pequeño Lucas no tenía ganas de ir, pero por obvias razones no tenía que quedarse solo no tuvo otra opción. De pronto hice una intervención proponiéndole a ella que… y si mejor el nene se quedaba conmigo, nos pondríamos a jugar y no se la pasaría aburrido, la señora quedó pensativa, pero me hizo saber que se iría una semana y no estaba segura si dejármelo o no al niño, yo le respondí que como estábamos de vacaciones no sería ningún problema.
Al final la señora aceptó el trato y yo le hice saber que estaría bien alimentado (de semen jeje) por si tenía alguna preocupación por algo y que no le cobraría nada por el trabajo. Esperé hasta el viernes, ella me dijo que ese día vendría, pero no dijo la hora, me desperté temprano (cosa que casi no hago) se hizo medio día, de tarde y de noche y no venía mi pequeño Lucas, por lo que induje que tal vez siempre si se lo llevaron a la reunión de su familia y me puse un poco triste pero cuando dieron las 8:30 p.m. llamaron a la puerta y al abrirla me llevé la mejor sorpresa de mi vida.
Mi pequeño Lucas vestido con un piyama de algodón y sus chanclitas entró a mi casa y me agaché para abrazarlo, no nos soltamos por unos 2 minutos, el pequeño me extraño mucho al igual que yo a él, mientras lo cargaba sin que él me soltara, doña Lucía me pedía disculpas por llegar tan tarde a dejarme a Lucas, pero a ella la pasaron a traer muy tarde, yo en tono amigable le comenté que si no era muy tarde para irse hasta allá a estas horas de la noche, a lo que ella me comentó que no había problema, ella iría con su familiar conductor y otros más que también irían al viaje, estaría en buenas manos y Lucas también, le dio instrucciones a Lucas de que se portara bien y me obedeciera en todo lo que le dijera y el niño muy feliz le dijo que sí, ella me dio una maleta grande llena de ropita y juguetes, el niño y yo le dimos un abrazo a la señora y partió en el auto junto a sus familiares.
Al ingresar a la sala le pasé presentando al niño a mi madre y ella alegre y contenta le dio la bienvenida al pequeño, mis planes no serían interrumpidos por ella ya que como está metida en su celular con asuntos del trabajo o viendo tiktok pues no será mucha molestia para los dos, nos serví la cena a mí y al nene y cuando fuimos al cuarto el corrió saltando y brincando sobre la cama, yo acomodé su maleta y me fui a sentar junto a él, y nos dimos un abrazo muy cariñoso más un besito en los labios. Le dije al pequeño que si se quería meter a bañar conmigo y me dijo que sí.
Ambos nos metimos a mi baño y nos quitamos toda nuestra ropa y nos metimos a la ducha, mientras cerraba los ojos para que no me entrara shampoo en los ojos siento como Lucas está tocando mi verga, y me enjuago el cabello rápido para ver que estaba sucediendo.
Yo: ¿qué estás haciendo pequeño travieso?
L: Jeje, es que extraño la medicina que me dabas
Yo: ¿quieres medicina ahora pequeñín?
L: siiiii . dice muy alegre el niño.
Lucas con toda la confianza que ya tenía me agarró con sus dos manitas mi verga, la cual empezó a endurecerse, el pequeño niño se puso de rodillas sobre mi pene y se lo metió a la boca, mientras el agua nos caía encima, su saliva se mezclaba con el agua y su boquita resbalaba mejor por todo el tronco de mi verga, también se metía a la boca mis bolas, con tal de recibir pronto su medicina, cerré la llave del agua y ambos empapados no dejábamos de disfrutarnos, Lucas seguía mamando y me comenzaba a salir precum, Lucas lo saboreaba y hacía gestos y gemidos de un sabor muy rico, que no se sacaba la verga de la boca, no pude contenerme por esas mamadas tan sabrosas que le di varios disparos de semen dentro de su boquita, algunas gotas se le querían escurrir por sus labios pero él muy ágilmente se comió cada gota de semen sin dejar escapar ni una sola, Lucas estaba feliz de haber recibido su medicina y que estaría sano, nos terminamos de bañar y nos fuimos a la cama, él se puso su misma piyamita y yo un short (sin bóxer) y una playera, nos acostamos y tapados nos pusimos a platicar un rato ya que Lucas aun no tenía sueño.
