Ahora me toca a mi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lo que aqui voy a escribir no es algo de lo que pudiera enorgullecerme, pero al fin y al cabo es una historia que quiero contarles.
Vamos por los generales: soy un hombre de 42 años, de cuerpo normal para mis 1.78 de estatura, moreno claro, no bonito de cara, pero tampoco ara dar asco.
Y mi historia da comienzo con mi primer viaje a Cuba.
Alli conoci a Glenda, una jovencita de escasos 16 años, pero toda una maestra en el arte de amar.
Por ella conoci, a mis 36 años, lo que es el sexo anal, pues pareciendo que mi verga de 8 pulgadas no le satisfacieran por su vagina a la tercer noche de tener relaciones, solita se acomodo de modo que mi estaca le entrara por el culo.
Y esa fue mi perdicion.
Volvi a viajar a Cuba por lo menos cuatro veces al año, tan solo con la ilusion de cogerme a Glenda.
La cual tiene un hermano, Simon, un mulato inmenso, de pasados el 1.90, cuerpo muy bien moldeado por el trabajo rudo que el barbon Castro obliga a sus gobernados.
Para ello, debo aclararles que estoy casado desde los 32 años con Sandra, una mujer de cuerpo bellisimo una cara muy linda y bastante caliente a la hora de tragarse la verga.
En mi ultimo viaje a La Habana, hace cuatro años, Simon me pidio que la Universidad para la que trabajo, lo solicitara para estudiar y enseñar al mismo tiempo en la facultad de Medicina.
Tengo amistades en la rectoria, por lo que mi peticion fue atendida y a los cuatro meses Simon ya estaba en Mexico.
Para no hacerla muy cansada les dire que lo lleve a mi casa para evitarle gastar dinero que le era escaso y en agradecimiento porque en mis viajes a Cuba, yo me cogia a su hermana.
Pero, ese fue mi error.
Nunca recapacite que era llevar droga a la casa de un adicto.
Y asi fue.
Mas tarde en presentar a Simon con mi esposa que en notar yo la cara de satisfaccion de Sandra.
Lo condujimos hasta la habitacion al fondo del patio, que seria su alojamiento.
Alli se quedo Simon y yo volvi con Sandra a la casa.
Mas tardamos en entrar a la recamara, que Sandra en casi arrancarme la ropa hasta quedar ambos desnudos y ella dandome unas mamadas de verga como pocas veces lo habia hecho, pues a ella lo que mas le gusta es que yo me acueste boca arriba y ella ensartarse en el falo y asi, montar, montar y montar, hasta tener tantos orgasmos como los que sea capaz en cada ocasion.
Esta vez no fue la excepcion, me tiro a la alfombra y se encaramo en mi estaca, dura como un fierro y asi cabalgo encima de mi durante mas de media hora.
Sudorosa y jadeante, se bajo y puso en posicion "de perrito" para que la penetrara por detras.
Un rato despues, los dos descansabamos tirados en la cama hasta que el hambre nos hizo despertar.
Por la noche, mientras Sandra servia la cena para los tres, comprobe lo que habia notado horas antes: Simon se le habia antojado a Sandra.
Su mirada, su sudoracion y ciertos temblores en sus manos la delataban.
Terminamos de cenar y nos fuimos a la sala a escuchar musica y platicar.
Solo le faltaba a Sandra gritar: "Ya, cogeme, Simon".
Pero no. Se contuvo y asi nos dieron las primeras horas de la mañana, sin que las cosas pasaran a mayores.
Por la mañana, tras desayunar, Simon se fue a la escuela, Sandra fue un par de horas a su clase de aerobicos y yo me quede en casa a preparar algunos trabajos que presentaria a mis jefes en reunion de oficina por a tarde.
Cuando mi mujer llego de hacer sus ejercicios, exploto:
"Te debo decir algo, Jorge", comenzo y agrego: "Simon me encanto y me lo tengo que coger. Tu escoges, me das permiso y aqui me lo meto o me vale madres y me lo llevo a un hotel".
