Ya está, ya te entró toda, ¿te gusta?
Así, así, me decía tirando de mi pantalón y slip hacia abajo, vamos a quitarte el pantalón y calzoncillo para que estemos más cómodos.
Desde hacía ya varios meses, una de las calles de la zona donde vivo en La Coruña, la mitad de ella, estaba totalmente levantada, la habían abierto para poner unas enormes tuberías de hormigón, no se si eran para el alcantarillado o para qué, pues además de haber terminado de construir en el lado derecho de la calle unos bloques de edificios sociales, del costado izquierdo que llevaba ya tiempo totalmente descampado, estaban empezando a construir lo que iba a ser los nuevos juzgados de La Coruña y la audiencia provincial. De este costado izquierdo, en la parte que iban a construir la audiencia, era donde estaban amontonadas esas enormes tuberías de hormigón. Iban bastante despacio con las obras, pues ya llevarían al menos unos 6 o más meses que esa parte de la calle, estaba totalmente levantada.
Justo donde tenían amontonadas aquellas enormes tuberías de hormigón, era a donde solían ir a jugar los niños y no tan niños, pues era a donde solía ir a buscar a mi hermano pequeño, allí era donde solían estar todos, hasta que empezaron con las obras aquellas.
Un día que yo andaba salido como una perra en celo, al llegar la noche, era una noche de frío y lluvia, se me dio por ir por allí, buscaba un lugar donde poder pajearme, eso era lo que tenía metido en la cabeza, y al ver las enormes tuberías, como estaba lloviznando, se me ocurrió meterme por ellas. No se porque realmente lo había hecho, era como si esperase encontrar a alguien, pues tenía y sigo teniendo la costumbre de ir por lugares donde encontrarme con vagabundos o indigentes, solía incluso ir a debajo de los puentes que cruzan la avenida principal, sabía que ahí muchos de ellos se refugiaban para dormir al igual que solían hacerlo en el túnel que pasaba por debajo de dicha avenida. El caso es que como estaba lloviznando y hacía frío, terminé por meterme por aquellas enormes tuberías, tenía que ir gateando, pues, aunque eran bastante grandes, de pie no cabía al meterme por dentro de ellas.
Al poco de empezar a gatear, me encontré con varios cartones, estaban ya bastante sobados, era claro que los habían llevado allí para poder estar tumbados sobre ellos. Pensé al momento en que podía ser el lugar donde dormía algún vagabundo o indigente, aunque también podían haberlos metido los chavales para tener donde esconderse, eso pensé en aquellos momentos. Como aún estaba casi al comienzo, seguí gateando y metiéndome por otras tuberías, hasta que de repente me topé con un hombre que este sí estaba tumbado durmiendo o al menos intentando dormir allí al refugio de la noche.
Fue algo inesperado el toparme con aquel hombre. Al momento ya me quedé parado, iba a empezar a recular gateando hacia atrás, cuando vi que levantaba la cabeza girándola para poder ver quien era, pues estaba claro que había escuchado el ruido que yo hacía al gatear, introduciéndome por aquellas enormes tuberías. Así que vio quien era y ver que yo con cara de asustado trataba de recular, intentando gatear hacia atrás, fue cuando me habló, me dijo mirándome a la cara:
¿Buscas dónde dormir?
Yo sin poder abrir la boca y sin saber que contestarle, moví la cabeza diciéndole que no, después de pensarlo durante unos instantes.
Él al ver mis dudas y que tardaba en contestarle, se percató de que seguramente me había metido por aquellas tuberías por alguna otra razón. Vio que era joven y no dudó en abrir aquella especie de cama que tenía y mirándome a los ojos me dijo:
Ven, no temas que no te voy a hacer nada, aquí cabemos los 2, ven que así tendremos menos frío al estar juntos.
Yo que aún estaba algo asustado por haberme encontrado de repente con aquel hombre sin contar con ello, miraba para su cara, pudiendo ver que al menos parecía una buena persona, era bastante mayor que yo, pues aquel hombre tendría unos 40 años o algo más. No tenía mala pinta, al menos eso fue lo que me pareció en aquellos momentos. Dudaba en que hacer, estaba indeciso, por una parte, estaba deseando acercarme y hacerle caso a lo que me estaba diciendo y por otra parte dudaba, pues se veía bastante bien y si se lo proponía, aquel hombre estaba seguro de que podría darme una paliza y robarme. Dinero no tenía, pero sí podría quitarme la cazadora que llevaba y a saber si algo más.
