Ahora es mi novia y llegó mi cumpleaños…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por asdfdsa.
Gracias a la receptividad en mi primera publicación que titulé "Haciendo la tarea", me he animado a seguir contando.
Ahora somos novios y llegó mi cumpleaños.
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Como les había comentado, de ese gran “proyecto” que nos encomendó el profesor, salió algo hermoso, pues me cogí a la más guapa no sólo del salón sino de toda la facultad de ingeniería y además, la hice mi novia.
Para quienes no recuerdan a la hermosa María o para quienes no leyeron el relato anterior, les voy a describir un poco como es ella: es de piel blanca, cabello negro y muy largo; ojos color café, muy claros; hermosa sonrisa adornada por unos perfectos labios y unos brackets que le resaltaban su sonrisa; en fin, una rostro angelical, que me mataba.
Su cuerpo por otro lado, ella es delgada, con un abdomen muy plano, tetas no muy grandes, pero tampoco pequeñas sino perfectas para su 1.
64 m de altura, totalmente redonditas y muy paraditas, con una aureola de tamaño normal color rosa y perfectos pezones.
Piernas bien torneadas y un trasero grande, redondo, firme, simplemente perfecto, que cuando pensabas que no podía ser mejor, justo encima estaban esos hoyitos que tienen algunas mujeres en la espalda baja.
Ahora esa belleza era sólo para mi y yo me caracterizo por ser cachondo, si por mi dependiera, cogeríamos el día entero jajaja.
Por suerte para mi ella no es nada recatada, por el contrario, me seguía el juego y en ocasiones era ella quien hacía propuestas.
Mientras estuvimos ocupados con el proyecto, a pesar de que cogimos varias veces después de la inolvidable primera vez, nunca lo hicimos un anal, siempre por una razón distinta, pero ella ya me había prometido que si pasaría, pues sabía que esas hermoso culo me traía loco y según me decía a ella le gustaba eso, de hecho, luego me enteré que ella sólo inventaba excusas para que yo se lo siguiera pidiendo.
Así pasó el tiempo y llegó mi cumpleaños.
Se ideó un plan para hacerme pensar que no recordaba en absoluto que día era, la verdad tampoco le presté mucha atención, pero me molestó que cada vez que intentaba comunicarme con ella, no podía.
Al rededor de las 6 pm, me escribe mi mejor amigo diciendo que vaya a su casa que me tenía una sorpresa, que entrara por detrás que en casa no había nadie y le daba mucha ladilla bajar desde su cuarto sólo para abrirme la puerta.
Como no estaba haciendo nada me di un baño antes de salir y me fui.
Al llegar a su casa entro y subo directamente a su cuarto, mi sorpresa es al ver que allí no estaba mi amigo, estaba.
El cuarto en penumbras, sólo una luz muy tenue permitía la visibilidad, una canción de para ambientar, una decoración en la pared de fondo que decía “Feliz cumpleaños” y en la cama, un lubricante, algunos condones, unos mentos “extra menta” y finalmente una nota que decía “ponte cómodo”.
Al principio sólo creí que era una broma de mal gusto de mi amigo así que sólo me reí e intenté salir del cuarto, al dar la vuelta a quien veo es a María y me sorprendo.
Todo era su plan y estaba a punto de darme el mejor regalo de cumpleaños que he recibido hasta ahora.
Ahí estaba justo frente a mi, hermosa, como siempre, me empalmé de inmediato.
Estaba con ligeramente maquillada, con los labios muuuy rojos y su cabello caía hacía adelante sobre su hombro izquierdo.
Vestía una bata negra traslucida, la que comenzó a abrir lentamente, dejando ver su silueta, una extraordinaria forma que se dibujaba, lucía un bra muy bonito de encaje, negro y un cachetero que hacía juego con todo lo demás, de encaje también, ella sabía lo que me gustaba y lo usó todo contra mi en ese momento, su aroma era espectacular.
Se acercó a mi y plantó un beso muy suave pero lleno de lujuria seguido de las palabras “feliz cumpleaños” en un tono suave, muy provocativo y una sonrisa algo picara.
Intenté tocarla, pero no me dejó, diciendo “Calma, hoy me toca complacerte” y eso entró a mis oídos como una bella melodía haciendo que le regresara la misma sonrisa que me dio un momento atrás.
