Acuerdo a puerta cerrada
La experimentada abogada Andrea Lombardi y el novato Elías Santos se enfrentan en un juicio civil casi decidido, una negociación de último minuto cambia el resultado… y a ellos..
Pasadas las tres de la tarde, en uno de los tantos juzgados en los que ya tenía abundante experiencia, se encontraba Andrea Lombardi representado a Medty Group en lo que debería ser un juicio sin complicaciones, frente a ella la sala de audiencias se veía tan familiar como siempre: los micrófonos apagados, bancas casi vacías, en sus manos la consolidación de su elaborada acusación que acababa de recitar en la demanda que se le encargó contra la Clínica Sally. Sabía que si el fallo salía esa misma tarde su cliente ganaría casi todo, la cláusula penal, los intereses y costos por el incumplimiento del contrato de insumos médicos por parte de la clínica, no encontrando novedad al repasar lo que ya se sabía de memoria, levantó brevemente su mirada descubriendo al otro extremo de la sala a un dubitativo abogado, demasiado joven para el traje que llevaba, aferrándose a una carpeta como si fuera su salvavidas, él era Elías Santos, el abogado defensor de la clínica, sus ojos se cruzaron por un momento y se sorprendió al sentir una punzada de duda, no sabía muy bien por qué, volvió a entrar en si al escuchar al escuchar el golpe seco del mazo del juez y enunciando: «encontrándonos en esta fase final del juicio y habiendo escuchado a las partes, este juzgado deliberará y en caso de que no se presente ningún acuerdo entre las partes procederá a dictar el fallo final el día de mañana al medio dia, se suspende la audiencia y queda citada hasta entonces», Andrea apretó los labios sintiéndose frustrada por el aplazamiento, la idea de llegar a un acuerdo le pareció lejana, mientras todos abandonaban la sala notó como Elías intentaba disimular la mirada que tenía puesta en ella, sintió intriga, quizá saborear un poco la inevitable victoria que tendría no sería mala idea.
Después de algunas horas Andrea decidió pasar por la oficina de Elías, pensó que solo lo haría por cumplir el formalismo de intentar llegar a un acuerdo, al entrar el aroma del café inundaba el lugar, vio a Elías hojeando carpetas como si buscará incesantemente algo, al darse cuenta de su presencia la saludo con un gran formalismo, aquel abogado inexperto seguramente había escuchado del impresionante historial de exitos jurídicos que Andrea había cosechado por más de diez años, se miraron por lo que pareció un tiempo más largo de lo habitual para un saludo, Andrea recordando a quien representaba y lo que vino a hacer le dijo «La clínica lo firmó, sabia que se estaba comprometiendo con Medty a comprarle un mínimo de insumos, en esta situación lo justo es aplicar en la totalidad la cláusula penal…», la voz de Elías en un tono ligeramente mayor eclipsó súbitamente a Andrea «¿Lo justo?, sabes en los escándalos que ha estado Metdy Group, subiendo indiscriminadamente precios de insumos, más aún ¿Como puede ser justo aplicar esa cláusula a una clínica pequeña como esta? que ha ayudado tanto a su barrio, especialmente a personas de escasos recursos, ellos no han podido comprar el mínimo de insumos acordados porque no han tenido ingresos suficientes por una baja en la demanda…» Mientras Elías continuaba exponiendo su posición Andrea estaba realmente sorprendida con la pasión que de repente estaba exponiendo aquel abogado, recorrió con su mirada sus ojos y labios, de nuevo esa sensación de intriga, aún así se recompuso rápidamente y en lugar de lo que sería una réplica certera de las que acostumbraba a dar, decidió simplemente decirle «Creo que lo mejor es dejarle este asunto al juez, que ya conoce nuestras posiciones, sin embargo muchas gracias por atenderme en tu oficina», se sorprendió un poco ella misma de sus palabras que sintió un poco más amables de lo que había pensado, con un poco de vergüenza se retiró rápidamente de la oficina.
Esa noche mientras Andrea intentaba dormir las dudas la asaltaban: ¿En verdad estoy haciendo lo justo?, lo que él dijo de Medty Group es verdad, aunque siempre he llevado mis casos hasta el final sin importar qué, será que no me he parado lo suficiente a ver las cosas más allá, pero, ¿Cambiar mi forma de trabajo después de tanto tiempo?, ¿Seré considerada debil? y… ¿Qué sentí exactamente por Elías?.
Elías por su parte también tendría una noche intranquila, rebuscando una solución para la clínica, su computador estaría encendido hasta altas horas de la noche, el sonido del teclado no cesaría, varias preocupaciones también le asaltan, sabe que no le conviene perder juicios en una etapa tan temprana de su carrera y siente inseguro de sus habilidades como abogado.
