04 MIS INICIOS EN LA PEDOFILIA: CONSECUENCIAS
Continúa el relato de cómo inicié en el mundo del sexo con un peque, cómo terminó la noche y la mañana siguiente y todo lo que pasó tras eso.
Continúa el relato de cómo inicié en el mundo del sexo con un peque, cómo terminó la noche y la mañana siguiente y todo lo que pasó tras eso.
Hola, queridos lectores, que espero sean varios, les escribo desde mi casa, mi paraíso, mi mulatita, Brisenia, es follada sin piedad por mi hijo y por mi nieto, el primero, Mauro, folla su garganta, metiendo los huevos hasta chocar con su barbilla, mientras el segundo Marcelo, de nueve añitos recién cumplidos se folla con su pollita de adolescente súper dotado a la prima por el recto, el pequeño tiene energía de sobra y eyacula a su gusto sobre todas sus familiares, incluida yo. Me sigo masturbando, sentimos placer a cada momento en esta familia pervertida, lo acepto totalmente, sobretodo en vacaciones, sobretodo cuando nos visitan amigos y familiares, ahora estamos de fiesta, estamos súper cachondos, cada uno en un ambiente diferente, aquí estamos solo cuatro, más las dos mascotas, estamos gozando cada quien con el le plazca, intercambiando ambientes, cambiando protagonistas, saciando nuestros más oscuros deseos con quien queramos en esta casa. Miro mi laptop, ya está descargado el archivo, abro y miro las fotos que me envía mi lejano amigo, pese a lo que le dije todavía me manda imágenes de la cara de su hija, no importa, si él quiere exponerla es su problema, yo siempre digo que si alguien envía una foto, es mejor hacerlo sin caras, sin edades, por lo menos no explícitamente, otra cosa es hablar, por correo, así sea seguro, hay que ser precavidos y las palabras son eso, podemos hablar de muchas cosas, pero las imágenes son una cosa más seria. Miro las fotos de mi amigo y su hija, miro los gapes anales, miro las felaciones, me encantaría contar explícitamente lo que veo pero estoy siendo cautelosa, espero que aquí no haya problemas en contar ciertas cosas, cosas que no son solo vivencias, sino otros elementos que otros intercambian, por lo que veo las fotos, me paso la mano por la vulva mojada con la saliva, me doy placer mientras miro a mis chicos de vez en cuando, aunque estas fotos son muy sexys. Busco otro correo en la laptop, busco algo que quería averiguar, comparar con otra información que tenía, me relajo un poco, guardo las fotos y apago el aparato, Tails borra toda la información no guardada y elimina lo descargado, mi computadora está bien ahora, cierro, pienso en lo que le voy a responder al amigo, le preguntaré por la dueña de ese agujero anal, le preguntaré cuándo la desfloró por allí. Miro a mi familia, no van a durar mucho en esto, Brisenia ha aguantado penetración y fluidos en todos sus agujeros, si sigue recibiendo explotará en semen y orina, quién puede ser tan pervertida, mi adolescente de piel morena ha desarrollado grandes capacidades, la hemos entrenado bien, aguantará dos o tres hijos en su interior y podrá darnos grandes alegrías a todos nuestros amigos, niños y niñas que entreguen sus anos y genitales para que mis amores disfruten a saco. Me sorprendo al pensar en cómo llegamos a esto, a cómo se desarrolló mi incesto sin fin, ahora sé que estas cosas han sido producto de hechos pasados, pero hay posibilidades a favor de la postura que señala que todo comenzó desde antes que naciera, pero eso creo que lo relataré más adelante, tengo ganas de seguir contando la fiesta que viví hace treinta años, creo que tendré que concentrarme en ello, es que tengo muchas cosas que pensar, hay demasiado que calcular.