Me sentó sobre la cama y comenzó a besarme, eran besos como los de nunca antes, lentamente me quitó la ropa y la verdad yo estaba como drogado por su aroma, ni cuenta me di cuando me dejó en boxers.
Me tumbó haciendo que quedara acostado y se lanzó sobre mi, besándome y acariciando mi miembro, lo hacía suavemente de arriba a abajo, mientras besa mi cuello, mi pecho.
Subió una vez más para besarme en los labios y se soltó de ellos sin previó aviso, y comenzó a bajar besando mi abdomen hasta llegar al liguero del boxer, lo bajó y mi verga saltó de lo erecta que la tenía.
Yo sólo veía y me exitaba más, besó la cabeza y lo sujetó firmemente con la mano, comenzó a masturbarme lentamente e iba subiendo la velocidad, lamía la punta, lo besaba y seguía masturbando, metía la punta en su boca, pero de allí no pasaba, jugaba con su lengua mientras aún tenía mi glande dentro de su boca y el resto lo recorría con las manos.
Me estaba dando la mejor mamada que me había hecho hasta ahora y yo con ganas de que se lo tragara todo de una vez, me estaba volviendo loco y me preguntaba con su mejor voz de perra “quieres que me lo coma todo, bebé?” yo sólo asentía y la miraba con cara de querer más.
Hasta ahí llegó la delicadeza, pues ahora la mamada se había tornado más agresiva, con más velocidad, recuerdo que se me escapó un gemido ahogado y acabé en su boca, no dejó escapar ni una gota de semen, pues el poco que desbordaba por la comisura de sus labios, la atrapó con su debo y lo lamió.
Se dispuso a limpiar mi pene y se colocó encima de mi, estaba extasiado, muy satisfecho.
Quise levantarme y devolverle el favor, pero ella dijo que aún no me tocaba, aún tenía que terminar de complacerme.
No lo podía creer, aún me seguiría llevando al cielo, me comenzó a besar nuevamente, nuestras lenguas estaban entrelazadas y recorrían la boca del otro.
Así estuvimos un rato hasta que me soltó, buscó un condón y me lo puso.
Tomo mi mano y la llevó a la entrada de su vagina, por dentro del cachetero, luego la llevó a mi boca y me hizo probar sus jugos, estaba muy mojada, sabía delicioso.
Bajó su ropa interior y se acomodó justo encima de mi pene, se dejó caer lentamente hasta que estuvo ensartada totalmente y se notaba que lo disfrutaba, comenzó un va y ven, siempre pegada a mi, frotándose conmigo mientras aún la penetraba, ella se llevó las manos a la cabeza y comenzó a gemir, yo llevé mis manos a sus tetas, esas tetas tan redondas y hermosas que tiene, las amasaba y apretaba a mi gusto; mi pene palpitaba de la excitación, le quité el bra y esos pezones estaban erectos, duros, luego de un rato, dio media vuelta y me cabalgó dándome la espalda, ofreciéndome esas nalgas duritas para agarrar y jugar con ellas.
Así estuvo hasta que me hizo venir por segunda vez, estaba completamente complacido, cansado, exhausto pero ella estaba más cansada aún pues era ella quien había hecho todo el trabajo.
Teníamos cerca de hora y media en eso, entre besos, toques y sexo.
Se tumbó a mi lado y me dijo “es tu turno”, su rostro no podía ocultar que estaba agotada, pero quería más, la amo por eso jajajaja.
Me dio un beso e hizo que quedara encima de ella.
La besé, besaba por todo su cuerpo, hasta llegar a su pecho, ahí me encontré con ese par de tetas y me concentré sólo en ellas, mientras en una mano tenía una, mordía, lamía y chupaba la otra, le arrancaba gemidos y me daba un banquete con sus tetas, comencé a bajar y llegué a su entrepierna.
Besaba sus piernas e intentaba calentarla más hasta y parecía funcionar, hasta llegar a su vagina, cuando pasé mi lengua dio un gran suspiró y sólo alcanzó a decir “toma”, mientras me alcanzaba las mentas, tomé una y seguí con mi labor.
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Vaya! Si que la estaba pasando bien en mi cumpleaños, pero más ella con la menta, gemía y gritaba de placer, al tiempo que yo lamía y chupaba su clítoris, hasta que conseguí arrancarle un orgasmo.
