Ángela
La fiesta .
El sábado siguiente fui a buscar a Ángela, estaba hermosa, como siempre.
Se me ha vuelto inevitable, casi un vicio, meter mi mano bajo su falda mientras nos besamos.
Estaba estacionado en el lugar de siempre y los vidrios algo empañados.
– Sabes? A la Miriam le caíste bien – dijo ella mientras jugueteaba con mi erección.
– Qué te dijo? – le pregunté.
– Te encontró guapo, simpático, inteligente y amoroso –
– Yo pienso lo mismo de ella. Y debo confesar que tenía miedo de que se opusiera a nuestra relación – le dije.
– También pensaba lo mismo y también tenía miedo –
– Nunca tenemos mucha relación entre las dos. Menos salir juntas a alguna parte. Pero ahora me invitó a una fiesta de una amiga de ella –
– Y vas a ir ? –
– Vamos a ir. Le dije que no iba a ninguna parte sin ti –
– Pero si quieres ir sola no tengo problema –
– Ella dijo que quería que tú fueras –
– Bueno, si tu quieres, entonces vamos los tres – le dije.
Después seguimos conversando y masturbandonos. Me gustaba esa sensación. Diferente pero agradable.
– Quiero chupártelo – me dijo.
– Yo también, pero tenemos que cambiarnos para atrás –
En el asiento trasero hicimos el 69. Me penetraba con su dedo mientras me chupaba y yo hacia lo mismo. No puedo describir lo que se siente, sólo se que me hace acabar en su boca.
– Que rico estuvo. Quieres que te lo meta? – me preguntó.
Lo evalué, en realidad yo había acabado pero ella no, y no la iba a dejar así. Entonces era que acabara en mi boca o en mi ano. Opté por lo último y me puse en 4.
Ella me besó y me chupó. Después metió dos dedos antes de ponerme su glande. Lo sentí entrar y me quejé.
– Te duele amor ? – me preguntó.
– Un poquito, pero sigue, está rico –
– Relájate – me dijo cuando su pelvis se pegó a mis nalgas. Me gustaba, sólo quería que me doliera menos. Después comenzó a moverse lentamente y el dolor se fue pasando.
– Estas bien? – ahora su mano movía mi pene que había alcanzado su dureza máxima.
– Si, está rico, sigue, quiero más – le pedí.
Escuché sus gruñidos y como me iba llenando con sus chorros uno tras otro hasta quedarse quieta.
Sacó el rollo de papel higiénico y me pasó un poco.
Después de limpiarnos nos sentamos a conversar.
– Te gustó? – me preguntó.
– Si, estuvo rico –
– Me haces tan feliz, nunca pensé en encontrar un hombre como tú –
– Y cómo soy yo ? –
– Ya lo sabes, te lo he dicho mil veces. Y me gusta cogerte porque tu lo gozas, y si tu lo gozas yo también lo gozo y por eso te amo –
– Yo también te amo y me gusta que lo goces y me hagas gozar –
– Pero tú no acabaste, mira como estas. Quiero que acabes dentro de mí –
– Estas segura? –
– Si, por favor, métemelo –
Ella se puso de rodillas, afirmada en el respaldo del asiento mirando hacia atrás y me cogi su lindo trasero.
Después de limpiarnos, nos vestimos, nos cambiamos al asiento delantero y nos fuimos.
Después del beso me recordó de la fiesta de la Miriam y se fue.
Llegué a mi casa a lavarme y a acostarme.
– Parece que te fue bien – me dijo mi hermana.
– Porqué? –
– Tienes una cara de felicidad… –
– Si, estuvo bien –
– Cuéntame – dijo ella.
– Mañana, ahora sólo quiero dormir – le dije.
Ella no sabía que Ángela estaba trans, de manera que tenía que tener cuidado en lo que podía contarle o no.
El sábado siguiente las pasé a buscar y nos fuimos a la fiesta.
Hacia tiempo que no iba a una fiesta de esas…
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