YO 28 AÑOS, EL LICEANO DE 15 (segunda parte).
Y sigo contando la maravillosa experiencia de la primera vez con Ricardo con recien 15 años.
Y así, sigo con la segunda parte de mi relato con un chico de 15 años.
Pasaron un par de días en que no vi a Ricardo, hasta que estando viendo una serie de tv, siento sonar el timbre de la puerta, y lo encuentro a él sonriente. Abrí la puerta y le dejé pasar.
Entró y se sentó enfrente mío a mirar la televisión y le señalé que pensé no le había gustado la película con “efectos especiales” que habíamos compartido, a lo que se rio y me dijo que, para nada, que había estado estupenda y que no había ido los dos días anteriores por compromisos de sus estudios y del deporte. Que la película estaba muy buena y mejor los efectos especiales, y soltó una risotada.
Ah, bueno, le respondí, que me parece que no la alcanzaste a ver completa y podemos retomarlo en otra ocasión. Bakan, me respondió, ¿qué te parece mañana? Salgo temprano y le digo a mi vieja que haré un trabajo contigo. Súper, le respondí.
Y, así pues, llega la segunda ocasión, nuevamente todo preparado, y sentí abrir la reja de su casa para entrar y saludar, era pasadas las 2 de la tarde. Una hora después tocó el timbre de mi casa y salí a abrir.
Venia vestido de forma similar, una polera corta con pantalones cortos y zapatillas. ¿Cómo estamos? Pregunté, bien, respondió, ¿subimos? Por supuesto, subamos.
Apenas llegamos al dormitorio, se sacó la polera quedando a torso desnudo. Me quede observando su hermoso cuerpo, carente de vellos salvo unos pocos en la zona axilar. Brazos fuertes, bíceps de deportista. Se sentó en la cama y se sacó las zapatillas y se acostó en la cama. Le sugerí se sacara el pantalón lo que hizo solo quedando en ropa interior. Por mi parte también me semi desnudé quedándome solo con boxers.
Esta vez, el video estaba casi a la mitad, donde los dos jóvenes introducían sus penes en la boca y vagina de la chica, con exclamaciones de lujuria y palabras en portugués, que el video era brasileño. Ricardo, como joven, tuvo una erección casi inmediata, y me apresuré a liberar su hermoso miembro de la prisión que sus slips le producían, los que llevé hasta sus pies para sacarlos definitivamente, me acomodé entre sus piernas mirándole a la cara y empecé una “fellatio” observando su rostro que no escondía el placer que mis lamidas y mamadas le producían. Sus ojos brillaban de placer, y alternaba su mirada entre la película y mis atenciones.
Esta vez me fui con mas detalle, chupaba uno y otro huevo, a veces ambos en la boca, lamia debajo de ellos en la zona prostática arrancando sus primeros gemidos de la tarde. Mi lengua llegaba al borde de su ano, con lo que se retorcía de placer, solo sonreía sin emitir palabra, solo gemidos, ahhh, ahhh, ohhh, ohhh.
Me acomodé a su lado, y ahí empecé a explorar su pecho con mi lengua y manos, meter la lengua en su ombligo, exento de pelos, dando mordiscos suaves en él, para ir subiendo hasta sus tetillas que chupaba y mordía suavemente haciéndole estremecer. Mi mano mientras le hacia una suave paja para mantener la calentura y con un dedo masajeaba la zona anal.
¿Me lo quieres meter? Si, respondió, ante lo cual busque en el cajón del velador un pote de lubricante. Le pedí se fuera con calma, me unté el culo y asimismo su verga y me acomodé de costado y el detrás mío. La película ya no era importante, acomodé su pene a la entrada de mi culo y le dije, “ya, apretame un poco” lo que inmediatamente hizo sintiendo como aquel trozo de joven carne ardiente de deseo se empezaba a incrustar en mi interior.
Poco a poco, cual un obús ardiente me fue incrustando su virginal miembro, sentía su palpitar y su humedad ansiosa, entrando centímetro a centímetro y yo soportando el ardor que me producía al ser bastante grueso sin ser desproporcionado. Ya me esperaba esa ansia de llegar al fondo que es normal en la primera vez de un joven cuyas hormonas hierven de lujuria.
