Ángela
Amigos .
Al día siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar.
No habíamos quedado de juntarnos, pero fui por si podía verla siquiera.
Y ahí venía, con su grácil caminar, su vaporoso vestido y sus hermosas piernas.
– Hola, no me dijiste que ibas a venir – dijo ella.
– No, pero pensé todo el día en ti y tenía que venir a verte –
– Yo también pensé en ti, no sabía si vendrías –
– Vamos? – le dije abriéndole la puerta del auto.
Ella se subió, cerré la puerta, di la vuelta y me subí.
– Hola – le dije acercándome para darle un beso en la mejilla.
– Hola – dijo ella acercándose a saludarme con un beso en la mejilla. Lo hizo muy rápido pero el cinturón la detuvo y el beso en la mejilla terminó en los labios.
– Hum, gracias, que ricos labios tienes –
– Fue el cinturón que me atajó – dijo a modo de disculpa.
– Está bien, puedes besarme cuando quieras – dije riendo.
– Es la primera vez que beso a alguien en la boca –
– Me encantó – mientras ya iba tomando rumbo hacia mí lugar preferido.
– No te entusiasmes, no le doy besos a mis amigos –
– Somos amigos? – le pregunté.
– No sé, todavía no te conozco –
– Yo esperaba que fuéramos algo más que amigos –
Me estacioné, me saqué el cinturón y la miré – es hermosa – pensé.
– Qué pasa? No somos amigos ? –
– Tengo miedo –
– Miedo de qué? – le pregunté.
– Miedo de tener amigos –
– No tienes amigos? –
– No, compañeros y conocidos. Pero amigos no –
– Y yo que soy para ti? –
– No sé, me gusta estar contigo, me hace sentir bien. Me siento confiada a tu lado –
– Confía en mí, no sólo me gustas, también me gusta estar contigo y no haría nada que te pudiera dañar –
Pasé mi brazo por sobre sus hombros y la atraje hacia mí.
– No, no me abraces –
– Perdona, no pensé que podría molestarte –
– No, no me molesta, es todo lo contrario, éso es lo que me molesta –
– Cómo? No te entiendo –
– Me gustas mucho, pero quiero que sólo seamos amigos – dijo mirándose las manos.
– Sabes? Te conozco desde hace dos días y ya te amo – le dije tomándola de la mejilla y mirándola a los ojos.
Me pareció ver un brillo húmedo en sus ojos. Pasé de nuevo mi brazo por sus hombros y la abracé. Ella puso su frente en mi cuello y nos quedamos así largo rato. Sintiendo palpitar nuestros corazones.
– Estas bien? – le pregunté dándole un beso en la cabeza. Ella levantó la cara y me miró con sus hermosos ojos. Tenían un color entre verde y amarillo que combinaba con su pelo castaño claro.
Le di un beso en los labios un beso suave y tierno.
– De verdad me amas? –
– Si, de verdad que te amo y cada día más –
– Pero si ni siquiera me conoces –
– Me basta con lo que te conozco para amarte –
– No, para. No lo hagas –
– Qué? Hacer qué? –
– Lo que estás haciendo, me estás seduciendo. Y éso me hace daño, me duele –
– Jamás te haría daño y lo sabes –
– No podemos ser sólo amigos? Por un tiempo? –
– Si, claro. Sólo amigos, aunque me duela –
– Ves porqué no tengo amigos? Porqué tengo que tener un barrera a mi alrededor? –
– No, no lo sé –
Ella seguía apoyada en mi pero en silencio.
– Ya, anda a dejarme –
– Tan pronto ? –
– Dije que iba a dar una vuelta solamente –
Se sentó bien y puso su cinturón de seguridad. Ajusté el mío, eché a andar el motor y nos fuimos.
– Te voy a ver mañana ? – le pregunté.
– Si, si tú quieres – me dijo abriendo la puerta del auto.
– Y mi beso? – le pregunté.
Se volvió sonriendo y me dio un beso en la boca. Me sorprendió. Pensé que me lo daría en la mejilla.
Al día siguiente la esperé y salimos juntos. A la cuadra siguiente me detuve y le pregunté por mi beso. Me besó en la boca y me dijo que no me acostumbrará.
