ALBERT, INVESTIGADOR
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Albert, llamó a la puerta, abrió una mujer, gruesa, aunque aún joven, pero se veia en su rostro, la huella d la vida, en su mirada, no era la de una mujer de 39 años sino la de una anciana hastiada de la vida, la cual ahora ya solo la veia pasar a un lado, dejandola pasar, intentando que ni la rozara, simplemente, siendo una observadora, mas que vivirla, hacía mucho que había dejado ese juego.
– Vaya, quien tenemos aquí.
– Hola Ana, veo te trata bien la vida – mintió Albert, con su sonrisa, irresistible para las mujeres – necesitó pasar aqui la noche, si es posible.
– Creí que estabas muerto, hasta que un cliente me habló de ti.
Albert pasó, su apartamento no tenia nada que ver con el exterior del edificio, era como una isla en medio del mar, de un mar infectado de drogas y putas, Ana hacía ya años que no ejercía, solo lo hacia por placer, ganaba mas que suficiente, con sus "chicas", ella solo tenía los "contactos" para sus chicas y con ello su comisión.
El interior era todo belleza y estilo, muebles, sofás, cocina dormitorio todo estaba decorado con un gusto exquisito, incluso todo estaba tan pulcro que, siempre Albert habia pensado, que hasta que era un pecado sentarse no fuera a manchar algo.
Albert se duchó, salió de la ducha, se sentó en una antigua mecedora, conversando con Ana de antiguos tiempos, ella al poco se levantó, sirvió dos wiskys con hielo, le dió uno a él, él la miró y comprendió al instante, ella se metió en su boca uno de los hielos tras el sorbo se arrodilló, a su vez le bajó su cremallera, sacando la polla de Albert, la tuvo en sus manos aún flacida, pero, grande como siempre la recordaba, se la metió en la boca, escuchó el gemido de Albert mas por el contraste de temperatura, Ana siempre habia tenido una boca deliciosa para estos menesteres pensó, pero sabía que ella no buscaba esto, esto era el precalentamiento, de lo que realmente buscaba, pocos hombres lo sabía, entre ellos Albert.
Ana chupaba la polla, grande gorda venosa, sintiendo como crecía en su boca a su vez sentía el cosquilleo, en su vientre, hacía mucho qu no tenia esa sensación sintió que sus bragas se humedecían a la vez, se quitó su bata china, su cuerpo grueso quedó en bragas y sujetador sus grandes tetas como su culo, aún cubiertas eran observadas por Albert, le quitó la polla de la boca, se levantó, se quitó el ancho cinturón, se desnudo, hasta quedar solo en sus negros boxer, meter de nuevo su polla, dentro ahora erecta.
la levantó del pelo, ella gritaba, él tiraba aún mas fuerte, las paredes eran insonorizadas, sus gritos, no serían escuchados, la puso apoyada en la mesa inclinandola, le quitó el sujetador sus tetas quedaron apretadas contra la mesa, al igual que su cabeza y vientre, la correa se agitó en la mano de Albert, golpeó sus grandes nalgas, un fuerte sonido, se escuchó en la habitación al igual que él siguiente y el siguiente, le bajó las bragas, hasta sacarselas por los pies para proseguir, el castigo, nalgas y muslo.
