Aleida Mini Ninfomanita VIII.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Después de esa hazaña de don José de llevar a Aleida en su auto a su casa y que la madre de la chica, la recibiera en esa llegada saludándolo y agradeciéndole la atención que había dispensado a su hija, por haberla traído a su hogar, y posterior a ese hecho, se dieron situaciones más a favor de ese hombre y en relación con la pequeña, ya que la confianza llegó a tal extremo, que el señor era invitado de vez en cuando, uno que otro alimento en la casa de la niña, y por las tardes después de las tareas, la jovencita se iba a la escuela a practicar, dizque algún deporte, la escolta etc.
Y una de esas tardes Aleida, como don José la consentía en casi todo, le trajo un regalito de la capital y quería que le mostrara, cómo le quedaba, así como unos zapatos de tacón alto y la dejó que se pusiera todo y la damita se veía hermosa, ya que era un traje, que él había comprado en una sex-shop y era un atuendo de “lolita”, con corbatín mini falda alta y blusa que se amarraba arriba del ombligo, calcetas altas y una gorrita típica de colegiala, la chiquilla se veía espectacular en esa ropa, ya que al caminar y con zapato alto desde luego colegial de tacón ancho y plataforma, se veía súper bien, ya que al caminar los tablones de la faldita se movían insinuando un trasero apetitoso, ¡¡además de que lo tenía de buen volumen!!, obviamente debajo de esa falda, también un bóxer entalladito como si fuera la segunda piel de Aleida y así se la pasó vestida toda la tarde, por lo que don José se dio a tomarle muchas fotos con una cámara digital de su propiedad, a esa muñequita, en esa tarde de eventos de pasarela que le hizo la muñeca a don José, quien la cargo y la llevo a su dormitorio y se dio un encuentro muy erótico entre los dos:
A.-
Ah papi, mira cómo me queda de apretado este short, ¡se me mete en la cola!
C.-
Si ya veo ¡creo que me equivoqué de talla!, pero se te ve muy bien, a ver date una vuelta, ¿para ver cómo te queda por delante?
A.-
Ay papi, ¡mira cómo me parte la rajadita de mi cosita!,
C.-
Si mi amor ya vi, que te queda muy justo, ¡pero a mí me gusta cómo se te ve!
A.- papi, ¿me das jueguito como me haces?
C.-
Sí mi amor ven, ¿quieres te coma la gordita?, ¿o cómo quieres hoy?
A.-
Pues tu papi, todo lo que me haces me gusta, ¡pero ya papi, ya quiero, me haces sufrir!
C.-
Si mi amor, ¿haber te voy a morder las nalguitas?
A.-
Ay papi, no ji ji ji, me haces cosquis en el culitooo, ji ji ji, ¡no fuerte eh!
C.- haber, mmm, que bonito huele esa colita mmmm, a ver que te bajo ese bóxer, para morderte la carnita, mmmm, que lindas mis nalgotas mmm, ¿te gusta que te las besé bebé?
A.-
Sii, siiii, papiiii, ¿Por qué siento cosquis, cuando me tocas?
C.-
Ah pues porque seguramente comienzas a sentir calorcito y te excita que te haga “cositas”, y es por eso que sientes bonito, mira ya estás mojadita, ¿voltéate te voy a comer la cosita?
