Arturo virgen pero Esmerlada no tanto (2)
Continuación de la vida de Arturo hombre de campo con estudios…la vida le espera muchos giros… .
Continuando con la historia de Arturo…
Salimos del establo junto con Esmeralda ya cansados y sudorosos, fuimos a mi habitación para ducharnos y dormir, a la mañana temprano baje al comedor para desayunar notando que mi padre ya lo había hecho mas temprano, a los 10 minutos baja Esmeralda y la llamé para que se sentara a desayunar conmigo.
– ¿Que te apetece?- le pregunte tomando su vaso.
– Leche.
– Muy bien – tome la jarra de leche y servi su vaso.
– No me entendiste…la tuya, tu leche, recien ordeñada – dijo acercándose y pasando su dedo indice por mi muslo llegando a mi paquete.
Levante el mantel, empuje mi silla hacia atrás sentándome mas en la orilla y le dije que se sirviera, hábilmente se arrodilló desprendió mi pantalón y liberó de mi boxer a mi pene flacido, lo introdujo entero en su boca ya que por el estado y tamaño podía hacerlo, poco a poco se me fue endureciendo y se le dificultaba mantenerlo completamente en la boca ya estaba en mis 18 cm, lo liberó y con su mano empezó a masturbarme mientas hacia circulos con la lengua en el glande, ya estaba soltando mi liquido preseminal y ella se encargaba de chupar cada gotita que salia.
– ¿Puedes hacerlo sin manos hermosa?
– Creo, lo intentaré pero esta muy grande así…
Puso ambas manos en cada uno de mis muslos y lentamente fue avanzando mi verga por su boca tocando su campanilla y garganta provocándole arcadas, tome su cabeza y empujé para que se introdujera toda, esto le provocó mas arcadas y que sus ojos se llenaran de lagrimas, cada vez que tocaba que garganta sentía su cavidad mas caliente y como se contraia.
Oí unos pasos que se acercaban, solté su cabeza, empujé la silla hacia adentro y cubrí a Esmeralda con el mantel dejando que ella siguiera mamandomela. Por el umbral de la puerta apareció mi padre con algunos libros y periodicos, se sentó al otro extremo de la mesa.
– Buen dia! ¿Como amaneció hijo? ¿Qué tal la noche?- Dijo guiñando un ojo.
– Buen diaa… Bien…fue una exelente noche…que espero repetir- dije mientras intentaba mantener mi cara lo mas seria posible.
– Eres libre de hacerlo cuando y con quien quieras, debo irme. ¡Buen provecho Esmeraldita!- Salió del comedor riendo.
– Uff, mierda que susto…
Esmeralda secando sus lagrimas seguia con mi verga en su boca, la tome del cuello.
– Abre tu boquita lo mas que puedas y y con ambas manos rodea mi verga, quiero que te tragues toda la leche y me la dejes bien limpia, ¿si?…
Ella solo asintio con su cabeza y sigue mis ordenes, comenze mis movimientos de vaivén sabiendo que ya faltaba poco para expulsar todo mi semen acumulado desde la noche anterior, aumente la velocidad y de dos embestidas me vacie en su boca, el primer chorro cayó en la comisura de su boca y los tres restantes en su lengua, pase mi dedo por sus labios recogiendo el semen y lo puse dentro de su boca.
– ¿Te gusta putita…?
– Siiii, recién ordeñada y caliente – dijo limpiando con su lengua mi verga de rastros de leche.
Me dejó bien limpio, guardo mi pene en el boxer y me subió el pantalón.
Le propuse llevarla de vuelta al pueblo a casa de sus tios, prometió llamarme cuando volviera en unos meses. Esperé y esperé pero nunca llamó.
Pasaron 6 meses y yo ya estaba trabajando en el Rancho a tiempo completo junto con mi padre, el ya me había dado más responsabilidades y aún seguía enseñardome lo que no sabía. Una mañana mi padre bajo al pueblo y yo fui a hacer mis rondas matutinas por el perímetro de las praderas y al volver ví la camioneta de mi padre en la entrada, estaba bajando unas cajas que traia, me vio y me dijo que me tenía una sorpresa adentro, entre y ví a Esmeralda sentada en un gran sillón con los ojos llorosos y una maleta.
– Creí que llamarias pero no fue así ¿que ha pasado?- dije nervioso acercandome a ella y abrazandola.
– Estoy embarazada…y eres el padre…
– ¿Estas segura? ¿No será de tu padre o hermano?… ¿O de alguien más? Apenas se nota la pancita y a ti no te he visto en casi 7 meses, no creo que sea mío, perdón por dudar…
– Estoy segura, estoy de 6 meses y medio, no he tenido sexo con nadie más… Con mi hermano si… pero no es de el no puede ser no lo hicimos…por por…- se perdió en sus pensamientos y sollozos.
– Si lo haz hecho con el… Entonces es de el, no mio…
– Con mi hermano lo hicimos pero…pero…no por ah…
-¿Como? ¿Se cuidó entonces?
– Lo…lo hicimos por atrás… No estoy embarazada de el…son dos bebés – empezó a llorar más que antes.
Salí de allí directo a discutirlo con mi padre, me dijo que debía responsabilizarme y hasta casarme con ella. No estaba de acuerdo, quería asegurarse de que fuesen míos, esperaría a que nacieran y ahí decidiría si me casaba con Esmeralda o no. Ella se mudó al Rancho donde yo empece a acercarme a ella pero me evitaba todo el tiempo, dormiamos en habitaciones separadas a petición de ella.
Llegó la fecha del nacimiento y eran dos hermosos bebés, sanitos, una niña y un niño al que llamamos Amalia y Alan, imposible negar que fuesen mios, castaños claros, misma nariz y boca pero con ojos negros como su madre. Habíamos preparado debiadamente una habitación para ellos, mi padre estaba como todo abuelo muy emocionado con ellos, Esmeralda y yo éramos padres primerizos sin nada de experiencia pero teníamos una niñera que nos orientaba todo el tiempo.
Mis niños ya tenían unos 8 meses y un día volviendo del pueblo Esmeralda había dejado en la habitación una carta diciendo que se iba y ya no volvería, que no la buscara…me abandonó con dos niños pequeños…
CONTINUARÁ…
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