Él al verme dudar, abriendo por completo aquella especie de cama que había improvisado, a la vez que se pegaba más al costado de la tubería, insistía para que me acercara y le hiciese caso. Ven, no seas tonto, ven que cabemos los 2 y así entraremos mejor en calor estando los 2 juntos.
Aún medio asustado como estaba, le hice caso y me fui acercando, empecé a gatear hasta estar a su lado y nada más tenerme junto a él, vio la cara de frío que yo llevaba y que la cazadora que llevaba puesta estaba mojada.
Dios, estás todo congelado y tienes la cazadora toda mojada de la lluvia, es mejor que te la saques, así no mojarás los cartones y estarás más a gusto.
Al verme pensativo y que dudaba, me dijo que estuviera tranquilo que él no me iba a hacer nada, pero que era mejor, pues sino iba a mojar todo. Le hice caso y me puse a quitar la cazadora, echándola delante mía pero fuera de aquella improvisada cama que ahora teníamos los 2.
Nada más terminar de sacarme la cazadora, me dijo que me quitara también los zapatos para poder estar más cómodos, cosa que igualmente le hice caso.
Una vez hice lo que me había pedido, pegándose él, más a mí, me tapó con el cartón que usaba para taparse y al verme temblar de frío, me abrazó a él, tratando de que yo entrase en calor.
Ven, pégate a mí y abrázame para que entres en calor, no tengas miedo que no te voy a hacer nada, me decía tratando de animarme y darme confianza.
Yo que la verdad lo estaba deseando, tímidamente me arrimé más a él dejándome que él me abrazase, pues veía mi timidez y vergüenza, aunque estoy seguro de que ya sabía muy bien lo que yo estaba deseando.
Ven, pégate a mí me decía abrazándome a él. Así, así me decía pegado completamente a mí, ya verás como pronto entras en calor, me decía a la vez que me iba frotando el cuerpo con sus manos.
Yo a cada paso me estaba poniendo más caliente y excitado, notaba como mi polla se ponía cada vez más dura y sentía algo de vergüenza, si seguía frotándome con sus manos, como lo estaba haciendo, iba a notar lo empalmado que yo ya estaba, pues el cabronazo, iba frotando sus manos por todo mi cuerpo, quería que entrase en calor y estoy seguro que de paso lo que estaba tratando de hacer, era el ir excitándome para que me fuese relajando y me fuese entregando a él, pues a aquellas alturas él ya sabía muy bien que aquello a mí me gustaba y que me iba a dejar hacer. No quería asustarme e iba poco a poco haciéndome que me excitase cada vez más, pues veía como yo no le decía nada y me estaba dejando hacer todo sin siquiera protestar ni intentar separarme de él.
Así que empezó a bajar sus manos a mis piernas, yo me puse más tenso, veía como poco a poco se iba acercando a mi entrepierna con sus manos y aquello ya me tenía que sudaba de lo excitado que ya estaba, ¡ohhh ooohhh! Gemí a la vez que me estremecía de gusto al notar su mano pasar por mi entrepierna, tocando mi ya tiesa polla y genitales.
Él al escucharme soltar aquel inesperado gemido y ver como me estremecía cuando pasaba su mano por mi entrepierna palpando claramente mis órganos sexuales, pudiendo comprobar lo empalmado y excitado que yo ya estaba, fue cuando ya supo que yo ya estaba prácticamente entregado a él, sabía muy bien que me iba a dejar hacer lo que él quisiera, sabía que seguramente me dejaría follar y eso era precisamente lo que él al igual que yo, estaba deseando, quería follarme e iba a darme por el culo, de eso estaba prácticamente seguro, nunca lo había tenido tan claro como en aquella ocasión que se le había presentado sin esperarlo.
¿Te gusta lo que te hago?
Yo no fui capaz de contestarle, me daba vergüenza, veía como me miraba a los ojos a la vez que con su mano ahora me agarraba la polla acariciándomela a través del pantalón que tenía todavía puesto y que muy pronto estaba seguro de que acabaría quitándomelo, moví la cabeza en señal de afirmación, estremeciéndome a la vez que me aferraba con mis manos a él, muerto de vergüenza.