Tengo mucho que decir y a veces siento que debo empezar por el principio, tal vez empezar por una historia y luego retroceder, tal vez contar toda mi vida actual, pero podrían decir que es demasiado empezar con las fiestas sexuales que nosotros hacemos, que si luego decido contar lo pasado se vería pequeño en comparación, por lo que puedo tratar de contar pequeños detalles de hoy para luego ir con todo con mis inicios y mis pequeñas perversiones que fueron apareciendo con el paso de los tiempos. Beso mi teta derecha, tengo algo de sensibilidad, me encantaría que ustedes me ayuden a determinar cómo es que les gustaría que relate mi vida, por ahora seguiré con lo que tengo previsto, seguiré con relatar la noche que follé con un niño por primera vez en mi vida, los orgasmos que tuve y toda la lefa depositaba en mí ese día, contaré con lujo de detalles lo que viví en este lugar, quiero disfrutar todo lo que pueda mientras lo rememoro. Luego puedo ir avanzando por mi juventud, abandonando mi época escolar, no hablo de mi niñez, no hubo algo sexual que fuera digno de contar, no como las cosas deliciosas que se leen aquí, dentro de mucho tiempo, tal vez no tanto, contaré cómo desapareció el himen de la hijita del vecino y cómo mis niños penetraron los anos de sus compañeritos, ya hablaré de cómo metimos nuestros dedos en hijos y nietos, historias cachondas en familia que sin duda ustedes van a disfrutar. Contaré de cuando mis amigas en los vestidores miraron a mis hijos mientras los cambiábamos, cómo veían sus prominentes pollas a corta edad, cómo se excitaban, cómo entrenamos al vecino para que pudiera pedirle a su hermana para follar juntos, criar un hijo y adoptar a los pequeños de otra persona que tuvo que desaparecer, hablaré de nuestras orgías con otros amigos y personas de extrema confianza que saben de lo que hacemos y disfrutan en comunidad con lo que hacemos en familia y en comunidad, intercambiar amor y fluidos, contaré muchas cosas, en su momento. Cierro ahora sí mi laptop para que descanse, después abro el Tails, el sistema operativo para los que queremos privacidad y seguridad, para seguir viendo los mensajes de mis amigos, ahora tengo que recordar, acordarme, no será complicado, lo disfruto, gozo pensando en mi adolescencia, cómo pasé a la adultez follando a un preteen, cómo me volví mujer al tener a mi interior a un niño y sentir su esencia viajando rápido hacia mi útero adolescente, fértil. Era el año 1987, yo estaba echada en la cama del dueño de la casa, a mi costado no estaba el niño con el que pasé una noche maravillosa, aparentemente estaba sola, pero en mi vagina y obviamente mi útero estaban llenos de gente más mis femeninas gónadas sexuales que producían otras, yo descansaba plácida mientras afuera pasaban algunas cosas, dormitaba cuando de repente algo suena, no sabía bien qué era.
Teresa. Amiga, amiga… Amigaaa… ¡Amiga!
Mi amiga Teresa me trata de despertar, está a mi costado con una prenda de otra persona, yo la quedo mirando, como si no entendiera lo que sucede, ella me mira y me trata de levantar, yo bostezo, algo recuerdo, me había follado a un menor por lo menos un par de veces y después me estaba quedando dormida, pero ahora no había nadie. Menciono el nombre del pequeño, la chica me dice que el niño se había ido y que ella se quedaba allí con otras personas, que lo mejor era irse antes que otros despierten, que la casa había sido un desastre y la fiesta, un evento multitudinario, que no creía que yo hubiese perdido el tiempo en algo como una follada de cinco minutos con un chaval. Digo ahí “no fueron cinco”, ella no se ríe, me hace entender que tenemos que irnos rápido antes que sus papás pregunten cosas y que luego ella le tenga que mentir a alguien más, le sigo la corriente, me quito la prenda que me tapaba castamente, parece que el peque me tapó y me retiro el sticker que tengo pegado en el pecho, mi amiga ve mis tetas, se impresiona, parece que o le gustan o les quiere dar una mordida, la dejo ver, estaba un poquito cachonda pero no tanto, busco mi pantalón, mi ropa interior, siento algo corriendo por mis piernas, mi amiga casi lo toca pero se da cuenta de lo que es y dice un asco, se retira y trae el polo o short de alguien y limpia mi muslo interior, una línea blanca es sacada de mi piel. Ahora mira mi amiga mi entrepierna, se impresiona de lo sucia y mojada que está, me hace ver lo lindo que me divertí la noche última y me pregunta con cuántos estuve esta vez, yo le digo que cuántas veces es la pregunta necesaria. Me