YO 40 AÑOS, PAPA SOLTERO, PRIMERAS VACACIONES, ARAUCANIA
Seguimos recorriendo el sur de Chile con mi pequeño Javier Ignacio, conociendo lugares, personas, y hoy nos adentramos en la tierra mapuche, y llegamos a una comunidad……mejor vamos al relato.
Como ya he relatado, andamos por la zona sur de Chile en las primeras vacaciones post pandemia con Javier Ignacio, mi querido preadolescente que ya está descubriendo los placeres del sexo.
Y así recorriendo, nos topamos con una carreta tirada por bueyes que iba a cargo de un hombre adulto y un joven de unos 18 años, que justamente se encontraban en dificultades dado que una rueda había caído en un hoyo a la orilla del camino, y los bueyes no eran capaces de sacarlo, por lo que se habían animado a descargar la carreta para poder moverla.
Al pasar nosotros y enterarnos del problema, le ofrecí hacer un intento de tirar con nuestro vehículo 4×4 que además contaba con un huinche. Aceptaron, enganchamos la carreta y junto a la fuerza que hacían los bueyes pudimos sacarla sin mayores daños o complicaciones.
La labor señalada significó que nuestro vehículo quedo muy embarrado incluso Javi y Yo algo salpicados con barro y nuestros zapatos prácticamente desaparecieron bajo una capa de aquella mezcla de tierra arcillosa con agua. Ante ello, el hombre que se presentó como jefe de una Comunidad Mapuche nos invitó fuéramos con ellos y así poder asearnos un poco lo que aceptamos.
Como estábamos relativamente cerca, le dijo al joven que nos acompañara mientras el guiaría solo la carreta, así que el joven se subió en el asiento delantero mientras Javi en el posterior se puso entre ambos asientos y empezó el típico “interrogatorio” a nuestro nuevo amigo.
Mientras nos guiaba me enteré que su nombre era Nahuel (Jaguar), 17 años y su padre Héctor, Nahuel dijo tener un hermano mellizo de nombre Nehuen (Fuerte) y una hermanita pequeña llamada Sayen (Cariñosa) quienes junto a su madre Suyai (Esperanza) viven en comunidad dedicándose a la agricultura principalmente y ganadería menor.
La casa amplia y ordenada, con un gran fogón al medio donde hervía una tetera con agua y varias ollas. Al entrar Nahuel le habló a su madre en mapudungun (su idioma natal) seguramente explicándoles quienes éramos y porque estábamos ahí, ante lo cual ella nos sonrió dándonos la bienvenida en castellano invitándonos a sentarnos en espera de su marido.
Pedimos un poco de agua para asearnos y en el intertanto llegó Héctor, al desocuparnos, nos encontramos con una mesa servida con productos de la zona, piñones, digüeñes, tortilla al rescoldo y ulpo con leche (ulpo es harina tostada con leche) invitándonos a servirnos, mientras sentimos llegar a Nehuen y conocimos a la pequeña Sayen. Cabe señalar que Nehuen era muy parecido a su hermano y casi podrían pasar por gemelos, aunque luego pude observar que éste último es más alto que su hermano, ambos de piel tostada, pelo negro y atléticos.
Como era de esperarse, Javi se sentó en medio de los jóvenes y los tapaba a preguntas sobre su vida, el campo, animales y todo lo que un niño de su edad quiere conocer, y sobre todo sobre su lenguaje, mientras yo hablaba con sus padres en una muy grata charla.
Y así pasó la tarde y viendo que ya obscurecía le agradecí la hospitalidad y le dije a los anfitriones que nos retirábamos, ante lo cual Héctor dijo que, de ninguna manera, que esa noche pernoctábamos con ellos, ante lo cual Javi lanzó un “yupiiii” mostrando su alegría por ello, lo que nos sacó carcajadas a todos, que yo ya había notado estaba haciendo muy buenas migas con sus jóvenes amigos.
Nos sentamos con Héctor a charlar, yo encantado de la experiencia que estaba viviendo. Javi se me acerca y me dice que quiere ir con los chicos a una fogata que hacen con otros jóvenes a lo que accedo, encargando sea cuidadoso en la oscuridad a lo que tanto Nahuel como Nehuen me aseguran ellos lo cuidarán.
Héctor sacó una botella de un líquido blanquecino que me presentó como “muday” que es un jugo de trigo fermentado de muy buen sabor y que posteriormente supe es muy bueno para el colon irritable y la digestión, debo agregar que es de baja graduación alcohólica.
