Historia de Ciencia Ficción erótica: En un mundo post-apocalíptico, los y las jovencitas llegando a la pubertad son preparados para iniciar sus funciones reproductoras y así repoblar el planeta..
Año 2050, fin de la guerra
Capítulo 1
Es el año 2050. La Gran Guerra (GG) ha terminado, y la gran mayoría de los adultos, tanto hombres como mujeres, han sido exterminados: los Contrincantes crearon crearon un gas que reaccionaba con las hormonas y mataba a toda persona con capacidad reproductiva: tanto hombres como mujeres. Sólo sobrevivieron niños y niñas pre-pubertad, así como algunas personas adultas mayores que ya habían perdido su capacidad reproductiva. Fue gracias a estas personas adultas mayores que la Humanidad logró crear el arma que destruyó a los Contrincantes. Así, la Tierra se salvó, pero sólo sobrevivieron ancianos, ancianas, niños y niñas, y personas sin capacidad reproductiva. Después de 5 años de guerra, la Tierra había quedado muy destruida, despoblada y desolada, por lo que era urgente empezarla a repoblar. Para eso, los sobrevivientes crearon el Centro de Regeneración de la Población (CRP), con el objetivo de repoblar la Tierra lo más rápido posible. De esa forma, el Gobierno Mundial inició la recuperación de nuestro planeta. Todo varón a partir de los 13 años, y toda mujer a partir de los 12, tenía que presentarse al CRP para su evaluación, y si cumplía con los parámetros necesarios, era admitido para iniciar sus funciones reproductoras. Si no los cumplía, se le daba una invitación para presentarse al año siguiente.
Jan estaba un poco asustado. Apenas hace unas cuántas semanas había cumplido 13 años y acababa de recibir el llamado para presentarse al CRP. Algunos de sus compañeros mayores en la Escuela Comunitaria ya habían recibido el llamado, y le habían platicado lo emocionante que era la experiencia, pero Jan aún no se sentía preparado. Aunque ya tenía 13 años, su cuerpo aún no estaba tan desarrollado como algunos de sus compañeros: su voz aún era de niño, y apenas empezaba a tener sus primeros pelos arriba de su pene, que ya había empezado a crecer, pero aún no era tan grande.
El día de la cita, Jan llegó un poco antes de la hora acordada. Todavía con un poco de temor tocó el timbre del CRP, y segundos después la puerta hizo un “click” y por el interfón le dijeron que podía pasar. Al entrar se encontró en una pequeña sala de espera, con cómodos asientos, y un escritorio al fondo. En la silla del escritorio se encontraba un joven de aproximadamente 16 años, sonriente, y le hizo la seña a Jan para que se acercara. Al dirigirse hacia el escritorio, Jan observó que en los asientos había varios muchachos y muchachas como el, esperando nerviosos con un ticket en la mano.
— Tu debes ser Jan, ¡bienvenido al CRP! — dijo el joven del escritorio.
— Si, ese soy yo — respondió Jan.
— ¡Adelante! — dijo amable y sonrientemente el joven, mientras imprimía un ticket y se lo entregaba a Jan. — Cuando llamen tu número será tu turno para entrar. Mientras tanto, siéntate y ponte cómodo, no tardará mucho.
El buen recibimiento y la sonrisa del joven recepcionista tranquilizó ligeramente a Jan, que pasó a sentarse en uno de los asientos vacíos a esperar su turno junto con otros 8 o 10 jovencitos y jovencitas. Cada cierto tiempo, por un altavoz se escuchaba el llamado: “Ticket H3”, y el joven con ese número se levantaba, y lo invitaban a pasar por una puerta. “Ticket M2” y entonces alguna chica era la que se levantaba y pasaba por la puerta. Así, iban llamando a los tickets con H (hombres) y a los tickets con M (mujeres), mientras Jan observaba como pasaban nerviosamente por la puerta, sin alcanzar a ver lo que había del otro lado.
Habrían pasado como 10 o 15 minutos, cuando Jan escuchó su número en el altavoz: “¡Ticket H8!”. Se levantó y vio que el joven del escritorio le señalaba hacia donde dirigirse. Abrió la puerta para encontrarse con un pasillo iluminado como de 2 o 3 metros, por el cual caminó y en el fondo lo esperaban una pareja de jovencitos: El tendría como 16 años, y la chica tendría como 15.
— ¡Hola! — dijo ella, con una voz alegre y agradable, señalando sus gafetes del CRP con sus nombres en grandes letras. — Soy Gaby, y mi compañero es Charly, y seremos tu equipo de extracción el día de hoy.
— ¡Hola! — respondió Jan, un poco tímidamente.
— No tienes que estar asustado, verás que la vamos a pasar muy bien — le explico Gaby, mientras Charly le informaba: — Nos toca el cubículo 4 —
Los 2 jóvenes mayores dirigieron a Jan por un pasillo con varias puertas, muy similares a consultorios médicos, con los cubículos numerados hasta llegar al número 4. Charly abrió la puerta y los 3 entraron. El cubículo era muy similar a un consultorio médico: había una mesa pequeña que funcionaba como escritorio y una cama alta similar a la que usan los médicos para examinar a los pacientes, así como una báscula y un gabinete con cajones. El cuarto estaba perfectamente iluminado y con una temperatura muy agradable.
