Ana, la amiga de infancia de mi hija 3
Les contare acerca de una niña que nunca me llamo la atención sexualmente y que nunca supo lo que yo hacía con niñas que me gustaban que era seducirlas o golosearlas dormidas. Y aun así ella misma busco caer en mis redes..
Luego de llenarle la vagina de leche me acosté en la cama boca arriba con mi verga ya destruida de tanto placer. Ella también estaba muy cansada respirando con la boca medio abierta. Después de 5 minutos de estar tirados en la cama, estaba a punto de decirle que nos bañáramos para dormir cuando la niña se sentó en la cama y comenzó a manosear mi verga caída y mojada con líquidos vaginales, sangre y semen. Agarro mi verga colocando su mano alrededor y a la vez se acariciaba su vagina. Creo que pensaba en como esa verga había entrado en ese hoyito. Al verla hacer esas cosas, mis ganas comenzaron a volver y mi verga fue cogiendo firmeza y fue creciendo poco a poco entre sus dedos. Ella comenzó a masturbarme la verga como había visto en los videos que le había mostrado al inicio y mi verga llego a estar a su máxima dureza y tamaño. Ella sonreía y se le veía una expresión de picardía mezclada con lujuria. No sabía por qué no me había fijado antes en ella, teniendo una piel tan blanca y tersa. Sus labios se veían tan apetitosos ahora que la veía con estos ojos de lujuria.
No soporte más y la puse de perrito al borde de la cama y abriéndole el culo comencé a lamber su ano. Y la niña toda gustosa me dijo que se sentía muy bien. Y yo le dije que la haría sentir mucho mejor mas adelante, pero que primero había que entrenar su pequeño orificio. Ella me pregunta que si yo iba a meter mi cosa en su culo. Y yo le dije que si y que le iba a gustar mas que cuando la entre en su vagina. Seguí degustando su pequeño orificio con mi lengua. Y de pronto comencé a tratar de meter la punta de mi lengua solo pudiendo entrar una pequeña parte. Ella me decía que se sentía muy rico. Revise mis uñas a ver si me las había cortado recientemente y así era. Acostumbro cortarlas al ras para no aruñar a las nenas cuando las acaricio. Así que embarré mi dedo índice de saliva y comencé a metérselo en el hueco de su asterisco. Comencé con la punta de mi dedo y cuando intenté entrar aún más, ella se quejó de dolor. Comencé a meterlo y sacarlo sin ir mas profundo. Y constantemente lo sacaba para volverlo a mojar con mi saliva. En un momento ya le estaba entrando todo el dedo y ella ya no se quejaba. Allí estuve un buen rato hasta que lo saqué para meter dos dedos. Cuando los sacaba del todo veía una horma que quedaba de mis dedos. Antes de comenzar con mi verga, me dio ganas de meter mi lengua para ver hasta donde llegaba. Y casi se fue hasta la mitad. La deje dentro e intentaba menearla dentro de su hoyo y a la niña se le sentía jadear.
Volví a meter mis dedos aumentándolo esta vez en tres, pero solo entraban hasta la mitad, porque siendo ya tres mientras mas llegaban a la base mas ancho tenia que ser su hoyo. Ya ella no se quejaba. Finalmente saque los dedos y agarre la punta de mi verga mojándola con mi saliva e intente entrar la punta en ese hoyo lindo de la niña. La punta entro de una sintiendo como ese hoyito a pesar de tener una horma ya anchita, apretaba mi verga con un gusto. Comencé a moverme para ir penetrando más profundo en cada empujón. Y con cada centímetro que entraba lo sentía aún más apretado y calentito. Era demasiado rico ese culito. En cierto momento la niña comenzó a jadear y parecía disfrutar mi trozo de carne dentro de su culo. Su ano ya era mío y le estaba dando a media maquina cuando ella volvió a decir: Dame más, dame más papi. Ufff para que fue eso. Le di una tanda de embestidas que esa niña comenzó a gritar del gusto sin preocuparse de si la estaban escuchando. Justo a 5 metros estaba la ventana del dormitorio de los vecinos. Me imagino que escucharon, pero imaginaron que era una mujer con la verga dentro, gozando del sexo.
Sin sacarle la verga del culo, agarre su cuerpecito y la levante y la alzaba y dejaba caer mientras que mi verga entraba y salía de su culo. Luego me acosté en la cama y le dije que subiera y bajara su cadera para que entrara y saliera mi verga de su culo. Y comenzó una cabalgata muy excitante que estaba dando ganas de venirme. Le saque mi verga y la coloque cara hacia mí, continuando yo acostado. Y le levanté su cadera para penetrar su vagina y la hice cabalgar nuevamente, pero esta vez cogiéndome su vagina. Luego la recosté en mi pecho sin sacarle la verga y mientras alzaba mi cadera para penetrarla, le metía dos dedos en su culo para sujetarla bien y hacer que moviera también su cadera mientras me la cogía.
Ya no pude aguantar más y me volví a venir en su vagina. La deje recostada en mi pecho con mi verga aun dentro de su vagina y mis dos dedos en su culo. Allí nos quedamos un buen rato. Estábamos muy agotados de tanto sexo desenfrenado. Increíble decir sexo desenfrenado cuando lo hice con una niña. Pero ella así lo quiso. A cada rato pedía más. Finalmente nos bañamos y en la regadera me devore esos labios y su lengua. Después de un rato mientras le acariciaba su trasero al besarla, chupándole la lengua, me volvía excitar. Allí mismo la penetre. Ese día me sentía un hombre joven. Y les cuento que tuvimos sexo toda la noche. Finalmente la mande a su cuarto antes de que mi hija se despertara.


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