YO 28 AÑOS, MI VIDA DE TAXISTA (34)
Sigo relatando mis experiencias de vida, en ésta ocasión, una época de vacas flacas, donde me vi en la necesidad de trabajar conduciendo un taxi..
Empiezo aclarando, para quienes no son chilenos, que acá, además del típico taxi, y los actuales Uber, existe un servicio de “taxis colectivos”, que consiste en un automóvil compartido. Los hay que, teniendo recorridos más largos, esperan a completar sus 4 plazas antes de salir a la calle, y los que –como el que yo conducía- se dan vueltas por la ciudad tomando y dejando pasajeros según se requiera.
Así pues, un día cercano a mediodía andaba dando vueltas y gastando combustible, que había ´pocos pasajeros, cuando en una esquina me hacen parar dos chicos sonrientes. Y claro que los conocía de hacía años, cuando ellos eran muy menores, que sus padres vivían cerca de los míos. Me llamó la atención lo crecido que estaban, de unos 15 años, delgados, pelo negro. No estoy seguro si eran hermanos o primos, pero de todas formas parientes que sus rostros eran bastante similares. Vivian en una finca, alejados del pueblo.
Les pregunté su destino, y uno me responde que “a ningún lado, solo querían pasear”. Los miré por el espejo y de nuevo vis sus rostros sonrientes, sin imaginar sus verdaderas intenciones.
Di un par de vueltas y apenas sume dos pasajeros, por lo que decidí ir a casa a comer algo y descansar, dado que había iniciado la jornada temprano, y me hacía falta un reposo, así que enfile a mi domicilio con ambos chicos de pasajeros.
Siendo verano, preparé algo fresco de comida, un par de latas de atún con palta (aguacate), lechugas y unas rebanadas de pan con refresco, nos sentamos y les fui preguntando de su vida, la familia y de cuanto habían cambiado desde que los había visto la última vez.
Nuestra conversación no iba a ningún lado, si bien podía imaginarme sus intenciones al ser chicos de 15 años según me confirmaron, no quería hacer una propuesta que fuera equivocada y mal recibida. Por ende, les dije que yo normalmente después de comer, me daba una siesta, a lo que el mas vivaz dijo “pues vamos a dormir una siesta” …….
Que mi siesta yo la tomo desnudo, aventuré. NOS ACOSTAMOS DESNUDOS
No esperé lo repitiera, y enfilé al dormitorio y ellos siguiéndome, mientras me iba sacando la camisa, lo que fue imitada por los chicos. Cerré las cortinas oscureciendo la pieza y nos seguimos sacando la ropa en silencio.
Como ya he explicado, mi cama es grande, así que tan pronto me desnudé me acosté al medio y los chicos me flanquearon. En la penumbra pude observar que uno de ellos tenía su pene a plena erección de un tamaño bastante interesante, por lo que me acomodé dándole la espalda y quedando cara a cara con el otro. El chico a mi espalda, que precisamente era el que siempre se mostró más locuaz, me abrazaba y yo podía sentir su duro pene apretarse contra mis nalgas, moviéndose y su agitada respiración sobre mi cuello.
Por mi parte, empecé a acariciar suavemente al otro, bajando mi mano por el costado desde la axila hasta llegar a la cadera, donde alcancé con mi mano su pene, que también ya estaba alcanzando su plena erección. Lo tomé para sentía su grosor, y también tenía un tamaño similar al del otro chico. Sus huevos y toda su zona inguinal escasa de vellos, seguí explorando su ombligo y pecho y también eran absolutamente lampiños. Su compañero ya estaba buscando mi agujero ansioso de penetrarme, todo ello sin decir palabras.
