Anita
Compromiso y revelación .
Para su cumpleaños número 15, le hice otra fiesta en una disco. Se hizo en la tarde ya que todos eran menores de edad. La acompañé en su fiesta y después tenía otra fiesta privada en la casa. Fue algo pequeño, sólo para nosotros, la familia. Un asado, vino, cervezas y bebidas. Cerca de medianoche fuimos a dejar a la señora María y a Francisco, yo volví con Jessy a la casa.
– Estas bien? – le pregunté, la había visto tomarse un par de cervezas.
– Si y muy feliz –
Me abrazaba y acariciaba por todos lados.
– En la casa te tengo tu regalo – le dije para que me dejara conducir.
– Si? Qué es? – preguntó.
– Es una sorpresa –
– Quiero saber –
– Ya te dije que era una sorpresa, estamos llegando –
Entramos a la casa, los abuelos se habían acostado y Anita estaba terminando de limpiar todo.
– Cómo les fue? – preguntó Anita.
– Bien, Erick dice que me tiene un regalo guardado –
– Esperen aquí – les dije.
– Toma Jessy, es mi regalo de cumpleaños –
Le entregué una cajita que obviamente era un anillo.
– Un anillo? – dijo ella sacándolo de la cajita.
– Es un anillo de compromiso – le dije.
– Jessy, quieres casarte conmigo? – le pregunté.
Se me tiró encima cayendo los dos al suelo.
– Siiii!! – dijo besándome en el suelo.
No levantamos y le puse el anillo en el dedo medio.
– Es hermoso – dijo ella.
– Siéntese – dijo Anita.
– Tengo que decirles algo –
Nos sentamos con cara de interrogación.
La Revelación
– La última vez que nos vimos, antes de irte, estuvimos toda la tarde en la laguna.
Francisco no tenía que trabajar esa tarde y en lugar de ir a trabajar se escondió y nos siguió a la laguna. Escondido en unos matorrales vio todo lo que hicimos.
Esa misma noche me dijo que tenía que hacerlo con él o le iba a contar a mi mamá.
Esa fue la primera vez, después y cada vez que estábamos solos tenía que hacerlo para que no le contara a mi mamá.
– Mi tío es mi papá? – preguntó Jessy.
A fin de mes comencé a sentirme rara, pero no le di importancia – siguió Anita – al tercer mes comencé a tener asco, a vomitar sin vomitar en el colegio.
– Qué te pasa? – me preguntó una compañera.
– Tienes un atraso? – me preguntó otra.
– No, todavía no me llega la regla – les dije.
A medida que iban pasando los días me sentía más mal, al punto de no ir a clases.
A la semana siguiente me di cuenta de que el uniforme me estaba quedando chico.
A Francisco no le había dicho nada, pero tuve que contarle que estaba embarazada de él, ya que era con él con el único que hacía el amor.
– Qué vamos a hacer Francisco – le dije casi llorando.
No me preocupaba que el hijo fuera de mi hermano, me preocupaba estar embarazada.
– Déjame pensar – me dijo él.
Esta historia ya me la había contado Anita, ahora se la estaba contando a Jessy que estaba con los ojos y la boca abierta.
Entonces inventó una historia de que en una fiesta me habían violado y no había querido decir nada porque se sentía culpable.
Mi mamá me pegó una cachetada que me dio vuelta la cabeza. En seguida tomó un palo de la cocina y la emprendió a palos con él. Si yo no intervengo, lo que me costó un palo también, lo mata a palos.
Después mi mamá se puso a llorar y dijo que conocía a una mujer que hacía » trabajos «.
Pasó un mes y no la encontró. Al mes siguiente la encontró ya que ella había viajado al sur.
Cuando me vio dijo que era muy peligroso por los meses que yo tenía. Me preguntó si yo quería perderlo y le dije que no. Francisco dijo que él iba a trabajar para mantener a la guagua. La vieja dijo que le avisaran para ayudar con el parto y se fue.
