2050, fin de la guerra Capítulo 2
Capítulo 2 Historia de Ciencia Ficción erótica: Segunda prueba (recomendamos leer la primera parte en esta misma página).
Capítulo 2
(Recomiendo leer el primer capítulo de esta historia, en esta misma página, para entenderla mejor).
Como 2 semanas después de su primer visita al CRP, Jan recibió un aviso en su teléfono: aún no estaba listo para iniciar sus funciones como preñador, pero lo esperarían al siguiente año para repetir la prueba. Le informaron que era natural y que no tenía nada de qué preocuparse, ya que cada varón se desarrollaba diferente, pero esperaban que el próximo año ya estuviera listo.
Así, durante un año, la vida de Jan transcurrió normalmente: estudiar en la Escuela Comunitaria, salir con sus amigos, ver la TV, hacer ejercicio, jugar fútbol, etc. Aunque el cambio era gradual, el mismo se daba cuenta de que poco a poco estaba creciendo: su ropa ya no le quedaba y tenía que usar ropa nueva, de una talla mayor, al igual que zapatos más grandes. Cada vez tenía más pelo arriba del pene, y empezaba a salirle en sus testículos, que también iban creciendo y colgando más cada vez. Del mismo modo, una rayita de pelo ya recorría desde su ombligo hasta su pubis. Su voz se iba haciendo más gruesa. Su cuerpo empezaba a oler a hombre, a pubertad, por lo que empezó usar desodorante en sus axilas, que también ya mostraban sus primeros vellos.
Pocas semanas después de cumplir los 14 años, recibió de nuevo la llamada del CRP. En esta ocasión ya no le sorprendió ni se asustó. No sólo había crecido físicamente, sino además había crecido en autoestima: ya no era un niño miedoso como el año anterior, sino un joven seguro de si mismo. Así que concertó la cita con el CRP, y se presentó el día y hora acordados.
El proceso en el CRP fue muy similar al del año anterior (ver Capítulo 1 publicado en este mismo sitio): Jan llegó a la sala de espera, le asignaron un turno, espero unos minutos, y fue llamado al Cubículo de Extracción, donde -igual que el año pasado- lo esperaban 2 jóvenes extractores: una chica como de 15 años y su compañero un poco mayor.
— ¡Hola Jan!— saludó el chico mayor. —Veo que es la segunda vez que nos visitas, así que ya debes recordar el procedimiento—
— ¡Hola! — respondió Jan. —¡Claro que me acuerdo! ¿Me empiezo a desvestir?— dijo, mirando traviesamente a la chica.
— ¡Adelante, puedes desvestirte! — respondió la chica, acercándose a Jan para ayudarlo a quitarse la ropa.
— Estoy viendo tu expediente — dijo el chico mayor. — Eres Jan, ya tienes 14 años, y según veo, has crecido bastante desde la última ves que nos visitaste.
— Si, algo — dijo modestamente Jan, mientras la chica lo terminaba de desvestir, lo acompañaba a la báscula y lo ayudaba a subi
— 1.70 y 65 kilos — informó la chica, mientras el joven apuntaba los datos en su tableta.
La chica continuaba explorando a Jan, de manera muy similar a como lo habían explorado un año antes:
— Vello axilar ya desarrollado, al igual que el vello púbico.— comentó la chica, mientras el joven mayor seguía tomando los datos en su tableta. —Testículos desarrollados— dijo mientras los levantaba para pesarlos y acariciarlos.
Jan sintió que su pene empezaba a reaccionar
— ¡Hey! ¡Espérate tantito! — dijo la chica, observando la reacción del pene de Jan. —Lo tenemos que medir antes de que se pare.— explicó, mientras tomaba la cinta métrica de la mesa.
— 10 cm en flacidez — comentó ella. — Ahora, como sabes, es necesario acostarte en la cama para medir tu pene erecto y hacer el procedimiento de extracción.
Jan subió feliz a la cama, mientras su pene se empezaba a levantar, sabiendo lo que seguía.
