Yo Heterodoxo Capítulo 6 Viaje de secundaria
Mi lado activo.
Último año de la secundaria y el anhelado viaje de promoción o gira de fin de curso. En el hotel me había tocado una estrecha habitación para dos, había una cama cucheta, un placard y con mi compañero de dormitorio éramos los únicos que teníamos un baño incluido. Quizás en su momento fue una pieza para el personal de servicio que habían acondicionado para tener más camas disponibles.
En el cuarto día de vacaciones, habíamos regresado tarde de una magnífica jornada de camping, cansados y contentos nos fuimos a bañar para luego descansar. Todo este tiempo nada que tenga que ver con lo sexual había pasado, yo me portaba normalito y ni se me cruzaba por la cabeza buscar una aventura. Fui el segundo en asearme, salí de la ducha sólo en slip y envuelto con el toallón, mi compañero estaba sentado en el borde de la cama secándose el pelo; yo ocupaba la cama de arriba y me pare a su lado despejando las cosas que encima del colchón había dejado, no sabía que en ese momento él me estaba mirando fijamente.
Hablamos y bromeamos un poco, apagamos la luz y nos dispusimos a dormir, él estaba inquieto, daba vueltas en su lecho y suspiraba, a mí se me cerraban los ojos del cansancio; no sé si había dormido mucho o poco, algo me despertó. Era mi compañero, su mano acariciaba mi bulto por encima del calzoncillo, giré mi cabeza, él estaba parado al costado mirándome desafiante y asustado también.
Lo dejé hacer, liberó mi verga y comenzó a masturbarme y a masturbarse, me gustaba y retorcía mis piernas para que él notara el placer que me daba; después de un rato bajé de mi cama y quedamos parados frente a frente en el angosto espacio. Rozamos nuestras pelvis, nuestros miembros, dudaba si abrazarlo y besarlo pero al final no lo hice; me hizo sentar en su colchón y de rodillas comenzó a chupar mi pene, su boca jugosa delataba su experiencia arrancándome gemidos silenciosos. Sentó su culo sobre mi verga, deslizando su raya por encima, abría sus nalgas y me pedía que se la apoyara en la entrada, después me dijo que me siguiera masturbando y rozando su cola sin penetrarlo, jugaba con el deseo.
No aguantaba más, le dije que estaba por acabar y el me respondió que lo hiciera, que le escupiera mi leche en su raja. Comencé a deslecharme bastante, él decía que sí, que así y en un instante se metió mi verga, se quejaba de placer, se movía complacido, sentado y masturbándose hasta acabar gimiendo todo el tiempo y cabalgando mi pija con suavidad.
Me contó que lo hacía con su primo, que después de tener mi bulto tan cerca de su cara cuando salí del baño, no pudo dormir deseándome, fue una jugada que tuvo la suerte de salir bien. Hicimos un 69, hicimos una cama en el suelo para no generar ruido y lo volví a coger. No sé si él sabía de mis gustos, no quise preguntar, pero conmigo él fue todo el tiempo pasivo y si mi culito tuvo ganas, no le quedó otra más que esperar a que regresemos a mi ciudad.
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