Y yo solo quería un baño…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Adrian.Arteaga.
Esta es una de las experiencias más alucinantes que he tenido, fue cuando tenía aproximadamente 15 años, y aunque ya para ese entonces no era virgen, en esta ocasión me sentí como si lo fuera.
Todo comenzó cuando una de mis primas me dijo que le celebraría el cumpleaños a su hija en un club y yo me ofrecí a ayudar con la decoración.
Ella me dijo que no había problema con que me llevara la ropa y me quedara de una vez para la fiesta, ya que en el club había donde bañarse, y así lo hice.
El día llegó y el sitio donde sería la fiesta tenía unos baños bastante cerca, así que luego de decorar me metí a bañar.
El baño se dividía en dos; de un lado eran unas duchas y del otro estaban los urinales y las tazas de baño.
Me metí a bañar dejando mi ropa en un banco que estaba frente a las duchas, cuando de pronto comencé a oír voces y de un momento a otro, casi sin darme tiempo de observar qué pasaba, estaba el baño lleno de un grupo grande hombres, todos desnudos preparándose para su juego de beisbol.
Mi mente no lo podría creer, supongo que en este momento lo vería como una oportunidad dorada y la aprovecharía, pero para el momento estaba aterrado, me daba miedo sufrir una erección y que aquellos hombres lo vieran, así que tomé mis cosas y salí lo más rápido que pude de allí.
Durante toda la fiesta estuve pensando en lo ocurrido, no lograba que saliera de mi mente, y le daba vueltas al baño para ver si por la parte de afuera lograba tener una visión clara de lo que ocurría adentro.
Para mi mala suerte no tuve éxito.
Ya al terminar la fiesta tenía muchas ganas de orinar, pero aún así tenía miedo de que volviera a ocurrir lo mismo, así que me dirigí a unos baños que estaban un tanto lejos de donde era la fiesta, pero escuché la regadera y no pude resistir las ganas de entrar a verificar qué pasaba.
Entré y había un hombre, muy blanco, alto, cabello negro, delgado y con un cuerpo muy bien definido, él me observó y en ningún momento se tapó.
Yo caminé hasta el final de las duchas y de regreso, al ir de regreso me preguntó la hora, pero no tenía reloj así que le dije que ya le decía y salí en busca de qué hora solo teniendo en mente poder regresar y verlo de nuevo, y así fue.
Cuando entré él estaba allí, sentado, con las piernas abiertas y pude detallar, lo tenía blanco, no había prepucio cubriendo su cabeza y estaba algo peludo, entré a decirle la hora pero no pude evitar quedarme viéndole lo que tenía entre las piernas, y creo que él lo notó, porque rápidamente pasó de un estado "dormido" a un estado algo "morcilloso, él me vio de arriba a abajo y con un tono decidido me dijo: ven aquí, siéntate y hazme compañía, así que eso hice, me senté a su lado; él estaba sentado sobre su toalla y solo veía hacia abajo, me vio de reojo y me pregunto qué edad tenía, ya su pene estaba erecto.
Le dije que 15 años, en ese momento volteó su cara y me vio de frente, me agarró del cuello y me besó.
No puedo olvidar el sabor de sus besos, era una mezcla entre saliva espesa y un agua muy refrescante.
Sin dejar de besarme tomó una de mis manos y la colocó sobre su pene, me levantó y me sentó sobre una de sus piernas, metió la mano debajo de mi camisa y comenzó a levantarla, de pronto colocó su boca sobre mi pezón y su mano comenzó a desabrochar mi cinturón, seguido del pantalón, yo solo temblaba de nervios y no lograba reaccionar, era como una marioneta.
Pronto me bajó la ropa y quedé totalmente desnudo sentado entre sus piernas, me siguió besando y luego me obligó a bajar sin decir nada, estaba de rodillas frente a él con su pene en mi boca, él lubricaba mucho y yo solo podía comerme su pene frenéticamente.
Entonces se levantó, se dio la vuelta, puso uno de sus pies sobre el banco y me dijo que ahora lamiera su nies y su culito, era la primera vez que lo hacía así que recorría todo eso con la punta de mi lengua.
Su piel cambiaba de tono, se ponía cada vez mas rojo, agarraba mi cabeza y la hundía entre sus nalgas, de pronto me levantó y me acostó sobre el banco, se puso entre mis piernas, coloco la cabeza de su pene justo en la puerta de mi agujero y comenzó a besarme y así sin necesidad de ningún tipo de lubricante, su pene entró, lo metió hasta el fondo, y vaya que me dolió, pero él se acerco a mi oreja y me dijo: déjalo ahí, así te acostumbrarás.
Me continuo besando y comenzó con el movimiento, a entrar y a salir enérgicamente, las embestidas eran duras, sentía que estaba a punto de reventar, mientras él me besaba y se lo gozaba.
De pronto colocó mis piernas sobre sus hombros, su mano sobre mi pene y de alguna manera pareció que había prendido un motor entre sus caderas, comenzó a meterlo y sacarlo muy rápidamente, y entre eso y la sensación de mi pene, sentía que estaba a punto de explotar, cuando de pronto quien explotó fue él.
Sentí lo caliente de sus chorros de semen dentro de mí, era increíble, no sabía que se pudiera sentir tanto.
Lo sacó, me dio un beso muy profundo, se acercó a mi oreja y dijo: ahora haré que el placer sea tuyo.
Se montó sobre mí y comenzó a cabalgarme, se movía con mucha destreza, entraba y salía y debo admitir que para mi pesar, no duré nada, me vine muy rápido, sin embargo, a medida que soltaba mis chorros de leche dentro de él, él parecía estar teniendo un orgasmo, se desplomó sobre mí y quedamos abrazados.
Él buscó la manera de llegar a mi boca y continuo besándome, luego de eso, me hizo entrar a la ducha, me bañó completito, luego se ducho él, nos vestimos y yo regresé a mi fiesta, con cara de satisfacción, el culito ardiendo y como el propio idiota, pues no llevaba una excusa para explicar el porqué mi cabello estaba mojado, gracias a Dios la única que preguntó fue mi mamá y solo logré decir que tenía mucho calor y pensé que eso ayudaría a refrescarme.
Creo que no lo creyó pero ya saben cómo son las mamás, hay respuestas que saben que es mejor no tener, así que no insisten jejeje.
Espero, de verdad, que les haya gustado y que me sigan en Instagram @adrian_historia69.
Los amooo.
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