felicita por la guarrería y me apura para avanzar, que no había tiempo para nada, había que salir pitando de allí, me pongo toda la ropa, camino por los pasillos, abandono la cama que me vio en mi pérdida de virginidad pedófila, veo los rastros de semen y chorros femeninos en la cama y en el piso, la prenda de otra persona también es dejada, con rastros del niño y su vigorosa masculinidad. Me prendo un poco y me acuerdo que tengo que salir de la fiesta y no rememorarla, camino de forma normal mirando las habitaciones, una de ellas donde estaban los otros hermanos, me da curiosidad, me separo de la amiga y voy a ver quién está por allí, veo a una de las hermanas o amigas, creo que la menor, con un chorro, literalmente era un riachuelo de semen que salía de su vagina y caía cual catarata por los labios de su vulva hasta la cama. Me fijo mejor y me acerco, olía a sexo, más fuertecito que la habitación en donde estaba, veo a la menor ahora sí echada boca abajo con un hueco gigante en su ano, era enorme, rastros de fluidos corporales salían de allí, la que tenía el río de esperma era la mayor, que parecía haber sido follada solo en la vagina pero al estar boca arriba con esos masivos senos de pezones duros, salidos y redondos, pude ver que su cuerpo también había sido regado con esperma al igual que mi abdomen y toda la parte delantera.
Teresa. Carajo, aquí huele fuerte, como en el… impresionante.
Lo era, la estampa de las dos negras y mi chico castaño era evidente, su pene era pequeño ahora que estaba descansando, no se da cuenta que estoy allí, presa de la enorme sesión de sexo que habrá tenido anoche. Paseo un poco por el lugar, sin duda había sido usado para satisfacer los deseos carnales de estos jóvenes adolescentes, miro alrededor, ropas tiradas, fluidos desparramados, olores intensos, todo estaba ahí pero lo que no tenía ningún rastro era dónde se habían metido los dos hermanos y lo más importante era dónde estaba el menor de todos ellos. No lo sabía y no iba a perder el tiempo tratando de responder a esa pregunta, me voy con mi amiga, nos largamos y cada una a su casa, como vivíamos cerca no había ningún problema, todo bien, ingreso y mi madre me esperaba con la escoba en la mano, se supone que iba a llegar a la una, si era buena, máximo dos de la madrugada. Llegamos en la mañana, estamos en falta por una fiesta de sexo, tanto así que no hemos tenido tiempo de conversar, recibo los halagos de mi madre por llegar temprano, mi papá no aparece, obvio, mi hermano está desaparecido del lugar, la mujer dice sus cosas, yo me quedo allí como si nada, escuchando y oliendo algo extraño, no me distraigo, pero hay algo extraño en el aire, una vez que termina de hablar sus cosas, me voy y reviso mi ropa, no es alcohol ni cigarro, no es eso. Me quito mis bragas y ahí es donde veo el problema, estaban totalmente empapadas, un líquido cremoso blanco había inundado toda la tela, soltando gotones de vez en cuando, posiblemente alguno se haya caído en la sala mientras la señora me hablaba de sus cosas, ahora me doy cuenta de esto, tal vez haya ¿semen? en todo el camino desde la fiesta hasta mi dormitorio, no importa. Fue un gran descuido, miro mi chocho y confirmo lo mojado del asunto, nada que reprochar, me aseo y limpio mis genitales, bebo de los juguitos que salen de mi vagina, están ricos, no tengo que quejarme, me termino de bañar y paso los dedos por mi vulva, limpia, me calmo después de una noche intensa, me relajo y me echo, me tocará barrer, tal vez limpiar un poco mi mesa, pero tengo que aceptarlo, la noche fue maravillosa. Apoyada en la cama pienso en la noche de anoche y me maravillo, tuve sexo tan fuerte con la persona menos pensada, era maravilloso, tenía tantas emociones en mi mente y estaba ansiosa por lo que podría ocurrir después, si el pequeño era así, podría terminar de contarme si se extrapolaba a toda su familia, podía relatarme tantas cosas, las posibilidades eran tantas, yo me echo con calma, me relajo y me emociono. Pienso en el niño, siento cositas en mi vagina, su semen infantil sin gametos del esperma se expanden en mi interior, mi útero se baña, sonrío, pienso que puede ser hermoso volver a ver algo como esto, verlo a él, verlo al niño, ver si tiene el pene más grande de la familia, tal vez no, ver todo lo que se pueda hacer con esta familia, me imagino todo, ahora descanso, ahora solo queda buscarlo, ver dónde estudia, ver cómo puedo hacer para ver de nuevo a este pequeño amante que está incrustado en mi mente y mi memoria.
