YO 40 AÑOS Y ……PAPA SOLTERO. –(Tercera parte).
Continuamos…..de como prosigue nuestra primera experiencia con mi hijito Javier Ignacio, mi primo Raúl y quien relata una vivencia increíble.
YA, dice mi primo, y siento como su pene empieza a buscar la entrada trasera de mi hijo. Sube y baja por su rajita hasta que encuentra lo que busca. Mi mano ahí mismo, sintiendo como se ubica en esa entrada, que ya sabemos no era virgen, pero si respecto a una persona adulta y ahí empieza a hacer presión para entrar…….
Beso nuevamente a Javi, introduciendo mi lengua hasta sus amígdalas, lo mas al fondo que podía mientras mi mano sentía como el caliente falo de Raúl, duro cual si fuera del acero más duro del mundo, se iba introduciendo en aquella cuevita lampiña y ya nada inocente, poco a poco, centímetro a centímetro, mientras mi hijo, haciendo gala de su expertiz en la materia, se movía acomodándose para que el grueso miembro siguiera clavándose en sus entrañas. Rodee el pene de mi primo con mis dedos y así podía sentir la introducción a cabalidad, dando apenas unos respiros al niño para que soltara sus gemidos de placer y volver a meter mi lengua recorriendo su boca ansiosa, asimilando tal acción con la que ocurría en ese mismo instante en su trasero.
Cuando ya le había clavado la mitad y un poco mas de los 19 centímetros de carne, mi primo se detuvo a preguntar a su tierno sobrino ¿Cómo te sientes? Bien tío, sigue nomas, de lo cual Raúl no se hizo esperar y aceleró la clavada en la seguridad que el chico sería capaz de soportar su grueso miembro hasta los mismos testículos dentro de él.
En un momento cuando ya casi tenía completo el pene dentro del culito, se le escapó un quejido. Raúl se detuvo y preguntó, ¿dolió? Si, un poquito, pero sigue nomas…….
Me levanté para observar en perspectiva la imagen, pero solo se veía sombras fantasmagóricas con la luz del fuego de la estufa, por lo que me dirigí a encender la luz principal y pude observar a plenitud la imagen digna representación del dios Eros en acción.
Mi primo estaba de costado con un brazo debajo del cuello de Javi, la pierna izquierda de éste sobre la de su tío, permitiendo una apertura total del ano, y el grueso pene de Raúl, brillaba con los jugos naturales, mientras entraba y salía a totalidad, produciendo un ruido acuoso, húmedo y un aroma a sexo que todos conocemos. Javi sonriente con los ojos cerrados, los abrió para mirarme y se saboreó en lo que yo entendí era una invitación ante lo cual me arrodillé junto a su carita y le ofrecí mi pene que rápidamente llevó a su boca ansiosa para empezar a chuparlo cual un experto. No me cansaba de sorprenderme de las habilidades sexuales de mi “bebé” con algo más de 8 años y vaya, también me sorprendió que sus maestros hayan sido adolescentes de apenas 13 años, ¿o había algo más?
Como era de esperarse, Raúl empezó a acelerar sus movimientos en una clara muestra de que iba a llegar la eyaculación, el esperado climax. Algunas gotas de sudor en su frente eran la clara muestra de la emoción del momento. Con sus manos atraía hacia si al menor, como tratando de atravesarlo con su pene, buscando llegar a lo mas profundo de la gruta quizás cuantas veces ya profanada. Un grito fue la señal, para seguir con quejidos y gemidos de gran variedad mientras abrazó brutalmente a su sobrino por la espalda y caía en una suerte de espasmos que decían a las claras que estaba vaciando el contenido de sus testículos en el interior de Javi. Ah, ah, ah, cada exclamación era un chorro de semen que salía disparado inundando al niño, el sonido cambió y el aroma a sexo se hizo mas intenso, y así poco a poco fue disminuyendo el ritmo hasta quedarse quieto abrazado a mi nene.
Pero yo no iba a dejar pasar la calentura del momento, agarré de las piernas a Javi y lo acomodé de espaldas, para, levantando sus piernas observar su ano algo enrojecido que chorreaba el blanco liquido depositado por su tío, y algunas muestras de excremento. Nada de ello me importó y simplemente me acomodé ubicando mi pene a la entrada de su culito y de un solo impulso sentí como se deslizó hasta el fondo, y el golpe de mis huevos en sus nalgas me indicó que había llegado al tope. Mi niño me sonreía con esa carita de lujuria que no me imaginaba sería posible en alguien de su edad, junto con saborearse, ante lo cual inicie mi movimiento de meter y sacar, llevando mi pene hasta el borde para clavarlo profundamente, de una forma suave por la lubricación, pero grata ya que el culito se había contraído y me apretaba la verga cual si fuera un ajustado guante quirúrgico.
Mi primo nos observaba, sonriente, con su pene en la mano el que agitaba suavemente y que poco a poco iba recuperando su plenitud, su posición de ataque. Ya se veía venir que aquella sería una de las noches de lujuria mas espectaculares. Cualquier sentimiento de culpa o arrepentimiento había desaparecido, y solo pensaba en el placer, ese que por tanto tiempo me había restringido solo descargándome a pajas desde que Javi se vino a vivir conmigo, trastornando mis rutinas, de lo cual no me arrepiento, pero que ahora estaba recibiendo una justa recompensa.
Tal como ocurrió con mi antecesor, la follada pronto me llevó al clímax. La situación de estar follando un culito pequeño, absolutamente desprovisto de pelos como todo su cuerpo, excepto la cabeza con ese rubio intenso que caracterizaba a nuestra familia, la estrechez de su cuevita y sobre todo la increíble profundidad de tragar sin mayor dificultad los 19 cms. y que ambos primos le prodigábamos era algo de antología. Así fue que a los pocos minutos ya sentí en mi interior una especia de corriente eléctrica que me anunciaba la próxima acabada. Cerré los ojos y empecé a follarlo de una forma casi brutal, emitiendo sonidos que salían de lo mas hondo de mi garganta, golpeando sus nalgas con mi pelvis y mis huevos que colgaban hacían ruido al hacer contacto con el culo de mi retoño, hasta que ya sentí como ese elixir caliente subía por mis entrañas buscando la salida para empezar a disparar chorros y mas chorros que una vez mas inundaban el ardiente culo de mi niño, mientras yo lanzaba todo tipo de exclamaciones e improperios producto de la emoción y del intenso placer al depositar el mismo semen que le dio vida en el goloso culo de Javi, y tal como ocurrió con Raúl, la intensidad fue disminuyendo y mi pene fue perdiendo la rigidez hasta salir completamente del ano profanado, lo que ocurrió con un ruido como de descorche de una botella de champaña, y que al salir produjo el derrame de abundante materia láctea, seguramente una mezcla de la mía con la de mi primo y nuevamente algunas muestras de materia fecal, que a fin de cuentas dadas las circunstancias daba lo mismo considerando el placer prodigado.
Raúl ya estaba en posición de ataque, pero le pedí que se calmara un poco, que nos aseáramos, comiéramos algo y dejáramos descansar a Javi, que a fin de cuentas la noche recién se iniciaba, de lo que estuvo de acuerdo y así lo hicimos.
Continuara…….
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