Él al verme como yo me aferraba a él y me seguía dejando ahora manosear por él, buscó mi boca con la suya y mientras me empezaba a comer la boca metiéndome su lengua en ella, llevó sus manos a la correa de mi pantalón, empezando a aflojarlo mientras me iba comiendo la boca a besos y mordiscos. Ya me tenía completamente entregado a él, dejándome hacer todo lo que tanto estaba deseando. Veía como yo le entregaba mi boca y me dejaba besar y meter la lengua pudiendo saborear toda mi cavidad bucal, como me estremecía de gusto con la comida de boca que me estaba dando. Esa noche yo iba a ser su hembrita y él, el macho que me iba a preñar y dar por el culo haciéndome suyo.
Ya me había aflojado la correa del pantalón y ahora ya me estaba desabotonando el mismo cuando siento como me empieza a tirar de él hacia abajo, haciendo luego lo mismo con el slip que llevaba puesto, quitándomelo por completo.
Así, así, me decía tirando de mi pantalón y slip hacia abajo, vamos a quitarte el pantalón y calzoncillo para que estemos más cómodos y podamos disfrutar mejor de este calentito y excitado cuerpito que tienes, ya verás como te va a gustar lo que te voy a hacer, ya verás como vas a gemir y chillar del gusto y placer que te voy a hacer pasar.
Ya me había sacado el pantalón y slip y ya me tenía desnudo de cintura para abajo, mientras me volvía a comer la boca a besos, iba pasando sus manos por mis piernas, parándose al llegar a mi entrepierna empezando a acariciar mi dura y tiesa polla, viendo como yo me estremecía y abrazaba fuertemente a él, retorciéndome de gusto a la vez que soltaba pequeños gemidos, temblando por el gusto que me estaba dando.
Viendo lo excitado que ya me tenía y que estaba completamente entregado a él, siguió subiendo sus manos por mi vientre y abdomen, a la vez que me iba subiendo la sudadera que llevaba puesta, debajo de ella no llevaba nada, cosa que le debió agradar y sorprender a la vez. ¡Ay que bueno estás! Joder si además no traes nada debajo de la sudadera, me decía, ¡Dios que bueno estás cabronazo! Me decía una y otra vez acariciándome todo el pecho y abdomen. Pasaba sus manos acariciándome a la vez que me iba subiendo la sudadera para así poder quitármela, quería tenerme completamente desnudo y así poder disfrutar de todo mi cuerpo, quería verme retorcer y gemir de gusto mientras él disfrutaba de mí, haciéndome suyo.
Cuando por fin me dio quitado la sudadera que llevaba puesta, empezó a comerme con su boca. Primero empezó por mi boca la cual ya la tenía completamente enrojecida e hinchados los labios de tanto que me la había comido y mordido, mientras me volvía a comer la boca y morder los labios, con sus manos acariciaba mis duritos e hinchados pezoncitos, los retorcía y pellizcaba mientras saboreaba mi boca a la vez que me susurraba al oído que le fuese bajando el pantalón. Anda, acaríciame y tócame mientras me bajas el pantalón, ya verás como me tienes de empalmado, ya verás la polla que tengo para darte, hoy va ser toda tuya, hoy va ser todita para ti, ya verás lo rica y el gusto que te va a dar cuando te la meta toda por este estrechito y caliente culito que tienes, ya verás como te voy a hacer que te retuerzas y chilles de gusto, hoy te voy a hacer mi hembrita y te voy a dar mi lechita, si fueses una mujer, hoy estoy completamente seguro de que te iba a dejar embarazado, hoy te iba a hacer más de un hijo. Es una pena que los hombres como tú, no podáis al igual que las mujeres, quedaros embarazados, porque me gustaría poder dejarte embarazado y que tuvieses mis hijos, porque hoy estoy seguro de que te iba a dejar bien preñado y con un bombo formándose y creciendo dentro tuya. Te iba dejar al menos 2 o 3 bebés creciendo dentro tuya, hoy me cojes con los huevos bien repletitos de leche, ya verás cuando te la suelte toda dentro de tu estrechito culito, te voy a dejar las tripas bien llenitas de leche, te voy a dejar mi semilla en lo más profundo de tus entrañas, para que sientas y puedas recordar lo rico y lo mucho que te he hecho disfrutar y gozar esta noche. Vas a recordar toda tu vida a este pobre vagabundo lo rico que te cogió y lo mucho que te hizo disfrutar y gozar con su polla.
