Yogi & Bubu
El inicio.
Hola! Pongo a su consideración este relato. Parte realidad y parte ficción.
En esta primera parte describo el contexto. Les prometo partes más candentes en próxima entrega.
Los nombres de los personajes principales son en honor y a petición de un amigo que evoca ricos recuerdos con esos nombres.
Sin más…¡comenzamos!
Hace días fui a una fiesta en una comunidad costera. Generalmente me aburren las fiestas, pero un niño capturó mi atención por su manera tan divertida y sensual de bailar.
El niño en cuestión era de piel morena clara, unos ojazos negros enmarcados por unas largas pestañas y con un cabello rebelde de color oscuro. De complexión delgada y al bailar se movía…ufff! con unos movimientos pélvicos y se ponía a gatas, apoyando sus manos y pies en el piso mientras paraba sus nalguitas y subía y bajaba al ritmo de la música.
En cierto momento, como la nesa en la cual me encontraba estaba cercana a la pista de baile, pareció bailar para mí pues me miraba y sonreía.
Y comenzó a bailar, movía su cuerpo con una sensualidad única y sus nalguitas se movían de manera rítmica al son de la música. Para finalizar, se agachó de espaldas a mí y se inclinó hasta tocar el piso con sus manos y movió de manera muy rica sus nalguitas con movimientos pélvicos que provocaron en mí una erección y se resecó mí garganta de la emoción.
Aplaudí mirándole a él, le guiñé un ojo y levanté mis dos pulgares en señal de aprobación. Él sonrió y me tiró un beso de manera discreta.
A partir de ese momento mí vista le seguía a donde fuera.
En un momento, salí a respirar aire fresco y aproveché para orinar. De pronto, observé una pequeña figura a mi lado. Era él, que también orinaba y dirigía su chorrito de orina para simular era una fuente. Como había desabrochado su pantaloncito para mear, pude observar su penecito, de tamaño adecuado a su edad y unas nalguitas que se antojaban ricas bajo su trucita con dibujos infantiles de ositos.
–Le gustó como bailo, señor…?
–Javier, me llamo Javier…sí, bailas muy bien
–Yo me llamo Luis y acabo de cumplir 6 años.
–Ah, mucho gusto Luis…linda tu trucita. Me encantan los pequeños ositos, como tú…
–Usted también parece un oso, lleno de pelos y muy grande, señor…
–Mmmmh…me regalarías tu trucita, para llevármela como recuerdo tuyo?
–Y para qué la quiere?, no le va a quedar–y al decirlo se sonrió un poco.
–Para dormirme oliéndola e imaginarte a mi lado…es más, te doy 200 pesos por ella, pequeño Bubu…
–Bubu? Por qué me llama así?
–Por un osito de unos dibujos animados, compañero del oso Yogi.
–Bubu? Mmmh, me gusta…entonces usted será Yogi! Y se rió de nuevo…
–En ese momento escuchamos que alguien se acercaba, era su mamá quien lo buscaba… Subió su pantaloncito y se lo abrochó rápidamente mientras yo encendí un cigarrillo y me separé un poco de él.
–Luis, Luis! Ah, aquí estás, seguramente enfadando a este señor…
–No, para nada, me salí a tomar aire fresco y aproveché para fumar un poco mientras su hijo platicaba conmigo…
–Ah, bueno, pues nosotros nos vamos a meter un rato a seguir bailando…¿gusta acompañarnos?
–En un momento, sólo termino mi cigarrillo y los alcanzo.
Rato después departí un poco con ellos y me fuí a sentar a la mesa con mis amigos para seguir tomando. Poco después vi a Luisito entrar a los baños, salir y hacerme señas, de manera discreta, de ir hacia él.
Fuí y al acercarme, él entró de nuevo al baño, que afortunadamente estaba solo. Así que, acariciando y revolviendo un poco su pelo le dije…
–¿Qué quieres, pequeño Bubu?
-Tu regalo, Yogi…toma…
Y me entregó sus pequeñas trucitas, mismas que guardé rapidamente.
Tomé un billete por el valor acordado y se lo entregué, lo abracé y pedí salir para no despertar sospechas.
Al quedarme a solas, entré a uno de los baños, cerré la puerta con seguro y acerqué su trucita a mi nariz para aspirar su rico aroma…
¿CONTINUARÁ?
Hasta aquí esta primera entrega, espero sus comentarios en Telegram @EduRu64
¡Saludos!
Como sigue…??
Excelente relato… Como sigue??
Como sigue?