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Heterosexual

alicia y sus amigos 14

LA HISTORIA DE SOR ANTONIA.
Días después de aquella sorpresa con mis padres quede con mi nuevas amiga Violeta y sus hermanas mayores Margarita y Rosa, cuando las conocí la mayor tenia 14 años, 12  rosa y 10 Violeta, a partir de entonces les decía las hermanas flores, me contaron su historia y como llegaron a meterse en el mundo de las putas, yo por mi parte también les conté lo mío, lo de lo chicos negros les entusiasmó, de echo días después se vinieron a mi casa y conocieron al resto de las chicas, a Mercedes, Elena y Leonor y Sofia, también les conté lo de los perros, ya lo habían visto eso en la finca en la que las conocí.

El día que se vinieron a casa al final y después de hablar durante mucho rato montamos una fiesta con un montón  de chicos y follamos todas juntas, esta es la mejor manera de conocerse, también Leonor y Sofia se dejaron montar cada una por un par de perros y Violeta dijo que lo probaría otro día.

Pero lo mejor para saber cómo se llega a esto es contar la historia desde el principio, y para eso lo mejor es empezar por la que es ahora la «madame» de la cada de putas.

Resulta que a la que conocemos como Sor Antonia, dueña del puticlub, en principio y con catorce años ingreso de novicia en un convento de monjas que la verdad no esta lejos de aquí, dicho por ella no le convencía pero esta sola y no tenia mejor lugar en el que estar, siempre que rezaba le pedía a Dios nuestro Señor que le indicara el camino ya que no estaba muy convencida de ser monja.

En eso estaba ella y paso algo mas de un año de novia en el convento, ya tenia los quince años cumplidos y la fe no le llegaba y le seguía pidiendo al Señor que le indicara el camino.

Llegaron al convento un grupo numeroso de seminaristas, vaya, aspirantes a curas, los primeros días no paso nada de particular, las monjas rezaban con ellos y les servían las comidas y limpiaban sus habitaciones y hacían sus camas, nada fuera de lo común, estaban allí hospedas y se les trataba a cuerpo de cura.

Esto que escrito a continuación lo escribo tal cual me lo conto Sor Antonia.

Un buen día mientras Sor Antonia servía el primer plato, uno de los curas metió la mano bajo su habito, se estremeció y se sonrojo, pero no dijo nada, con el segundo plato el mismo cura volvió a meter la mano bajo su habito y llego hasta sus nalgas, se puso muy nerviosa pero no dijo nada, los demás curas reían, cuando llegaron los postres fueron tres curas los que metieron la mano bajo su habito y tocaron sus nalgas. Tengo que decir que llevan el habito y nada mas, sin bragas.

Cuando volvió a su habitación rezaba de nuevo al señor para que le indicase el camino y que la perdonase por haber sentido algo extraño y placentero en su vientre.

Llevaba ya dormida un buen rato cuando entraron en la habitación dos curas de poco mas de veinte años, le quitaron la manta que la cubría y le alzaron el camisón, le taparon la boca con una mano y tras abrir sus piernas la penetro uno y tras este el otro, no fue capaz ni de gritar ni de defenderse, después de una segunda vez se marcharon y ella aun dolorida, era la primera vez que la penetraban le pidió al señor que le mostrase el camino.

Pensó en decírselo a la superiora, pero conociéndola no la creería, tenia que tomar una decisión, quizás mañana cuando amanezca, pensó.

Aquella noche entraron en su habitación ocho curas, eso recuerda ella, no se fueron hasta el amanecer, la estuvieron violando toda la noche de forma repetida, piensa que serian al menos veinte veces la que la penetraron a lo largo de la noche.

Cuando amaneció recogió sus escasas cosas y fue a la superiora y se marcho, no tenia un céntimo de dinero y no sabia a donde ir, así que se dedico a vagar por la ciudad sin un camino fijo, solo le pedía al Señor que le indicase el camino, ya al atardecer se vio que tendría que dormir en la calle y se sentó en un bordillo de una calle sollozando, la mano de una mujer se  poso en su hombro y le pregunto que le pasaba, le conto que no sabia adonde ir y entre lagrimas le conto lo que le pasaba, esta mujer le ofreció agua y algo de comer, también le dijo que podía dormir en su casa hasta que supiera que quería o podía hacer.