—Como ya te habrán enseñado en la escuela — dijo Gaby — el día de hoy te vamos a tomar varias medidas, revisar tu estado de salud y hacerte algunas pruebas para ver si ya estás listo para iniciar tu etapa reproductiva.
—Está bien— respondió Jan, aún un poco cohibido.
—No hay de qué preocuparse— aclaró Charly. —No es un examen como en la escuela, ni se castiga a nadie si aún no está listo. Cada persona se desarrolla diferente. Si este año no estuvieras listo, entonces regresarías al año siguiente a repetir las pruebas.
—OK— contestó Jan, ya un poco más relajado.
—Bueno,— dijo Charly —para empezar, vamos a necesitar que te quites toda la ropa. Gaby, ¿podrías ayudarlo?
—Claro, ¡con mucho gusto!— respondió Gaby, acercándose a Jan.
Así, Gaby ayudó a Jan a quitarse primero la sudadera que traía, y luego la playera. Al quitarle la playera por atrás, Gaby permitía que sus pechos rozaran la espalda del jovencito. Ella vestía con el uniforme del CRP, que era de tela muy suave y delgada, sin sostén ni nada abajo. Mientras ella quitaba la ropa de Jan, Charly confirmaba los datos de Jan en una tablet:
— OK, eres Jan, tienes 13 años cumplidos hace 6 semanas, ¿correcto?
— Si, exactamente.
— Veo en tu expediente que tienes al día todas tus vacunas y que no has tenido enfermedades graves ni alergias.
— Ajá.
— OK, ahora necesitas quitarte toda la ropa, también zapatos, pantalones y ropa interior.
Jan volteó a ver a Charly directamente a los ojos, un poco sorprendido que le pidieran desnudarse totalmente. Charly simplemente sonrió y comentó:
—Gaby, ¿podrías ayudar a Jan a quitarse la ropa?
— Ven, siéntate aquí— dijo Gaby a Jan, señalándole la cama.
Jan obedientemente se sentó en el borde de la cama, mientras Gaby desamarraba sus zapatos y se los quitaba, y luego los calcetines.
— Ahora ponte de pie para ayudarte a quitarte el resto de la ropa.
Jan se puso de pie, y Gaby aflojó su cinturón, ayudándolo a quitarse el pantalón, y al último bajando la trusa del joven adolescente, el cual quedó totalmente desnudo y expuesto.
— Ven, vamos a la báscula — Dijo Gaby, guiando al joven Jan y apoyándolo para subirse en la báscula, para luego ajustar la barra que mide la estatura y la balanza para tomar su peso
— 1.63, y 50 kilos— dijo Gaby, mientras Charly apuntaba los datos en la tableta.
— ¿Vello axilar? — preguntó Charly. Gaby levantó primero un brazo de Jan y luego el otro, y luego respondió. — Aun nada—
— ¿Vello púbico?— continuó Charly preguntando. Gaby revisó los genitales de Jan cuidadosamente, mientras éste se mantenía equilibrándose en la báscula.
— Sólo en la parte superior — respondió Gaby. —Aún nada en los testículos.—
— ¿Tamaño del pene en flacidez?— preguntó Charly
Gaby tomó una cinta métrica de la mesa y midió el pene suave de Jan: — 6 cm— respondió.
— ¿Completo o circuncidado?— continuó preguntando Charly
— Completo— dijo Gaby, mientras suavemente retraía el prepucio de Jan — pero se descubre bien.
Jan sintió un breve estremecimiento en su cuerpo adolescente cuando Gaby le bajó el pellejito, dejando descubierta la cabecita de su pene.
Charly tomaba todos los datos, mientras Gaby exploraba a Jan aún de pie en la báscula.
— OK, Jan— dijo Gaby —Ahora vamos de regreso a la cama. Necesito que te acuestes boca arriba y te relajes. Ya casi terminamos—
Mientras decía eso, Gaby ayudaba al jovencito desnudo a bajarse de la báscula, y subirse a la cama, acostándolo boca arriba. Al mismo tiempo, Charly dejaba la tableta sobre la mesa y también se levantó y caminó hacia la mesa donde Jan estaba acostado.
— OK, Jan, hasta ahora vamos muy bien— habló ahora Charly. —Sólo nos falta la última etapa. Tenemos que tomar la medida de tu pene en erección, y luego necesitamos extraer una muestra de semen. Para ello, Gaby te va a ayudar a parártela y poderla medir bien, y luego entre ella y yo te vamos a estimular y masturbarte hasta obtener tu semen para llevarlo al laboratorio y analizarlo. ¿De acuerdo?
Jan únicamente asintió, no teniendo muy claro lo que iba a pasar.