Los días siguientes conversamos de nuestros gustos, música, cine. Cada día el saludo era con un beso en la boca y cada vez era más largo.
– Estas haciendo que me enamore de ti – dijo un día después del beso que me dejó sin respiración.
– Yo me enamoré el día que te conocí – le dije sonriendo.
– Y que no íbamos a ser sólo amigos? – dijo.
– Por qué? Por qué sólo amigos? –
– Porque un amigo es para siempre, un amor es mientras dura el amor –
– Mi amor es para siempre – la tomé y la besé, una y otra vez.
– Entonces, qué somos nosotros? –
– Quieres ser mi novia? –
– Ésa es la pregunta que no quería escuchar – me dijo.
– Somos amigos hace más de tres meses, no puedo esperar más, esta incertidumbre no me deja dormir –
– A mí tampoco. Pero veamos qué resulta – dijo dándome un beso.
– Entonces, quieres ser mi novia? –
– Si, si quiero –
Nos besamos apasionadamente.
– Mira cómo estoy – dije poniendo su mano contra mi erección – ella lo sintió y sacó la mano.
– No tengas miedo, no te va a hacer nada – poniendo nuevamente su mano.
Ella comenzó a acariciarlo con la yema de los dedos, por todos lados.
– Te gusta ? –
– Si, me gusta – me susurró al oído.
– Quieres que lo saque? –
– No quédate así –
Los besos y las caricias aumentaron. Acaricié su muslo hasta debajo de la falda, cerca de su nalga.
– Ya vámonos – dijo arreglándose el pelo y el vestido.
Se terminó el verano y vinieron las clases. Ahora nos veíamos sólo los sábados.
Una tarde-noche mientras nos besabamos, saqué mi erección. Ella no titubeó en acariciarlo, su mano subía y bajaba. Mi mano acariciaba su muslo por el exterior. Cuando quise meter mi mano entre sus piernas, la detuvo.
– No, por favor –
– Porqué? Porque no puedo tocarte? –
Se separó y me dijo que nos fuéramos. Le dije que quería una explicación.
– Hay algo que no te he dicho. Debí haberlo hecho desde el primer día. Primero eramos sólo amigos y no lo consideré necesario. Después fuimos novios y tuve miedo a tu reacción. Sabía que tarde o temprano tendría que contarte. Traté de alargarlo lo más que pude. Decías que me amabas y pensé que talvez, podría ser. Pero no puede ser, es mi destino –
– No te entiendo, no sé de qué hablas. Claro que te amo, te amo desde el primer día. Te amo tal como eres, no te cambiaría nada – le dije tomando y besando su mano.
– Soy una chica transgénero –
– Cómo? No entiendo, qué es éso de transgénero? –
– Soy una niña en un cuerpo de hombre –
– Pero tú no tienes cuerpo de hombre – dije.
Me miró sonriendo, casi con pena.
– No te enojes conmigo, terminemos como amigos –
– Porqué tenemos que terminar? –
– Tengo un pene, igual al tuyo. Soy mujer pero con pene. Por eso no puedo tener amigos y menos novios, te lo dije –
– Tienes un pene? No te creo –
– Créeme, es cierto –
– Quiero verlo –
– Quieres que te lo muestre? –
– Si, aquí y ahora –
Se levantó el vestido, usaba una tanga blanca con encajes y su pene sobresalía la mitad, por lo menos. No me asustó, todo lo contrario, lo encontré lindo.
– Puedo tocarlo? – ella me miraba con sus tremendos ojos.
Asintió con la cabeza. Lo tomé, era duro pero flexible, blando y cálido, húmedo en la punta.
– Me gusta – le dije
– Te gusta? Hablas en serio? –
– Te dije que te amaba, tal como eres. Y si te amo a ti, también lo amo a él –
– Si lo dices por consuelo, no lo hagas. Sólo dejémoslo así nomás –
Me agaché, lo metí en mi boca y se lo chupé. Hasta lo encontré rico, medio dulzón.
– Crees que si no te amara, te lo chuparia? –
– Te amo – me dijo besándose y masturbándome. Y la masturbaba al mismo tiempo. Que rico se sentía. Ahora sí que estaba totalmente enamorado de ella.
Uff… tuve que eyacularme sobre el teclado…