Yo y mi amigo de educación física con 18 años – 4. De vuelta al lío
Continuacion del relato «Yo y mi amigo de educación física con 18 años – 3. El reencuentro inesperado.
Antes de comenzar, como no, recomendar leer las partes anteriores para seguir la historia. Perdonad por el relato 3 (se que no había mucha tensión sexual pero era más para poner las bases de como evoluciona el relato en sí). Dicho esto, os dejo con la 4a parte de la historia, espero que os guste.
Llegó la noche y nos fuimos a la habitación para irnos a dormir. Apagamos las luces y estuvimos un rato largo hablando de nuestras vidas: nuevas amistades, donde vivíamos, sobre la sele… De todo, en general. Fue cuando todos mis recuerdos sobre lo que hacía con él en las duchas volvieron a mi mente y me excite a los 3 segundos de pensarlo. Le solté la pregunta que tenía que soltar:
– Te recuerdas todavía sobre lo de las duchas? En primaria? – dije yo
– Crees que lo olvidaría? – me respondió con una pregunta retórica
Al decir eso, encendió la luz, se abalanzó sobre mi en mi cama, nos dimos nuestro primer beso y dejamos que nuestros cuerpos se moverán solos. Le metí mi mano dentro de su bóxer y noté su pene. Todavía no estaba duro, pero notaba que estaba depilado. Él me metió la mano en mi bóxer y ya tenía mi pene duro y depilado. Tocaba mis huevos y yo los suyos y fui notando que su pene se ponía muy duro. Le baje el bóxer y vi que eso no era un pene normal. Tenía una polla bastante grande y gorda, más que la última vez, y mira que ya era grande. La mía no se podía ni comparar. Nos fuimos tocando hasta que le dije:
– Des de que perdimos el contacto , fui aprendiendo cosas sobre el sexo que me habría gustado hacer contigo. Te parece si hacemos un 69?-
No respondió, literalmente se puso en postura y nos la mamamos mutuamente. Nunca lo probé y madre mía que bien se sentía. Estuvimos mamandonos hasta que él me propuso follarme. Me puse en postura de misionero e intentó meterla. Tenía el culo cerrado ya que no había follado desde hace mucho y tampoco es que haya follado mucho, así que él me fue metiendo los dedos con saliva lentamente hasta que al final me pudo meter la punta de su polla. Era muy grande y ya sabía que no iba a caber, por lo que le dije que cambiarnos los roles y se la metí yo. Él era mucho más grande que yo. Comparado con él, parezco un hobbit y me gustaba ese plan, que él fuera alto, grande y fuerte. Fue más fácil meterla porque mi polla es más pequeña y delgada que la suya. Fui metiendo y sacando, cada vez con más ganas hasta que para correrme, me corrí en su pecho y yo me quedé a gusto. Estábamos tan cansados que nos quedamos tumbados en la cama un rato antes de volver a dormir. Le limpié con un papel mi corrida y después nos pusimos a dormir.