De nada valieron mis protestas. Ella salio con un: "A poco crees que me trago tus cuentos de que tus viajes a Cuba son de estudios. A otra pendejas con esas tarugadas y ahora me toca a mi".
Dicho lo cual, me dio la espalda y se fue a la recamara, se baño y volvio a la cocina a preparar la comida.
A la una en punto volvio Simon, lo cual provoco que Sandra volteara su mirada hacia mi, como preguntando: ¿Que? ¿Si o si?
No me quedo mas que bajar la mirada en franco ademan de resignacion.
El consumo de alimentos fue casi sin cruzar palabras y solo de vez en cuando Simon comentaba alguna situacion que le habia ocurrido en su clase.
Termine mis alimentos y avise que saldria a comprar unos articulos que requeria para mis trabajos.
Sandra me acompaño hasta la puerta del coche y, dandome un beso, me dio las "gracias por ser comprensivo".
Apenas llegue a la esquina y pare la marcha. Alli deje el coche y regrese de prisa a la casa.
Entre sin hacer ruido y me asome a mi propia recamara.
Ya los dos estaban totalmente desnudos, con mi Sandra tomando con sus dos manos un enorme falo casi negro. Las dimensiones de esa verga eran enormes. Sus dos manos no alcanzaban a cogerla en toda su dimension y la punta ya estaba dentro de su boca.
Al tiempo que le chupeteaba la enorme cabeza, con las manos le masajeaba la verga hacia a arriba y hacia abajo, mientras Simon se quejaba de satisfaccion con su cara como mirando al cielo, pero con los ojos bien cerrados.
En un momento dado, el bajo sus manazas y comenzo a masajearle la espalda, las nalgas y sus preciosos pechos, al tiempo que le daba ligeros apretones en los pezones, como si supiera que son de las caricias que mas placer producen en Sandra.
Esta solto el enorme tronco y se recosto sobre las almohadas, con las piernas ligeramente abiertas y lo jalo por la cabeza, llevandolo hasta su mojadisima vagina que el comenzo a lamer con lenguetazos de todo un experto.
Los gritos de placer que hasta entonces Sandra solo habia dado con mis caricias los escuchaba yo ahora producidos por otro hombre.
Pero, como lo dije al principio, Sandra es muy caliente a la hora del sexo y, sin despegar la boca del mulato de su vagina,. Se movio de tal manera que, en el clasico "69", volvio a tener la enorme estaca frente a su boca y volvio a mamarla.
Esta vez, su boca pasaba desde el glande hasta la base del garrote, para pasar a los huevos prietos que primero se metio uno a uno y luego los dos a la vez.
Como era de esperarse, Sandra recosto al negrote de espaldas y se coloco sobre el, con a punta de esa vergota en la entrada de su vagina.
Como sabiendo lo que se iba a ensartar, inicio en descenso en camara lenta, poco a poquito, hasta que tuvo casi la mitad dentro. Alli, sin apresuramientos, se aplico a subir y bajar, siempre cuidando de no meterse mas de las cinco o seis pulgadas que ya tenia dentro.
Asi estuvo un par de minutos hasta que, de pronto, se dejo caer totalmente sobre el y el tronco desaparecio totalmente.
El quejido que mi Sandra dio en ese momento jamas se lo habia yo escuchado.
Fue una mezcla de dolor insoportable, pero a la vez una satisfaccion esperada por largo tiempo.
Simon la tomo por las caderas y comenzo a subirla y bajarla con ritmo que se acompasaba a los quejidos de Sandra.
Yo la conozco perfectamente bien y se, por los rictus de su cara, que por lo menos fueron cinco o seis orgasmos los que tuvo en esa posicion.
Quien sabe cuantos habia tenido antes cuando le estuvo mamando la verga a Simon, ni los que habria tenido durante el "69".
La entrada y salida de ese enorme tronco sobre el agujero humedo de Sandra me hacian temer que, despues de esa tremenda cogida, mi verga nunca mas le produciria satisfaccion.
Pero alli no acabo todo.
Simon decidio que era hora de que le entregara su leche y cambio la posicion.
La puso en cuatro patas, con la mirada hacia la ventana, de modo que la mirada de Sandra me descubrio en mi escondite.
