YO 28 AÑOS, OTROS PARIENTES (33)
Con una familia grande (muchos tios y tias) era obvio muchos prim@s que tambien tuvieron hijos……….aqui un par de recuerdos.
Ya he relatado algunas historias con sobrinos como llamo a los hijos de primos, dado que no tengo hermanos con hijos.
Una tía que se casó en segundas nupcias, al hacerlo se hizo de varios hijos e hijas postizos. Uno de ellos era Hernán o Nano que tenía unos 14 años y yo probablemente un par más.
No tengo claros recuerdos de como iniciamos nuestros encuentros sexuales, pero si tengo muy claro un fin de año, precisamente el 31 de diciembre por la tarde. Normalmente pasábamos las fiestas de fin de años juntos, nuestras casas estaban a un par de cuadras y justamente esa cercanía fue la que llevó a éste especial encuentro.
Nano era un chico flaco, blanco, lampiño con un pene tan blanco como el resto del cuerpo, y de un buen tamaño para mis intereses. Desde que iniciamos nuestros revolcones llevábamos una complicidad exquisita. Al vivir en una población de pueblo pequeño, había muchos sitios donde escondernos en la oscuridad y darnos placer mutuo.
El día en cuestión, cerca de las 9 de la noche, mi madre se da cuenta que algo se quedó olvidado en la casa y me pide lo vaya a recoger. Obviamente le pedí a Nano que me acompañe.
Nada más llegar a mi casa, no fuimos al dormitorio matrimonial para aprovechar la cama grande, nos desnudamos con la calentura esperable dada nuestra edad. Iniciamos pues una sesión de pajas, mamadas, lamidas, caricias (no soy de besos). Al ser yo un poco más robusto, lo terminaba sometiendo para penetrarlo profundamente mientras él mordía la almohada y se acomodaba para una mejor penetración.
Luego de darle a todo gusto y llenar su culo de mi semen ardiente, vino el cambio de posición y pude sentir como se incrustaba en mi culo su blanco y largo pene, iniciando la deliciosa follada que ya sabía darme, Un mete y saca lento a ratos, violento en otros, que ya sabía hacer. Tampoco fue muy extensa la follada. Es normal que la primera follada al haber mayor tiempo de abstinencia, sea más corta en duración, pero extensa en cantidad de semen expulsado.
Apenas acabó, me acomodé de rodillas y puse sus piernas en mis hombros, penetrándolo sin contemplación, facilitado por la dilatación y lubricación producida en la anterior, pude llegar al fondo, que mis huevos chocaran con sus nalgas arrancándole un pequeño quejido. Inicie pues la follada más deliciosa de despedida de año, mirando su rostro sonriente a cada empellón que daba aumentando el erotismo del momento.
El placer era mutuo, él llegaba a levantar su cola para sentir la profunda clavada de mi miembro, mostrando la gran complicidad que habíamos alcanzado en base a la repetición. Yo gustaba de apretar con cierta violencia sus tetillas para arrancar sus gritos que se fundían con los gemidos producidos por mis clavadas. Todo ello en búsqueda del placer final de la eyaculación.
El desquite venía pronto, Nano apenas sentía que mi pene salía de su culo inundado, se ponía en posición de ataque entre mis piernas para levantarlas a sus hombros y dejarme caer su blanco pene al fondo de mi ser causándome una cierta cosquilla en algún sitio dentro de mis intestinos.
Estábamos embelesados en nuestra diversión, cuando empieza a sonar una sirena que anunciaba la media noche.
“Mother fucker” diría un gringo, es la tradición darse abrazos y buenos deseos a la medianoche, junto con un trago de espumante y nosotros estábamos dándonos nuestro propio abrazo.
Nos desacoplamos rápidamente, recogiendo nuestra ropa y a medio vestir salimos corriendo en dirección a la fiesta. Afortunadamente habíamos dejado a mano lo que fuimos a buscar y llegamos en medio de la algarabía dela celebración. Mi madre me reclama que no estaba a la media noche, pero le respondo que si estaba fuera de la casa y di abrazos a los vecinos antes ¿?. No sé, pero me la creyó, jajaja.
Seguí esta amistad un par de años, hasta que el padre de Nano falleció, lo que hizo que todos los hermanos se fueran a vivir con la abuela, con lo que perdí contacto y hoy solo quedan los recuerdos.
Pepe, es un primo real, hijo de una tía, de mi misma edad. El con su familia vivía en una zona rural, donde de pequeño ibamos de vacaciones con la posibilidad de paseos en caballos, baños en una laguna y todo lo que significa ir al campo.
En aquellos encuentros nunca tuvimos alguna actividad de tipo erotico-sexual.
Sin embargo, ya a los 18 años, mi primo Pepe empezó a viajar algunos fines de semana al pueblo donde yo vivía, en busca de diversión. Pasaba por casa a saludar pero en la noche alojaba con otros parientes.
