Yimmy mi vecinito.

No dejaba de buscarme..
Holas, mi nombre no importa, les voy a contar un relato de mi infancia.

En nuestro tiempo de chicos parecíamos animalitos por esos montes que habían en nuestra comunidad. Éramos libres de andar por todas partes, eso daba pie a que los mayores que estaban en edad sexual reciente y las hormaonas aceleradas se aprovecharan de los mas pequeños.

Ese es el caso que me ocurrió con mi amiguito Yimmy, yo tenía entre 12 y 13 años y mi amiguito Yimmy tenía 9 añitos. Yo acostumbraba a ir a su casa porque sus padres y los míos eran amigos y nos frecuentabamos mucho.

Una tarde llegué a su casa como de costumbre a eso de la una de la tarde, cuando llego a su casa él me abre la puerta y me dice que su papá estaba durmiendo y su mamá y hermanas estaban para el pueblo de compras. Entré y me senté en una silla que estaba en la entrada de su casa en un escalón alto que había allí, conversamos algunas cosas, de repente Yimmy me dijo que su primo los visitaba cuando sus papás no estaban y que muchas veces jugaba con ellos y cuando se daba la oportunidad le tocaba sus nalgas y le recostaba su pene ya erecto dentro de su pantalón, yo solo escuchaba su relato y lógicamente a mí tambien se me paró el mío, él al darse cuenta me dijo, me puedo sentar encima de tí, yo acepté de inmediato. Él se sentó encima de mí y se movía al sentir mi pene duro. Después de un rato lo tome de la cintura y era yo quien hacía los movimientos por mi grado de excitación, de un momento a otro le bajé el pataloncito y me saqué mi pene y lo volví a sentar encima de mí, al sentir el calor de su hueco lo hice sentarce de un solo golpe y mi pene entró en su ano, él apretó sus manos de los posabrazos de la silla, en muestra de dolor, al darme cuenta lo aguanté de la cintura pero sin sacarlo, cuando lo sentí relajarse comencé un mete y saca lo levantaba de a poco y lo dejaba caer de igualmanera, así pasamos un buen rato, pero cuando ya estaba cansado, me pidió que fueramos al baño, él se levanto y subió su pantalón y yo me lavanté de la silla y tapé mi erección con mi franela, pasamos por el lado de su papá que dormía en una corchoneta en el suelo por el calor que hacía en ese tiempo. Cuando llegamos al baño, el se montó en la poceta y yo me monté en un bloque de cemento que tenían allí para sujetar la puerta, él se volvió a bajar su pantalón y dejó a mi disposición su agujero ya desvirgado por mí. Puse saliva en su hueco y volví a enchufar mi pene en su culito, él apretó pero luego aflojó y yo comencé mi mete y saca, ya cuando mis testículos estaban a punto de explotar, aumenté el movimiento y al llegar a lo mas profundo de su ser descargué toda mi leche dentro de sus tripas.

Ya cuando mi pene estaba flácido lo saqué de su culito y noté sangre, un poquito de mierda y leche que comenzó a salirle después en abundancia, él se sentó en la poceta y drenó todo lo que tenía adentro. Desde aquel día cada vez que los visitaba y teníamos aportunidad salíamos a los montes y lo cogía a placer, en esos interines él me contó que el primo mayor que nosotros lo mas que logró fue meter su dedo en su culito y lo hacía masturbarlo.

Uno de nuestros encuentros fue muy excitante, cuando llehué a su casa y saludé pregunté por él y su mamá me dijo, está en el monte seguro haciendo pus, me dijo por favor dile que se venga, yo salí corriendo y lo encontré agachado haciendo lo suyo, cuando me vió me dijo, terminé y se limpió no se con que, pero estabamos debajo de un árbol frondozo y le dije, acuestate en la grama, no te subas el pantalón, él se acostó boca abajo y dejó sus nalgas a mi vista, me puse encima de él y saqué mi pene que ya estaba bien empalmado, puse saliva en su ogujero y ensalté mi espada en su vaina, lo cogí hasta el cansancio, tocaba su penecito parado cuando lo ponía en cuatro patas y luego lo dejaba caer nuevamente hasta que exploté dentro de él, saqué mi verga y estaba llena de leche y mas mierda. Seguimos así por unos meses, luego se enfrió aquella relación. Pero en ese tiempo hice feliz a Yimmy y me hizo feliz a mí también.