Mientras aquel vagabundo me comía la boca y mordía los labios a la vez que me iba susurrando todo aquello que me acababa de decir, yo temblando de gusto, empecé a palpar su cuerpo con mis manos a la vez que iba tratando de acariciarlo, buscaba desesperadamente el bulto que notaba en su entrepierna. Así que lo palpé y toqué con mis temblorosas manos, pude notar lo duro e hinchado de su miembro, Dios, notaba lo duro y tieso que lo tenía y desesperado empecé a tratar de bajarle el pantalón, no me fue nada difícil, pues solo tuve que soltar el botón que abrochaba el mismo, luego le bajé la cremallera y cuando ya estaba empezando a bajárselo, él ayudándome a hacerlo, tiró de él para abajo, lo mismo que hizo con su calzoncillo, quedando liberada aquella tremenda polla que tenía, no era una polla enorme, hoy le calculo que le mediría unos 16 centímetros, pero lo que si pude palpar, es que era más gorda de lo que yo pensaba, cosa que me asustó un poco, pues aunque no era exageradamente gorda, sí era más de lo que yo pensaba y me gustaba, pues mi culito era y sigue siendo algo estrecho y pollas como la que aquel vagabundo tenía, a la hora de abrirme el esfínter si no me dilataban bien antes de metérmela por el culo, me dolía bastante, luego una vez ya la tenía toda dentro y mi esfínter se había dilatado suficientemente, ya no me dolía nada, luego ya podían sacarla por completo y volverme a meterla que ya no me dolía nada, ya mi esfínter se abría dejando pasar libremente la polla aunque fuese gorda como lo era aquella del vagabundo que me iba a hacer suyo esa noche.
Tan pronto se bajó el pantalón junto al calzoncillo, saltó como un resorte la polla del vagabundo, Dios que estremecimiento recorrió todo mi cuerpo cuando vi saltar aquella polla, la cogí con mi mano acariciándosela, mientras él me decía si me gustaba.
¡Te gusta lo que ves?
Sí le contesté a la vez que movía la cabeza en señal de afirmación.
Pues tócala y acaríciala, es toda para ti, esta noche va a ser toda tuya, esta noche la vas a sentir toda ella dentro tuya, ya verás como te vas a retorcer de gusto, cuando te la meta toda por el culo.
Cuando pude vérsela, vi que era una polla bastante bonita, estaba algo inclinada a la izquierda, era gorda, aunque en la cabeza parecía algo más estrecha, tenía el prepucio que cubría completamente el glande, pudiéndosele ver ya parte de este, el cual se veía rosadito y pringado de líquido preseminal, a causa de lo excitado y caliente que ya estaba. Vi que era algo más larga de lo normal, pero me gustaba aquel tamaño, vamos que estaba seguro de que aquella polla que estaba viendo y acariciando con mi mano, me iba a hacer chillar y gemir como a una perrita en celo, aquella polla me iba a hacer gozar y gemir de gusto como aún no lo sabía bien.
Cuando ya los 2 estuvimos completamente desnudos sin ninguna ropa que nos molestase, mientras yo no dejaba de acariciarle la polla que me tenía completamente enamorado, aunque algo preocupado por el grosor, él fue comiéndome con su boca por todo el cuerpo. Cuando empezó a morderme el cuello mientras iba bajando hacia mis duros e hinchados pezoncitos, yo empecé a temblar y gemir sin poder contenerme, me estremecía a la vez que temblaba de gusto abrazándome a él, pudiendo comprobar él como yo me retorcía de gusto, supo al momento que aquel era mi punto débil y aprovecho para excitarme y calentarme aún más, haciendo que terminase por entregarme por completo a aquel vagabundo que me estaba haciendo temblar y retorcer de tanto gusto que me estaba dando. Yo no podía dejar de gimotear, ¡ohhh ooohhh! ¡ooohhh! Gimoteaba continuamente a la vez que todo mi cuerpo temblaba y se retorcía de tanto gusto que me estaba dando aquel vagabundo.