Yo, no fui más al colegio y Francisco encontró un trabajo regular.
Tu naciste en la casa y después Francisco me acompañó a inscribirte.
Te cuento esto porque a medida que ibas creciendo ibas cambiando. Y sacando la cuenta, no es Francisco tu papá como el cree y que yo creía en un principio.
Después viéndote con Erick me di cuenta de que él es tu padre biológico.
Quiero que lo sepan antes de casarse.
Se produjo un silencio sepulcral, si hasta los grillos se callaron.
Jessy me miró como buscando una explicación y yo no podía creer lo que Anita había contado.
– Porqué no me lo dijiste antes, mamá? – dijo Jessy
– No lo creí necesario, no pensé que te enamorarías de Erick y tampoco sabía que era tu padre –
Jessy se paró y se fue. Nosotros nos quedamos sentados en silencio.
– Entonces, no me puedo casar con él ? – dijo Jessy secándose las lágrimas cuando volvió.
– Sí, legalmente no tenemos ningún parentesco, sólo tenemos que esperar a que tengas 18 años para podernos casar – le respondí yo.
Entonces Jessy se tiró encima mío y me abrazó fuertemente.
– Yo no tengo ningún problema con que se casen, todo lo contrario, estoy feliz de que así sea – dijo Anita.
– Sólo consideré que era lo correcto que supieras que Jessy es tu hija y que Erick es tu padre –
– Llévame a la cama ¡ – dijo Jessy.
Me levanté con ella en mis brazos, ella cruzó sus piernas por mi espalda y caminé hasta en dormitorio. La acosté en la cama y me acosté a su lado en silencio.
– Te casarías conmigo sabiendo que soy tu hija? –
– Sí, y tú te casarías conmigo sabiendo que soy tu padre? –
– Sí papá, si quiero casarme contigo – dijo sonriendo.
– Nadie puede saber que somos padre e hija. De acuerdo? –
– Si, de acuerdo. Pero puedo decirte papá cuándo estemos solos? –
– Sí, solamente cuando estemos solos. Ok? –
– Tu puedes decirme hija, quieres? Siempre me he sentido como huérfana –
– Hija, no eres huérfana y estoy feliz de ser tu padre –
– Papá, hazme el amor, por favor, lo necesito –
La besé suavemente en los labios, como si fuera la primera vez. Comencé a desnudarla y ella a mí.
Me puse entre sus piernas, ella tomó mi erección y la puso a la entrada de su vagina.
– Ya papá, métetelo –
– Estás segura hija? –
– Sí papá, mételo todo –
Y como si fuera la primera vez, hicimos el amor.
– Así papá, así me gusta –
– Así te gusta hija? –
– Sí papá, te amo –
– Yo también te amo hija –
– Soy toda tuya, haz lo que quieras conmigo papá –
La morbosidad de tratarnos como padre e hija hizo nuestro amor explosivo.
En el día eramos Erick y Jessy, en la noche éramos padre e hija. No fuimos descubriendo nuevamente desde esta otra perspectiva. Y a ella le encantaba. ¿ Te gusta papá ? Me decía mientras me cabalgaba a galope tendido.
Cuando cumplió los 18 años e hicimos la fiesta en la hacienda. Nadie supo nunca que mi esposa era mi hija.
Jessy tenía 19 años cuando tuvo a nuestra primera hija y yo tenía 33.
Después tuvo un hijo y finalmente otra hija. Los dos primeros se parecían a mí, la tercera y última se parecía un poco más a Anita.
Fin
Ya llegamos al final con morbo añadido.
Me hubiera gustado que también Francisco participara, al principio parecía que Erick si gozaba que Francisco se lo cogiera y bien que le daba el culo, por eso mejor si también recibiera verga del que fue su primera experiencia.
Muy buen relato solo un consejo su pudieras enumerarlos por capitulo en el título para que no resulte confuso si lo lees por primera vez