Estiré mi brazo para alcanzar el pomo de lubricante que siempre estaba sobre la mesita de noche, y me apliqué abundantemente en el culo y también en el ardiente pene del chico que me clavaba por la espalda, hirviendo de deseo. Agarré su miembro y lo puse a la entrada, donde fui asaltado de golpe con una penetración total, sin contemplaciones. ¡CUIDADO! Alcance a exclamar cuando ya estaba completamente empalado, y mi joven follador ya estaba en un movimiento de mete y saca que no pasó inadvertido para su compañero. ¿Te está culiando? Preguntó. Sí, me lo puso todo, respondí, mientras agarré su mano y la llevé a mi culo donde pudo sentir de forma directa, como el miembro de su amigo (¿primo o hermano? No lo sé) se enterraba hasta el fondo para salir y volver a incrustarse dentro mío.
Súbete un poco, le pido al segundo chico, y le indiqué se recostará a la altura de la almohada, con lo que su pene quedó a la altura de mi boca, lo que aproveché para introducirme aquel joven y caliente trozo de carne y empezar a mamar y lamer con ansias, chupando sus huevos, arrancando los gemidos iniciales que hicieron dúo con los que mi follador también me expresaba el placer que estaba experimentando.
Me sentía en el quinto cielo, lamentablemente la calentura de los chicos no extendió aquel sublime momento más allá de unos pocos minutos, cuando y sin previo aviso sentí que mi culo era inundado por un líquido caliente y viscoso, que vaya si sabía lo que era, acompañado de un quejido fuerte que no dejo dudas sobre la razón. Junto a ello aceleré con mi mano la follada bucal que me hacia el segundo chico, obligándolo así a vaciarse en mi boca, con abundante liquido juvenil, que prontamente me apresuré a tragar procurando no desperdiciar gota alguna, lo que efectivamente conseguí, mientras el chico se retorcía de placer, y yo lo atraía con una mano en su nalga para que me llenara a fondo la boca y garganta.
Nos quedamos reposando, pensé que debía volver al trabajo, pues aun no enteraba el pago diario del auto. ¡Qué diablos! Una oportunidad como esa no se deja pasar, así que en pocos minutos ya estábamos de nuevo en la lucha, ésta vez me ubique de forma que los chicos intercambiaran posiciones, para lo que no se hicieron de rogar, clavándome sin compasión la verga el segundo chico, y al ser de un tamaño y forma similar al anterior, se fue de golpe hasta el fondo, dada la lubricación obtenida por la follada de su compañero que previamente había inundado mi culo de semen juvenil.
Por otro lado, el chico de la follada anterior se supo ubicar sentado en la almohada, por lo que cambié mi posición, acostándome boca abajo mientras el joven violador se acomodaba en mi espalda y a su vez permitía mamar y tragarme hasta el borde del ahogo, el pene de su amigo, y al iniciar la cabalgata de mete y saca, su ritmo servía para un mete y saca bucal, mientras mis manos a ratos acariciaba los huevos del mamado, como también bajaban ara agarrar de las nalgas a mi jinete y apretarlo a mi cuerpo para obtener una clavada mas profunda.
Nuestros cuerpos sudaban, la temperatura ambiente era alta y la del dormitorio al borde de la ignición por la calentura humana. Como es de suponer, al ser el segundo round para los jovencitos, la resistencia aumenta antes de eyacular, por lo que el placer se intensificó, llegando a producirme cierto dolor tanto en la boca como el culo por efecto de las violentas embestidas de mis “visitas”, y más aún, cuando uno de ellos –por supuesto el mas extrovertido- sugiere intercambiar sus poses lo que su amigo aceptó y de nuevo sentí el duro miembro del chico en mi culo, ahora cabalgándome cual jinete que era, dado que en su casa había caballos de monta, pero ahora y por vez primera cabalgaba a un ser humano.
La tarde siguió con múltiples folladas, siempre uno por el culo el otro en la boca, sin más variaciones, las que llegarían en la siguiente oportunidad, que ya pronto les relatare.
El día siguiente, y varios más, el recuerdo de los divinos momentos compartidos con ambos chicos venía a mi mente de forma reiterada, más aún con el ligero ardor en mi culo producto de las intensas y múltiples folladas de los chicos, que volvían a mi mente cada vez que movía los pedales del taxi.
Les recuerdo que mis relatos son reales, y salvo detalles se ajustan a la deliciosa realidad, que me complace recordar para mi placer y el de mis lectores.
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