Una noche de sábado salí a dar una vuelta en auto, el pueblo pequeño había un par de calles donde la gente joven se reunía a charlar y ver que se armaba para la noche. De pronto veo a Pepe, quien me hace un gesto y me detuve para que subiera al auto.
Le pregunté qué tal estaba todo y me dijo no había nada interesante, que andaba con ganas de “pasarlo bien”. Pues pasémoslo bien los dos, le dije, a lo que no se hizo de rogar.
Nos fuimos a una botillería, compramos un pisco con gaseosa, unas papas fritas y enfile el auto en destino a una zona solitaria, obscura, y alejada del sector habitado, camino a una mina de cobre.
Obviamente y por seguridad, nos metimos en un pequeño callejón donde era altamente improbable que alguien pasara, destapamos los bebestibles para servirnos sendos tragos alumbrados solo por las estrellas y como mucho las luces de la radio que sonaba con música bailable.
Me senté de costado, levanté una rodilla y él puso su mano en ella, no hice comentario, pero me empezó a deslizar sus dedos suavemente, sin moverlas de sitio. Hablábamos banalidades hasta que él dijo que andaba con hartas ganas de algo más potente. Me hice el inocente y pregunté a qué se refería, y me dijo que tenía ganas de follar, que andaba con tamaño paquete.
Sin esperar repetición, llevé mi mano a su entrepierna y efectivamente sentí un buen bulto. Sin más le invité a bajarnos del auto, era verano y la temperatura agradable, nos pusimos a un costado del auto y me bajé los pantalones hasta las rodillas, mientras el sacaba su miembro por el pantalón, se lo agarré, caliente, grueso, babeando líquido pre seminal. Le pedí se bajará los pantalones y se puso detrás mío mientras yo me inclinaba sobre el capó del auto, ofreciendo mi culo.
Ansioso buscaba mi agujero, yo agarré su miembro y lo dirigí a la entrada de mi culo, lo puse donde correspondía y sentí un violento empellón, enterrando la mitad de golpe, junto con un grito de mi parte y sintiendo un ardor interior, tolerado por la calentura. Un segundo atracón y me terminó de empalar. Le pedí se quedara quieto mientras me acostumbraba al invasor, lo hizo brevemente y empezó su ataque violento, sacando y metiendo, gimiendo, murmurando groserías y produciendo un concierto de ruidos, de las latas del auto y de mis nalgas con su pelvis a cada clavada.
Las estrellas, mudas testigos de la follada que mi primo me estaba dando, iluminaban tenuemente el entorno, se veía sombras de árboles, algunos pájaros nocturnos gritaban, y nuestros gemidos y jadeos. Así varios minutos hasta que, sin aviso, simplemente empezó a vaciarse dentro mío, desahogando sus huevos y su garganta en un fuerte gemido de placer. Yo sentía como algo caliente llenaba mis entrañas y corría por mis piernas, sus movimientos bajaron de intensidad, y su pene al perder erección se salió de mi culo con un sonido de corcho de botella, mientras más semen se derramaba por mis piernas.
Nos secamos con papel higiénico que convenientemente llevaba en la guantera del coche, y nos sentamos a compartir otros tragos y picadillos.
Luego de un buen rato, me pidió repetir. No estaba muy convencido dado que mi culo aún sufría el ardor producto de la anterior follada, pero me animé a aprovechar, que siendo primera vez quería dejar buena disposición para el futuro.
La segunda follada fue más calmada, con más calidad, me saqué los pantalones y me acomodé de espalda sobre el motor del auto y me pudo follar de piernas al hombro. Yo miraba las estrellas mientras era empalado, delicioso, con un grueso pene que entraba muy ajustado en mi culo, llevándonos al climax juntos, para lo cual me masturbé para estar a la misma forma que Pepe, y mientras él me llenaba el culo, mi semen saltaba cayéndome en la cara y en mi pecho, descubierto al tener la camisa abierta. Luego de eso, la paz.
Cuando íbamos de regreso al pueblo, ya cerca de las 4 am, me señala que quiere que yo le diera exclusividad de mi culo, a lo que acepté, obviamente sabiendo que era solo un decir de mi parte, ya que sería exclusivo con él, solo cuando atuviéramos juntos, como el cuento del escorpión y el sapo, no podía pedirme ir contra mi naturaleza, jejeje
Como esa ocasión, hartas veces nos juntábamos para ir a sacarnos las ganas por aquel sitio tan privado para nuestro placer. Ya en invierno aprendimos a acomodarnos dentro del auto para capear el frio, pero nuestra calentura siempre era la misma.
Y así por harto tiempo, hasta que de pronto ya cesó y solo quedó el recuerdo, que hoy he compartido con ustedes.
Los invito a regalarme algunas estrellas, o bien escribirme criticas o comentarios a [email protected]
y a revisar mis anteriores relatos en:
https://relatos-intimos-inconfesados.blogspot.com
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