Yo no sabía nada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, yo nunca he escrito un relato pero desde hace algunos años he querido contar mi historia a alguien, sin embargo nadie se ha ganado esa confianza para hacerlo.
No voy a revelar mi nombre, sólo diré que tengo 23 años y vivo en el estado de México, pero esto que voy a contar pasó cuando yo tenía apenas 7 años.
En ese tiempo yo iba a la escuela primaria, era un niño alegre y curioso, no muy inteligente en la escuela, sin embargo le echaba ganas.
Todo comenzó cuando un primo que se había ido de mojado a los estados unidos desde los 11 años, regresó, ahora el tenía 16 y ya era todo un hombre a mi parecer.
El era muy buena gente conmigo, jugabamos videojuegos, veíamos peliculas y hacíamos diferentes actividades divertidas e inocentes, sin embargo yo no tenía en mente lo que el de verdad quería conmigo.
Como el llegó a vivir a mi casa, mis papás lo dejaban dormir en mi cuarto y hasta bañarnos juntos, una vez bañandonos pasó algo que marcó el ritmo de la historia de forma diferente, yo siempre le pedía que me tallara la espalda para quedar bien limpio, y el siempre lo hacía, pero esa vez a la hora de hacerlo, pude sentir como se repegó mucho a mi, especialmente en el área de mis nalgas, de echo, pude sentir su gran punta dura y gruesa pegando en mi, pero el no hacía nada más que tallar mi espalda, pero de repente comenzó a tallar mi pecho muy suavemente y bajaba su mano lentamente, yo le pregunté que hacía, y el sólo me respondió que me tallaba bien, así siguió hasta que llegó a tocar mi pene,yo me sentí muy incómodo pues lo agarró con toda su mano y lo tallaba de una forma que en ese tiempo era muy extraña para mi, pero decidí no decirle nada.
En fin, ese día hasta ahí llegó todo.
Posteriormente el fue de visita a casa de unas tías en el distrito, y no lo vi por unas dos semanas, cuando el regresó su actitud conmigo era muy diferente, ahora era más atento y era más apegado a mi, dos días después de que regresó me dijo que quería mostrarme algo pero en la noche que estuvieramos en el cuarto, yo moría de ganas de ver que era, pues me imaginaba un nuevo video juego o algún juguete nuevo, en fin, llegó la noche y el momento de ir al cuarto a dormir, cuando le pregunté que era lo que quería mostrarme, el sacó de su mochila dos revistas, ahora sé que eran revistas pornográficas, me dijo que quería que las vieramos juntos pues el se las había encontrado y le habían parecido interesantes.
Cuando nos sentamos a la orilla de la cama y abrió la primera me sentí muy apenado al ver a esas chicas desnudas haciendo todas esas cosas raras, sin embargo el se veía muy extraño y se agarraba mucho su pene, traia un short azul y yo pude ver el gran bulto que el tenía agarrando con su mano izquierda.
Yo con pena le pregunté que era lo que hacían esas personas en la revista, y el me dijo que era un nuevo juego que quería que yo aprendiera bien para que terminando de ver la revista pudieramos jugar juntos, seguimos viendo la revista y yo pude sentir como se me iba parando mi pequeño pene, pero yo no sabía por que.
Al terminar de ver las revistas, el me dijo que jugaramos a lo que vimos, yo le dije que si pues se me hizo interesante todo lo que hacían, me dijo que el tomaría el papel del hombre pues el tenía el pene del tamaño del de la revista.
Me pidió que bajara su short para poder comenzar el juego, yo me negué pues tenía mucha pena, pero el me dijo que yo ya había visto que así era el juego y que me iba a divertir, junto con otras palabras, me convenció y poco a poco fui bajando el short, hasta liberar ese pene que yo nunca había visto tan grande.
antes ya se lo había visto pues a la hora de bañarnos siempre lo veía, de echo en más de una ocación lo había visto erecto, pero nunca tanto.
Abrió la revista para que siguieramos todo lo que hacían, entonces vimos una imagen donde la mujer comienza a masturbar al hombre, al ver esto, inmediatamente tomó mi mano y la llevó directo a su miembro, me hizo agarrarlo y frotarlo lentamente.
eso a mi ya no me gustó y le hice saber que yo ya no quería jugar, pero el parecía no escuchar y sólo me veía lo que hacía, su cara se había puesto roja y me dijo que iba a jugar con el a lo que el quisiera, porque el siempre jugaba conmigo a lo que yo quisiera sin poner peros y ahora el quería jugar a lo de la revista, me sentí culpable y seguí frotando su pene hasta que el me dijo que pasaramos a lo siguiente.