Ahhh, exclamó, cuando sintió que su pelvis estaba tocando mi culo. Le pedí se quedara inmóvil unos segundos mientras me adaptaba a su tamaño, pero el seguía moviéndose atrás, adelante, por lo que simplemente me entregué e hice un movimiento que lo dejó encima mío para empezar a cabalgarme a plenitud. Sentía la humedad del sudor de su pecho lampiño en mi espalda, y de sus labios salían sonidos ininteligibles que mostraban claramente el placer que sentía en aquella su primera follada, solo 15 años y ya podía incluir en su currículo íntimo su primera de muchas culiadas que daría en el futuro.
Mete, saca, mete y saca, ya se fue soltando, tomando confianza y fue cuando le pedí que se detuviera, se bajó y le pedí se arrodillara entre mis piernas, ante su extrañada mirada, la que fue comprensiva cuando puse mis piernas en sus hombros. No necesitó explicaciones y agarró su resbaloso falo para ponerlo a la entrada de mi agujero y de un solo golpe hacerme sentir que él era quien dominaba la situación. Su sonrisa, su frente brillante por el sudor, me daban clara muestra del tremendo placer que sentía y que a mi me llevaba al quinto cielo.
Ya luego de algún tiempo indeterminado, sentí su respiración mas agitada, sus movimientos mas acelerados, y sus clavadas mas profundas, anticipando la explosión de placer que ya venía……y vino. Un fuerte grito gutural, acallado por la música que disfrazaba los sonidos del video, ocultaron a quien estuviera cerca el intenso placer que sintió el joven Ricardo al empezar a inyectar a presión en lo mas profundo de mi culo, el contenido de sus juveniles huevos, chorro tras chorro yo sentía como me inundaba y el latir de su pene a cada disparo me llenaba de gozo ocupando por completo mi agujero anal. Apretó su miembro para lograr la mayor profundidad, húmedo de sudor, sus movimientos se pausaron, y se quedó inmóvil.
No se movió, yo sentía su pene que apenas disminuyó de tamaño, y lentamente empezó de nuevo con su cadencioso movimiento de mete y saca mientras me miraba con su hermosa sonrisa de macho en celo, y en cosa de segundos ya tenis de nuevo su pene a todo esplendor perforando mis entrañas, ya a un ritmo constante pero no por ello menos intenso.
En esta segunda oportunidad, la follada duró mucho más, a ratos ya mi culo quería gritar ¡BASTA! Pero no lo hice, a fin de cuentas, ¿Cuántas veces se tiene la oportunidad de disfrutar de la primera vez de un joven de 15, atlético hermoso y ardiente?
No mentiré diciendo cuanto tiempo duró aquella segunda follada, que terminó casi igual a la anterior, espasmos, temblores, latidos del pene e inyección seminal en abundantes cantidades que hizo ya saliera por mis nalgas y que incluso, una vez acabado todo, al ponerme de pie, la leche corrió por mis piernas, por lo que tuve que apresurar a secarme mientras bajaba al baño.
Ricardo entró junto a mi a la ducha, muy tierno, me abrazó y nos dimos un delicioso beso. Yo aproveche con ambas manos a agarrar su joven culo, duro, muy bien formado, y a la vez acaricie todo su cuerpo, empezando a enjabonarle, lo que el repitió conmigo. Luego de largos minutos disfrutando del agua, salimos y ambos nos secamos mutuamente para vestirnos y sentarnos a buscar la información que requería para su trabajo escolar y que originalmente fue la excusa para ir a mi casa aquella tarde.
Los encuentros con Ricardo se repitieron innumerables veces, muchas veces en días seguidos y por tardes enteras. Una tarde ya habiendo pasado algún tiempo desde la primera vez, le pregunté si alguien sabia lo que pasaba entre nosotros, lo que negó rotundamente. Pero yo con experiencia le insistí que quizás algún amigo “del alma” del liceo podía ser su confidente y saberlo, lo que al final me reconoció como efectivo.
¿Y te gustaría invitarlo a ver el video?
Tema para un próximo relato, recuerden escribir a mi correo [email protected] o visitar mi blog https://relatos-intimos-inconfesados.blogspot.com/
Muy bueno!
wow