Introduje dos de mis dedos en su vagina y comencé a masajearla dentro su vagina.
Debía esmerarme tanto o más que ella jajaja Estuvimos un buen rato así, con la mano libre atinaba a jugar con unos de sus pezones, lo pelliscaba, lo sobaba, y mientras no paraba de mover mi dedos y de jugar con su clítoris, y ella no paraba de gritar y gemir hasta llegar a su segundo orgasmo.
Llegado ese punto, decidí que era hora de penetrarla, pero me detuvo, me dijo “Me vas a penetrar pero no necesitarás esto (quitando el condón de mi mano), necesitarás esto (entregándome el lubricante), hoy estoy preparada (afirmando que se había hecho un lavado)”, la vi un poco sorprendido y ahí estaba de nuevo esa sonrisa picara que sólo ella me sabía regalar, se volteo colocándose a cuatro patas y moviendo de un lado a otro su despampanante culo mientras volvía a decir “Feliz Cumpleaños”, les juro, fui el hombre más feliz en ese momento jajaja.
Le tomé las nalgas y las apreté, luego las separé un poco y comencé a lamer ese agujero repetidas veces.
Cuando creí que ya estaba lubricada con bastante saliba, me dispuse a introducir un dedo, al ser su primera vez quería ir despacio para que no le doliera tanto, saqué el lubricante y le puse un poco, lo esparcí bien y empujé un poco mi dedo hasta que entró, al principio se quejó un poco, me detuve, y comencé a mover mi mano lentamente, mientras acariciaba su espalda e intentaba hacer que se relajara, al poco rato ya entraban fácilmente dos dedos y ella comenzaba a disfrutar de ellos, así que los saqué y coloqué un poco más de lubricante en su agujerito, di varios brochazos con la punta del pene y lentamente comencé a empujar, cuando entró la punta dio un pequeño quejido, así que me detuve un momento, al poco tiempo de estar inmóvil, empujé una vez más y deslicé suavemente todo mi miembro dentro de su culo hasta llegar al topo, que rico, que caliente y que apretado se sentía, ufffff era la gloria, y mientras, aún tenía para jugar todo ese rato con sus deliciosas nalgas.
Comencé un bombeo lento y fui intensificando, después de un rato ya gemía más de placer que de dolor, me dijo “Puedes hacer lo que quieras conmigo, como quieras hacerlo, soy tu puta, soy tuya, cogeme como nunca lo has hecho”, eso me voló los tapones y comencé a bombear con furia y a golpear ese hermoso trasero que tenía al frente, ella gritaba y gemía con cada bombeo, pasé una mano por debajo de su abdomen, hasta llegar a su raja, ahí comencé a hacer movimientos circulares y ella gritaba “Siiiiii, así, que rico”.
Hice que se acostaba sobre su espalda y con sus piernas en mis hombros, volví a penetrarla, sabía que ya era cuestión de tiempo para que me viniera, así quise concentrarme en sacarle un último orgasmo, volví a acomodar la punta de mi pene en su esfínter ya dilatado, acomodé dos dedos en en la entrada de su vagina, los introduje y seguidamente introduje mi pene, dio un sobresalto y comencé a bombear mientras movía mis dedos con velocidad dentro de ella y acariciaba su clítoris con el pulgar.
Unos minutos en esa posición y pude notar como de pronto cerró sus ojos y cuerpo comenzó a dar pequeños espasmos, señal de su recién orgasmo, así que aceleré lo más que puede el bombeo para poder alcanzarla y ya no pude más, reventé dentro de ella, llenando todo ese delicioso culo de mi leche.
Realmente es el mejor sexo que he tenido y el mejor regalo de cumpleaños que han dado, cuando terminé sólo pasé su pierna a un lado y caí rendido a su lado, así estábamos acostados, abrazados, disfrutando de la experiencia dejada por las mejores dos horas de sexo que habíamos tenido hasta el momento.
Nos quedamos así hasta que bajó mi erección y se salió de su culito.
Nos quedamos dormidos (Ahora la parte melosa), despertamos igual, abrazados, sonreimos y nos dimos un beso awwww jajajaja
Espero que les haya gustado, comenten sobre qué opinan, si les gusta o no y en qué les gustaría que mejore para mis siguientes relatos con María.
Gracias!
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