— OK, lindo, relájate, tranquilo, deja que tu cuerpo reaccione. No tengas miedo, no te vamos a lastimar ni debe darte pena. — dijo Gaby suavemente, mientras empezaba a acariciar suavemente el cuerpo del joven Jan. Poco a poco fue usando sus 2 manos para acariciar el pecho y abdomen del menor. Con las yemas de sus dedos femeninos acarició las tetillas del pequeño, jugando un poco con los pezoncitos del menor, haciendo que éstos respondieran y se pusieran más duros, y suavemente fue explorando el cuerpo del chico, observando sus reacciones.
Jan, aún un poco apenado, empezó a sentir su cuerpo reaccionando. Sintió primero leves estremecimientos en toda su piel, y luego lo inevitable: su pequeño pene de 13 años empezó a despertar, a levantarse. Gaby lo observó, sin dejarlo de acariciar, y luego le dijo:
— ¿Te gustan mis tetas, lindo? — haciendo que Jan volteara a verlas, mientras ella, de pie junto a la cama de exploración, las acercaba al menor. Aunque ella estaba vestida, la playera del uniforme del CRP era de tela muy ligera, delgada, casi transparente. — Ven, tócalas, no tengas miedo.—
Mientras le decía eso, con una mano Gaby tomó el brazo de Jan y lo dirigió para que su mano quedara encima de uno de sus senos. — ¿Te gusta?— dijo Gaby, mientras Jan únicamente asentía con la cabeza. —Anda, tócame, usa tus 2 manos— continuó diciéndole la jovencita, mientras el pequeño, primero tímidamente, pero luego con más confianza, empezó a acariciar los senos de la adolescente. Así, mientras la mayor acariciaba el cuerpecito del nene, él acariciaba las ricas tetas de ella, provocando que ella también se excitara y sus pezones se erectaran de forma muy notoria a través de la playera.
En ese momento, viendo que ya el pene de Jan estaba totalmente erecto, Charly tomó una cinta métrica del gabinete y, después de frotarlo un poco para conseguir la máxima erección, tomó la medida: 11 cm. Así lo apuntó en la tableta.
— Bien,— dijo Charly, mientras tomaba un pequeño frasco estéril del gabinete. —Ahora vamos a obtener la muestra. Tu sólo sigue así, y cuando sientas que ya vas a eyacular, o venirte, nos avisas y yo voy a usar este frasco para recibir tu semen.—
Charly abrió el frasco y lo dejó junto a la cama ya abierto y listo para usarlo. Mientras Gaby acariciaba el pecho y abdomen de Jan, Charly le separó sus piernitas y empezó a acariciarlo entre las piernas, los muslos, sintiendo como el jovencito Jan se estremecía de placer. Poco a poco fue subiendo, hasta empezar a acariciar los testículos aún lampiños del chico. Todo el cuerpecito de Jan se estremecía, ya que jamás lo habían tocado así, y el tampoco había tocado jamás a una mujer. Así, Charly empezó a masturbar lentamente al pequeño Jan. Primero lo hizo despacito, lentamente, como le habían enseñado en los cursos del CRP: Sabía que si hacía que el pequeño durara más tiempo excitado sin eyacular, obtendría una mejor muestra.
Jan estaba totalmente extasiado: 4 manos acariciando su cuerpecito adolescente: las 2 de Gaby en su parte superior, y las 2 de Charly abajo en sus piernas y pene. Al mismo tiempo, el estaba tocando a una mujer por primera vez. Su cuerpo se estremecía de placer, mientras Charly lo controlaba cambiando el ritmo para no dejarlo eyacular aún.
Poco a poco Charly fue aumentando la velocidad, llevando a Jan al límite. El pequeño se esforzaba en no terminar, por lo mucho que lo estaba disfrutando. Su mirada ya estaba perdida. Su respiración acelerada. Charly observó que ya estaba a punto, así que tomó el frasco colector, y entonces fue cuando Jan avisó: — ¡Me voy a …!
Y ya no pudo terminar. Todo su cuerpecito de 13 años se estremeció en el orgasmo más intenso de su corta vida. Charly apenas alcanzó a poner el frasco colector para recibir la eyaculación del menor. Uno, dos, tres chorritos llenaron el frasco, mientras sus pequeños testículos lampiños casi desaparecieron dentro de su cuerpecito. Todavía alcanzó a salirle un chorrito más, ya casi transparente. Charly recibió toda la muestra en el frasquito, que prontamente cerró, etiquetó, y lo guardó en el refrigerador, listo para ser enviado al laboratorio.
El joven Jan quedó desconectado del mundo por unos minutos, sumido en la nube post-orgásmica. Poco a poco fue recuperando conciencia y su respiración se fue normalizando.
Cuando abrió sus ojos de nuevo, Gaby y Charly le estaban diciendo que estuvo muy bien, y que ya tenían la muestra. Luego lo ayudaron a vestirse de nuevo y lo acompañaron a la salida.
— Te estarán llamando en unos días para darte tus resultados. Por ahora fue todo. — le dijo Charly.
Mientras salían, Gaby se acercó, y sin que la oyeran los demás (pues estaba fuera del protocolo del CRP), le dijo al oído al joven Jan: — Estás muy lindo, me gustaría que un día tu seas mi preñador.—
(Continuará…)
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