La hora pasó rápido y regresaron los chicos y Javi manifestó que quería dormir, nos llevaron a una gran pieza sin puerta y era dividida por un panel, a un lado dos camas de los hermanos y al otro otras dos que nos ofrecieron. Yo volví con el anfitrión y los tres chicos quedaron mirando algún juego del celular de Javi.
Compartimos otro rato al calor de los leños y bebiendo muday y al final ya me fui a dormir. Al acostarme Javi que aún estaba despierto se acurrucó a mi lado en mi cama y me susurró que les había hecho sendas mamadas a los hermanos, que luego de ir a la fogata se fueron entre los matorrales donde se alternaron, además de besarlo, y pasarle sus penes por el culito sin llegar a penetrarlo.
Me quede pensando en que hacer para aprovechar lo que se estaba dando.
A la mañana siguiente, despertamos temprano, ahí puse en marcha mi plan urdido en la noche y les pregunte si les gustaría acompañarnos a modo de guías turísticos para recorrer la zona, que yo hablaría con su padre para pedir autorización, lo que aceptaron entusiasmados.
Así fue que hablé con Héctor y le propuse les diera permiso a los chicos y yo me comprometía a traerlos de regreso el domingo temprano, a lo que aceptó asegurando se merecían una salida, dado los buenos resultados de sus estudios y a lo buenos hijos que son.
Nos fuimos de regreso a la cabaña en la ciudad y preparé todo, nuevamente buscar la mejor ubicación para la cámara (pc), la iluminación, no dejar detalle al azar. Ya hecho, solo esperar.
Al día siguiente muy temprano fuimos en búsqueda de nuestros “guías” que impacientes nos esperaban en la comunidad.
No aburriré al lector con los acontecimientos del día, más bien diré que lo pasamos genial y ya por la tarde regresamos a nuestra cabaña. Nos turnamos para la ducha, iniciando yo, luego Javi y posteriormente los jóvenes mapuches. Por supuesto Javi los acompañó a la ducha con la supuesta intención de mostrarle donde están las llaves, el jabón, las toallas pero que en realidad era para iniciar los toqueteos y hasta una mamada al pasar, según después me comentó.
Cuando salió Nahuel de la ducha, en donde pude observar su magnífico cuerpo enrollado en la toalla, le señalé que iría a comprar algunas cosas para la noche, pizzas y demases y si quería algo especial y negó. Sali pues dejándoles tranquilos para sus “juegos”.
La cámara ya estaba funcionando y cuando salió Nehuen de la ducha, Javi se acercó, le sacó de un tirón la toalla y se agacho a iniciar una mamada. El joven se asustó y trató de cubrirse, pero su hermano le tranquilizó diciéndole que yo había salido. Por su parte él se acercó por detrás del niño y le empezó a bajar los pantalones, mientras con sus manos recorría su cuerpecito y le besaba el cuello, ante lo cual Javi se desnudó, lo que fue secundado por Nahuel y ya los 3 desnudos empezó la fiesta.
Ambos chicos casi desesperados acariciaban a Javi, lo besaban, y ambos trataban de darle su pene por la boca, ante lo cual mi hijo se alternaba dando unas lamidas y chupadas a uno y luego al otro. Acá debo señalar que los penes de ambos chicos eran de un tamaño similar, un poco gruesos, más bien negros, calculo unos 17 cms o algo más, uno de ellos (no sabría decir cuál) lo tenía desviado hacia un lado, el otro absolutamente recto.
Javi tomó la iniciativa y se agachó quedando en posición ser penetrado afirmado en el sillón y uno de los chicos se acercó. Javi le alcanzó un tubo de lubricante íntimo, pero el chico antes de ello llevó su ansiosa boca al agujero del niño y empezó a lamer, yo podía ver su cara de placer y al joven perder su cara en el trasero. Su hermano se ubicó enfrente para disfrutar de una mamada. El comedor de culo se puso de pie y si bien no podía mirar bien, note que se aplicaba ungüento en el pene y el culito para iniciar la penetración.
Nunca había visto a alguien tan excitado, primera vez que ambos tenían a su disposición un culito tan tierno y dispuesto a todo, por ello el chico mientras lo iba introduciendo gemía cual, si estuviera acabando, “ahhh, ahhh, ahhh” eran indicativos de los centímetros que entraban, y un largo “ahhhhhhhh” cuando ya llegó hasta el tope de sus huevos, iniciando el mete y saca de inmediato mientras su hermano ansioso le pedía que se apurara, a fin de ocupar su sitio.
No fue necesario esperar demasiado, el joven mapuche gritaba cual, si estuviera en una corrida de ganado, mientras su cara gesticulaba de placer de su violenta acabada en el culito del infante, haciendo que el semen tibio corriera por sus piernas mostrando una acumulación de muchos días.