Cuando dejó de mordisquearme el cuello fue a por mis tetillas, las cuales chupó, mordió y pellizcaba a la vez que me retorcía los duros e hinchados pezoncitos que tenía y sigo teniendo, pues tengo unas tetillas pequeñitas, pero así que las tengo excitadas, el pezón se hincha y pone muy duro abultando notoriamente estos, cosa que llaman bastante la atención y dan ganas de morderlos y chuparlos, cosa que fue lo que hizo aquel vagabundo que me estaba haciendo suyo.
Así que ya me tuvo que no podía aguantar más, me puso a chuparle la polla cosa que devoré con gusto. La chupaba como si me fuera la vida en ello, estaba tan caliente y excitado, que empecé a chuparla como si estuviera desesperado, probé con sumo agrado aquel líquido preseminal que le tenía pringado todo el glande, metí la punta de mi lengua por dentro de la piel del prepucio, cosa que le hizo estremecer de gusto, y una vez ya cansado de que le chupara la polla y huevos, me hizo poner boca abajo echándose él encima de mi espalda, se fue colocando mientras me mordisqueaba la nuca y orejas, y así que me tuvo preparado como él quería, haciéndome abrir las piernas un poco poniendo él las suyas en medio de las mías, escupió en su mano pasando luego esta por mi culito a la vez que me iba metiendo un dedo, luego fueron 2, y así que creyó tener suficientemente dilatado mi agujerito y bien lubricado con su saliva, colocó la punta de su polla sobre la entrada de mi agujerito y a la vez que me decía que lo levantase un poquito, empezó a meterme su polla por el culo.
¡Ahhh aaahhh! ¡aaahhh! Empezaba a chillar al sentir el dolor que me estaba dando cuando su polla empezó a abrirme el culito, espera espera le pedía yo, pero cuando quise darme cuenta, ya me la había metido por completo la polla por el culo, me la había introducido hasta los huevos.
Él al escucharme gritar y que yo le pedía que esperase, no lo dudó, de un empellón me la introdujo hasta la empuñadura. Ya mi culo se la había tragado por completo, cuando él empezó a decirme:
Ya, ya está, ya la tienes toda dentro, me decía tratando de acariciarme con sus manos a la vez que con su boca me mordisqueaba la nuca y hombro para que me fuese relajando. Una vez vio que yo ya me calmaba e iba relajando, me preguntaba.
¿Te gusta, te gusta como te la he metido por este culito estrechito que tienes?
Yo que todavía sentía algo de dolor, le contesté que sí, pero que me había dolido un poco, que había sido algo brusco.
Estuvo esperando a que mi culito se fuese adaptando al grosor de la polla que me acababa de meter por el culo y así que vio que yo subía un poco mi culito, fue cuando empezó poco a poco a mover su pelvis haciendo que su polla fuese entrando y saliendo muy lentamente, y así que me sintió empezar a gimotear, fue cuando empezó a aumentar poco a poco el ritmo, hasta que ya la follada que me daba era una follada completamente salvaje.
¡Ohhh ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba yo cada vez más fuerte, sintiendo como aquella polla del vagabundo que me estaba dando por el culo, teniéndome acostado boca abajo allí metido en medio de aquellos tubos de hormigón, me taladraba el culo sin parar, entraba y salía una y otra vez haciendo que gimotease constantemente como si fuese un lloriqueo continuo, mientras él me daba por el culo sin ninguna contemplación.
Así, así, ¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba una y otra vez el vagabundo introduciéndome la polla por el culo.
¿Te gusta?
¿Te gusta como te doy por el culo? Me preguntaba una y otra vez sin dejar de culearme, montado sobre mi espalda teniéndome totalmente entregado a él. Estábamos tan pero que tan acoplados, que parecíamos un solo cuerpo, él era más grande que yo, pues yo medía y mido 1,65, y estando boca abajo con el montado sobre mi espalda, a mí prácticamente no se me veía nada, solo se podía escuchar los gemidos que soltaba y el sonido de su polla entrando por mi culito, chof, chof chof chof chof, se podía escuchar, junto a los gruñidos que daba y las cosas que me decía. No paraba de preguntarme:
¿Te gusta?
