20ñero adicto a las maduras. (6ta parte)
Por fin, iba a probar mi 3er coño maduro, estaba calientísimo, nada me inhibía, solo quería penetrarla ya!!!!.
Que tal gente, disculpen la demora (para los que siguieron mis relatos) por cuestiones de trabajo no pude escribir y seguir con los relatos, pero finalmente les traigo la continuación.
Una vez trabajando ahí en el restaurante sigui yendo todos los días a dejar pedido con la señora de los jugos para verle y comerla con la mirada.
Cómo dije anteriormente, Chuy era una madura de 53 años, chaparra como de 1.50m, pelo chino senos y culo en proporción normal y de piel clara, tenía las uñas pintadas, labios rojos y una risa risueña.
Así como platicábamos en persona el ratito que estaba en su local también platicábamos por Whats. Un día antes que descansaba ella (viernes) platicamos y me mencionó que descansaba ese día, y le dije que haber que día me iba a visitar, y fue súper rápido y repentino.
Como mencioné mi horario era de 12 a 10pm, dependiendo de qué tanta gente había y de la limpieza salíamos una o dos horas más tarde.
El viernes llegó, y ése día al despertar saludé a Chuy por mensaje, e inmediatamente le contesté, nos saludamos y me dijo que andaba ahí en el mercado, había ido a dejar unas cosas a su local.
En eso le dije que haber cuándo venía a visitarme y lo dije entre broma (dando por hecho que no iba a venir) y en parte para lanzarle el anzuelo y ver si era capaz de venir, y me dijo que dónde vivía exactamente y le dije dónde pensando que no iba a venir.
Tardó 5 min en contestar y me mandó mensaje diciéndome que iba llegando y bajé a ver si sí había venido, me asomé fuera de la puerta de la entrada y ahí estaba detrás de un auto la verdad me sorprendió porque venía vestida tan atractiva (a mi gusto y parecer), traía una blusa naranja muy asesorada, unos jeans blancos y tacones, era totalmente diferente a como la veía todos los días en su local. Esperé a qué viera que estaba en la entrada y le hice una seña que se acercara y la saludé:
– Hola, pensé que no ibas a venir.
– Pues solo paso a saludarte.
– Ven, subamos.
– Qué? No, solo pasé a saludarte y ya.
– Ya sé, solo vamos a pláticar, para no andar aquí en la calle.
– Mmm, bueno, pero no te regañan?
– Quién?
-Tus vecinos o la encargada!
– No!! Mi padrino es el dueño recuerdas, no pasa nada (aunque sí, como mencioné en los relatos anterior mis vecinos son bien chismosos, pero no iba a dejar pasar la oportunidad ni de broma, jajaja)
Y proseguimos a entrar, y de suerte no había nadie en el pasillo, le dije que subiera ella primero, y lo primerito que me percate fue que traía o un cachetero muy discreto o una tanga porque vislumbre ese hermoso culo y no le vi ninguna forma de ropa interior y entre mi mente me estaba empezando a poner caliente y me dije mi mismo; no se va sin antes probarla!!! Jaja.
Llegamos a mi cuarto, y le dije que dejara su bolsa en la cama, y le dije que se sentará en la misma, se sentó en la parte baja, mientras yo me alejé hasta la cabecera y empezamos a platicar.
– Que pequeño está tu cuarto.
– Si, pues cómodo para mí, no me quejo, juju, no necesito más.
– Pues está simpático, siendo tu solo yo creo que está bien.
– Si, solo para llegar a descansar literal, por cierto, déjame decirte que te ves increíble, me dejaste con la boca abierta allá abajo, de verdad te ves hermosa!
– Ay, que cosas dices, pues gracias, es lindo que me lo digas.
– Te queda muy bien ese color de blusa y tú cabello chino no se diga, te hace ver super bien!
– De hecho a mí no me gusta.
– Bueno, ya ves que hay alguien que sí le gusta.
Y en esta parte la empecé a notar nerviosa y yo no paraba para enredarla en mi juego, estaba a punto de caer.
– Me encanta verte todos los días, está parada ahí en tu local, no paro de mirarte y admirar lo linda que eres.
– Ay, ya, calmate que me chiveas!!
Me levanté y me fui a sentar a su lado.
– Qué haces?
– Nada, quiero disfrutar tu aroma que me encanta!
– Enserio, te gusta mi perfume?
– Me encanta, y tú me encantas Chuy.
En este punto puse mi mano en su mano que no estaba sobre la cama, y la quitó, y me dijo.
– No, esto no está bien.
– Y quié dijo que estaba bien!?
– Es que como te dije, me gustas también pero eres muy chico, y esto no puede ser.
– No tiene que ser, solo tiene que suceder.
Y le quité la mano de su mano y la abracé con la mano izquierda por la cintura-espalda y con la otra tomé su mejilla y la empecé a besar.
Ella elevó sus manos, yo la veía y no quería, realmente cómo dije la edad le hacía mucho ruido para que esto pasara.