Su hermano ocupó inmediatamente su lugar y le clavó todo el pene de un solo golpe, dando cuenta de la lubricación y dilatación que su hermano había producido. Esto sí lo podía observar con nitidez dado que el hermano estaba sentado recuperándose de la tremenda follada prodigada y Javi y el chico quedaban de frente a la cámara.
Fue en ese momento que hice la llamada telefónica acordada con Javi, donde le mencioné que había reventado un neumático y que me demoraría para buscar un taller (todo falso obvio) con lo cual podían culiar tranquilos, con lo que el nuevo follador retomó su labor metiendo y sacando, aunque sin los gemidos de su hermano. Este más bien cerraba los ojos, se lamia los labios y disfrutaba en silencio. Mi hijo por su parte, consciente del sitio donde estaba la cámara miraba hacia ella y se sonreía saboreando los deliciosos momentos.
El chico metía y sacaba pausadamente su pene, disfrutando cada centímetro de penetración, su hermano a poco andar volvió y se instaló a un costado y acariciaba el cuerpo del objeto de su deseo, y a ratos lamia la espalda del niño y le daba besos en la boca, lo que fue aumentando su lívido y empalmando su pene al estado de excitación requerida para una nueva penetración, más ahora que la tranquilidad que le daba mi demora anunciada le animaba aún más a ello.
El follador del momento, ni siquiera anunció su eyaculación, simplemente en un momento dio tres estocadas profundas y se vació dentro del culo de Javi, consiguiendo que una vez más el semen chorreara por sus piernas hasta la alfombra. El joven se quedó en la posición de empalador por unos instantes y sacó su pene aún chorreante de juvenil néctar.
Su hermano tomó a Javi para volver a culiarlo, sin embargo, éste le dijo iría al baño a asearse que estaba todo chorreado, lo cual hizo y al regresar el joven lo esperaba con su arma en ristre listo para atacar y Javi se ubicó en la misma posición que unos días atrás con los soldados, de espalda y levantando las piernas. El chico se arrodillo en el suelo, ubico las blancas piernas de mi hijo en sus hombros y procedió a clavarle su lanza mapuche, con un nuevo grito de placer, más aún al llegar al fondo del culito de una sola estocada, iniciando la follada si bien con más tranquilidad que la primera vez, pero no por ello menos ruidosa, jadeando gimiendo. Lo mantuvo en esa posición por varios minutos y luego lo levantó y se sentó dejándolo ensartado, en posición que yo podía observar cómo mi hijo subía y bajaba en aquel pistón de carne, que desaparecía dentro de su humanidad.
Mientras lo ensartaba le prodigaba muchos besos con lengua que según manifestó nunca había sentido algo tan rico, y sus manos recorrían todo el cuerpo frágil de mi niño.
Luego de otros minutos, se acomodó de lado, dejándome una visión de lujo a la cámara donde veía la penetración limpia que se producía, sacaba casi todo el pene y luego lo clavaba de un solo golpe. Su hermano se ubicó al otro lado y besaba a Javi y lamía su cuerpo inundado de lujuria, procediendo a darle su pene por la boca y fue en esa posición que ambos eyacularon una vez más, inundando el culito y boca de forma simultánea, uno en silencio y el otro aullando de placer.
Cuando ya se calmaron los ánimos se metieron los tres a la ducha, donde Javi me contó volvió a mamar sus penes y ellos a acariciarlo a cuatro manos besándole por todos lados, y fue cuando yo toqué el claxon del auto anunciando que llegaba, pero demorando mi entrada lo que fue aprovechado para vestirse medianamente y aparentar que no había pasado nada, sin embargo se olía a sexo y había algunas manchas blancas en la alfombra y el pote de lubricante sin la tapa encima de la mesa pero no hice comentarios al respecto.
El día siguiente fuimos a recorrer y pasado hora de almuerzo los llevé de regreso, con algunos regalos para los dueños de casa y nuestro agradecimiento. Compartimos números de teléfono y quedamos de regresar, quizás el próximo año.
De vuelta en la cabaña me fui a revisar el video que me permitió escribir este relato, además de lo que Javier Ignacio me agregó y que ustedes mis fieles lectores hoy conocieron. Ustedes imaginaran lo que yo hacía con mi hijito mientras revisábamos el video,………je je je lo dejo a su imaginación.
Mi correo [email protected] para comentarios o críticas. Me comprometo a responder todo mensaje.
Mi blog para ponerse al dia en los relatos es http://relatos-intimos-inconfesados.blogspot.com/
Cada vez que leo uno de sus relatos me dan más ganas de que visiten el norte de Chile por si llego a tener la suerte de encontrarmelos