¿Te gusta como te estoy dando por el culo?
Claro que me gustaba, estaba que me retorcía de gusto, subía el culito pegándolo todo lo que podía a él, pudiendo notar su pelvis y vello púbico pegados a mi culito junto a sus enormes huevos y a su polla entrándome por el culo una y otra vez.
Yo no le contestaba nada, ni falta hacía, con los gimoteos que estaba dando ya estaba claro que me estaba gustando. Los 2 a pesar de la noche fría que estaba haciendo, estábamos sudando. Ya llevaba un buen rato montándome y no se le veía ninguna traza de acabar, era como un caballo montando a su yegua, era insaciable.
Dame el culito, dame el culito, me decía repetitivamente, así así, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba cuando notaba que yo levantaba lo que podía el culito, pegándome más a él.
Ahí en esos momentos que yo levantaba el culito, era cuando notaba su polla clavándose más profundamente en mis entrañas y era cuando el gritaba más y apuraba más las culeadas que me daba.
Te voy a preñar, te voy a dejar las tripas llenitas de leche, ¡ay que pena que no fueras una mujer! Porque estoy seguro de que hoy te iba a dejar bien preñadita, te iba a dejar embarazada, hoy te iba a hacer un buen bombo, me decía culeándome sin parar.
Yo ya tenía el culo que me ardía de calor, cuando noté como la polla del vagabundo que me estaba dando por el culo, se hinchaba, empezando a gritar que se corría a la vez que apuraba las arremetidas que me daba.
Me corro, me corro, ya, ya, ¡ahhh! ¡aaahhh que gusto! ¡aaahhh que gusto! Gritaba llenándome el culo de leche. Podía notar como salían sus chorros de semen quedándose en lo más profundo de mis entrañas, como él temblaba clavándome los dedos en mis brazos mientras iba eyaculando dentro mía. Así que descargó todo su esperma, sin bajarse de mi espalda, empezó a morderme la nuca y decirme lo bueno que estaba y lo mucho que le había gustado haberme follado, que le había gustado haberme hecho suyo.
Aun estuvo un buen rato montado sobre mi sin sacarme la polla del culo, me preguntaba una y otra vez si me había gustado. Claro que, por supuesto me había gustado, de hecho, aún estaba caliente a más no poder, tenía la polla toda pringada de haber estado soltando gotas de semen mientras me estaba dando por el culo, pero yo seguía sin hablar nada, me daba vergüenza.
Cuando ya por fin se bajó de mi espalda, me hizo dar la vuelta poniéndome cara a él, yo no era capaz de mirarle a la cara, me daba mucha vergüenza, cosa que él se dio cuenta y mientras me abrazaba a él, empezaba de nuevo a besarme y morder los labios, diciéndome que no me diera vergüenza, que aquello era de lo más natural, que a él le había gustado mucho y que había gozado mucho haciéndome suyo.
Mientras me abrazaba pegándome todo lo que podía a él, me iba besando y acariciándome, pudiendo comprobar lo dura que yo tenía todavía la polla, vio lo pringada y dura que seguía teniendo la polla por lo que supo que yo no me había corrido todavía, no dijo nada, pero no me soltaba, quería que siguiera allí pegadito a él, los 2 estábamos ardiendo de calor.
Cuando yo ya cansado, le dije de que tenía que marcharme, fue cuando pegándome más a él, me dijo que me quedase, que me quería volver a coger, que estábamos muy bien allí los 2, que estábamos calentitos.
Yo quedé pensativo durante un ratito, no sabía que hacer, me había gustado como me había dado por el culo aquel vagabundo, pero no quería quedarme allí toda la noche, así que, al cabo de un ratito, le contesté que bueno, pero que tenía que irme para casa a dormir, que no podía quedarme toda la noche.
Así fue como al cabo de algo más de una hora, aquel vagabundo, me volvió a dar por el culo haciéndome suyo nuevamente.
En esta segunda ocasión que me volvió a hacer suyo, no me cogió boca abajo como en la primera ocasión, ahora me hizo poner boca arriba, me hizo abrir de piernas colocando nuestra ropa debajo de mi culito, de esa manera levantándome las piernas todo lo que pudo, me volvió a hacer suyo.
Decía que quería verme la cara, que quería ver cómo gozaba mientras me follaba volviéndome a preñar de nuevo.