Estaba en la mesa de la cocina hablando con Doña Natalia, que así se llamaba el alma caritativa que la había salvado, por lo meno por esta noche de la calle. Empezaron a llegar unas cuantas chicas jovenes con unos vestidos muy raros que dejan entrever su pechos y nalgas y vagina, estaba escandalizada, pero al meno no tenia frio. Le explicaron que era una casa de putas y que se podía quedar el tiempo que quisiese, no tenia opciones ninguna así que por una noche nada le iba a pasar.

Como estaba acostumbrada a madrugar, bajo a la cocina y con algunas cosas que encontró preparo un bizcocho para cuando las chicas volviesen. Tres se iban a sus casa y las otras dos dormían allí mismo, de las que dormían en sus casas dos eran casadas y por motivos económicos se prostituían, hay que sacar adelante a la familia a cualquier precio.

El bizcocho les encanto y después del desayuno fue con Doña Natalia al mercado cercano y compro lo que sor Antonia le iba diciendo para hacer un guiso de pescado y una galletas. Les resulto todo a las chicas una delicia, cocina muy bien Antonia, así que a petición de todas las chicas se quedo en la casa de cocinera y de limpiadora, cada vez que una chica terminada un servicio ella subía y volvía a hacer la cama y limpiaba lo que fuese necesario, aparte de preparar a diario tanto el almuerzo como la cena. Por la noche cuando se iba a su habitación le decía al Señor si este es el camino que tengo que seguir.

Llevaba ya  un par de meses en la casa de putas cuando al bajar las escaleras después de la limpieza de una habitación un cliente la vio, tenia por entonces el pelo aun muy corto y se prendo de ella. Natalia, «carne fresca» dijo que la quería a ella, y tras dudar al principio y por agradecimiento a Doña Natalia accedió a subir a su habitación. Fue media hora en la que tuvo primero que introducir el pene de este hombre en su boca, no había echo esto nunca, se lo habían dicho las chicas, tampoco había visto nunca un pene, la habían penetrado, eso si, pero verlo nunca. Se tumbo en la cama abrió sus piernas y el hombre en cuestión le lamio su sexo y luego la penetro hasta que eyaculo dentro de ella.

Después de arreglar la habitación bajo solo con una bata puesta y se sentó en la cocina y le conto la experiencia a las chicas, no le resulto desagradable, se puede decir que hasta le gusto y Doña Natalia le dio una pastilla que se llama del día después, por si acaso, ya a partir de aquí que se pongan condon les dijo y le enseñaron como debía hacerlo, también Doña Natalia le dio cien euros que era lo que se había ganado por su servicio.

A partir de ese día se hacia cargo de la casa por las mañanas y por las tardes salía con las chicas cuando llegaba algún cliente, tenia bastante éxito, principalmente porque era menor de edad aunque no lo parecía. También la chicas la enseñaron a practicar sexo anal y que esto se paga mejor.

A fin de cuentas cada semana metía en su cuenta del banco mas de mil euros,  a veces bastante mas, lo que para ella era un dineral, llego a la conclusión de que el Señor le habían indicado el camino para el que parecer servía, eso dicen los hombres «follas muy bien», de cualquier modo las chicas siempre le dijeron Sor Antonia y pasaron un montón de años hasta que Doña Natalia enfermó y murió, eso si, Sor Antonia no se separo de su cama en el hospital ni un solo minuto.

Las chicas ya no eran las mismas, unas van y otras vienen y ella seguía allí.  Pensó que tendría que marcharse de la casa cuando llego una notificación de una notaria, resulta que Doña Natalia la había nombrado heredera de todos sus bienes, incluidas la abultada cuenta corriente así como las dos casas, una donde dormían y otra donde las putas trabajaban, definitivamente el Señor le había indicado bien el camino.

El próximo día os escribo sobre Fernanda, es la nurse y domestica de las niñas flores

 

 

11 Lecturas/7 diciembre, 2025/0 Comentarios/por alicia2000
Etiquetas: amiga, amigos, anal, chica, mayor, mayores, sexo, vagina
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