Diendo casi las 12 de la noche Lucas entre palabras y bostezos cerró sus ojitos se quedó dormido. Yo igual estaba cansado debido a que estuve despierto desde temprano esperándolo, pero valió la pena la espera, yo también cerré mis ojos y me dormí abrazando su pancita de mi pequeño traga leche.
Pasando un par de horas me dieron ganas de orinar, y al volverme a acostar me quedé observando el maravilloso cuerpecito de mi niño, su piyama de algodón lo hacía ver como un peluchito, estaba acostado de lado con sus nalgas apuntándome a mí, la verdad extrañaba esa colita que me cogí hace varios días, entonces me acomodé y comencé a frotarme sobre su colita del nene, mi pene volvió a despertar y tenía ganas de salir de mi short, me saqué la verga y le bajé su piyama a Lucas junto con su bóxer un poco para poder ver lo espléndido que estaban sus nalguitas, comencé a frotar mi verga en su rayita de mi niño, casi casi iba abriendo paso hasta visualizar el ano rosadito y cerradito (de varios días sin uso) de mi pequeñín, sin pensarlo dos veces fui metiéndole un dedo, dos dedos y Lucas como si nada durmiendo, ya con mi verga con el precum lubricándome fui metiéndosela poco a poco y hasta que cuando chocó mi pelvis con sus nalgas Lucas tuvo una reacción y despertó, medio sacado de onda pero al verme que me lo estaba cogiendo como la otra vez solo me hizo una sonrisa maliciosa, me le acerqué y nos dimos un gran y apasionante beso.
Para una mejor comodidad le quité por completo su piyama viendo su esplendor cuerpecito en tono oscuro (por la noche) pero igual de sabroso que cuando nos estábamos bañando, yo igual me quité mi ropa y me estoy acomodando para acostarme él se abalanza sobre mí para seguirnos besando, mi verga rosando y rosando el culito de mi verga, quería deslecharse cuanto antes , mi niño solito me agarró el pene y se lo fue introduciendo a su anito, podía ver como hacía gestos de que le estaba doliendo pero en vez de que se lo sacara se lo metía más a fondo, cuando volvió a chocar sus nalgas con mi pelvis comenzó a brincar como vaquero sobre un caballo, sus manos las recargaba sobre mi pecho y yo con mis manos sosteniéndolo de la cintura lo ayudaba a saltar más alto porque solito solo se sacaba un poco de verga del culo, pero con mi ayuda podía salir cada centímetro de tronco de su culito y volver a entrar de manera salvaje.
El pequeño se estaba cansando y se acostó en la cama, creo que era mi turno de hacer la tarea, entonces colocándome encima de él, poniendo sus piecitos sobre mis hombros, y abriéndome paso sobre ese delicioso culito, lo logré penetrar sabroso, me movía al mismo ritmo que él soltaba gemidos de un gran placer que le provocaban las embestidas, sentía como mi verga manchada de precum chocaban con las paredes anales de un pequeño niño, no pude aguantar mucho las ganas de deslechar así que expulsé varios chorros de semen dentro de mi niño, por cada disparo que daba ambos dábamos gemidos al mismo tiempo, fue la mejor noche de mi vida, terminamos el acto con un apasionado beso de lengua, y mi pene salió solo de su colita cuando se puso flácida otra vez. Nos acostamos de cucharita los dos y sentía cómo me manchaba la pelvis con mi propia leche, pero no importaba, yo ya había marcado mi territorio al niño y estaba contento porque tendía muchos días más para disfrutar esa colita de mi amado Lucas, nos quedamos dormidos y todo loco por él escuchaba sus gemidos suavecitos y delicados que un niño lindo como él pudiese tener, doy gracias por conocer a este pequeñín y a su culito también.
Otra parte por favor