Solo cerro los ojos y continuo entregada a su amante.
Aquel enorme falo se veia ahora mas impresionante que antes. Totalmente erecto, ligeramente levantado hacia arriba y con una curva hacia la izquierda. Se notaba la excitacion de Simon a juzgar por las palpitaciones de su verga, cuya punta tomo con una mano y la dirigio a la vagina de Sandra.
Ahora si no hubo contemplaciones. De un solo golpe se la dejo ir toda, produciendo en ella un gemido que me hizo saber que era presa total de la pasion.
Simon ya estaba en lo suyo, un par de minutos de penetrarla por detras fueron suficientes para hacerlo llegar al climax, para lo cual le saco el palo a mi mujer, la volteo boca arriba y le arrojo varios chorros de leche a la cara y que ella, con la boca muy abierta, trago buena parte.
Ellos acabaron desparramados en la cama y en mi, las piernas no soportaron mas y me desplome en el cesped del jardin, anonadado por lo que acababa de presenciar.
No se cuantos minutos dure en esa posicion, hasta que las voces de Simon y Sandra me sacaron de mi atolondramiento.
Cuando me asome por la ventana, vi que ella estaba otra vez con la verga de Simon en sus manos y dando tiernos besos en el enorme glande, como queriendo limpiarle los restos de semen.
La enorme estaca comenzo a agarrar tamañol al tiempo que eran mas sugestivos los suspiros de Sandra.
Lo cual debio animar a Simon, quien e propuso a mi mujer lo que yo jamas me atrevi en mis muchos años de casado: darle por el culo.
La cara de panico de ella le fue suavizada con tiernos besos de su amante, quien logro convencerla de que probara. "Si te duele mucho, lo suspendemos", le prometio.
Ella, apasionada como estaba, fue al tocador por un botecillo con crema. Le unto a el bastante en todo el garrote y luego ella misma en el ano.
"Hazlo poco a poco", suplico y se puso en posicion.
Simon fue bastante comprensivo y comenzo la penetracion con gran suavidad y ternura, pues al tiempo que la embestia con su descomunal tronco, le acariciaba las tetas que colgando se le veian enormes y preciosas y la besaba por la espalda.
Debo reconocer que mi Sandra es valiente, pues soporto sin gritar que le entrara el glande, de por si enorme y por lo menos tres pulgadas de verga, hasta que no aguanto el dolor y grito: "Ya, por favor, no aguanto".
Simon saco la estaca del negro agujerito de Sandra y sentado a horcajadas sobre ella, le puso la verga en medio de las dos tetas y se masturbo con ellas, hasta que volvio a entregarle varios chorros de semen.
Esta vez, ella puso su boca de tal manera que ni una sola gota se derramara.
El cayo recostado sobre ella y era grotesco ver la diferencia de pieles: el, prietisimo, al lado de ella, blanca casi como las sabanas.
Yo me retire a un bar, a tratar de asimilar lo que habia presenciado y no volvi hasta bien entrada la noche.
Tirada en la cama, me encontre a mi Sandra recien salida de la tina de baño, con su cabello todavia humedo y quien me abrazo como si hiciera mucho tiempo que no nos vieramos.
Me beso toda la cara y me dio as gracias por haberle permitido tener esa clase de satisfaccion.
"Te juro y te prometo que es la primera y ultima vez que te soy infiel", me dijo y agrego: "que no sabes lo que senti desde el mismo momento en que lo vi y me saludo de mano. No pude evitarlo".
Al dia siguiente, Simon mismo me aviso que se iba de la casa. No me dio explicacion alguna, aunque yo entendia la situacion. Se fue a vivir a una casa de asistencias y en un par de ocasiones volvimos a vernos en la Universidad.
Hoy se que no volvio a Cuba. Se fue a Guadalajara donde se caso con una mujer divorciada, muy adinerada y bastante mayor que el.
Tambien fui enterado de que la mujer le perdona toda clase de infidelidades, pues no quiere perder ese pedazo de tronco que alguna vez probo mi mujer.
¿Verdad que no es para que me sienta orgulloso?
Autor: Anonimo
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