— OK— dijo la joven extractora. —Como ya recuerdas, el siguiente paso es medir tu pene en erección, y luego extraerte una muestra de semen para analizarlo. Así que relájate y piensa en una persona que te guste. Imagínate que estás con esa persona y te está tocando así.—
Mientras decía esto, la chica empezó a acariciar suavemente el pecho de Jan. Con delicadeza, sus suaves y experimentadas manos fueron recorriendo el cuerpo del adolescente, que empezaba a reaccionar como se esperaba.
—¿Puedo tocarte?— preguntó Jan
—¡Claro! ¡Me dará mucho gusto! — respondió ella.
Y así, Jan empezó a acariciar los pechos de ella, primero sobre la suave y casi transparente tela del uniforme del CRP, sobándolos cariñosa y suavemente, sintiendo como los pezones de ella se ponían duros. Entonces, ahora con más confianza, Jan levantó la tela y movió hacia arriba la playera de ella, dejando sus tetas totalmente al aire. Poco a poco los fue explorando, acariciando, tallando los pezones con sus dedos ya de hombre, mientras ella también se iba excitando.
En ese momento, su compañero extractor se acercó, acarició un poco los testículos y frotó el pene de Jan, y con la cinta métrica tomó la medida. 15 cm en erección. Lo apuntó rápido en su tableta y luego sacó del gabinete un frasco recolector para tenerlo cerca cuando fuera necesario.
Así, mientras Jan acariciaba los pechos de la joven extractora, ella acariciaba el pecho y el abdomen ya peludito de Jan, y al mismo tiempo, el muchacho mayor empezaba a masturbarlo mientras acariciaba sus testículos y sus piernas.
Aunque el protocolo lo prohibía, la extractora se excitaba cada vez más acariciando al jovencito de 14 años, y sintiendo sus manos, aún inexpertas, acariciando sus senos.
—¿Te gusta, lindo? ¿Te gusta tocar mis tetas?— le decía mirándolo a los ojos sin dejarlo de acariciar. —Lo estás haciendo muy bien. Seguramente muchas hembritas van a querer que tu seas su preñador, y con esa rica verga que ya tienes, las vas a hacer muy felices—
Mientras ella acariciaba a Jan y se dejaba tocar, su compañero masturbaba a Jan, acariciándole al mismo tiempo la entrepierna y su escroto ya peludo. Sintiendo que la eyaculación era inminente, el joven mayor acercó el frasco de recolección, dejándolo listo
— ¿Ya te vas a venir, lindo? ¿Ya me vas a dar esa lechita? — decía ella, excitada, acariciándolo mientras su compañero seguía masturbando a Jan cada vez más rápido.
— ¡Ya casi! ¡Ya casiii!— respondió el joven Jan. Sin dejarlo de masturbar, el chico mayor colocó el frasco recolector en su posición, colocando la punta del pene de Jan en la boca del frasco, justo en el momento en que Jan empezó a eyacular. Uno, dos, tres, cuatro, ¡cinco enormes chorros de semen espeso llenaron el frasco! Todavía llegaron a salir 2 o 3 chorritos más, ya con menos fuerza. La joven estaba sorprendida que un jovencito de 14 años ya eyaculara tanto.
— ¡Qué rico!— dijo ella. —¡Con toda esa leche seguramente vas a poder preñar a muchas hembritas!—
Mientras tanto, el joven recorría con sus dedos el pene de Jan, de la base hasta la punta, para extraer hasta la última gota y depositarla en el frasco recolector. Jan guardaba silencio, sólo sudando un poco de su cara, pecho y axilas.
—Toma, para que te limpies y te seques— le ofreció una toalla.
Jan se limpió, y luego de relajarse unos minutos en la cama, después del intenso orgasmo, se levantó y los 2 muchachos lo ayudaron a vestirse.
— OK, como ya sabes, enviaremos tu muestra al laboratorio, y en unos días te llamarán con el resultado, pero por lo que podemos ver, ya estás listo para ser un gran preñador.
Y así, Jan se terminó de vestir, se arregló un poco frente al espejo, y se retiró del CRP, orgulloso de su nuevo físico y feliz por lo que le habían dicho. Con entusiasmo esperaba la llamada…
Tal y como lo esperaba, dos semanas después recibió el mensaje del CRP: Biológicamente ya estaba listo para ser un preñador novato, y lo invitaban en otras dos semanas para iniciar su capacitación.
(Continuará…)
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