Pasan así tres meses, mientras sigo pensando en ese niño pequeño, eran los años ochenta y tratar de averiguar mediante fotos o videos quiénes eran estos niños bonitos sudamericanos era una tarea casi imposible, si quería encontrarme con él tendría que preguntar al dueño de la casa, las amigas, hasta las dos morenas que se acostaron con mi ex chico, la adolescente rubia de tetas largas y bonitas y el otro chico, su hermano rubio que posee una verga descomunal. Tenía demasiadas ganas de volver a ver a esa familia, enterarme si de verdad eran tan enfermos de tener sexo los niños y sus padres, estaba demasiado caliente pensando en el niño y su hermosa verga de tamaño adolescente, estaba pensando casi todo el día en estas cosas, emocionándome cuando alguna de mis amigas me señalaba una posible ruta para encontrarme con estos hermanos pervertidos y decepcionándome cuando descubría que ello no llevaría a nada. Me masturbaba pensando en la madre y su parecido conmigo, el pequeño me decía que me parecía a ella, que tenía un aire a su hermana, no lo había notado, y que su tía era tan hermosa como nosotras, metía mis dedos en mi joven panocha tratando de pensar en esa mujer amamantando a su hijito pequeño mientras su hermano acariciaba o lamía sus genitales y el padre penetraba al mujerón que tenía por hermana mi Paquito, estaba emocionada por volverlo a ver, eyaculando cada vez que pensaba en esta cachonda familia. Los buscaba en todas partes descuidando mis estudios, buscando a mi pequeño amor, que a veces me olvidaba de los problemas más simples de la vida, como mis padres que trataban que mejorara en mis notas, que intentaban que me enfocara en los estudios para que sea una chica de bien pero lo único que lograban era mi antipatía, mi odio de revoltosa chiquita con la sangre deseosa de puro sexo, con una vagina hirviendo que provocaba que quisiera tocarme y pensar en el niño con el que tuve relaciones sexuales y su familia que al parecer era practicante constante del incesto y en cierto modo de la pedo. Trataba de concentrarme en otras cosas pero era muy difícil pensar en esas pequeñas cosas, el mundo que había descubierto era tan lindo que las consecuencias naturales habían desaparecido, después de ese acontecimiento para aplacar mi hambre de sexo tuve relaciones con otros dos chicos, de mi edad, bueno, un poquito mayores pero no mucho, el sexo fue decente, en realidad uno de ellos fue realmente bueno, pero me excitaba más pensando en el niño, mis gustos se habían alterado para mal y no podía pensar claramente en estar con jóvenes de mi edad, era lo que deseaba, otra cosa era intentarlo realmente, ahora trataba de entenderlo, mi vida había sido alterada desde esa fiesta y ahora tenía que vivir pensando en que mi oportunidad, la vez que realmente conocí un chico o niño maravilloso podría ser la última vez que realmente pude disfrutar algo. Me frustraba y enojaba que tal vez esa fiesta no haya sido solo un acostón y que tal vez de verdad esa noche que probé a un menor de edad siendo yo una pude sentir el verdadero placer, me enojaba pensar que los idiotas con los que había tenido sexo antes, tal vez los dos con los que me acosté después de esa fiesta solo sean simples novatos que busquen su placer y que por alguna razón no tengan esas vivencias que yo sí tuve la oportunidad de disfrutar y que sin querer ahora yo seré una de ellos, una mujer normal que tenga que conformarse con un tipo de sexo que no era el que me llamaba la atención y que no era lo suficientemente satisfactorio una vez probada la perversión mayor que era la pederastía, no dejaba de pensar en ese pequeño, siendo un niño extrañamente dotado con jugo en sus pelotas de bonito tamaño para su edad y con experiencia sexual gracias a su familia pedófila, me confundía, me volvía un poco loca.
