YO 28, EL 15. UN RECUERDO ESPECIAL
Un amigo especial, una relacion especial..
YO 28, EL 15. UN RECUERDO ESPECIAL
Antes que nada, agradecer a mis lectores, que suman cada día más, valoran mis relatos y varios que han escrito dándome sus opiniones y aprecio. Les recuerdo mi correo es [email protected] .
Continuando con mis relatos de experiencias personales, absolutamente reales y que me dan gran alegría de recordar: Lo que sí, mirando una serie de netflix, un personaje dijo una frase que lamentablemente me llega en muchas ocasiones, dijo “prefiero arrepentirme de algo que hice, que por algo que no hice”, dado que tuve oportunidades de encuentros calientes, pero me cohibía por ese prejuicio que la sociedad y la iglesia me había enquistado de que tener relaciones con alguien del mismo sexo, era perversión, antinatural, un pecado capital. Y pensar que tantos curas y pastores de iglesias, no solo disfrutan del sexo, sino que abusan de su posición para lograr sus perversos objetivos de abuso.
En fin, y yendo a mi relato, ésta situación se dio al entrar yo a un chat gay local, y me puse a conversar con una persona que se llamaba “pollito chatín”, que me pareció simpático el nombre y también su conversación.
La sorpresa fue cuando me dice que su edad es de 15 años, lo que no necesariamente me sorprendió, pues es sabido que en esos chats se oculta algunos datos y especialmente se miente en otros. Así que seguí la charla para pasar la tarde.
A los pocos días, entro de nuevo al chat, y ahí estaba “pollito chatín” y me apresuré a hablarle. Luego de charlar de cosas banales, le pregunto dónde vivía y éramos cercanos. El en Viña del Mar y así fue que programamos reunirnos en un día próximo, para lo cual intercambiamos números de celular. Al hablar con él, escuche una voz algo grave para un chico de 15 años, pero me confirmó su edad y quedamos pues en reunirnos en un par de días.
Así pues, llegó la fecha elegida, y viajé la verdad sin demasiadas expectativas. Llegué en las inmediaciones de la plaza Victoria en Valparaíso, le llamé y me dio señas donde me esperaba, a un par de calles, donde me apresuré a ir.
Llegado al sitio señalado, veo un chico vestido de tenida jeans, sentado en una escalinata. Apenas me estaciono, se acerca y me saluda. Efectivamente sus rasgos eran de un chico joven según me había dicho, de cuerpo corpulento, medía al menos un metro y 70 cms, anchos hombros, su cuerpo representaba más edad. Subió al auto y le pregunté donde quería ir. Me señaló un recorrido, que quería ir a un mirador de los cerros de Valparaíso, donde hay amplia vista de la bahía.
Como en cada ocasión he estado con menores, prefiero dejar que ellos lleven la iniciativa, dado que así me evito bochornos. Jonathan, como se hacía llamar (después supe su nombre era simplemente Juan) me empezó a contar de su vida, y así supe vivía con un hombre bastante mayor, que ya pasaba los 60 años, y que se lo llevó con él a los 13 años. Me contó que no estudiaba ni nada, y que tenía el día libre hasta la noche cuando regresaba al departamento en donde aquel personaje también llegaba.
Y así pasó un par de horas, charlando de cosas personales, su familia, mi familia, los gustos en comida y otros sin llegar al tema sexual. Llegada la hora, lo dejé en el centro de Viña del mar y regresé a casa.
Pasado un par de días, de nuevo lo encuentro en el chat, y me hace una invitación a reunirnos, ésta vez en otra ciudad cercana, Quilpué. Como por otras razones andaría cerca acepté y nos juntamos en una plaza. Apenas subió me dirigió por ciertas calles, subiendo un cerro hasta llegar a un motel. (Acá en Chile, los moteles son sitios para encuentros esporádicos sexuales, se puede pagar por 3 horas, 5 horas, y normalmente no son para alojar por días completos).
Entramos al motel, él convenientemente recostado en su asiento, para que las cámaras a la entrada no captaran ser menor edad, e ingresamos a la cabaña, que contaba con una cama grande, y una tv transmitiendo en un canal porno. Luces de colores y tenues daban un ambiente de especial intimidad.
Jonathan, se estira en la cama y empieza a desnudarse, invitándome a lo mismo de mi parte. No esperé otra invitación para hacerlo, que además me invadía la curiosidad de conocerlo en su completa desnudez.
Una vez se despojó de toda su ropa, pude ver un cuerpo magnífico, De verdad parecía un mocetón de unos 18 años, brazos musculosos, bíceps bien formados, un pecho y estómago plano, cuerpo lampiño, y ¡OH sorpresa! Le colgaba un pene bastante grande, que posteriormente comprobé medía 20 cms y un poco más y de un grosor respetable. Ahí entendí la razón que aquel sexagenario se lo hubiera llevado a vivir con él a los 13 años. 20 y pico de apetitosas razones.
Le abracé con un brazo, el otro se fue a tomar su pene mientras le daba unos besos en su cara y boca. Sentí el calor y el crecimiento que su verga adquiría al contacto de mi mano, por lo que no esperé más y bajé para tratar de meterla en mi boca. Traté, dado que era una tarea imposible por su tamaño casi ahogándome en el intento.
