A los 9 años me dieron por la vagina, ano y boca
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola me llamo Lourdes y esta es mi historia.
Soy blanca, bonita, pelo castaño largo, ojos cafés, ni gorda ni flaca, más bien esbelta y un buen culo.
Cuando era pequeña mis padres me dijeron que no me deje tocar mi cuerpo y que no confié en los hombres extraños.
Bueno eso ya lo tenía muy claro, pero a mis 9 años soñaba con que un príncipe me llevaría a vivir con el muy lejos de mi borracho padre y mi mama que solo vivía quejándose por todo ,y siempre yo hacia todas los oficios , ya saben cocinar , barrer planchar y muchas cosas más ya me sentía como la cenicienta , bueno la verdad es que mi único escape a todo esto era mi imaginación y en la escuela no me iba nada bien , me molestaban las alumnas más grandes me quitaban mi comida o el poco dinero que llevaba para comer algo en el recreo.
Me sentía harta de todo, mi mente volaba lejos fantaseaba mucho.
Sacaba malas notas, no me iba nada bien y la culpa era que no podía estudiar en casa mis 2 hermanos pequeños eran insoportables: les cambiaba el pañal, vomitaban, y muchas cosas que sería demasiado largo describir aquí.
Pero un día mi madre me llevo de compras al centro dejando a mis 2 hermanos pequeños con mi tía.
Como siempre yo estaba distraída tratando de jugar yo sola mientras mi madre compraba, era un almacén grande que vendía de todo.
Entonces me di cuenta que un hombre me miraba a los ojos, y me sonreía.
Yo también lo mire fijamente a los ojos y le sonreí.
Luego me aleje caminando pero voltee y el me seguía mirando cuando se dio cuenta que yo lo observaba me sonrió de nuevo.
Sé que suena tonto pero yo me alegre.
Me sentía importante ese hombre se fijó en mí, me miraba y me sonreía y pensé: tal vez yo le gusto y quiere ser mi amigo.
Me aleje y disimuladamente me acerque de nuevo sin mirarlo yo sentía su mirada sobre mí, me pare cerca y lentamente subí la mirada entonces hicimos contacto visual, esta vez fue diferente yo lo mire fijamente sin desviar la mirada quería verlo bien: era alto se veía simpático pensé:
Mmm que agradable, me gustaría que sea mi amigo y le sonreí.
Sus ojos eran café y sentí maripositas en el estómago y una picazón en la entrepierna y me aleje riéndome como una tonta.
Yo no lo sabía pero ese era el comienzo de una nueva vida para mí.
Y no me arrepiento de todo lo que paso después.
Cuando mi madre salió conmigo del almacén fuimos a un cajero automático mientras ella retiraba dinero miraba a la gente que caminaba por la calle y rápidamente reconocí a mi nuevo amigo.
El caminaba por la acera me miro y sonrió y yo le correspondí sintiendo ese calorcito agradable en la entrepierna.
En un mes yo iba a cumplir 10 años.
Sentía una alegría indescriptible sentirme observada de ese modo.
Mientras caminaba con mi madre volteaba de vez en cuando y aquel hombre nos iba siguiendo, yo sentía que mi corazón latía fuerte.
Entramos a otro almacén y yo me acerque a él, esperando que me dijera algo y así fue: hola me dijo él.
Yo conteste: hola con una gran sonrisa.
¿Cuántos años tienes? Me pregunto.
Tengo 9…en un mes cumplo 10 le conteste.
Mi madre estaba cerca no pudimos hablar más.
El hecho de hacer eso a escondidas de mi madre era lo más divertido hasta ese momento y cada vez se ponía mejor.
En un descuido de mi madre él se me acerco y me dijo: yo me llamo Toño y tu cómo te llamas.
Me llamo Lourdes le dije.
Te pareces a una sobrina mía.
me dijo.
Nos seguía a todos lados y finalmente el vio donde yo vivía y cuando Salí a jugar él se me acerco y conversamos mucho.
Me empezó a frecuentar eso sí, siempre a escondidas de mi madre.
Finalmente un día después de la escuela me llevo con él.
Yo no lo sabía pero ese sería el último día que lo vería a escondidas: ahora viviría con él.
Llegamos a una casa bonita tenía muchos muñecos de peluche, piscina y muchas muchas cosas que hasta ese momento yo solo soñaba.
Juguemos a las cosquillas me dijo mientras me sacaba la blusa y la falda de la escuela.
Ese día me acaricio todo el cuerpo mientras me besaba por todas partes era la primera vez que me tocaba y me gustó muchísimo especialmente cuando me chupo mi cosita, tuve 3 orgasmos .
Estaba desnuda pero no tenía miedo y me quede a dormir con él.
Así pasaron los días y al comienzo yo estaba preocupada por ir a la escuela y por regresar a casa.
Él me dijo que no necesitaba ir a la escuela que él me iba a enseñar todo lo que yo necesitaba saber.
La idea me gustó mucho, pero le dije que en casa me esperaban y una vez más me convenció que él me podía dar todo lo que yo necesitaba para vivir incluso mejor que con mis padres.
Así pasaron los días y yo ya no tenía ningún deseo de regresar a la escuela.
Mi casa era un recuerdo que poco a poco dejaba de tener importancia.
Ahora hacia lo que más me gustaba: estar desnuda con mi amigo para que el me acaricie todo el cuerpo y me bese todo, absolutamente toda la piel de mi cuerpo sin excepción: piernas muslos, nalgas, espalda y mi boca besos profundos y largos besos prohibidos.
Todos los días gozaba de al menos 3 orgasmos.
Después de varios días el me penetro anal y vaginal, si lo admito me dolió un poco, pero si lo pongo en una escala del 1 al 100 diría que me dolió anal 20 y vaginal 40.
Y lo goce en una escala del 1 al 100 yo diría que goce 300.
A los pocos días cumplí 10 añitos y me sentía feliz, sabía que no había vuelta atrás.
Y por extraño que parezca era yo la le pedía tener sexo.
Tenía una verdadera fijación por ese tronco de carne sentirlo adentro era una experiencia de la que no quería perderme ni un día.
Sin darme cuenta paso el tiempo.
Era una niña feliz tenía la comida que me gustaba jugaba todo el día no tenía que ir a la escuela.
Tenía mis muñecas mis muñecos de felpa y todo lo que le pedía a mi amigo a mi príncipe azul que me rescato de una vida miserable.
Fue la unión del hambre con la necesidad: mi amigo quería una niña con quien satisfacerse sexualmente y yo me libere de mi familia disfuncional.
Y aprendí algo: a los 9 y 10 años el sexo se siente delicioso.
Tener sexo para mí era un juego más: solo tenía que estar desnuda y ponerme en alguna posición de esas que le gustan a mi amigo, luego lo sentía penetrándome luego su delicioso vaivén y mis carnes jóvenes gozando cada embestida hasta que el bramaba como un toro mientras me llenaba el recto o la vagina de semen o a veces la boca.
Cuando cumplí 11 me empezaron a crecer los senos y un mundo de sensaciones en el pecho empezaron lo cual creo que aumento mi deseo y por supuesto mi amigo estaba ahí para calmar y satisfacer mis deseos.
Ahora tengo 16 y esperamos a que yo sea mayor para empezar a tener hijos.
Mi amigo quiere que yo tenga una niña para educarla como a mí y por supuesto yo estoy de acuerdo.
Espero con ansias ese momento.
Espero le haya gustado mi historia y me despido chao
Muy bello, espléndido relato