Amor paralelo
Dedicado a mi princesa ajena.
Este relato contiene mis recuerdos y anhelos de una de las personas más importantes de mi vida, algunos detalles y nombres han sido cambiados por obvias razones.
Estaba casada con un tipo que a duras penas tenía la preparatoria, ella era profesionista pero su esposo no la dejaba trabajar por celos, tenía miedo de que algún compañero del trabajo le ofreciera una aventura (y tenía toda la razón era y es hermosa), así que pusieron una tienda para ganar algo de dinero el cual el lo dilapidaba en alcohol con sus amigos de parranda.
Yo por mi parte casi no estaba por razones laborales pero aún asi entablamos buena amistad, una vez que fui y tratando de ver qué podía lograr:
-hola doña Martha como esta?
-pues ahí la llevamos ya sabe siempre hay algo joven
-bueno eso sí pero siempre hay gente que está peor así que no se angustie tanto.
Fue ahí donde se soltó y me empezó a contar todos los problemas que tenía con su esposo y los maltratos que le propinaba, así que vi la oportunidad y la tomé.
-yo se que tal vez no sea de mucha ayuda pero este es mi número y creamelo por cualquier cosa yo la ayudaré es usted una mujer joven y disculpe que lo diga pero muy hermosa.
Ella lo acepto pero nunca me llamó, yo me volví a ir y no fue hasta dentro de medio año después que platicando con mi abuela le pedí el número de ella (ya que se habían mudado) solo para saludarlos como familia (obviamente no era así) pero su esposo como dije era muy celoso y sospechó de mis saludos «amigables», aún así le mandé otro mensaje disculpándome si la había metido en problemas que no era mi intención intentar otra cosa (faaaalsooooo).
Fue así como empezamos a mensajear de su vida y de la mía, yo le platicaba de mis viajes y los lugares por los que andaba trabajando y ella de su día a dia, asi fue como cada vez nos haciamos más íntimos y empezamos a buscar una excusa para vernos, ese día llegó cuando fue a mi casa a vender un producto naturista (toda una desgracia teniendo una licenciatura) y no habiendo nadie en la casa quise dar el primer paso, pero me fue imposible, no quería echarlo a perder con una mujer tan bella cuando iba saliendo nos felicitamos por ser fiestas decembrinas y al sentirla entre mis brazos sentí su abrazo como algo tan tierno y amoroso que no se le da a cualquier hijo de vecina (literal).
Al otro día al mensajearnos me dijo que le había gustado estar a solas conmigo y yo me sentí un tonto por no saber aprovechar la oportunidad, así que me abrí completamente y le dije que me encantaba y no me importaba su condición marital que si la volvía a ver le iba a demostrar cuanto me gustaba.
HAGO UN PARÉNTESIS PARA DECIRTE LECTOR QUE AQUÍ TERMINA LA PARTE «ABURRIDA», PARA MI ES IMPORTANTE PARA DARLE CONTEXTO A LA CONTINUACIÓN DEL RELATO.
Al otro día venía vestida de una manera moderna pero recatada con unos jeans no tan ajustados y una blusa cuello de tortuga y sin mangas se veía que se no la dejaban arreglarse, empezamos a platicar, estaba nervioso aún sabiendo que ya tenía barra libre ella lo noto y dió el primer paso, me besó y empezamos el morreo, quería grabarme cada centímetro de su piel, le empecé a meter la mano por sus pantalones flojos y sentía sus nalgas suaves y frías calentándose al contacto de mis manos, sus labios gruesos buscaban el lóbulo de lo oreja para lamerlo, mi otra mano aprovecho para sentir sus senos que no alcanzaban a cubrirlos por completo, mientras la otra ya había abandonado su trasero y guiaba su mano a mi erección la cuál sobaba sin ningún recato, me empecé a desnudar y le quite la camisa para pasar a lo siguiente, tenia unos hermosos pechos algo caídos fruto de su no tan reciente maternidad, los chupe uno a uno y juntando los pezones para mamarselos al mismo tiempo cuando le intenté quitar el pantalón se cortó del trance y me dijo que tenía que esperar era demasiado para ella por ser la primera vez y aún a mi pesar lo hice me dejó con todo a cien pero esa se la iba a cobrar al otro día que volvió ya más mentalizada y con un conjunto de lencería y liguero justo para la ocasión.
Me hizo cerrar los ojos hasta que ya estuviera bien «vestida», su diminuto conjunto rojo con negro resaltaba en su blanca y suave piel y el liguero hacia que recordar su carita tierna y maternal pensara en otra mujer diferente, destilaba sensualidad.
La tomé de la cara y le di el beso más puerco y grosero que había dado en mi vida, ella me tomo las manos y las metió dentro de su pequeña tanga de encaje y empecé a sobarle sus labios vaginales, ella se veía hermosa abriendo las piernas al mismo tiempo que abría sus labios como queriendo chuparme el pene con sus gruesos labios si que no la hice esperar y en lo que me daba es rica mamada desabroche su bra y jugué con sus pezones cafés hasta que la hice dar un quejido de dolor pero ella no dijo nada solo que me la mamó más fuerte y profundo, poco a poco estaba descubriendo una etapa muy diferente de aquella tierna ama de casada.
Me tiro boca arriba y por fin el plato fuerte, por fin iba a estar dentro de la mujer más hermosa que había conocido, se puso de espaldas a mi y se ensartó ella sola, quería controlar el ritmo y que no viera las caras tan vulgares que escapaban de su bello y blanco rostro, asi que quedó a mi total disposición su culo pequeño y casi blanco el cual trate de estimular con mi pulgar, cuál fue mi sorpresa que en cuanto noto mi dedo invadiendo su culo ella sola lo saco de su vagina y como único lubricante sus fluidos se ensartó sola, yo sentía como apretaba y raspaba sus paredes anales mientras veía como se le ponían los ojos vidriosos, no aguante más y me levanté para penetrarla de perrito, ahí fue donde se mostró tal cual era su naturaleza me empezó a pedir que le jalara el cabello lo más fuerte, que la ahorcara y la nalgueara, yo me contuve un poco pero ella pedía más y más dolor, veía como mi mano marcaba sus nalgas y resaltaban mucho por su color de piel, sentía que estaba llegando al límite y le avisé que me iba a venir, de tantos lugares a elegir el más rico y obvio, eyacule lo más adentro que pude, quería preñarla y robarsela a su esposo ahí mismo.
Descansamos un rato, se pusó su pands y desayunamos, a estás alturas pensó que ahí había quedado todo por hoy pero estaba muy equivocada le baje el pands y así como estaba recargada en el sillón la volví a penetrar como era la segunda vez no me podía venir tan fácilmente y ella preocupada por la hora pedía su leche, rogaba por semen en su interior hasta que por fin terminamos ese día, la mandé a su casa con dos venidas en su útero el culo roto y las nalgas marcadas por mis manos, al llegar a su casa empezamos a planear el siguiente encuentro donde yo ya tenía planes para incluir a su nena de ya cinco añotes en la ecuación, pero eso es todo por hoy.
Es mi primer relato y espero comprendan que no es tan fácil redactar un hecho real con discreción, me encantaría escribir la continuación ya que de aquí en adelante todo se descontrola, ustedes deciden.
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