Ya el siguiente día nos levantamos como si no hubiera pasado nada, como si fuera un día normal. La monitora toca la puerta para avisarnos que en 30 minutos desayunariamos, así que nos cambiamos de ropa para ir. Me gustó mucho cambiarme de ropa con Julio enfrente de mi. Teníamos la polla dura y sabíamos que queríamos más de lo que hicimos esa noche e incluso probar más cosas. Mientras nos vestiamos, nos íbamos tocando, ya que siempre estábamos calientes. Acordamos no tocarnos ni nada para no levantar sospechas y mantenerlo como secreto, así que nada de meter mano en lugares donde nos pudieran ver fácilmente. Fuimos a desayunar y seguimos el día como si nada hasta llegar a la noche. Fuimos a cenar, como no, y luego sugirieron hacer una especie de actividad donde estaríamos divididos en varios grupos para jugar a juegos de mesa como el Uno, el cuadrado, algún Just Dance de la Wii, Mario Kart… En fin, lo que es una noche de juegos. Fue bastante divertido, nunca hice una y estuvo muy bien. Acabada la noche de juegos, fuimos todos a nuestras habitaciones para ir a dormir. Julio y yo ya sabíamos a lo que íbamos: nos besabamos, nos fuimos metiendo mano y le iba desnudando. Ya estábamos en nuestra salsa, ya estaba el desnudo, el me desnudaba y yo le iba a empezar a mamar su polla que todavía no estaba dura hasta que de golpe suena una alarma. Era la alarma antiincendios. Porque tenía que sonar en ese preciso momento? No podían haberla puesto antes o después? Tuvimos que cancelar el plan y realizar el procedimiento para evacuar el edificio. Ya todos afuera, viene la jefa o gerente de la residencia para decirnos que fue un éxito el simulacro y que podíamos volver a nuestras habitaciones a dormir. Resultaba que era un simulacro a las 1:30 clavadas de la noche. Querían que supiéramos el procedimiento para hacerlo y tal, pero a que horas? En fin, una rallada muy grande porque nos cortó un poco el rollo (nos liabamos cuando era un bastante tarde para no molestar, porque a esa hora, se supone que todos estamos dormidos, pero nosotros no y lo hacíamos). Ya en nuestras habitaciones, Julio y yo, cansados y todo, decidimos dormir en la misma cama abrazados y con algún que otro roce, como no ya que como nos cortaron el rollo y estábamos muertos, al menos si no hacíamos nada, algún roce debe haber. Por la mañana me levanté y lo primero que vi fue a Julio mamartela para levantarme. Era una sensación extraordinaria para levantarte. Esa mañana, me fui a dar una ducha tranquilamente a las duchas (las duchas son individuales y están en el mismo edificio pero quedan lejos de las habitaciones). Me fui con una toalla, chanclas y el jabón necesario y me duché. No había nadie porque era bastante temprano, pero de golpe escucho un pequeño grito. Paré el agua unos segundos para asegurar que no era nada y lo escuché de nuevo. Me duché rápido porque no quería problemas ya que no sabía que era y al salir de la ducha (no desnudo, con la toalla en la cintura puesta), vi a un tío venir de los baños de camino a su habitación. Me miro, bajo la cabeza y se fue más rápido a su habitación. No sabía quien era o que hacía a esas horas, así que más tarde le preguntaría.
Ese día no hicimos nada en especial, desayuno, un poco de padel, un poco de fútbol, relax en la sala de estar hasta que veo al chico que vi al salir de las duchas (se llama Victor el chico). Pensé que era el momento para decirle si sabía algo de los ruidos que escuché y me dijo que no sabía nada, que fue al baño a orinar y luego se fue a su habitación y me vio salir de la ducha. Sabía que me ocultaba algo, hablaba con dudas y se ponía un poco rojo, así que le dije de dar una vuelta para que me lo explicará (yo suelo persistir mucho, me gusta cotillear y saberlo todo). En eso, llegó un amigo de Víctor (Pablo) y le dijo que íbamos a ir al campo de fútbol un rato para hacer algunos tiros y hablar. Él vino con nosotros y de camino fuimos hablando.
– Bueno, lo que quiero saber es si sabes que era ese ruido que había en los baños o duchas. Se que me ocultas algo porque te noté raro antes al hablar. – Le expliqué
– A ver, es difícil de contar porque, bueno, a ver como te lo explico… Tengo… Problemas intestinales… Y como no puedo cagar… pues… hago fuerza y grito para pod…- decía Víctor hasta que Pablo le corta
– Díselo de una, sin miedo, no te cortes, esta bien, recuerda que somos amigos y para eso estamos, para contarnos todo y ayudarnos – dijo Pablo
– OK ok, pues mira, Alejandro, resulta que Pablo y yo…
Aquí termina la 4a parte del relato. Decidme que os parece en los comentarios y os subo la 5a parte en cuanto pueda. Espero que os haya gustado y nada, que tengáis un buen día.
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