Anita
Graduación .
– Oye, cariño, qué pasa con esa niña – me preguntó mi mamá una tarde.
– Ella es hija de Anita, como ya sabes, el papá no la reconoció y ella nunca lo conoció a él. Entonces su única imagen paterna que tenía era la de su tío.
Cuando la conocí y ella a mí, obviamente, se fijó en mí su imagen paterna. De hecho me lo dijo, es decir que me preguntó si a mi me gustaría que fuera mi hija. Cómo le iba a decir que no. Y desde ése día anda conmigo a todos lados –
– Si, ya me di cuenta. Y también te acompaña a la laguna? –
– Bueno, si, con el calor en las tardes, un día la llevé a la laguna –
– Ah, ya, ahora entiendo. Ella está enamorada de ti o tiene una obsesión contigo? –
– Ella está enamorada de mí, siempre me lo dice –
– Tú? Que pasa contigo, la amas? –
– Si mamá, la amo –
– Es una niña aún, no tienes problemas a la hora del sexo ? –
– No, ninguno, todo lo contrario –
– No la vayas a embarazar –
– No te preocupes, está tomando píldoras
anticonceptivas –
– Y qué dice Anita de tu relación con Jessy? –
– Ella lo entiende y lo acepta –
– Duermes con ella y Anita lo acepta ? –
– Si, así es. En principio se venía a mi cama en las mañanas, después, en invierno, por las tardes a dormir siesta y finalmente se venía de noche a mi cama, me decía que no podía dormir sola –
– Es una buena niña, es linda y me cae muy bien. Si la mamá de ella está de acuerdo con que te acuestes con su hija, que puedo decir yo –
– Realmente yo la amo, mamá –
– Bueno, cuídala, cuídense. No tengo problema con que duermas con ella –
– Gracias mamá –
– También voy a cambiar mi trato con ella, no es la hija de la empleada, es tu pareja –
Desde ésa noche comenzamos a vivir como pareja, todos sabían de nuestra relación y la aceptaban, a pesar de los 12 años de ella y los 26 que tenía yo.
Igual teníamos cuidado de no hacer mucho ruido en las noches cuando hacíamos el amor.
– No me importa que escuchen, ni que miren siquiera, te amo, tú me amas y no hacemos nada malo. Y si mi mamá puede ver cuando hacemos el amor, tú mamá también puede, si quiere –
– Son sólo un par de semanas, nada más, el resto del año vamos a estar solos los dos –
– Y mi mamá, cuando ella quiera –
– Si, también ella –
Esta conversación se llevaba a cabo mientras ella me montaba, estaba feliz por lo que le conté de la conversación con mi mamá.
Ya nunca más dormimos separados, ni cuando hacia el amor con Anita.
Cuando cumplió los 14 años le hice una fiesta con sus compañeros en mi casa que era más grande. Además de que ella decía » mi casa » la otra era la casa de la abuela.
Después de que terminó la fiesta y fuimos a repartir algunos de sus compañeros y compañeras.
La camioneta iba llena, atrás iban como 9 jóvenes, los chicos llevaban en brazos a las chicas. Incluso Jessy llevaba en brazos a una compañera y la pierna de la compañera me rozaba la mano cuando pasaba los cambios.
– Te gustó tocarle la pierna a mi compañera? –
– Estás celosa ? –
– No, para nada, además de que me di cuenta de que ella te ponía la pierna en tu mano –
– Y porqué no le dijiste nada? – le pregunté.
– Para qué, la dejé que se diera un gusto. Además de que a ti te gustaba tocarle la pierna, si yo lo entiendo –
– No es que me gustara, es que no podía hacer otra cosa –
– La tenías caliente, sí me di cuenta de eso también y lo entiendo. Eres un hombre guapo y muchas mujeres van a querer acostarse contigo –
– De dónde sacas eso? –
– De mis compañeras, a todas les gustas y muchas se acostarian contigo, me lo han dicho, además de que a ti también te tenía caliente, jijji –
– Cómo lo sabes? –
– Mira como lo tienes – mientras me lo acariciaba.
