Aquél Día
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alejo9415.
Viernes, nombre que recibía el día en el que perdí mi virginidad, y también la ignorancia respecto a ciertos temas, un día que un principio parecía normal, asistí al colegio y todo fue bien hasta el medio día en el que terminaron las clases, y tras esperar media hora a que llegara mi padre a recogerme me di cuenta que algo debió haber pasado, o simplemente se había olvidado de mí, me sentía solo y abandonado mientras veía la lluvia caer, asomado en el corredor ignorando todo alrededor, cuando de repente sentí que alguien tocaba mi hombro, tras girar pude observar a una adolescente de algún grado mayor al mío, bueno eso imaginaba porque parecía de unos 15 años, tenía cabello negro y largo, ojos azules y piel blanca, quedé estupefacto, pensando que parecía un ángel, luego, ella interrumpiendo mis pensamientos me dijo – Hey porqué tan solo? no han venido por ti? quieres pasar un buen rato conmigo? – yo pensé que se refería a jugar y le contesté – claro, porqué no? – entonces ella agarró mi mano y me jaló mientras corría en dirección al primer piso, cuando llegamos al lugar en el que ella quería estar, que era un lugar cerca al baño me empujó a la pared y me besó, me sorprendí y tras ver que yo no reaccionaba y ver mi rostro sorprendido me dijo – acaso nunca has hecho ésto? porqué tanta sorpresa? cuantos años tienes? – bueno, ella medía lo mismo que yo, y siempre me han puesto más edad de la que en realidad tengo así que era natural su sorpresa tras escuchar que yo tenía 12 años, bueno – me dijo – pues hoy es tu día de suerte.
Ahora, tres años después de aquel día estoy acostado en la cama con un pedazo de papel higiénico en la mano y con mi pene en la otra, estoy con el corazón agitado recordando esos profundos ojos azules de un ángel, no, de una Diosa, y esos carnosos labios que hicieron aquel día mi día suerte, que tras pronunciar aquellas palabras bajaron en busca del instrumento que tengo entre las piernas, del cuál creía que sólo servía para orinar y lo besó a él también, tal cómo había besado mi boca, bueno de manera hasta más apasionada, yo todavía seguía anonadado, sin saber que hacer, ni que pensar, solo sabía que esa sensación era maravillosa, que aquella boca angelical no era tan pura cómo parecía en un principio pues ahora ella estaba arrodillaba ante mí, besando, chupando y lamiendo mi pene cómo si de una paleta se tratase, luego ella me miró y me dijo – que rico está, bueno, éste chico también aparenta más de doce con éste tamaño, te gusta lo que hago? – nunca le había dado importancia al tamaño de mi pene así que ignoré ese comentario y no respondí nada, pues además ella siguió en lo que hacía, y lo que hacía no me dejaba pensar en nada, aunque sabía que me gustaba mucho, una sensación extraña y deliciosa
Un momento después ella se paró me agarró y me tiró al piso y dijo que ahora venía la mejor parte, yo comencé a comprender lo que decía cuando se quitó sus interiores y se sentó buscando que mi pene coincidiera con su vagina, fue una sensación caliente que me agradó mucho, ella se quitó la blusa y pude ver unos hermosos senos grandes, blancos con pezones medianos y rosaditos, te gusta lo que vez? – dijo – tócalos.
Orden que cumplí sin rechistar, uff que rico se sentía todo, el paraíso, fue mi primer pensamiento, y ella comenzó a moverse fuertemente hacia adelante y hacia atrás y a soltar unos suaves gemidos que me tenían hipnotizado. – ahhh que ricooo mi amor lindo, me encanta ahhh – bueno a mí también me encantaba – que delicia mi vida – ahora yo le pertenecía a ella, era suyo y dejaría que me utilizara cómo quisiera – que buen fierro tienes – bueno, me agradó ese sobre nombre que recibió mi pene – ahh cómo lo haces de rico, ohhh papi, quiero lechita – yo no sabía a que se refería, solo sabía que al parecer me quería mucho, que estaba disfrutando tanto cómo yo y que al parecer tenía hambre, y bueno yo estaba enamorado de ella, aun sin saber siquiera su nombre
De pronto comencé a sentirme extraño, creí que no aguantaría y me orinaría, así que le dije que me quería orinar, ella dijo que no era eso se levanto y comenzó a chuparla de nuevo así estuvo un rato hasta que sentí el éxtasis, sentí que algo salía de mí, y ella mostró un líquido blanco en su boca que luego tragó, dijo que ese líquido era semen y que servía para embarazar a una mujer, luego se vistió y dijo que no nos volveríamos a ver pues se iba a cambiar de colegio, se fue, y tal cómo dijo no eh vuelto a ver a esa Diosa hasta el día de hoy, ojalá vuelva a tener un día con la misma suerte de aquél día.
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