Sin embargo lo más gracioso sucedió después, sin darme cuenta como una tonta no me había percatado de lo rápido que se había pasado el tiempo, mi cuerpo que era más o menos exacto en mostrar el paso de los 29 días ahora mostraba la tan temida ausencia de cierto fluido que tranquiliza a las preocupadas y que enerva a las más calmadas, hablo de la tan temida temporada roja, esa sustancia color grana que no había bajado por mi vagina no se había aparecido por al menos un mes y medio, yo tonta asumía que era una de esas desrregulaciones que les viene a algunas, por tonta otra vez pensé “no me vino este mes, pero seguro el siguiente sí me viene”, y pasó un mes y pasaron dos meses. Tienen que entender que en los ochentas era un poco asqueroso hablar de eso, ahora imagino que seguiría siéndolo pero no me había percatado que esto era algo que debía venir sí o sí todos los meses, no se saltaba uno o dos, mi inocencia o mi tontería me hizo confiarme y pensar que al segundo mes tendría alguna mancha en mi frazada, pero nada, ya me preocupaba y conseguir un método para saber si estaba con algún ser dentro de mi cuerpo era algo complicado, solamente temí que pudiera estar en alguna situación difícil, tal vez una enfermedad, una complicación. Caminaba de un lado a otro sin saber qué preguntar, qué decir, si decía que estaba embarazada a mi edad me dirían que soy una puta, mis amigas me criticarían, mis padres se molestarían, en el colegio se enojarían gravemente, estaba asustada sin saber exactamente qué hacer y trataba de pensar cómo zafarme de esta situación, tenía miedo y estaba con el razonable temor de ser señalada, me agarraba y pensaba en ir a algún solucionador, pero esos eran difíciles y costaban dinero, era mejo ir con una amiga y preguntar cómo estar segura, los síntomas, pero no había suficiente educación y mis padres no eran los más abiertos a tratar de ayudar a una niña de diecisiete casi dieciocho que actuaba como una tonta y que no sabía de educación sexual pese a haberlo practicado con un niño y con varios chicos de mi edad y algunos adultos. Con gran temor tuve que ir donde personas de confianza que medio me miraron mal y otros se reían por dentro, como si lo que estaba viviendo era un chiste, una ironía, que la chica con los padres “normales” saliera embarazada de chiquita, que era una puta cualquiera que se acostaba con cualquier hombre y que ni sabía quién era el padre por eso era lo peor, cuando alguien me preguntaba, yo no decía nada, no podía, qué iba a decir, que fue el que pensaba que era mi novio pero para él no era la gran cosa, que era el niño o que podría ser cualquiera de los dos chicos con los que me acosté semanas después, quién de todos esos podía ser el padre, era algo que me aterraba y no podía pensar en cómo justificarlo, era difícil, casi imposible, me aterraba pensar en lo que dirían y cómo me tratarían. Al final de todo ello mis padres se enteraron, al ver mis nada manchadas sábanas y al preguntar a dos amigas el porqué de mi preocupación, yo tenía tanto miedo y ya no sabía qué hacer, en esa época como una tonta estuve a punto de aceptar a un viejo que me quería “cuidar” a cambio de pañales y otras comidas, solo quería que estuviera a su lado, pero yo no me animaba y mi madre me tacharía de lo peor, pese a ella ser fruto del sexo tabú era una hipócrita que solo veía en mi una vulgar adolescente que podría en cualquier momento escapar de casa y acostarse con cualquiera, incluso por dinero, no me apoyaron como yo realmente hubiese querido que hicieran, yo estaba demasiado asustada para decir algo, con ver a mi papá era suficiente, esos leves pensamientos que tuve de pedirle que me apoyara y me permitiera escapar para él y yo vivir una vida de amor y de lujuria se habían esfumado una vez que él me miró con una cara de decepción y algo de asco contagiado de mi madre una vez que me preguntó quién era el padre de la criatura, no había nada que decir, nada que responder, estaba sola allí parada y nadie de ellos podría ayudarme o darme un apoyo, solo era una golfa para ellos, solo era una vulgar perra que no me acordaba de quién era el padre de mi futuro hijo, solo una prostituta que se acostaba con hombres y que no sabía cerrar las piernas, una mala mujer que seguro sería madre soltera como aquellas que se dejaban follar por otros jóvenes y por hombres mayores.