Unas páginas después en la revista, aparece la mujer chupando el pene del hombre, yo me asusté mucho pues sabía que el me iba a pedir que también se lo chupara, y efectivamente, al instante me pidió que se lo chupara, yo me intenté acercar sin poner peros, y cuando llegué a unos sentimetros de su pene, el olor casi me hace vomitar, esto sólo lo hizo reir pero enojar a la vez, así que tomó mi cabeza fuertemente y me dijo que abriera la boca, yo asustado sólo la abrí, y con un movimiento brusco jaló mi cabeza haciento que la cabeza de su pene tocara hasta mi garganta, sinceramente el sabor no me pareció tan malo, lo que se me hizo asqueroso fue ese líquido viscoso que le salía a montones y que me tenía que tragar, pues el agarraba mi cabeza muy fuerte, por instrucción de el comencé a pasar mi lengua por todo lo largo de su pene, pero yo ya no podía más, mi lengua estaba cansada y mi boca adolorida, pues así llevabamos ya cerca de 10 minutos, el hacía sonidos extraños cada vez que pasaba mi lengua muy rápido.
Al fin me liberó, y para esto yo ya estaba decidido a que ya no quería jugar con el a ese juego.
Se le notaba el coraje en la mirada por ya no querer jugar con el, pero aún así pasó a la siguiente página, donde el hombre penetraba a la mujer, yo la verdad no sabía lo que ellos hacían, pero realmente no quería averiguarlo, pues ya no quería saber nada de ese juego, así que le pedí que ya no jugaramos.
El bastante enojado y un poco violento me dijo que iba a seguir jugando quisiera o no, porque si no me olvidaría de que me preste sus video juegos y todo lo que hacíamos durante el día, me dijo que me bajara el pantalón y me pusiera como la mujer que estaba en 4 patas recargada en la cama, yo tenía mucho miedo de perder a mi primo preferido, así que me puse en la posición que me pidió pero sin bajarme el pantalón, esto le molestó mucho se acercó enfadado a mi y de un solo jalón bajó mi pantalón hasta las rodillas, yo tenía mucho miedo pues nunca lo había puesto así, se acercó de espalda a mi y me dijo que por portarme mal me iba a castigar, comencé a sentir su pene rosando mi ano, sentía cosquillas y eso me gustaba, pero sentía muy mojado y me imaginé que era por la saliba que le había dejado, me dijo al oido que me iba a doler un poquito, pero que si gritaba o algo así me iba a pegar, yo creí que sería cierto pues se le escuchaba como diablo de enojado, entonces comenzó a tocarme con sus dedos, lo pasaba de arria hacia abajo y hacía presión en mi ano intentando abrirlo hasta que lo logró, al instante de meterlo me recordó no gritar, pero yo no entendí por que pues no me había dolido nada, el tomó confianza y comenzó a meter más adentro el dedo, yo sólo sentía como cuando uno tiene ganas de hacer del baño, pero no sentía feo, el sacó el dedo y comenzó a limpiarse toda su mano en mi cabeza, después lo hizo en mi playera hasta quedar limpio.
Nuevamente comenzó a frotar su pene en mi ano, esta vez haciendo una presión enorme que me hizo sentir un poco de dolor, de repente, sentí un dolor como nunca había experimentado en mi corta vida, mi vista se nubló y hasta me dieron muchas ganas de vomitar, comprendí que me había metido todo el pene en mi ano de un sólo golpe, el se dio cuenta que estaba a punto de gritas así que rapidamente me tapó la boca con las dos manos y me advirtió que si gritaba me iba a cumplir la amenaza, yo no aguantaba ese dolor tan horrible, así que no me importó su amenaza y comencé a hacer movimientos bruscos para intentar salirme de ese encierro, pero el me agarró fuertemente y enfurecido me dio un puñetazo muy duro en mis costillas derechas, el cual me hizo sentir que me iba a desmayar, pero después de unos segudndos recobré el aire y volví a sentir lo que me hacía por detrás, metía y sacaba su pene como un loco, me lastimaba mucho y sentía mucho calor, mis piernas me temblaban, no sé si del miedo o del cansancio de haber estado hincado en la cama por un buen rato, pero el seguía metiendo y sacando, yo sólo lloraba en silencio con mi cara recargada en el colchón, pues el me tenía sujetado del cabello para que no se escuchara mi llanto, de repente se detuvo un momento, sacó su pene de mi, y yo sentí que ya había terminado ese infierno, pero no había terminado.
Me dijo que me parara, y yo le obedecí, pero al momento de recargar mis pies, sentí de nuevo un dolor horrible que iba desde mi ano hasta todo mi cuerpo, eso no le importó a el y me apresuró, ya estando parado me sentó en la cama bruscamente, pues sabía que me iba a doler mucho al sentarme, y así fue, me dolió hasta los huevos, puso su pene frente a mi y me jaló la cabeza hacia el, y sin poder decir nada comencé a hacer el mismo movimiento de antes.