– Pero tú me lo tienes así, hace rato que vienes tocándolo –
– Cuando quieras cogerte a una chica, dímelo antes, quiero saberlo, por último hacemos un trío, pero no me engañes –
– Jamás lo haría, te amo a ti y no necesito nada más –
– Y a mí mamá? No la amas? –
– Si, a ella también –
– Quiero chupártelo –
– Pero voy manejando, en la casa –
– No, ahora, párate en algún lugar –
En el campo no es muy difícil encontrar un lugar dónde estacionar y menos de noche. Me estacioné debajo de una arboleda, la única luz era de la radio de la camioneta.
Eché el asiento para atrás y me desabroché los pantalones, ella lo sacó empezó a chupar rico. En realidad la compañera me rozaba descaradamente la mano con su muslo desnudo y me tenía caliente.
– Te gusta así ? – me preguntó Jessy
– Si está rico, muy rico –
– Cómo te gusta más, como te lo hago yo o como te lo hace mi mamá ? –
– Pero mi amorcito, porqué pregunta éso? –
– Es que como mi mamá me enseñó quería saber si lo hago bien –
– Lo haces muy bien –
Al mes siguiente vino la graduación de la enseñanza básica. Le hice una fiesta con sus compañeros y compañeras en el pueblo.
Hubo globos, serpentinas, luces de colores y música.
Yo desde un rincón los miraba bailar.
– Tu no bailas? –
Aunque estaba oscuro, había suficiente luz como para darme cuenta de que era la misma compañera.
– No, prefiero ver como se divierten –
Se paró delante mío y siguiendo el ritmo de la música, comenzó a restregar su trasero contra mi.
Obviamente tuve una erección, pero no queria que nada de eso pasara.
– No, no lo hagas – le dije al oído por lo fuerte de la música y empujándola suavemente de las caderas.
Tomó mi mano y rápidamente la metió debajo de su falda entre las piernas, moviéndose al compás del sonido.
– No te gusta ? –
– Si, pero soy muy mayor que tú –
– Me gustan lo hombres maduros – mientras seguía moviéndome contra mi mano.
En realidad tenía su vulva suave de labios abultados, calientes y húmedos. Esta chica es un peligro público, pensé.
– Espera, tengo que ir al baño –
– Ahora? –
– Si, es urgente, cuando vuelva soy todo tuyo –
– Bueno – dijo dándome un beso en la boca con hálito alcohólico.
Salí del local y me fui a la camioneta. De haber tenido algo con esa chica era dar pie a un chantaje por lo menos o en un escándalo.
Cuando terminó la fiesta, como a las 11 de la noche, se llenó la camioneta hasta en el pickup.
De nuevo la misma chica rozando mi mano con su muslo. Después de pasar un cambio tomó mi mano y la metió debajo de la falda. La saqué rápidamente y la puse en el volante. Acaricio mi pierna hasta mi erección.
– No te importa que se lo toque a tu tío? – le preguntó a Jessy.
– No, toca todo lo que quieras – le dijo Jessy.
Sin hacerse de rogar comenzó a tocarme y darme apretones sin que los de atrás se dieran cuenta, pero creo que poco le importaba.
– Tú le dijiste que me podía tocar –
– Es mío y nadie más te puede tocar – ella te preguntó y tú le dijiste que sí.
– Pero tú tenías que haberle dicho que no –
Cuando llegamos a la casa estaba furiosa, hasta Anita estaba preocupada.
Yo me fui al baño y cuando entré a la pieza, Anita estaba acostada al lado de ella.
Me acosté al otro lado y la abracé cucharita.
– No quiero nada contigo – me dijo
– Y yo puedo tocarlo? – le preguntó Anita que supo cuál había sido el problema.
– Si mamá, tú sí, no tienes ni que preguntar. Puedes hacerlo cuando quieras.
Anita que la tenía abrazada, metió su mano por el trasero de Anita y comenzó a moverlo por entre las nalgas de Jessy.
– Hija, siempre van a haber mujeres que van a querer acostarse con el y ojalá tener un hijo de él para engancharlo de algún modo.
Él te ama y nunca va a hacer algo que te haga daño.
Jessy acomodó su trasero y la penetré. Poco a poco se le fue quitando el enojo y terminamos con un sexo apasionado. Hasta Anita le tocó tener un par de orgasmos. Después no quedamos dormidos los tres.
Me gustaba que Anita durmiera con nosotros.
Dos semanas después llegó mi mamá y la navidad.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!