La seguí besando lentamente y finalmente sentí una de sus manos en uno de mis hombros, me detuve y le dije que se levantará, nos movimos a la mitad de la cama de un lateral y me senté y ella se quedó parada, y para su estatura quedó de maravilla eso, comience a besarla de nuevo y abrazarla por la cintura, no me quise ver tan urgido y aún me contuve de acariciar otras partes, proseguí a meter mis manos en su cadera, sutil y suavemente comencé a acariciar su piel, era tan blanda y lisa que se estremeció y hasta yo también, subí mis manos y acaricié su espalda y sentí todo su cuerpo ponerse de piel de gallina, estaba haciéndolo bien, y seguíamos besándonos y ella empezó a a acariciarme el pelo, lo había logrado, estaba disfrutando a otra madura más, ella estaba disfrutando, y me decidí a hacer lo mismo que le hice a Rosita y María (las dos primeras maduras que degusté y las hice sentir queridas y deseadas), le empecé a desabrochar su bra, y así fue, y aún sin quitarse la blusa me levanté y le dije que se acostara, se acomodó y lo siguiente fue, metí mi mano abrazándola y una mano en la cadera y otra en la espalda, y sin subirle la blusa empecé a rozar mis labios en tus senos pero sin abrir mi boca, solo rozar su puntita que ya está dura como una roca, seguí así por un par de minutos para dejar el momento en tensión, quité mi mano de su espalda pero sin quitar la otra y le subí la blusa, hasta su cuello volví a meter mi mano para abrazarla con ambas y sin pensarlo y admirando esos ricos senos tan lisos y hermosos me lancé, abrí la boca saqué la lengua y como he mencionado en mis otros relatos como comiendo un helado, di una lamida por todo el seno hasta regresar y empezar a succionar cómo un bebé hambriento, y ella exaltó;
– Ayyyyyy, que rico, aaaaa, que riiiiiiiico!!!
Yo para hacer el encuentro cachondo y lujurioso le dije;
– Te gusta querida o me detengo?
– No no no!!! Sigue, sigue me encanta, que ricos besos, sigue porfavor.
Y así continué, terminé con un seno y me seguí con el otro, yo solo volteaba a verla mientras lamía tenía los ojos cerrados, y veía sus expresiones, veía su rostro de madura cincuentona que me prende y pone caliente las mujeres de esa edad, disfrutando de un cuerpo joven de un hombre con la experiencia suficiente para hacerlas sacar toda esa abstinencia, todo ese reprimir de sexo y lujuria que llevan dentro y sus maridos descuidan.
Me detuve y me animé a dar el primer paso, la miraba y empecé a desabrochar sus jeans, al bajarlos note que en efecto, era un cachetero el que traía, muy delgado y se le veía exquisito, su piel era tan tenue y lisa, sus piernas estaban tan ricas, se lo quité por completo y al estar en sus piel comencé a besar sus rodillas, sus piernas, me detuve y las acariciaba, fui subiendo los besos y sin pensarlo lancé mi rostros su coño, aún con el cachetero puesto empecé a meter mi lengua y ella se estremeció tan rico que me tomó de la cabeza y me acariciaba cómo diciendo que no me detuviera.
De un tirón le baje el cachetero y ahí estába, que rico coño, traía poco bello y su color era rosadito, y se veía ya brilloso del líquido pre orgásmico que le empezaba y le hice salir.
Por fin, iba a probar mi 3er coño maduro, estába calientísimo, nada me inhibía, solo quería penetrarla ya!!!!
Comencé a oler ese olor característico, ese olor que amamos los que disfrutamos de hacer un rico oral…..como bala lancé mi primer lamida y ufff ella solo tomo mi cobija y la desgarraba, yo elevé sus piernas y las empujaba hacia adelante, como en posición de parto y como un pervertido lamía y lamía ese coño, embestía con mi boca todo ese coño, disfrutaba ese sabor disfrutaba ver su cuerpo doblarse, gemir, dejarse llevar, dejar que le haga, dejar que la haga mía.
Estuve un par de minutos más y me empecé a bajar el pantalón y ver su coño totalmente mojado por su pre orgasmo y mis lamidas empecé a rozarlo, y sentirla, sentir su sexo, era tan suave y al igual que las otras, irónicamente también estaba apretada sentía que ese coño se estaba oxidando y desperdiciando de no ser follado, de no recibir una verga. Entre poco a poco veía su rostro, no abría los ojos, solo emanaba gemidos y expresiones, como si de verdad sintiera culpa de estar con un menor.
Empecé a bombearla poco a poco lubricando hasta el más oscuro rincón de sus entrañas, y vi que ella hasta este punto se dejó llevar, tomó sus senos y los empezó a masturbar, los empezó a masajear, a darse placer, y tomé sus piernas y las puse en mis hombros y besé uno de sus pies, que rico cuerpo tenía, que rico color, que rico coño, que rico hacerla mía.
Cómo tenía el tiempo limitado, la follé hasta lograr venirme, pero lo malo de ella era que aún tenía sus meses, y al venirme me salí y en ese posición se los eché en su abdomen, ella los sintió, los empezó a tocar y me percaté que un chorro de leche alcanzó su blusa, y ésta se mojó y al despedirnos le ayudé a limpiar el chorro, pero le quedó la humedad, que rico pensar que se fue con una mancha de mi leche en su blusa.
La despedida fue muy rápida, solo me dijo que no podía creer que lo hicimos, que solo venía a saludarme, le dije que me perdonara si la hice sentir mal.
Ella se fue pensando, pero yo sabía y ella sabía que muy en el fondo le encantó.
Los siguientes días seguía yendo a comprarle a si local, pero para que no se sintiera así andaba callado, y solo la saludaba, y funcionó, le dijo que qué tenía, que si me pasaba algo, y le dije que lo que pasó no tenía que haber pasado, que me perdonara por faltarle al respeto así, y ella me dijo que no estuviera así, que ella lo disfruto muchísimo, solo que seguía con la incomodidad de que era menor, solo eso pero eso ya no me importaba, al decirme que gozo nuestro encuentro con eso me fui más que satisfecho.
Pasaron los días y todo normal, seguíamos chateando y viéndola en su local, pero la verdad me fue desinteresando por lo que me dijo, y poco a poco fui perdiendo el interés en ella y comencé a tratar a Lolita, la parrillera del restaurante que he de mencionar que ella es la mejor madura con la que he estado, para toda la historia será para los próximos relatos
Saludos gente!
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