A.-
Ahh, siiii, siiii, eso es lo que más gusta que me hagas, que te comas mi gordita, y te bebas mis pipíss, mmmm, ahhh, ahhhhh, ¿papi, no sé qué me haces sentir?, me gusta mucho, ahh, ahhhh, maasssssssssss, papiiii, ¿quieres que mueva mi caderita, o nada más la levanto?, ¿para que me metas la lengüita en mi hoyito?, auuu, papi, que me haces, te equivocaste de hoyitoooo, ¡¡¡esa es la cola!!! ohhhh, ohhhhh, nooo, papi, noooo, mi colitaaa, noooooo, uyyy, uyyy, papiiii, para, paraa, paraa, ahhh, ahhhh, ahhhhhhhhhh
C.-
nooo, no pararé, mamita te voy a comer todooo, ohhh, que ricos mis hoyuelitos chiquitosss, mmm, mmmm, me mojas mucho mmmmmm, mmmmmm, ¿te está gustando?, mm dime, aummmm, aummmmm aummmmmmmmmm, aummmmm
A.-
Yaaaa, yaa, papiiii, no seas malooo, esto nunca me lo habías hechooo, ahhh, ahhhh, siiii, se siente bienn, se siente bien, sigue, siguueleeee, papiiii, me voy a orinarrrrrrrrrrrrrrrrm arghhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, arghhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ayyyyyyyyyyyyyy
C.-
Ya vez amor ¿cómo te gustó?, poco a poco tienes que ir aprendiendo nuevas cosas, ahhh, ahh, haber te voy a limpiar esos juguitos.
A.-
Noo papi, ¿yo quiero, quiero, un pocooo? ahh de ese, ese, estee, ¡tú puntita gordaa!, ¡pónmela en mi cositaaa!, ahh, ahh, un poquito porfisss, anda, ¡¡pónmela, pónmela, papi!!, ahh, ¡no sea malito, pónmelo!, mmmm, mmmm, ahhhh, ahhhh, ahhhhhhhh
C.-
Bueno sólo un poco, y así sirve, que me haces acabar, ¡abre las piernitas!, mmm, haber ya está, toma, álzate de la cadera, mmmm, eso, ya está, ahí tienes mi cabezón, ¡ahora empieza a moverte!, suave, suaveee, ahhh, ahhh, eso esss, eso essssssss, ya me mojastee ahh, hasta los huevos, mmmm, que rico, despacio, despacio, mmmmmm, ahhhhhhhhhhh
A.-
Ahhh, papiiii, ¡pero lo pusiste encimita de mi gorditaaa!, noooo, ¡¡yo quiero en él, él hoyitooo!!, dámelooooo, ponlooo, ahhhh, no me hagas sufrir papiiii, no seas malooo, ponmeloooooooo, ahhhh, ahhhh, papiiii, que me besee tu cabezitaaa mi cositaaaaaaaaa
C.-
Mmmm, bueno alza las piernitas, mmm, eso es, recárgalas en mis hombros, ahora, deja darte un poco de “brochita”, espera, ahhh, ahhhh, que caliente estas de la rajadita, mmm
A.-
Sii, papiii, la sientooo, muy calienteee, ahhhh, ayyy, papi, no me lastimes mucho, ahhh, ahh, despacitooo, ahhh, ahhh, no empujes mucho, nooo, ayyyyyyyyy, papiiii, me duele, me duelee, ayyy, ayyy, ya no papi, ayyy, ayyy, para papi, para, ahh, ahhhhh, ahhhhhhhhhh
C.-
Ahhh aghhh, ya estaaaa, quédate quietaa, ya me atore en esa cositaaa, ahhhh, ahhhhhh
A.-
Ayyyyyyy, me ardee, me dueleeee, papi, eres malooo, me lastimas, buuuu, buuuu, buuuu
C.-
No soy malo amor, te tienes que ir acostumbrando poco a poco a que tienes que dejar que entre un poquito en ti, no va a pasar más de donde lo sientes ahorita, ¡si no te va a salir sangre!, así como lo sientes entre tu cosita ahora, ¿así te lo meteré muchas veces, hasta que crezcas?, mientras así me haces feliz y tú también lo gozarás con los días siguientes, vas a ver.
A.- aja, sí, ¡pero duele papi, tienes el palo bien gordo!, me lastima, cuando empujas, pero ya ahorita ya no, ¡siento que lo aprieta mi cosita!, ¿tu sientes, cómo qué te muerde, papi?
C.- si amor, siento que me lo chupa tu gordita, ¿cómo que me jala la cabeza de mi pene, cómo que se lo quiere tragar todo?, ¿quieres saber algo?