Al liberar mi boca se su pene me dijo que me acostara en la cama boca abajo, cuando lo hice comenzó a sobarme suavemente mis nalgas, con sus dedos acariciaba cuidadosamente mi ano y eso me gustaba, me dijo que lo hacía para que estuviera listo para el que seguía, yo me espanté mucho al pensar que de nuevo me iba a meter la verga y le rogué llorando que no lo volviera a hacer, pero el sólo se acostó arriba de mi y me dijo al oido que esta vez iba a ser diferente, que me iba a tratar bien, y así fue desde el principio, esta vez no le costó nada de trabajo meter su verga, y de echo cuando me la metió a mi ya no me dolió, comenzó a meter y sacar suavemente y esta vez yo sentía cosquillas, al pasar unos diez minutos me pidió que me pusiera de ladito, y de esa manera me lo siguió metiendo, yo me sentía muy relajado pues me gustaba lo que estaba pasando, sentía una especie de cosquilleo adentro de mi ano y mi estomago temblaba mucho, entonces me dijo que me iba a dar un regalo por estarme bien portado, y con su mano, tomó mi pequeño pene y comenzó a masturbarme mientras me lo seguía metiendo, en ese momento yo me sentí muy incómodo, pero sentía demasiado bien lo que me estaba haciendo, hubo un momento en que me quedé dormido como por 5 minutos, y el despertar el seguía haciendo lo mismo, ahora yo quería gritar o moverme, no sabía que hacer pero ya no por dolor, si no por lo bien que me sentía, ahora sé que eso era placer.
De pronto, el me abrazó muy fuerte y comenzó a gemir sin razón, le pregunté que que le pasaba, me dijo que se había venido dentro de mi de nuevo, yo no entendí sus palabras, pero le pedí que siguiera metiendomelo, pero el me dijo que ya no podía, que sería otro día, en parte me sentí frustrado pero a la vez aliviado pues ya era muy tarde y quería dormir, la escuela no me preocupaba pues era periodo vacacional, nos quedamos dormidos, con su pene dentro de mi, en la madrugada algo me despertó y me sentí sorprendido pues me la estaba metiendo de nuevo y yo ni sentí cuando me la había metido.
Después de ese día nuestra relación se hizo más fuerte, y lo hacíamos diario en la noche, a veces también cuando nos bañabamos o simplemente si el me decía que fueramos al cuarto a buscar algo, yo sabía que era lo que el quería.
Un día su mamá, osea mi tía, le marcó desde Estados Unidos y le dijo que tenía que regresarse para allá, así que se fue y no lo vi durante un gran tiempo.
Cuando lo volví a ver yo ya tenía 12 años y el 20, yo ya había tenido novias y más conocimiento sobre el sexo, ahora sabía que el sexo no era un juego.
Nuestro primer saludo fue muy extraño pues no supimos como hacerlo, así que sólo nos dimos un apretón de manos, nuevamente le asignaron mi cuarto para dormir conmigo y yo estaba ansioso porque llegara la noche, aunque esa noche no pasó nada pues los dos teníamos mucha pena y el me contó su experiencia en el gabacho, pero a la siguiente noche, yo decidí romper el hielo, y platicando se me ocurrió preguntarle.
¿Oye y ya te cogiste a muchas viejas allá? y el me dijo que si, que a bastantes, me platicó que agarrarles la vagina era lo mejor y que se la chuparan era aún mejor, hubo un silencio incómodo y le pregunté.
-¿Aún te gustan las revistas porno?.
Y el me respondió que si, así que me paré de la cama y fui a una mochila donde tenía escondidas las mismas revistas con las que todo comenzó, empezamos a verlas y el me dijo, -Jugamos a hacer todo lo que veamos aquí?.
Y yo sólo dije.
Va.
así que le bajé el cierre de su pantalón, le saqué la verga y me sorprendió porque no era tan grande como yo recordaba, pero aún así me la metí a la boca sin pensarlo, en fin, dejé que se viniera en mi 2 veces, y a la tercera le pedí que me dejara comerme su semen como yo había visto en un vídeo con mis compañeros de la escuela, me encantó su sabor y me lo comí sin pensarlo.
Así duramos cerca de 3 meses, dejando que me lo meta cada que podíamos, hasta que él se tuvo que volver a ir, en ese entonces yo pensé que iba a volverme Gay, pero me di cuenta que sólo me atrae el, o si no hombres parecidos a el, que midan 1.70, un poco pasados de peso y mayores que yo al menos por 8 años.
Sin embargo nunca he tenido algún encuentro con otro hombre diferente a mi primo.
Ahora tengo esposa y un hijo y los amo pero en mi quedan esas ganas de volver a sentir un pene dentro de mi, chuparlo y comerme el semen.
Espero y algún hombre con estas características lea esta historia y se interese.
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