Así que ya me tuvo bien preparado y totalmente dispuesto para ser de nuevo enculado, fue cuando empezó a meterme la polla por el culo. Esta vez su polla me entraba con suma facilidad, pues yo todavía seguía muy dilatado y excitado. Me estremecí al notar como su polla me iba entrando por el culo, abrí los ojos y la boca soltando un pequeño gemido, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemí mientras me iba entrando la polla de aquel vagabundo de nuevo por el culo.
Él al ver mi cara, los gestos que hacía y como soltaba aquel gemido, así que me tuvo metida la polla por completo, luego de decirme:
Ya, ya está, ya te ha entrado toda. Se echó sobre mí, empezando con el mete y saca. Me acariciaba el pecho y abdomen, diciéndome una y otra vez lo mucho que le gustaba, viendo como yo gimoteaba mientras estaba siendo culeado por él. Me miraba a los ojos y me daba muchísima vergüenza, me daba vergüenza, pero me gustaba como me estaba dando por el culo, me gustaba que me hiciera suyo. Yo estaba totalmente entregado a aquel vagabundo que me estaba dando una follada inmemorable.
Se escuchaban los gemidos que dábamos y el sonido de su polla entrando por mi abierto culo junto al sonido de su pelvis golpeando los cachetes de mi culo, chof, chof chof chof chof, chof chof chof chof, se podía escuchar una y otra vez.
¡TE gusta!
Te gusta que te metan la polla por el culo, ¿verdad?
Sí, le contesté en esta ocasión, me gustaba sentir aquella polla dentro mía, me gustaba ver como me hacía suyo aquel vagabundo y como me convertía en su hembrita. Me daba mucha vergüenza mirarle a la cara mientras me daba por el culo, pero me gustaba mucho.
Esta vez la follada que me estaba dando, duró más que la primera que ya había durado bastante. Me acariciaba y mordía las tetillas, yo ya estaba que deliraba de gusto, cuando sin poder aguantar más, me empecé a correr de tanto gusto que me estaba dando.
Ahí fue cuando él al ver cómo mi polla empezaba a soltar trallazos de semen, fue cuando empezó a apurar las culeadas que me estaba dando, veía como yo chillaba diciendo que me corría, quería darme más gusto y que disfrutara teniendo aquel orgasmo.
Yo que gritaba una y otra vez, me corro, me corro, ¡ohhh”! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba, retorciéndome de gusto, abría la boca y ojos poniendo estos en blanco, cuando de pronto empiezo a sentir de nuevo como él empieza a gruñir y su polla a hincharse, empezando a soltar de nuevo sus chorros de esperma dentro de mi caliente culito. Me acababa de preñar de nuevo, me tenía el culo completamente repleto de leche, leche que había salido de sus huevos y leche con la que me había preñado aquel vagabundo.
Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba una y otra vez llenándome por segunda vez el culo de leche.
Así que terminó de correrse, esa vez lo habíamos hecho los 2, y casi al mismo tiempo, nos dejamos así quietos por unos cuantos minutos, y una vez ya recuperados de la tremenda follada que acababa de darme, fue sacando su polla de mi abierto y follado culito, me iba acariciando y diciendo lo mucho que le gustaba, y así que descansamos un poco, le dije que ahora sí, que ahora tenía que marcharme. Él aún insistió para que me quedase otro poquito más, no dejaba de meterme mano, así que viendo que, si seguía allí, seguramente volvería a cogerme, por lo que empecé a buscar mi ropa y una vez puesta, salí de allí no sin antes volver a ser besado y morreado hasta la extenuación, llevaba los labios enrojecidos e hinchados de tanto que me los había mordido y chupado.
Cuando por fin me vi fuera de aquellos enormes tubos, no lo podía creer, menuda follada que me acababan de dar llevaba el culo bien abierto y dolorido y eso sí, bien preñado y repleto de leche, leche de aquel vagabundo que me había hecho suyo aquella noche. Aquella noche aquella polla del vagabundo, había sido toda mía, me la había metido toda por el culo tal y como me había prometido que sería mía, me había dicho que esa noche, aquella polla que tocaba y tanto me gustaba, me la iba a meter toda por el culo y la iba a tener toda dentro mía, como así fue.
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