A.- dime papi, ¡así quédate quieto, no te muevas!, ya me traváste bien
C.-
Bueno no completamente, como quisiera travárte, pero sólo en tu entradita, te voy a dar lechita en la gordita y muchos chorritos se va a beber esta vez, ¿quieres?
A.-
Ahh, papi, noooo, es que me da miedo que me preñes, ya ves que con los mocos dentro de la mujer, son como si fuera a hacer un bebé, nooo, porfis, ¿no me los eches dentro de mí?
C.-
Ya te dije mi amor, que todavía no te llega tu periodo menstrual, te falta como 2 años más, mientras sí puedo vaciarme en la entradita, ¡no tengas miedo!
A.-
Ay papi, bueno, ¡échamelos entonces!, no te recargues mucho en mí, deja mover mi cadera, para que me los eches, a ver que siento, ahh, ahh, así, está bien papi, ¿dime?
C.-
Ay mi amor que ricos me exprimes la cabecita, sigue, moviéndote, pero despacito, muy despacito, eso es, suavecito ahhh, ahhhhhh, ya están la punta, ahí te van tómatelos en la conchitaaaaaaaaaaaaaa, ahhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhh
A.-
Papiiiiiiiiii, ahhhhhhhhh, que caliente tu calditooooo, ahhh, me mojas hasta mi colitaaa, papiii, papiii, también yooooo, me hagoooo, me hagooooooooo, ahhhhhhhhhhhhhhhhh
Paahhhhhhhhhhhhhhhhhhh, yaaaaa, yaaaa, mmmmggggggg, ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
Una tarde tan intensamente vivida por esa pareja “dispareja” en edades el con 61 años y ella con 10 y meses, pero se amaban, existía entre ellos un amor tan grande que se extrañaban los fines de semana: después de acabado ese encuentro carnal, él como siempre se dio a la tarea de limpiar perfectamente a su mimada niña, higienizándola íntimamente, hasta dejarla sin rastros de los fluidos de ambos.
A.-
Ay papi, ahora sí me metiste la cabeza de tu tronco, ¡me la siento abierta!
C.- sí mi amor, ¿pero no te duele nada de ahí, verdad?
A.-
No papi, sólo la siento como esa vez como gorda, pero no me duele, me gustó esta vez como me hiciste, ¿podremos mañana, hacerlo igual papi?
C.-
No, esto lo haremos de vez en cuando, no debe de ser siempre, ya que quiero que estés cerradita y que tu virguito esté intacto, pero cuando cumplas los 13 años, entonces sí lo haremos bien, mientras así, casi por encima todo, ¡vístete que te voy a encaminar a tu casa!
A.-
Está bien papi, como digas, pero no me dejes de enseñarme más cosas privadas, eh.
Y así se fueron sucediendo más encuentros en esa escuela entre ese hombre y esa pequeña damita, de manera continua, hasta que el diablo mete la cola y se da una situación, con la que no contaba don José, el acercamiento que se hacía entre esa otra niña, de nombre Sofía, quien en repetidas ocasiones lo saludaba y le sonreía con una coquetería de su edad, y de vez en cuando se daban a platicar, y entre esas ocasiones un día viernes que don José se trasladaba a la capital, como cada fin de semana lo hacía, se dio la mera casualidad que Sofía, estaba en la parada del autobús, para dirigirse a cierto pueblo a 20 km de ahí, cuando pasaba don José en su carro, ya de salida y la vio, se acercó y por la ventanilla le dijo ¿que a dónde iba?, y entre una breve platica, la chiquilla se subió y el la llevó a ese lugar al cual se dirigía, en el que se quedaba los fines de semana, con unas tías la hermosa Sofía, y después de todo, estrecharon más a fondo la amistad, misma que llegó al grado de cosas también calientes, ya que Sofía era huérfana y sus tías malamente veían por ella, pero esto será para otro capítulo en la vida de José, Aleida y Sandra, un trío incomodo que desencadenó algunos problemas entre las divas, pero siguió reinando Aleida en la vida de don José.
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C O N T I N U A R Á. . . . . . . . . .
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