A los nueve meses, de desaparecida la menstruación nació mi pequeña, era una criatura hermosa que no paraba de beber de mi leche, mis senos estaban grandes de antes pero ahora estaban llenas de líquido maternal, era una criatura hermosa y eso que pensé que podía no existir, al principio estaba asustada, demasiado temerosa, pero ahora lo veo como algo hermoso, algo bellísimo que le sucedió a una mujer que en ese momento era una cría, una pequeña mujer que se dejó follar por varios y que ahora tenía un niño, una niña en sus brazos, era bellísima. Trataba de ganar experiencia y mis padres hacían lo que podían, pero igual me sentía sola, estaba condenada a vivir en la más absoluta soledad con mi hija, ya no tenía diecisiete, era mayor de edad y tenía que buscarme la vida, trabajar y pedirle ayuda a mis padres para que criaran a mi hija y yo pudiera hacer algo a medio tiempo, algo que pudiera dar un poco de dinero para esta nueva familia que sin querer estaba formando, a mi edad entonces no sabía de nada y trataba de entender cómo ayudarme, como mejorar como madre pero a los dos años ya estaba completamente agotada, no tenía cabeza para nada en realidad y solo me dedicaba a trabajar, dar de lactar a mi hija y dormir, mis años de fiesta se habían desvanecido, ya no era la misma de antes. Desde esa fiesta mi vida había cambiado, era una adolescente cachonda que tenía ganas de un novio bueno y una vida de chica pero de una noche a otra me encontré con una familia incestuosa y presuntamente pedófila que sin querer yo me metió en un vendaval de sexo y perversión, me volvieron una chica con pensamientos malos que no podía desatar como me gustaría pues estaba demasiado ocupada trabajando y criando a mi hija, una pequeña que podía ser hija de cualquiera, ahora estaba preocupada. Pasaron los meses y los años para que madurara, mi vida sexual se había acabado momentáneamente, follaba con hombres que conocía en el trabajo o en las fiestas, acuérdense, ya era mamá pero todavía era una chiquilla, tenía veinte años y quería hacer todas las cosas de una muchacha de mi edad, pero esto era demasiado complicado, no tenía tiempo para nada, ahora me quedaría como mamá de una futura mujer voluptuosa que es mi hija, mi pequeña copia de mí misma, han pasado los años, más de treinta y mi pequeña ahora tiene tres décadas de vida, tiene sus hijos y yo juego con ellos como ustedes ya saben, mi paso por la adolescencia ya terminó y cuando siga escribiendo sobre mi vida ya ustedes verán cosas de mi juventud y poco a poco iré avanzando hacia mi adultez donde verdaderamente pude desatar toda mi sexualidad y formar sin querer gracias a mi genética y a mi cachondez una familia pedófila e incestuosa, gozando mi pareja que entonces no lo conocía y nuestros hijos, llevándolos por el incesto desde muy pequeños y haciendo que algunos de ellos formen también sus familias pedo y jueguen con mis nietos y les enseñen cosas ricas sobre el sexo y las demás perversiones que hacemos en familia.
Si quieren leer más de mis historias pasen por mi perfil y si desean conversar sobre otras cosas pueden escribirme a mi correo privado que es se[email protected] el cual es para aquellos mamás y papás que conozcan tor y desean conversar sobre nuestras experiencias incestuosas y pedo y está este otro correo que es más público que es para los nuevos que no saben de tecnologías seguras y que deseen conversar y aprender sobre cómo practicar este delicioso estilo de vida sin ningún miedo, aquí se los dejo [email protected] para que puedan aprender y gozar con más libertad de este, nuestro estilo de vida pervertido, besos a todos.
Espero que sigas escribiendo mas
Excelente