En la mañana siguiente, como siempre Andrea estaba ocho en punto en su oficina leyendo si tenía nuevos emails y dándole un poco de orden a sus documentos en los archivadores metálicos, casi se sentía como un robot repitiendo la rutina. Habiendo pasado una hora, unos golpes en su puerta acabarían con su acostumbrada rutina, del otro lado es la voz de Elías la que solicita pasar, por un momento duda sobre a qué se debe dicha interrupción pero lo hace pasar, Elías trae consigo unas carpetas y su portátil, una sonrisa sorprendentemente segura está en su cara.
«Andrea, creo que tendremos que llegar a algún tipo de acuerdo», Andrea se apresura a intervenir «Creí que habíamos cerrado esa posibilidad», Elías se sienta en la silla frente a ella con calma y prosigue «Medty Group no ha actuado como tú crees, te han mentido, mira en estas facturas» Andrea con curiosidad e intriga, va recibiendo los documentos que Elías le está mostrando, él prosigue «está claro en las cifras que están sumando periodos ya pagados, adicionalmente observa la tasa de interés de mora pactada el contrato dice 20% y estos números muestran que están aplicando injustamente un 50%…» Andrea está sorprendida por las revelaciones que está haciendo Elías, y más por la seguridad que destila, se ve completamente concentrado y decido, Elías le pasa un cuadro comparativo complementando «la penalidad está pasada por el doble, las cifras que te ha pasado la contabilidad de Medty está manipulada» su impulso de abogada la lleva a interpelar «no podemos asumir una mala fé, solo por unos números que pueden ser un error» Elías responde «lo se, y es por eso que lo que lo demuestra es este correo interno de Medty Group y que no parecía tener sentido en la etapa probatoria, pero ahora es claro, fíjate aplicaron precios inflados a la clínica e ignoraron los problemas de calidad en algunos insumos a propósito, si te soy sincero no quiero que tú tampoco tengas problemas por esto»
Mientras Elías continúa Andrea ya tiene claras varias cosas, entre esas la atracción innegable que siente por Elías, ella decide levantarse e ir hacia la puerta de su oficina, un poco sorprendido Elías reduce la velocidad de su discurso, ella nota como Elías desde la silla no le quitó la mirada de encima y una que no necesariamente era para su rostro, Andrea ya en la puerta decide poner el seguro, y le dice a Elías «Dime, entonces ¿Cuál sería el acuerdo al que quieres llegar?» Ya no puede ocultar su sonrisa al mirar a Elías, el retira la mirada pareciendo un poco sonrojado, se apresura nerviosamente a buscar un documento en una de sus carpetas, «Aquí está, es lo justo, es la cláusula con los valores mas reducidos y reales para permitirle a la clínica seguir operando», Andrea le responde mientras se empieza a desabotonar la blusa: «Creo que mi cliente también debe ganar algo, sino quedaría como una pésima abogada».
Ella nota a Elías pasando saliva, sus ojos ya no están mirándola a la cara están completamente puestos en sus pechos que justamente acaba de descubrir, se acerca a Elías sentándose en su regazo Elías no hace nada por evitarlo y colocándole sus pechos cerca a su cara ella le dice «No hagas mención de ese correo interno en el acuerdo, creo que dañaría mucho mediáticamente a Medty, así también puedo dárselos a ellos como victoria» Elías asiente con la cabeza quizás embelesado con la sensación cálida de los senos de Andrea ahora en su rostro «y otra cosa, si quieres que firme tendrás que hacermelo ya mismo» Elías saca el rostro de sus senos y dice «Supongo que no tengo opción» y busca con premura sus labios, ella corresponde el beso apasionado, Andrea puede sentir como Elías está con su mano derecha bajando la cremallera de su pantalón. «Déjame ayudarte» le dice, colocando su mano dentro de la abertura de su pantalón pudiendo sentir la calidez através de su ropa interior, la cuál desliza con alguna dificultad, agarra su miembro que ya tiene una erección presente, y le ayuda a liberarlo, es ahora Elías quien sube su falda hasta su cintura revelando los panties negros que había llevado ese día, los cuales no duraron más de cinco segundos protegiendo su sexo una vez revelados, los dos se juntaron inevitablemente, los sonidos de lo que estaba pasando dentro seguramente podrían ser escuchados si alguien pegaba el oído a la puerta aunque en ese momento no les importaba, una vez acabaron su desfogue de veinte minutos se rieron al ver que todas las facturas y documentos que había traído Elías estaban por todo el suelo, se apresuraron a recogerlos, posteriormente Andrea le ayudo a reimprimir la nueva versión del acuerdo que alcanzaron con tanta satisfacción, aún medio desnudos lo firmaron con sonrisas cómplices, y ahora sí arreglando sus ropas salió Elías de la oficina como si solo hubieran tenido una aburrida charla jurídica y sin importancia.
Llegó el medio día y la audiencia se retomó, esta vez a Andrea le parecía que la sala de audiencias se sentía completamente llena, era el efecto de ver a Elías radiante y seguro como nunca antes explicando al juzgado el acuerdo al que habían llegado las partes, en ese momento Andrea sintió que había valido la pena conocer a Elías y que quizás por primera vez en lugar de ganar un juicio en verdad había hecho justicia.


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