Albert siempre había, alucinado al llegar a estas alturas, era una paliza en toda regla, a esas zonas, rojas, marcadas, la volvió, de nuevo tirando del pelo, hasta quedar ambos en el centró de la sala, él detras de ella ladeado, su mano libre, su mano derecha, golpeo con fuerza sus tetas, una PLAS, otra PLAS, una y otra vez, de abajo arriba de arriba abajo, hasta que enrojecian, para tumbarla en el suelo después, la colocó a perrita, a 4 patas, en pompa, con sus dedos le abrió sus nalgas, sus labios vaginales mojados, ella solo era gemidos, le metió su polla de un golpe como a ella le gustaba, hasta el fondo, sin miramientos, apretando su gran nalga con una mano con la otra en su pelo, empezó el bombeo, Ana no resisitó más, empezó a gritar de placer, sentia aquella polla dentro, hasta el fondo de su coño, moverse, con autoridad, hacia unos instantes la golpeaba le infligia dolor y ahora la follaba sin ella poderlo evitar, como se ponia, por ello, sentia llegar el orgasmo, la hacia enloquecer, gritaba gemia, jadeaba se movia, el climax era total, le inundo su cuerpo, se corrió se vació totalmente, aun mas sabiendo que él, siquiera se habia inmutado aún, aun le quedaba mucha carga, eso la excitaba, la hacia sentirse, una perra en manos de un semental.
Tras correrse, él se levantó la llevó del pelo ella a perrita hasta el baño, la miró
– Ponte ahi que tengo ganas de mear y te voy a mear toda guarra
Ella obedeció, vio como el guiaba con su mano su verga apuntaba a su cara comenzo a mearla, sintio el calor cai la quemazon del liquido, que él le daba en su cara corria a sus tetas, sentia el olor de nuevo, de él, inconfundible, al instante se excitó de nuevo, él lo sabía, que pasaría eso, meada, entera, la hizo levantarse, la puso de ie frente al lavabo, Ana se via en el espejo, mojada por el meado de él, él tiró de ella, ella terminó inclinada apoyada sus manos en el lavabo, para sentir de nuevo como su verga se apoderaba de su mojado coño, comenzaron sus gritos podia oler el meado de él, en su piel, como la excitaba, estar meada por él olerlo en su piel, sentir como la azotaba mientras aquella polla, no dejaba de castigarla y a la vez, la inundaba de inmenso placer, no lo concebia de otra manera, en su cerebro, para poder conseguir este indescriptible climax.
Gritaba y gritaba, de nuevo llegaba aquella sensación sin fin, tanto tiempo sin recibirla, desde su último amante, hace ya mas de 8 meses, pero albert, era el mas experto en esto, de todos ellos, nunca la defraudó, le pegaba como debia ser de verdad, como ella deseaba, se corrió de nuevo, solo que esta vez albert siguió follandola, hasta parar un par de minutos despues, ella agotada en ese momento pero él la llevó del pelo de nuevo a la sala, la sentó, en la recia mesa le abrió las piernas y volvio a follarla, ella quedó con sus piernas levantadas, su coño afeitado, esta alrededor mojadisimo, sus labios blanditos abiertos, las manos de él fueron a sus pezones les tiraba las de ella a sus caderas tirando de él pidiendo sin palabras que no la dejara de follar, gritando al sentir sus pezones presionados, hasta que volvio su excitación, solo escuchaba sus gritos ahora y al callarse el golpetear de la polla en su coño, hasta que de nuevo llegó, lentamente, pero con mas furor que los demas sentia su coño mojadisimo casi podia sentir como gteaba y caia el liquido al suelo, empezó a geir a gritar él le soltó los pezones, seguió follandola ya estaba de nuevo en el orgasmo ella, él estaba a punto, ella empezó a bajar el climax cuando él subió, sintió su leché recorrer su polla, para alojarse en aquel calido y inundado coño.
Se ducharon, ambos, se acostaron ahora si solo para dormir, Albert, ya habia cambiado el chip, pensando en que lo buscaban, en cual habria sido el final de su confidente, sobretodo, ¿habria mordido más de lo que en realidad podría tragar?
Lo que parecía un trabajo, como tantos habia hecho, se habia vuelto peligroso, muy peligroso, él tenia una pistola si, pero mas para que lo tomaran en serio como "seudoinvestigador" que para su uso, solo una vez la habia utilizado y de aquello aún estaba de guardaespaldas, de un politico, hace ya mas de 5 años, desde ese momento, su vida solo fue cuesta bajo, hasta ahora, a sus 33 años.
se durmió al fin.
Fin primer capitulo
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