Lo único extraño fue, que a pesar que se excitó al máximo, su pene no adquirió una firmeza como esperaba (yo había leído por ahí que muchas veces, los penes muy largos no tienen la suficiente irrigación sanguínea, y no llegan a una plena erección). De todas formas, eso no fue impedimento para que, ubicándome adecuadamente, dándole la espalda, su verga buscara mi trasero para empezar a taladrarme.
Creo que esa misma circunstancia de su no absoluta dureza, facilitó la penetración con un mínimo dolor a mi culo, y ya completamente empalado empezó a moverse rítmicamente horadando mis entrañas dándome un placer increíble. Ya he señalado otras veces que además del placer in situ por la situación, el hecho de mentalmente saber que te está follando un chico de apenas 15 años, aumenta a full el erotismo. Por su parte, al estar de lado, el chico agarró mi pene iniciando una masturbación al mismo ritmo que se clavaba en mí, produciendo un doble placer.
A poco estar en esa posición, hizo un cambio poniéndome en 4, y posteriormente con mis piernas en sus hombros, lo que me llevaba al cielo dado que podía mirar su cara, su sonrisa morbosa mientras usaba y abusaba de mi culo, a pleno placer mío, hasta que luego de un tiempo solo me dijo ¡YA! y empezó a eyacular abundantemente dentro mío mientras yo veía los gestos de placer sublime que marcaban su cara de adolescente, hasta que por fin se quedó inmóvil, lo que aproveche para cambiar de posición, ponerlo boca abajo y clavar mi duro pene en su culo, que fue recibido con apenas un gemido cuando llegué al fondo de su ser.
No voy a mentir que fue mucho tiempo que lo follé. De hecho, mi calentura era tal, que luego de unas pocas embestidas, sentí que ya simplemente me empecé a vaciar dentro suyo, con mis gemidos y exclamaciones de placer que afloran aun cuando quiero evitarlos, para al fin quedar acostado sobre él, sintiendo el palpitar de mi pene al lanzar los últimos chorros de leche dentro de su culo joven.
Luego de ello, me contó un poco más de su vida familiar, su madre, sus hermanas y ya suficientemente recuperados, repetimos una rica follada, quizás no tan intensa como la primera, pero no por ello menos deliciosa.
Y así seguimos reuniéndonos esporádicamente, y disfrutando mutuamente del sexo y la amistad. Un par de años después, habiéndome yo trasladado a Santiago, la capital, le invité un fin de semana, y justamente llegó otro chico jovencito (mi debilidad de toda la vida) de unos 19 años, a visitarme, por lo que, sin complicarme demasiado, los recibí a ambos. En principio Jonathan se instaló en la habitación de visitas, que mi compañero de cama era Patricio, pero en algún momento, simplemente y sin aviso, llegó y se metió a la cama con nosotros.
Sería fácil para mi vanagloriarme de haber hecho un trío con esos bombones, pero no es así, ya que, para mi sorpresa, se empezaron a abrazar y magrearse mutuamente, calentando a mil el ambiente, y Jonathan acomodó a Patricio, quien también había quedado gratamente sorprendido con el tamaño de la verga de su acompañante, la que prontamente engulló en su boca, y sin más dilación se acomodó y lo empezó a cabalgar, metiendo en su agujero posterior el largo miembro. Ya mencioné antes que no llegaba a una dureza total, por lo que luego de un par de intentos, se introdujo completamente arrancando un gemido al chico.
Juan empezó a penetrarlo ansiosamente, mientras Patricio me miraba sonriente con una cara de lujuria que no le había visto antes. Yo me acerqué un poco más y acariciaba las nalgas del jinete, y daba besos a ambos, aumentando el morbo de la situación. Luego de algún tiempo en dicha posición, se voltearon y Patricio se sentó sobre el pene de Jonathan, dándole la espalda, permitiéndome ver a plenitud la penetración, y así hasta que el cabalgado empezó a inyectar su semen dentro de su jinete, acompañado de gemidos y sonrisas que me regalaba, y que yo agradecía besándole en sus labios.
Pero no había terminado aquí, ya que Patricio se baja y ubica a su acompañante en posición de 4 y lubricó el ano con saliva y una crema que yo le alcancé, seguido de lo cual puso la punta de su pene, que también era de buen tamaño, en la entrada anal de Jonathan, (ya abundaré en detalles cuando cuente la historia con Patricio) y de un solo golpe la introdujo hasta el fondo, arrancando una exclamación a su compañero, ante lo cual se quedó inmóvil unos segundos para que el culo se acostumbrara a la invasión, para luego seguir con un rítmico entrar y salir, que no fue de larga duración dada la calentura que invadía el ambiente, y empezó a eyacular dentro del chico, gesticulando y suspirando por el placer derramado, mientras con sus manos atraía aún con violencia el culo a fin de llegarle hasta lo más profundo, casi hasta tocarle el alma y que así no se desperdiciara ni una gota del joven semen depositado.
CONTINUARA…….
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